Pero ¿hay que determinar el hombre de que se habla aquí como sujeto? ¿Significa “para el hombre” necesariamente: puesto por el hombre? Ambas preguntas se pueden responder negativamente. Debemos recordar que la aletheia, pensada en forma griega, impera ciertamente para el hombre, pero que el hombre permanece determinado por el logos. El hombre es “el dicente” (der Sagende). Sagen (decir) viene del antiguo alto alemán Bagan, que significa zeigen, mostrar, dejar ver y aparecer. El hombre es el ser que hace yacer frente a sí lo presente en su presencia diciéndolo y que percibe lo yacente de esta manera. El hombre puede hablar sólo en cuanto es el dicente. 13767 Heideggeriana: HegelGregos