historischen

Pero la demostración de la oficialidad, es decir, la crítica diplomática, debe ser completada por medio de la crítica de la historia del derecho y una crítica histórica general, es decir, el documento debe ser cotejado con las circunstancias jurídicas y en general culturales del tiempo al que éste debe pertenecer. Las bulas pseudo isidóricas, por ejemplo, se demuestran que son falsificaciones al comprobarse que aquellas cartas papales aisladas son anacrónicas. Sabemos que el Papa Gregorio el Grande usó por primera vez al principio de sus escritos el título servus servorum Dei. En las cartas en cuestión de la serie isidórica se designan así papas más antiguos. Además sabemos que hasta fines del siglo IV los papas no fechaban sus cartas según los cónsules romanos; en las cartas isidóricas en cuestión ocurre esto. Las bulas que debieron provenir de los primeros siglos suponen circunstancias jurídico-eclesiásticas que recién surgieron más tarde. La crítica muestra por lo tanto que las cartas no llevan de ningún modo en el aspecto formal ni en cuanto al contenido la señal del tiempo en el que sé debieron haber originado, sino la señal de un tiempo posterior. Para la utilidad científica de una fuente debe ser fijada su fecha de origen; pues su valor como testimonio (372) depende de cuánto esté alejada ésta temporalmente del hecho histórico que hay que atestiguar. “El medio más general es la investigación confrontativa de la época a la que corresponde en primer lugar la fuente en cuestión, por su forma, estilo y contenido, es decir, en definitiva, por su carácter total,… pues cada tiempo lleva consigo en todas sus creaciones y expresiones un carácter propio y distintivo que podemos conocer bien” (E. Bernheim, Lehrbuch der historischen Methode, 5 y 6 edición 1908, pág. 392.). En las fuentes escritas son sobre todo la escritura y la lengua, “estas vivísimas expresiones del espíritu del tiempo”, las que nos posibilitan una determinación temporal. Heideggeriana: TempoHistoria

Este camino hacia la respuesta a nuestra pregunta no es una ruptura con la historia, no es una negación de la historia, sino una apropiación y transformación de lo transmitido por tradición (des Überlieferten). Tal apropiación de la historia es lo que se alude con el título de “Destrucción” (Destruktion). El sentido de esta palabra está claramente circunscrito en Sein und Zeit (§ 6) . Destrucción no significa aniquilar, sino desmontar, escombrar y poner-a-un-lado (Auf-die-Seite-stellen) – a saber, las proposiciones solamente historizantes (historischen) sobre la historia (Geschichte) de la filosofía. Destrucción quiere decir: abrir nuestro oído, liberarlo para aquello que en la tradición (Überlieferung) se nos asigna (zuspricht) como ser del ente. En tanto escuchamos ese llamamiento-asignación (Zuspruch) llegamos a la correspondencia (Entsprechung). Heideggeriana: QueFilosofia