La pregunta por el valor y por su esencia se funda en la pregunta por el ser. Los «valores» sólo son accesibles y aptos para dar una norma allí donde se estima algo así como un valor, cuando se prefiere o se pospone una cosa a otra. Un estimar y valorar de este tipo sólo se da allí donde respecto de un comportarse hay algo que «importa». Sólo allí se da aquello a lo que todo comportarse siempre vuelve a ir, en primer y último término. Estimar algo, es decir considerarlo valioso, significa al mismo tiempo: dirigirse a, rigiéndose por ello. Este dirigirse «a» ha adoptado ya una «meta». Por eso la esencia del valor está en una conexión interna con la esencia de la meta. Rozamos nuevamente la insidiosa pregunta: ¿es algo una meta porque es un valor o se convierte algo en valor sólo en la medida en que se lo ha puesto como meta? Quizás esta disyuntiva no sea más que la forma que adquiere una pregunta aún insuficiente, una pregunta que no alcanza aún lo digno de ser cuestionado. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Si la filosofía de Nietzsche lleva a cabo el acabamiento de la metafísica occidental, y si en esta filosofía el pensamiento del valor es decisivo por primera vez y de modo más originario que en la «filosofía de los valores que le sigue claudicante, entonces el pensamiento del valor no puede haber penetrado en la metafísica de modo casual y desde el exterior. La pregunta por la proveniencia del pensamiento del valor en la metafísica se convierte por igual en pregunta por la esencia del valor y en pregunta por la esencia de la metafísica. En la medida en que ésta llega a su acabamiento, nuestra pregunta se convierte en una cuestión decisoria acerca de lo que determina la necesidad de la filosofía y lo que le da su fundamento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Voluntad de poder es, en la metafísica de Nietzsche, el nombre más pleno para el desgastado y vacío título de «devenir». Por eso dice Nietzsche: «El punto de vista del “valor” es el punto de vista de las condiciones de conservación, de acrecentamiento»… «dentro del devenir». Pero en la determinación de la esencia del valor como condición está aún indeterminado qué condicionan (bedingen) los valores, qué cosa (Ding) convierten en «cosa», si empleamos aquí la palabra «cosa» en el muy amplio sentido de «algo», que no nos obliga a pensar en objetos y cosas palpables. Pero lo que los valores condicionan es la voluntad de poder. Ciertamente; sólo que la voluntad de poder, en cuanto carácter fundamental de lo «real», no es de una esencia simple, como ya lo expresa su nombre. No es casual que Nietzsche diga que el «valor» es la «condición de conservación, de acrecentamiento» puesta en cuenta en cada caso. En lo real se trata, con igual necesidad, de conservación y de acrecentamiento; en efecto, para que la voluntad de poder, en cuanto sobrepotenciación, pueda superar un nivel, este nivel no sólo tiene que ser alcanzado sino también mantenido, más aún, fijado ejerciendo el poder, ya que, de lo contrario, la sobrepotenciación no sería sobrepotenciación. Sólo lo que ya tiene en sí un estar y una existencia consistente firme puede «pensar» en acrecentarse. Es necesario que un nivel sea ya en sí mismo firme para que se puedan acumular otros encima de él. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Voluntad de poder y posición de valores son lo mismo, en la medida en que la voluntad de poder mira abriéndose a puntos de vista para la conservación y el acrecentamiento. Por eso la posición de valores no se puede retrotraer a la voluntad de poder como si fuera algo diferente de ella. La elucidación de la esencia del valor y de la posición de valores sólo da como resultado una caracterización de la voluntad de poder. La pregunta por el origen del pensamiento del valor y por la esencia del mismo no está de ninguna manera contestada con la demostración de la conexión interna entre la posición de valores y la voluntad de poder. Queda retrotraída a la pregunta por el surgimiento esencial de la voluntad de poder. ¿Por qué es ésta en sí misma instauradora de valores? ¿Por qué con el pensamiento de la voluntad de poder se vuelve también dominante en la metafísica el pensamiento del valor? ¿Cómo y por qué la metafísica se vuelve metafísica de la voluntad de poder? Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Nietzsche determina la esencia del valor como condición de conservación y acrecentamiento de la voluntad de poder, siendo esas condiciones puestas por la voluntad de poder misma La voluntad de poder es el carácter fundamental del ente en su totalidad, el «ser» del ente, tomado en el sentido amplio que también admite como ser al devenir, si se admite, por otra parte, que el devenir «no es una nada». Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Se ha aclarado en qué medida el ser ha podido llegar al papel de «posibilitación» y de «condición de posibilidad». Pero ¿por qué y cómo las «condiciones de posibilidad», la entidad, se convierten en valores? ¿Por qué todo lo que tiene el carácter de condición y todo lo que posibilita (sentido, meta, fin, unidad, orden, verdad) pasa a tener el carácter de valor? Esta pregunta parece volverse por sí misma superflua apenas recordamos que Nietzsche interpreta la esencia del valor en el sentido de ser condición. «Valor» no es, entonces, más que otro nombre para «condición de posibilidad», para agathon. No obstante, incluso si es otro nombre requiere aún que se fundamente su surgimiento y la preeminencia que tiene por doquier en el pensamiento de Nietzsche. Un nombre siempre esconde en sí una interpretación. El concepto nietzscheano de valor piensa el carácter de condición, pero no sólo eso y eso tampoco ya en el sentido del agathon platónico y de la «condición de posibilidad» kantiana. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
En el siglo XIX se vuelve usual hablar de valores y pensar en valores. Pero sólo se hizo verdaderamente popular gracias a la difusión de las obras de Nietzsche. Se habla de valores vitales, de valores culturales, de valores eternos, del orden y rango de los valores, de los valores espirituales, que se cree encontrar, por ejemplo, en la Antigüedad. Gracias a una ocupación erudita con la filosofía y a la reforma del neokantismo se llega a la filosofía de los valores. Se construyen sistemas de valores y en ética se persiguen los estratos de valores. Hasta la teología cristiana determina a Dios, el summum ens qua summum bonum, como el valor supremo. Se considera a la ciencia como libre de valores y se arroja a las valoraciones del lado de las concepciones del mundo. El valor y todo lo que tiene que ver con el valor se convierte en un sustituto positivo de lo metafísico. La frecuencia con que se habla de valores está en paralelo con la indefinición del concepto. Dicha indefinición, a su vez, está en paralelo con la oscuridad del origen de la esencia del valor en el ser. Aun suponiendo que ese valor tan reclamado no sea nada, no por eso deja de verse obligado a tener su esencia en el ser. Heideggeriana: NietzscheDeus
¿Qué entiende Nietzsche por valor? ¿En qué se funda la esencia del valor? ¿Por qué la metafísica de Nietzsche es la metafísica de los valores? Heideggeriana: NietzscheDeus
La esencia del valor reside en ser punto de vista. Valor se refiere a aquello que la vista toma en consideración. Valor significa el punto de visión para un mirar que enfoca algo o, como decimos, que cuenta con algo y por eso tiene que contar con otra cosa. El valor está en relación interna con un tanto, con un quantum y con el número. Por eso, los valores (Voluntad de Poder, afor. 710 del año 1888) se ponen siempre en relación con una «escala de números medidas». Subsiste la cuestión de dónde se fundamenta a su vez la escala de aumento y disminución. Heideggeriana: NietzscheDeus
Si Nietzsche cierra su caracterización de la esencia del valor con la palabra devenir hay que concluir que esa palabra final nos señala el ámbito fundamental al que únicamente y en general pertenecen los valores y la instauración de valores. «El devenir» es, para Nietzsche, « la voluntad de poder». La «voluntad de poder» es por tanto el rasgo fundamental de la «vida», palabra que Nietzsche también usa a menudo en un sentido amplio que la pone al mismo nivel que el «devenir» dentro de la metafísica (vid. Hegel). Voluntad de poder, devenir, vida y ser en su sentido más amplio significan en lenguaje de Nietzsche lo mismo (Voluntad de Poder, afor. 582 del año 1885-86 y afor. 689 del año 1888). Dentro del devenir, la vida, esto es, lo vivo, se configura en centros respectivos de la voluntad de poder. Estos centros son en consecuencia formaciones de poder. Es en cuanto tales como Nietzsche entiende el arte, el Estado, la religión, la ciencia la sociedad. Por eso puede decir (Voluntad de Poder, afor. 715) lo siguiente: «‘Valor’ es esencialmente el punto de vista para la consolidación o la debilitación de estos centros de dominio» (concretamente en lo tocante a su carácter de dominio). Heideggeriana: NietzscheDeus
En la medida en que, en la demarcación de la esencia del valor que hemos presentado, Nietzsche concibe a ésta como condición con carácter de punto de vista para el aumento y la conservación de la vida, pero entiende que la vida se fundamenta en el devenir como voluntad de poder, dicha voluntad de poder se desvela como aquello que establece esos puntos de vista. La voluntad de poder es la que estima según valores a partir de su «principio interno» (Leibniz), en tanto que nisus en el esse del ens. La voluntad de poder es el fundamento para la necesidad de instauración de valores y el origen de la posibilidad de una valoración. Por eso dice Nietzsche (Voluntad de Poder, afor. 14 del año 1887: «Los valores y su transformación se encuentran en relación con el aumento de poder del que plantea los valores.» Heideggeriana: NietzscheDeus
Ahora bien, una vez que se ha reconocido la voluntad de poder como principio de la instauración de valores, la cuestión del valor debe meditar en primer lugar cuál es el valor necesario que parte de ese principio y cuál es el valor supremo adecuado a dicho principio. En la medida en que la esencia del valor se manifiesta como la condición de conservación y aumento dispuesta en la voluntad de poder, se ha abierto la perspectiva para una caracterización de la estructura de valores que sirve de norma. Heideggeriana: NietzscheDeus
Por contra, la «angustia» o miedo frente a la angustia puede llegar a extraviar tanto que acaba por no dejar reconocer las más simples relaciones en la esencia de la angustia. ¿Qué sería de cualquier género de valor si no encontrase en la experiencia de la angustia esencial su permanente contrario? En el mismo grado en que rebajamos a la angustia esencial y a esa relación que en ella se aclara del ser con el hombre, privamos de su dignidad a la esencia del valor. Pero dicho valor es capaz de soportar la nada. El valor reconoce en el abismo del espanto el espacio apenas hollado del ser, cuyo claro es el único lugar a partir del cual todo ente retorna a aquello que es y es capaz de ser. Esta lección ni lleva a cabo una «filosofía de la angustia» ni pretende suscitar la impresión de una «filosofía heroica». Solamente piensa lo que desde sus inicios se le ha planteado al pensamiento occidental como aquello que hay que pensar y que sin embargo ha quedado en el olvido: el ser. Pero el ser no es ningún producto del pensar. Antes bien, el pensar esencial acontece por el ser. Heideggeriana: MetafisicaEpilogo