umsichtigen Auslegung
El ocupado estar en medio de lo a la mano se da a comprender desde la significatividad abierta en la comprensión del mundo, la condición respectiva que puede tener lo que comparece. Que la circunspección descubre quiere decir que ella interpreta el mundo ya comprendido. Lo a la mano accede explícitamente a la visión comprensora. Todo preparar, ordenar, arreglar, mejorar, completar, se lleva a cabo en tanto que lo circunspectivamente a la mano es explicitado en su para-qué y se hace objeto de un ocuparse que se rige por lo que se ha hecho visible en esta explicitación. Lo que la circunspección explícita en su para-qué, y precisamente en cuanto tal, lo explícitamente comprendido, tiene la estructura de algo en cuanto algo. A la pregunta circunspectiva acerca de lo que sea este determinado ente a la mano, la INTERPRETACIÓN CIRCUNSPECTIVA responde diciendo: es para… La indicación del para-qué no consiste simplemente en nombrar algo, sino que lo nombrado es comprendido en esta forma: lo que está en cuestión debe ser considerado como tal. Lo abierto en el comprender, lo comprendido, ya es accesible siempre de un modo tal que en él se puede destacar explícitamente su «en cuanto qué». El «en cuanto» expresa la estructura explicitante de lo comprendido; es lo constitutivo de la interpretación. El trato circunspectivo-interpretante con el ente a la mano del mundo circundante, que lo «ve» en cuanto mesa, puerta, coche o puente, no tiene necesidad de exponer también en un enunciado determinativo lo circunspectivamente interpretado. Toda simple visión antepredicativa de lo a la mano ya es en sí misma comprensora-interpretante. ¿Pero no es la carencia de este «en cuanto» lo que constituye la simplicidad de la pura percepción? El ver que tiene lugar en esta visión es siempre comprensor-interpretante. Encierra en sí los respectos remisionales explícitos (del para-qué) que son propios de la totalidad respeccional a partir de la cual queda comprendido lo simplemente compareciente. La articulación de lo comprendido en el acercamiento interpretante del ente en la forma de «algo en cuanto algo» es previa al enunciado temático acerca de él. No es en éste donde surge por vez primera el «en cuanto», sino que en él tan sólo se expresa; lo que no sería posible si no se encontrara allí como expresable. El que a la simple visión le pueda faltar el carácter explícito de un enunciado no autoriza a negarle a esta visión toda interpretación articuladora y, consiguientemente, la estructura del «en cuanto». La simple visión de las cosas inmediatas en el habérselas con ellas comporta de un modo tan originario la estructura de la interpretación que precisamente una aprehensión de algo, por así decirlo, libre de «en cuanto» demanda una cierta readaptación. El nada-más-que-tener-ante-sí una cosa se da en el puro quedarse mirando esa cosa en cuanto ya-no-comprenderla. Esta percepción carente de «en cuanto» es una privación del simple ver comprensor, no más originaria que éste, sino derivada de él. Que el «en cuanto» no esté expresado ónticamente no debe inducir a pasarlo por alto como estructura existencial a priori del comprender. STJR §32
Lo a la mano es comprendido siempre desde la totalidad respeccional. Ésta no necesita ser aprehendida explícitamente por medio de una interpretación temática. Incluso cuando ha pasado a través de una interpretación semejante, vuelve nuevamente a la comprensión implícita. Y es precisamente en esta modalidad como ella es el fundamento esencial de la INTERPRETACIÓN CIRCUNSPECTIVA cotidiana. Esta interpretación se funda siempre en un haber previo [Vorhabe]. La interpretación, en cuanto se apropia de una comprensión, se mueve en un comprensor estar vuelto hacia una totalidad respeccional ya comprendida. La apropiación de lo comprendido pero todavía velado realiza siempre el desvelamiento guiada por un punto de vista que fija aquello en función de lo cual lo comprendido debe ser interpretado. La interpretación se funda siempre en una manera previa de ver [Vorsicht] que «recorta» lo dado en el haber previo hacia una determinada interpretabilidad. Lo comprendido que se tiene en el haber previo y que está puesto en la mira del modo previo de ver, se hace entendible por medio de la interpretación. La interpretación puede extraer del ente mismo que hay que interpretar los conceptos correspondientes, o bien puede forzar al ente a conceptos a los que él se resiste por su propio modo de ser. Sea como fuere, la interpretación se ha decidido siempre, definitiva o provisionalmente, por una determinada conceptualidad; ella se funda en una manera de entender previa [Vorgriff]. STJR §32
Pero, ¿hasta qué punto el enunciado es un modo derivado de la interpretación? ¿Qué se ha modificado en ésta? Podemos señalar esa modificación ateniéndonos a casos-límite de enunciados, considerados en la lógica como casos normales y como ejemplos de los fenómenos enunciativos «más simples». Lo que la lógica estudia como proposición enunciativa categórica (ejemplo: «el martillo es pesado») lo comprende siempre, previamente a todo análisis, «de un modo lógico». Inadvertidamente se ha supuesto de antemano como «sentido» de la proposición que la cosa-martillo tiene la propiedad de la pesantez. «En un primer momento», en la circunspección del ocuparse no hay enunciados de este tipo. Pero, en cambio, la circunspección tiene sus formas específicas de interpretación, que, a diferencia del «juicio teorético» mencionado, podrían expresarse así: «el martillo es demasiado pesado», o mejor aun: «demasiado pesado», o bien: «¡el otro martillo!». El modo originario como se lleva a cabo la interpretación no consiste en la proposición enunciativa teorética, sino en el hecho de que en la circunspección del ocuparse se deja de lado o se cambia la herramienta inapropiada «sin decir una sola palabra». De la falta de palabras no se debe concluir la falta de interpretación. Por otra parte, la INTERPRETACIÓN CIRCUNSPECTIVA expresada no es necesariamente, por ese solo hecho, un enunciado en el sentido ya definido. ¿Qué modificaciones ontológico-existenciales hacen surgir el enunciado desde la INTERPRETACIÓN CIRCUNSPECTIVA? STJR §33
El ente tenido en el haber previo, el martillo, por ejemplo, está, como útil, inmediatamente a la mano. Si este ente se vuelve «objeto» de un enunciado, ya con la actitud enunciante se produce de antemano y de un solo golpe una mutación en el haber previo. El con-qué – de carácter a la mano – del habérselas o del quehacer, se convierte en un «acerca-de-qué» del enunciado mostrativo. La manera previa de ver apunta a algo que está-ahí en lo a la mano. Por medio de la mirada contemplativa y para ella, lo a la mano se oculta en tanto que a la mano. Dentro del proceso del descubrimiento del estar-ahí que encubre el estar a la mano, el ente que comparece estando-ahí es determinado como estando-de-tal-o-cual-modo-ahí. Ahora, por primera vez, se abre el acceso a algo así como las propiedades. El «qué» del decir determinante de lo que está-ahí, es extraído de lo que está-ahí en cuanto tal. La estructura de «en cuanto» de la interpretación experimenta así una modificación. El «en cuanto» ya no llega en su función de apropiación hasta una totalidad respeccional. Ha sido apartado de sus posibilidades de articulación de las relaciones remisivas de la significatividad que constituye la circunmundaneidad. El «en cuanto» queda repelido al plano indiferenciado de lo que sólo está-ahí. Desciende al nivel de la estructura del mero-dejar-ver determinativo, que hace ver lo que está-ahí. Esta nivelación del originario «en cuanto» de la INTERPRETACIÓN CIRCUNSPECTIVA que lo convierte en el «en cuanto» de la determinación del estar-ahí, es el privilegio del enunciado. Sólo así puede éste llegar a ser una pura mostración contemplativa. STJR §33
Entre la interpretación todavía enteramente encubierta en el comprender de la ocupación y su extrema contrapartida, el enunciado teorético sobre lo que está-ahí, hay múltiples grados intermedios. Enunciados sobre sucesos del mundo circundante, descripción de cosas a la mano, «informes de situación», registro y fijación de una «condición fáctica», descripción de un estado de cosas, narración de lo acaecido. Estas «proposiciones» no se dejan reducir, sin tergiversación esencial de su sentido, a proposiciones enunciativas teoréticas. Tienen su «origen», al igual que éstas, en la INTERPRETACIÓN CIRCUNSPECTIVA. STJR §33