fundamento de la metafísica

Al hacer esta referencia a su toma de posición respecto de la proposición conductora de Descartes no estamos interesados en imputarle a Nietzsche una falsa interpretación de esta proposición. Se trata de ver, por el contrario, que Nietzsche se sostiene sobre el fundamento de la metafísica puesto por Descartes, y en qué medida tiene que sostenerse sobre tal fundamento. No puede negarse que Nietzsche rechaza el giro que ha impuesto Descartes a la metafísica; pero sigue abierta la cuestión de por qué y cómo se produce el repudio de Descartes por parte de Nietzsche. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En qué modo y en qué respecto lleguemos a un concepto más originario de la metafísica depende de la resolución de la citada pregunta decisiva. Sólo ahora se muestra lo buscado con un concepto tal de metafísica: no un concepto mejor o “más radical”, como si el “radicalismo” tuviera de por sí siempre un mayor peso. Buscamos más bien penetrar en el fundamento de la metafísica porque queremos experimentar en él la distinción de ser y ente o, con más exactitud, lo que sustenta a la distinción misma en cuanto tal: la relación del hombre con el ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La pregunta ¿Qué es metafísica? sigue siendo pregunta. Para el que persevera tenazmente en esta pregunta, el siguiente epílogo es más bien un prólogo más inicial. La pregunta Qué es metafísica pregunta más allá de la metafísica. Nace de un pensamiento que ya se ha introducido en la superación de la metafísica. Es parte de la esencia de estos tránsitos el que tengan que hablar todavía, dentro de ciertos límites, en la lengua de eso mismo que contribuyen a superar. La circunstancia particular en la que se ha planteado la pregunta por la esencia de la metafísica no debe hacernos creer que este preguntar está obligado a partir de las ciencias. La investigación moderna, con otros modos de representar y producir ente, se encuentra involucrada en el rasgo fundamental de esa verdad según la cual todo ente se define por medio de la voluntad de voluntad, cuya primera aparición tuvo lugar bajo la forma preliminar de la “voluntad de poder”. “Voluntad” entendida como rasgo fundamental de la entidad de lo ente es la equiparación de lo ente con lo real, de tal modo que la realidad de lo real obtiene el poder para llevar a cabo la factibilidad sin condiciones de la objetivación total. La ciencia moderna no sirve a una meta que le haya sido antepuesta ni tampoco busca una “verdad en sí”. Como modo de la objetivación calculante de lo ente, es una condición planteada por la propia voluntad de voluntad y mediante la cual ésta se asegura el dominio de su esencia. Pero como, no obstante, toda objetivación de lo ente se sume en la procura y aseguramiento de lo ente y a partir de ahí se hace con las posibilidades para su desarrollo, la objetivación se queda detenida en lo ente y lo toma por el ser. Así, toda conducta en relación con lo ente denota un saber del ser, a la vez que la incapacidad para mantenerse por sí mismo dentro de los límites de la ley de la verdad de este saber. Esta verdad es la verdad sobre lo ente. La metafísica es la historia de esta verdad. Ella dice qué es lo ente desde el momento en que lleva al concepto la entidad de lo ente. La metafísica piensa el ser en la entidad de lo ente aunque sin poder pensar la verdad del ser en el modo de su pensar. La metafísica se mueve siempre en el ámbito de la verdad del ser, que, desde un punto de vista metafísico, sigue siendo para ella el fundamento desconocido e infundamentado. Pero suponiendo que no sólo el ente nace del ser, sino que también y de modo aún más inicial el propio ser reposa en su verdad y la verdad del ser se presenta como el ser de la verdad, entonces es necesaria la pregunta acerca de qué es la metafísica en su fundamento. Este preguntar debe pensar metafísicamente y al mismo tiempo desde el fundamento de la metafísica, o, lo que es lo mismo, ya no metafísicamente. Semejante preguntar sigue siendo ambiguo en un sentido esencial. Heideggeriana: MetafisicaEpilogo

En tanto en cuanto un pensamiento se pone en camino para experimentar el fundamento de la metafísica; en tanto en cuanto este pensamiento ensaya pensar la verdad del ser en vez de representar sólo al ente como ente; este pensamiento ha abandonado en forma cierta la metafísica. Este pensamiento vuelve, e indudablemente no visto por la metafísica, al fundamento de la metafísica. Sólo que, lo que aparece como fundamento es, probablemente, aunque experimentado desde él mismo, otra cosa no dicha de acuerdo con lo que también la ciencia de la metafísica es como otra cosa que la metafísica. Heideggeriana: EWM

Un pensamiento que piensa la verdad del ser no se contenta, indudablemente, con la metafísica, pero no piensa tampoco contra la metafísica. Para hablar con una imagen, no arranca la raíz de la filosofía. Sólo remueve su terreno y ara su suelo. La metafísica sigue siendo lo primero de la filosofía. No llega a lo primero del pensamiento. La metafísica es superada por el pensamiento de la verdad del ser. La pretensión de la metafísica de administrar la relación con el ser y determinar de modo decisivo toda relación con el ente como tal, cae por tierra. Sin embargo, esta “superación de la metafísica” no desplaza la metafísica. Mientras el hombre sea animal rationale será animal metaphysicu. Mientras el hombre se comprenda como animal racional pertenecerá la metafísica, según las palabras de Kant, a la naturaleza del hombre. Aunque el pensamiento podría, si le fuera dable, retornar al fundamento de la metafísica, co-ocasionar una transformación de la esencia del hombre, con lo cual se llevaría a cabo una transformación de la metafísica. Heideggeriana: EWM

Por qué es, pues, necesaria una superación de la metafísica así formulada? Debe ser, de este modo, reemplazada y socavada originariamente sólo aquella disciplina de la filosofía que era hasta ahora la raíz? Se trata de una transformación de la configuración teorética de la filosofía? No. O debe ser descubierto y atribuido, por el retorno al fundamento de la metafísica, un hasta ahora imprevisto presupuesto de la filosofía, de modo que hasta entonces ella no podría descansar en un fundamento inquebrantable y ser la ciencia absoluta? No. Heideggeriana: EWM

Puesto que la pregunta por la existencia está siempre sólo al servicio de la única cuestión del pensamiento, es decir, debe desarrollarse en primer término la pregunta por la verdad del ser; como el oculto fundamento de toda metafísica, por ello, pues, el título del tratado que ensaya un retorno al fundamento de la metafísica, se llama no “Existencia y Tiempo”, tampoco “Conciencia y Tiempo”; sino “Ser y Tiempo”. Pero este, título no se puede pensar en correspondencia con lo habitualmente ordinario: Ser y devenir, ser y apariencia, ser y pensamiento, ser y deber ser. Aquí el ser es representado, sobre todo como si el “devenir”, la “apariencia”, el “deber ser” no pertenecieran al Ser, cuando notoriamente son, más que nada (son algo) y por ello, pertenecen al ser. “Ser” en “Ser y Tiempo” no es otra cosa que, “Tiempo”, en tanto en cuanto el “tiempo” es llamado cómo el pre-nombre para la verdad del ser cuya .verdad. es lo constitutivo del ser, y así, del ser mismo. Por qué, pues, ahora. “Tiempo” y “Ser” ? El recuerdo de los comienzos de la historia, en los que el ser se descubrió en el pensamiento de los griegos puede señalar que los griegos apuntaron al ser del ente como el afincamiento de lo presente, Cuando traducimos einai ¿por ser, la traducción es en realidad correcta: Sin embargo, nosotros sólo sustituimos un texto original con otra cosa. Examinémonos y entonces resultará, al poco rato, que ni pensamos einai al modo griego ni pensamos tampoco una ,correspondiente, clara y unívoca determinación de, “ser”. Qué decimos cuando decimos en vez de einai “ser” y en vez de “ser” einai y esse? No decimos nada. La palabra griega, la latina y la alemana (española) quedan en igual forma truncas. Nos traicionamos fácilmente en el uso habitual, como los guías de la más grande carencia del pensamiento qué jamás haya surgido dentro, del pensamiento, y que ha permanecido en dominio hasta el momento. Aquel einai empero, quiere decir: presencia. La esencia de esta presencia está profundamente entrañada en el nombre originario del ser. Para nosotros, no obstante, einai y ousia como parousia y arousia dicen, en primer término esto: en la presencia reinan impensada y ocultamente actualidad y persistencia; el tiempo es esencialmente. El ser como tal se da en el tiempo como estado de no oculto. Así, apunta el tiempo al estado de no oculto, esto es, a la verdad del ser. Pero el tiempo que ahora está por pensar no se experimenta en el transcurso cambiante del ente. El tiempo es patentemente de esencia totalmente otra, que no sólo no es pensada a través del concepto de tiempo de la metafísica, sino que jamás es para pensarlo a su través. De este modo será el tiempo el primer pre-nombre para reconocer como lo más total para la experimentada verdad del ser. Heideggeriana: EWM

En este ocultamiento en el on está fundada la metafísica, aunque por otra parte dedica su representar al on he on. La pregunta que vuelve sobre este ocultamiento busca, por. lo tanto, vista desde la metafísica; el fundamento para la ontología. Por esto, este proceder se llama en “El Ser y el Tiempo” (p. 16, ed. española ) “ontología fundamental”. Sólo que el título se muestra, como siempre, como todo título en este caso, precario. Pensado desde la metafísica lo dice correctamente; aunque justamente por eso, conduce a errar; entonces vale para ganar el tránsito de la metafísica al pensamiento en la verdad del ser: En tanto este pensamiento se designe a sí mismo como ontología fundamental, se pone con esta designación a ocultar el propio camino. En el título “ontología fundamental” está la opinión de que el pensamiento que ensaya pensar la verdad del ser, y no como toda ontología la verdad del ente, sea como ontología fundamental una forma de ontología. Con todo esto el pensamiento en la verdad del ser como el retorno al fundamento de la metafísica ha abandonado ya con este primer paso el reino de toda la ontología. Frente a ello toda filosofía que se mueve en el mediato o inmediato representar de la “trascendencia” queda necesariamente como ontología en sentido esencial, sea que. consiga una fundamentación de la ontología, sea, que rechace la ontología . por la acusación del entumecimiento conceptual de la vivencia (Erlebnis = lo que se ha vivido). Heideggeriana: EWM

Sería posible, pues, que por la dificultad del tránsito de la metafísica a otro pensar la prelección retornara a su propio tener previo? . Se pregunta, en fin, con Leibniz la pregunta metafísica por las más altas causas de todas las cosas ónticas? Por qué no se menciona el nombre de Leibniz, como corresponde? O será formulada la cuestión en un sentido totalmente otro? Si ella no apunta al ente, y reconoce para esto la primera causa óntica, entonces la pregunta debe dirigirse a lo que el ente no es. Tal lo llama la pregunta y escribe mayúsculamente: La nada, el único tema que ha meditado la prelección. Cerca está la demanda de que el fin de esta prelección está para pensar una vez y propiamente, en general, en el alcance visual fundamental. Aquella que se llama pregunta básica de la. metafísica debería consumarse ontológico-fundamentalmente como la pregunta por el fundamento de la metafísica y como la pregunta por este fundamento. Heideggeriana: EWM