La esencia del nihilismo es la historia en la que del ser mismo no hay nada. Heideggeriana: NiilismoSer
Pero si la esencia del nihilismo es la historia en la que del ser no hay nada, la esencia del nihilismo no puede experimentarse ni pensarse mientras en el pensar y para el pensar del ser no haya nada. El nihilismo acabado se excluye por lo tanto definitivamente de la posibilidad de pensar y conocer jamás la esencia del nihilismo. ¿No quiere decir esto que la esencia del nihilismo está cerrada para el pensamiento de Nietzsche? ¿Nos está permitido afirmar algo así? Heideggeriana: NiilismoSer
Pero esta nota revela con no menor claridad y concisión que Nietzsche pregunta de modo «interpretativo» por lo que experimenta como nihilismo y que interpreta lo así interrogado desde su pensar en términos de valor. La pregunta nietzscheana por lo que signifique el nihilismo es, por lo tanto, una pregunta que aún piensa, a su vez, de modo nihilista. Por eso, por su manera de cuestionar, no llega al ámbito de lo que busca la pregunta por la esencia del nihilismo, o sea, a que, y cómo, el nihilismo es una historia que concierne al ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer
En la medida, sin embargo, en que el nihilismo se revela para Nietzsche como un proceso de des-valorización y de declinación, de falta de fuerza y de muerte, parece que su experiencia retiene por lo menos lo que hay de negación en el nihilismo. Frente al no al ente en cuanto tal, Nietzsche exige un sí. Piensa en dirección de una superación del nihilismo. ¿Pero cómo habría de ser posible ésta mientras no se experimente la esencia del nihilismo? Heideggeriana: NiilismoSer
Así pues, antes de toda superación se necesita una confrontación con el nihilismo que saque a la luz previamente su esencia. Suponiendo que en esta confrontación con la esencia del nihilismo, el cual concierne al ser mismo, aún quede asignada alguna parte al pensamiento del hombre, este pensamiento tendrá que ser afectado, por su parte, por la esencia del nihilismo. Por eso, frente a aquella metafísica que experimenta y piensa por primera vez en su totalidad el nihilismo como movimiento histórico pero que, al mismo tiempo, comienza a volverse visible para nosotros como el acabamiento del nihilismo propio, tenemos que preguntarnos en qué se funda la manifestación del nihilismo propio que nos concierne históricamente de modo inmediato, es decir, su acabamiento. Heideggeriana: NiilismoSer
La metafísica es, en cuanto metafísica, el nihilismo propio. La esencia del nihilismo es históricamente como metafísica, la metafísica de Platón no es menos nihilista que la metafísica de Nietzsche. Sólo que en aquélla la esencia del nihilismo permanece oculta, mientras que en ésta aparece por completo. De todos modos, desde la metafísica y dentro de ella, no se da a conocer nunca. Heideggeriana: NiilismoSer
Pero entretanto también deberíamos haber notado que la esencia del nihilismo propio casi no llega aún a concernir a nuestro pensamiento, por no hablar de que esté suficientemente pensada como para reflexionar de manera meditativa acerca de las proposiciones que se han enunciado sobre la metafísica y el nihilismo y juzgarlas consecuentemente. Si la metafísica en cuanto tal es el nihilismo propio, pero éste, por su esencia, no es capaz de pensar su propia esencia, cómo podría la metafísica misma llegar jamás a su propia esencia. Las representaciones Metafísicas acerca de la metafísica permanecen necesariamente por detrás de esa esencia. La metafísica de la metafísica no alcanza nunca su esencia. Heideggeriana: NiilismoSer
Una vez más, y de manera aún más esencial, se ha mostrado lo que en la metafísica, que es ella misma la verdad del ente en cuanto tal, permanece impensado. Por eso, es el momento de preguntar finalmente cómo hay que pensar este «impensado» mismo. Al mismo tiempo, con este permanecer impensado nombramos la historia de que del ser mismo no hay nada. En la medida en que pensamos lo «impensado» en su esencia, nos acercamos a la esencia del nihilismo propio. Heideggeriana: NiilismoSer
¿Vislumbramos lo que esencia en la nada que ahora hay que pensar? ¿Nos atrevemos a pensar la posibilidad de que esta nada sea infinitamente diversa de la vacía nihilidad? En ese caso, la caracterización de la esencia del nihilismo propio en el sentido de que del ser mismo no hay nada tendría que contener algo diferente de una comprobación meramente negativa. Heideggeriana: NiilismoSer
La esencia del nihilismo propio es el ser mismo en el permanecer fuera de su desocultamiento, el cual, en cuanto suyo, es Él mismo y determina, en el permanecer fuera, su «es». Heideggeriana: NiilismoSer
Cuando en nuestra meditación sobre la esencia del nihilismo se habla de lo impensado, se trata siempre de lo impensado del pensar determinado desde la esencia del ser. Se suele considerar al pensar como la actividad del entendimiento. El asunto del entendimiento es la comprensión. La esencia del pensar es la comprensión de ser en las posibilidades de su despliegue, posibilidades que la esencia del ser tiene que otorgar. Heideggeriana: NiilismoSer
Pensada desde la esencia del nihilismo, la superación de Nietzsche no es más que el acabamiento del nihilismo. En él se nos manifiesta de manera más clara que en cualquier otra posición fundamental de la metafísica la esencia plena del nihilismo. Lo propio [das Eigene] de ella es el permanecer fuera del ser mismo. Pero en la medida en que en la metafísica acontece este permanecer fuera, esto que es lo propio [Eigentliche] no es admitido como lo propio del nihilismo. Por el contrario, precisamente en el pensar de la metafísica se deja fuera [auslassen] el permanecer fuera en cuanto tal, de manera tal que la metafísica deja fuera también ese dejar fuera como acción propia suya. Por medio del dejar fuera, el permanecer fuera es entregado, de manera encubierta, a sí mismo. Lo propio del nihilismo, precisamente en cuanto acontece, no es lo propio. ¿En qué sentido? En cuanto metafísica el nihilismo acontece en la impropiedad de sí mismo. Pero esta impropiedad no es una falta de propiedad, sino su acabamiento, en la medida en que es el permanecer fuera del ser mismo y a éste le interesa que el quedar fuera siga siendo por completo lo que es. Lo propio del nihilismo es históricamente en la figura de lo impropio que lleva a cabo un dejar fuera del permanecer fuera, dejando fuera también a este dejar fuera y no dejándose ni pudiéndose involucrar, por pura afirmación del ente en cuanto tal, en nada que pudiera concernir al ser mismo. La plena esencia del nihilismo es la unidad originaria de lo que le es propio y lo que le es impropio. [Hablar de propio e impropio no es casual, sino que es pensado, a sabiendas y sin decirlo, desde el acaecer apropiarte [Ereignen], el apropiar [Eignen] y lo peculiarmente propio [Eigentümliches].] Heideggeriana: NiilismoSer
Nihilismo – que del ser mismo no hay nada – para el pensar metafísico significa siempre y exclusivamente: del ente en cuanto tal no hay nada. La metafísica, por lo tanto, se cierra ella misma el camino para experimentar la esencia del nihilismo. En la medida en que la metafísica somete a decisión en cada caso la afirmación o la negación del ente en cuanto tal y considera que su primera y última tarea se halla en la correspondiente explicación del ente desde un fundamento que es, ha cometido, inadvertidamente, la inadvertencia de que ya con la preeminencia de la pregunta por el ente en cuanto tal el ser mismo queda fuera y, quedando fuera, entrega el pensar de la metafísica a su propio modo, es decir a dejar fuera ese permanecer fuera en cuanto tal y a no dejarse involucrar en ese dejar fuera. En la medida en que este pensar que se ha vuelto histórico como metafísica pertenece por su esencia al ser mismo, en la medida en que piensa desde el desocultamiento del ente en cuanto tal, también lo impropio del nihilismo se determina desde el ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer
El nihilismo impropio es lo impropio en la esencia del nihilismo en la medida en que precisamente lleva a su acabamiento lo propio. En la unidad esencial del nihilismo esencia una diferencia. Lo impropio del nihilismo no cae fuera de su esencia. En ello se muestra: la inesencia pertenece a la esencia. Podría creerse que la relación de lo propio respecto de lo impropio indicada en el nihilismo es un caso especial de la relación universalmente válida entre esencia e inesencia, de manera tal que podría tomarse a aquella como un ejemplo de esta última. Pero la proposición: la inesencia pertenece a la esencia no es el enunciado formal y universal de una ontología acerca de la esencia que se represente metafísicamente como «esencialidad» y que aparezca de modo determinante como «idea». La proposición piensa en la palabra «esencia» [Wesen], comprendida de modo verbal (verbum), el ser mismo en el modo en que Él mismo, el ser, es. Pero Él es en el modo del permanecer fuera de sí mismo, el cual, en cuanto tal, encuentra albergue en un dejar fuera y queda así preservado. Este permanecer fuera mismo, sin embargo, en conformidad con el ocultamiento del desocultamiento del ser, esencia en lo sustraído. Por ello, el pensar que, en cuanto metafísico, se representa el ente en cuanto tal en el modo del permanecer fuera, es tan poco capaz de penetrar en el permanecer fuera como de experimentar el abandono del ente en cuanto tal por parte del ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer
Si pensamos la esencia del nihilismo en el modo intentado, entonces pensamos el nihilismo desde el ser mismo como su historia, como la cual el ser mismo «es» ser. Ahora bien, la esencia del nihilismo de acuerdo con la historia del ser no muestra, sin embargo, aquellos rasgos que usualmente caracterizan a lo que se alude con el nombre corriente de «nihilismo»: lo que degrada y destruye, la declinación y la decadencia. La esencia del nihilismo no contiene nada negativo en el modo de algo destructivo que tuviera su sede en las convicciones humanas y se ejerciera a través de las acciones humanas. La esencia del nihilismo no es en absoluto cosa del hombre, sino del ser mismo, y por ello, entonces sí, es también cosa de la esencia del hombre y, sólo en esa secuencia, al mismo tiempo cosa del hombre; y presumiblemente no sólo una más entre otras. Heideggeriana: NiilismoSer
Pero cómo queremos siquiera plantear esta pregunta decisiva si no hemos pensado previamente la esencia del nihilismo y, a una con ello, no nos hemos colocado ante la pregunta si el permanecer fuera de la pregunta por la esencia del nihilismo no es incluso una de las condiciones del dominio de aquellos fenómenos? ¿Si este dominio de lo destructivo y aquel no preguntar y no poder preguntar por la esencia del nihilismo no proceden finalmente de la misma raíz común? Heideggeriana: NiilismoSer
Si así fuera, poco se habría ganado si se pretendiera afirmar que la esencia del nihilismo, puesto que no consiste en esos fenómenos negativos, sería entonces algo positivo. En efecto, lo positivo comparte con su opuesto el mismo ámbito. Ascensión contra decadencia, elevación contra declinación, exaltación contra denigración, construcción contra destrucción, se mueven, en cuanto fenómenos opuestos, en el ámbito del ente. La esencia del nihilismo, en cambio, concierne al ser mismo, o, dicho de manera más adecuada, éste concierne a aquella, en la medida en que el ser mismo se ha trasladado a la historia de que de él mismo no hay nada. Heideggeriana: NiilismoSer
Ahora, sobre todo si hemos pensado suficientemente la anterior elucidación del nihilismo, podríamos admitir que los fenómenos negativos aducidos no pertenecen inmediatamente a la esencia del nihilismo porque no llegan hasta ella. No obstante, insistiremos en que en la esencia del nihilismo tiene que imperar algo «negativo». De lo contrario, ¿cómo podría decir aún algo este nombre, cuya capacidad denominativa quisiéramos tomar en serio? La determinación precedente de la esencia del nihilismo ponía todo el peso en la diferencia entre lo propio y lo impropio dentro del nihilismo. El «in-» de lo impropio pone de manifiesto lo negativo. Heideggeriana: NiilismoSer
Ambas opiniones, pasando por alto su precipitación, serían igualmente erróneas. Efectivamente, las dos juzgan lo propio y lo impropio en la esencia del nihilismo desde el exterior. Por otra parte, emplean para juzgar criterios respecto de los cuales aún habría que decidir si se pueden utilizar. En efecto, entretanto ya debería haber quedado claro que con la pregunta por la esencia que hemos planteado nos movemos en el ámbito del ser mismo, ámbito al que ya no podemos explicar y juzgar desde otro lado, suponiendo que el modo de pensar intentado resulte suficiente. Si el «in» emerge en la esencia del nihilismo, sólo se lo puede pensar desde la unidad de esa esencia. Ésta muestra una diferencia que el «in» hace resaltar. Pero aún permanece oculto si el «in» y el «no» tienen su esencia en la diferencia o si lo negativo del «in» sólo es aportado a la diferencia como consecuencia de una negación. Heideggeriana: NiilismoSer
Pero ¿qué es lo que da ocasión y apoyo a esta negación en la unidad esencial del nihilismo? La pregunta no puede responderse inmediatamente. Por eso nos conformamos con comprender que en la esencia del nihilismo impera algo diferencial, algo diferencial que concierne al ser mismo. El «in-» no descansa ni en primer lugar ni solamente sobre una negación y su correspondiente negativo. Pero además, si en la esencia del nihilismo falta el rasgo fundamental de lo negativo en el sentido de lo destructivo, el propósito de superar el nihilismo de modo inmediato como algo pretendidamente sólo destructivo se muestra bajo una extraña luz. Con todo, más extraña aún sería la opinión de que un pensar que rechace la superación inmediata del nihilismo esencialmente pensado tendría que afirmar el nihilismo entendido de modo habitual. Heideggeriana: NiilismoSer
Casi nadie querrá poner en discusión la necesidad de un esfuerzo tal, pero esta necesidad tiene que ser previamente experimentada. Esto comporta, sin embargo, que el hombre experimente este dejar fuera en cuanto tal, es decir, que experimente lo impropio en la esencia del nihilismo. ¿Pero cómo podría ocurrir esto sin ser previamente afectado por lo propio, por el permanecer fuera del ser en su desocultamiento? Heideggeriana: NiilismoSer
Si prestamos atención a la esencia del nihilismo como una historia del ser mismo, el propósito de superar el nihilismo pierde sentido, si por ello se entiende que el hombre someta desde sí esa historia y la doblegue a su mero querer. También es errónea una superación del nihilismo entendida en el sentido de que el pensamiento humano vaya en contra del dejar fuera del ser. Heideggeriana: NiilismoSer
En lugar de precipitarse en una superación del nihilismo que siempre calcula con demasiada cortedad, el pensar que es afectado por la esencia del nihilismo se demora en el advenimiento del permanecer fuera y lo espera, para sólo entonces aprender a pensar el permanecer fuera del ser en lo que quisiera ser desde sí mismo. En el permanecer fuera en cuanto tal se oculta el desocultamiento del ser, se oculta como lo que esencia del ser mismo. En la medida, sin embargo, en que el ser es como desocultamiento del ente en cuanto tal, ya ha dirigido su palabra [zugesprochen] a la esencia del hombre. El ser mismo, en cuanto se retiene y se reserva a sí mismo en el desocultamiento de su esencia, ya se ha anunciado con su palabra [vorgesprochen] en la esencia del hombre y ha intercedido [eingesprochen] en ella. Heideggeriana: NiilismoSer
El ser que dirige de este modo su palabra, pero que se retiene en el quedar fuera, es la promesa [Versprechen] de si mismo. Pensar al encuentro del ser en su permanecer fuera quiere decir: penetrar en esa promesa, como la cual «es» el ser mismo. Es, sin embargo, en cuanto permanece fuera, es decir, en la medida en que de él mismo no hay nada. Esta historia, es decir la esencia del nihilismo, es el destino del ser mismo. En su esencia y pensado respecto de lo propio, el nihilismo es la promesa del ser en su desocultamiento, de manera tal que se oculta precisamente en cuanto tal promesa y; en el permanecer fuera, ocasiona al mismo tiempo que se lo deje fuera. Heideggeriana: NiilismoSer
¿En qué consiste la esencia del nihilismo si lo propio se piensa al mismo tiempo en referencia a lo impropio? Lo impropio en la esencia del nihilismo es la historia del permanecer fuera, es decir del ocultamiento de la promesa. Pero si el ser mismo se reserva a sí mismo en su permanecer fuera, la historia del dejar fuera el permanecer fuera es entonces precisamente el preservar de ese reservarse del ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer
Lo que por su esencia oculta salvaguardando y en esa esencia suya permanece allí oculto a sí mismo y por lo tanto, en general, y sin embargo de cierto modo aparece, es, en sí mismo, lo que denominamos misterio. En lo impropio de la esencia del nihilismo acontece el misterio de la promesa, como el cual el ser es Él mismo reservándose como tal. La historia de este misterio, él mismo en su historia, es la esencia de la historia del dejar fuera el permanecer fuera del ser. El dejar fuera el ser mismo en el pensar del ente en cuanto tal es la historia del desocultamiento del ente en cuanto tal. Esta historia es la metafísica. Heideggeriana: NiilismoSer
La esencia de la metafísica descansa en que es la historia del misterio de la promesa del ser mismo. Esta esencia de la metafísica pensada en su historia desde el ser mismo, es lo esencial de la inesencia del nihilismo que forma parte de la unidad de la esencia de éste. Por lo tanto – al igual que la esencia del nihilismo – no se la puede considerar ni positiva ni negativa. Pero si ya el propósito de una superación inmediata del nihilismo se precipita y pasa por encima de su esencia, entonces también el intento de superar la metafísica se derrumba como algo nulo. Al menos que el hablar de una superación de la metafísica contenga un sentido que no apunte ni a un rebajamiento ni, menos aún, a una eliminación de la metafísica. Heideggeriana: NiilismoSer
Se dijo en un primer momento que en la metafísica el ser mismo permanece impensado. Entretanto se ha mostrado con mayor claridad qué es lo que acontece en y como tal permanecer impensado. Es la historia del ser mismo en su permanecer fuera. La metafísica pertenece a esta historia. Sólo desde su proveniencia de acuerdo con la historia del ser la metafísica se encamina en su esencia al pensar. Ella es lo impropio en la esencia del nihilismo y acontece desde la unidad esencial con lo propio que hay en él. Heideggeriana: NiilismoSer
Según su esencia, el nihilismo es la historia de la promesa como la cual el ser mismo se reserva en un misterio que, él mismo histórico, salvaguarda el desocultamiento del ser desde aquella historia en la forma de la metafísica. La totalidad de esta esencia del nihilismo, en la medida en que, en cuanto historia del ser, se traslada a la esencia del hombre como albergue, da al pensamiento todo que pensar. Lo que de este modo se da al pensamiento como lo que hay que pensar, lo denominamos el enigma. Heideggeriana: NiilismoSer
¿Pero la esencia del nihilismo según la historia del ser no es lo meramente pensado por parte de un pensar exaltado con el que una filosofía romántica huye de la verdadera realidad? ¿Qué significa esta esencia pensada del nihilismo frente a la única realidad efectiva del nihilismo real, que esparce por todas partes confusión y descomposición, empuja al crimen y a la desesperación? ¿Qué pretende esa pensada nada del ser frente a la a-niquil-ación [Ver-nichts-ung] de todo ente que, con su violencia que se inmiscuye por todas partes, hace ya casi inútil toda resistencia? Heideggeriana: NiilismoSer
No hace falta ya describir con detalles la violencia en expansión del nihilismo real, que es experimentado de manera suficientemente directa aún sin una definición esencial ajena a la realidad. Por otra parte, a pesar de toda la unilateralidad de su interpretación, la experiencia de Nietzsche ha dado de modo tan penetrante con el nihilismo «real» que, frente a ella, la determinación aquí intentada de la esencia del nihilismo aparece como algo esquemático, por no hablar de su inutilidad. ¿Pues en medio de la amenaza de toda consistencia divina, humana, cósica y natural, quién habría de preocuparse por cuestiones tales como el dejar fuera del permanecer fuera del ser mismo, en caso de que esto acontezca y no sea más bien la escapatoria de una abstracción desesperada? Heideggeriana: NiilismoSer
¿Lo que Nietzsche experimenta y piensa, la historia de la desvalorización de los valores supremos, se mantiene por sí mismo? ¿No esencia en esa historia la esencia del nihilismo según la historia del ser? Que la metafísica de Nietzsche interprete el ser como un valor es el efectivo-eficaz [wirklich-wirksam] dejar fuera del permanecer fuera del ser mismo en su desocultamiento. Lo que llega al lenguaje en esa interpretación del ser como valor es lo impropio que acontece en la esencia del nihilismo, lo cual no se conoce a sí mismo y sin embargo sólo es desde la unidad esencial con lo propio del nihilismo. Si Nietzsche experimentó realmente una historia de la desvalorización de los valores supremos, lo así experimentado, junto con la experiencia misma, es el real dejar fuera del permanecer fuera del ser en su desocultamiento. Heideggeriana: NiilismoSer
¿Pensada desde esta visión, es la esencia del nihilismo algo abstracto? ¿O esto que esencia de la historia del ser mismo es el acontecer a partir del cual acontece [geschieht] ahora toda historia [Geschichte]? ¿El hecho de que toda historiografia, incluso la que posee el rango y la amplitud de miras de Jakob Burckhardt, no sepa ni pueda saber nada de todo esto, es una prueba suficiente de que esta esencia del nihilismo no «es»? Heideggeriana: NiilismoSer
En esta figura, la más extrema de lo impropio del nihilismo, que aparentemente aparece por sí, esencia la unidad esencial del nihilismo según la historia del ser. Admitiendo que el aparecer incondicionado de la voluntad de poder en la totalidad del ente no es una nada, ¿es acaso la esencia del nihilismo según la historia del ser, esencia que impera de modo oculto en aquel aparecer, algo sólo pensado o, más aún, fantástico? [La voluntad de poder y el dis-positivo [Ge-stell] y su ambigüedad.] Heideggeriana: NiilismoSer
La esencia del nihilismo según la historia del ser ni es algo sólo pensado ni está suspendida como algo separado por encima del nihilismo real. Antes bien, aquello que se tiene por «lo real» sólo es desde la historia esencial del ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer
¿Quién, si reflexiona sobre lo dicho hasta ahora, no presumirá que el ser mismo es capaz de esta posibilidad? ¿Quién, si piensa, podría, sin embargo, sustraerse a ser impresionado [angemutet] por esta extrema sustracción del ser, para presumir [vermuten] en ella una pretensión [Zumutung] del ser – éste mismo como tal pretensión -, pretensión que concierne al hombre en su esencia? Esta esencia no es algo humano. Es el albergue del advenir del ser que, en cuanto tal advenir, se dota de aquél y se traslada a él, de manera tal que – como consecuencia de ello y sólo así – «se da el ser». [Acaecimiento y darse, cfr. «Zeit und Sein». [«Tiempo y ser». Publicado posteriormente en Zur Sache des Denkens, Niemegar, Tubinga, 1969. Hay trad. cast. de E Soler en M. Heidegger, Filosofía, ciencia y técnica, 3 ed., Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1977; y de M. Garrido en M. Heidegger, Tiempo y Ser, Tecnos, Madrid, 1999.]] La esencia del nihilismo según la historia del ser acontece como la historia del misterio como la que se da la esencia de la metafísica. Heideggeriana: NiilismoSer
Para el pensar, la esencia del nihilismo es el enigma. Esto queda admitido. Pero esta admisión, sin embargo, no otorga con posterioridad y desde sí algo de lo que podía disponer previamente. La admisión [Eingeständnis] no hace más que colocarse en la insistencia [Inständigkeit]: en el expectante estar dentro [innestehen] en medio de la verdad del ser, ella misma encubierta. Pues sólo mediante la insistencia el hombre es capaz de mantenerse en su esencia como aquel que piensa. Heideggeriana: NiilismoSer
La voluntad de superar el nihilismo se desconoce a sí misma porque se excluye a sí misma de la revelación de la esencia del nihilismo como historia del permanecer fuera del ser, sin poder saber lo que hace. El desconocimiento de la imposibilidad esencial de superar el nihilismo en el interior de la metafísica, incluso mediante su inversión, puede llegar hasta el extremo de considerar inmediatamente la negación de esta posibilidad como una afirmación del nihilismo o, por lo menos, como una indiferencia que observa el proceso del deterioro nihilista sin intervenir. Heideggeriana: NiilismoSer
La historia en cuanto ser, en cuanto proviene incluso de la esencia del ser mismo, permanece impensada. Por eso, toda reflexión historiográfica del hombre sobre su situación es una reflexión metafísica y forma parte, ella misma, del esencial dejar fuera del permanecer fuera del ser. Es necesario pensar el carácter metafísico de la historiografía si hemos de medir el alcance de la reflexión historiográfica que en ocasiones se cree llamada, si no a salvar, por lo menos a aclarar al hombre que resulta puesto en juego en la época en que llega a su acabamiento la inesencia del nihilismo. Heideggeriana: NiilismoSer
Si la admisión por parte del hombre ya hubiera acontecido de acuerdo con su esencia según la historia del ser, el hombre tendría que poder experimentar la esencia del nihilismo. Esta experiencia le haría pensar que el nihilismo comúnmente conocido es lo que es desde el dominio acabado de la inesencia de su esencia. A esta proveniencia esencial del nihilismo metafísicamente comprendido se debe que el nihilismo no pueda superarse. Pero no se puede superar no porque sea insuperable sino porque todo querer superar sigue siendo inadecuado a su esencia. Heideggeriana: NiilismoSer
La relación histórica del hombre respecto de la esencia del nihilismo sólo puede basarse en que su pensar acepte pensar al encuentro del permanecer fuera del ser mismo. Este pensar según la historia del ser lleva al hombre ante la esencia del nihilismo; por el contrario, todo querer-superar deja efectivamente al nihilismo detrás de nosotros, pero sólo en la medida en que, imperceptiblemente, dentro del horizonte de experiencia metafísicamente determinado que sigue siendo dominante, se alza a nuestro alrededor con mayor poder aún y trastorna el opinar. Heideggeriana: NiilismoSer
Pero la falta de necesidad que se instaura como dominio de la metafísica lleva al ser mismo al extremo de su necesidad. Ésta no es sólo lo necesitante en el sentido del requerimiento que no cesa y que requiere el albergue en cuanto lo precisa como el desvelamiento del advenir, es decir, en cuanto lo deja esenciar como la verdad del ser. Lo incesante de su precisar va tan lejos en el permanecer fuera de su desocultamiento que el albergue del ser, es decir, la esencia del hombre, es dejado fuera, el hombre es amenazado con la aniquilación de su esencia y el ser mismo puesto en peligro en el precisar de su albergue. Yendo tan lejos en el permanecer fuera, el ser se dota del peligro de que la necesidad como la que esencia en cuanto necesitante no sea nunca históricamente para los hombres la necesidad que ella es. En el extremo, la necesidad del ser se vuelve falta de necesidad. El predominio de la falta de necesidad, que en cuanto tal permanece velada, del ser que, en su verdad, sigue siendo la necesidad doblemente necesitante del incesante precisar del albergue, no es otra cosa que la preponderancia incondicionada, dentro de la esencia del nihilismo, de su inesencia completamente desplegada. Heideggeriana: NiilismoSer
Pero ¿cómo puede esta necesidad en cuanto tal afectar expresamente al hombre, afectarlo en la lejanía esencial que tiene respecto de sí mismo? ¿Qué puede hacer el hombre, si la necesidad es en verdad necesidad del ser mismo? La necesidad del ser mismo, como la cual la esencia del nihilismo es históricamente y que traerá – quizá el advenimiento de lo esencial en él, no es, evidentemente, una necesidad de un tipo tal que el hombre pueda afrontarla manejándola y defendiéndose de ella. Aún suponiendo que defenderse no sea, respecto de esta necesidad, una relación contraria a su esencia, ¿cómo habría de hacerlo si no la conoce? Heideggeriana: NiilismoSer
Corresponder a la necesidad de la falta de necesidad sólo puede querer decir: contribuir ante todo a que se experimente de una vez la falta de necesidad como la necesidad que esencia. Para ello es necesario señalar lo falto de necesidad de la necesidad, lo que requiere que se experimente el dejar fuera del permanecer fuera del ser mismo. De esto forma parte: pensar en lo así experimentado la esencia del nihilismo como la historia del ser mismo. Esto significa, sin embargo: pensar al encuentro del advenir del sustraerse del ser en la referencia y ocupación de su albergue, es decir, de la esencia del hombre histórico. Heideggeriana: NiilismoSer
La frecuentemente repetida expresión de Nietzsche «vivir peligrosamente» pertenece al ámbito de la metafísica de la voluntad de poder y exige el nihilismo activo, al que ahora hay que pensar como el dominio incondicionado de la inesencia del nihilismo. Pero no es lo mismo el peligro en cuanto riesgo de ejercicio incondicionado de la violencia y el peligro en cuanto amenaza de la aniquilación de la esencia del hombre, proveniente del permanecer fuera del ser mismo. No obstante, el no pensar en el permanecer fuera de la necesidad de ser mismo que acontece como metafísica es la ofuscación frente a la falta de necesidad como necesidad esencial del hombre. Esta ofuscación proviene de la inconfesada angustia ante la angustia, que experimenta como terror el permanecer fuera del ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer
La necesidad de tener que pensar la esencia del «nihilismo» en conexión con la «transvaloración de todos los valores», con la «voluntad de poder», con el «eterno retorno de lo mismo», con el «superhombre», ya hace suponer que la esencia del nihilismo posee en sí misma muchos significados, muchos niveles y muchas formas. El término «nihilismo» permite un uso múltiple. Se puede abusar del título «nihilismo» como una ruidosa consigna carente de contenido que tiene a la vez la función de amedrentar, de descalificar y de ocultar al mismo que comete el abuso ocultando su propia falta de pensamiento. Pero también podemos experimentar toda la gravedad de lo que dice este título en el sentido de Nietzsche. Esto significa entonces: pensar la historia de la metafísica occidental como el fundamento de nuestra propia historia, y esto quiere decir como el fundamento de las decisiones futuras. Finalmente, podemos pensar de modo aún más esencial lo que Nietzsche pensaba con este término comprendiendo su «nihilismo clásico» como ese nihilismo cuya «clasicidad» consiste en que, sin saberlo, tiene que oponer una extrema resistencia al saber de su esencia más íntima. El nihilismo clásico se descubre entonces como ese acabamiento del nihilismo en el que éste se considera dispensado de la necesidad de pensar precisamente aquello que constituye su esencia: el nihil, la nada, en cuanto velo de la verdad del ser del ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La breve nota contiene una pregunta, la respuesta a la pregunta y un comentario de la respuesta. Se pregunta por la esencia del nihilismo. La respuesta dice: «Que los valores supremos se desvalorizan». Con esta respuesta nos enteramos de inmediato de algo decisivo para toda comprensión del nihilismo: el nihilismo es un proceso, el proceso de desvalorización, el proceso en el que los valores supremos se vuelven sin valor. Con esta caracterización no queda decidido si con esto se agota la esencia del nihilismo. Si los valores se vuelven sin valor, entonces decaen como tales, se vuelven caducos. Qué carácter tiene este proceso de «caducidad» de los «valores supremos», en qué medida es un proceso histórico, e incluso el proceso fundamental de nuestra historia occidental, en qué medida constituye la historicidad de la historia de nuestra propia época, todo esto sólo puede comprenderse si previamente sabemos qué «es» en general algo así como un «valor», en qué medida hay valores «supremos» («sumos») y cuáles son esos «valores supremos». Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Quizás la esencia del nihilismo esté en que no se tome en serio la pregunta por la nada. Efectivamente, la pregunta permanece sin desplegar, se permanece obstinadamente en el esquema interrogativo de una alternativa hace tiempo habitual. Se dice, con la aprobación general: o bien la nada «es» «algo» completamente nulo, o bien tiene que ser un ente. Pero puesto que la nada evidentemente no puede jamás ser un ente, sólo queda lo otro, que es lo absolutamente nulo. ¿Quién quisiera substraerse a esta irrefutable «lógica»? Con todo el respeto por la lógica, el pensar correcto sólo puede ser invocado como tribunal de última instancia si previamente se ha establecido que aquello que debe ser pensado de modo «correcto» de acuerdo con las reglas de la «lógica» agota todo lo pensable, todo lo que hay que pensar y todo lo que es entregado como tarea al pensar. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La nota de Nietzsche que hemos comentado (n. 2) da una primera visión de la esencia del nihilismo pensada de modo nihilista, una perspectiva de la dirección en la que Nietzsche concibe el nihilismo. El nihilismo es el proceso de la desvalorización de los valores supremos. El nihilismo es la legalidad interna de ese proceso, la «lógica» de acuerdo con la cual se produce, en correspondencia con su propia esencia, la caducidad de los valores supremos. ¿En qué se funda esta legalidad misma? Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Los epígrafes cosmología, psicología y teología – o la trinidad naturaleza, hombre, Dios – circunscriben el ámbito en el que se mueve todo el representar occidental cuando piensa el ente en su totalidad en el modo de la metafísica. Por eso, al leer el título «Caducidad de los valores cosmológicos» suponemos inmediatamente que Nietzsche, de los tres ámbitos usuales de la metafísica destaca uno determinado, el de la cosmología. Esta suposición es errónea. Cosmos no significa aquí «naturaleza» a diferencia del hombre y de Dios, sino que significa lo mismo que «mundo», y mundo es el nombre del ente en su totalidad. Los «valores cosmológicos» no son una determinada clase de valores que están junto a otros del mismo rango o a los que podrían incluso subordinarse. Determinan, por el contrario, «aquello a lo que ella [la vida humana] pertenece, «naturaleza», «mundo», la completa esfera del devenir y lo transitorio» (La genealogía de la moral, VII, 425; 1887); designan el más amplio anillo que abraza todo lo que es y deviene. Fuera de ellos y por encima de ellos no hay nada. El nihilismo, en cuanto desvalorización de los valores supremos, es: caducidad de los valores cosmológicos. Si se entiende el epígrafe de manera correcta, el fragmento trata de la esencia del nihilismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Si Nietzsche habla del nihilismo como de un «estado psicológico», al aclarar la esencia del nihilismo se moverá también en conceptos «psicológicos» y hablará el lenguaje de la «psicología». Esto no es casual y por lo tanto no es una forma extrínseca de comunicarse. A pesar de ello, tenemos que oír en ese lenguaje un contenido más esencial, pues se refiere al «cosmos», al ente en su totalidad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El nihilismo es el proceso de desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento. Cuando se desvalorizan estos valores supremos, que son quienes conceden su valor a todo ente, también el ente que se funda en ellos se vuelve carente de valor. El nihilismo, en cuanto caducidad de los valores cosmológicos es entonces al mismo tiempo la aparición del nihilismo como sentimiento de la carencia de valor de todo, como «estado psicológico». ¿En qué condiciones surge este estado? El nihilismo «tendrá que sobrevenir», en primer lugar, «cuando hayamos buscado en todo acontecer un “sentido” que “no se encuentra en él”». La condición previa del nihilismo es, entonces, que busquemos un «sentido» «en todo acontecer», es decir en el ente en su totalidad. ¿Qué entiende Nietzsche por «sentido»? De la respuesta a esta pregunta depende la comprensión de la esencia del nihilismo, en la medida en que Nietzsche lo equipara con frecuencia con el dominio de la «carencia de sentido» (cf. n. 11). «Sentido» significa lo mismo que valor, pues en lugar de «carencia de sentido» Nietzsche también dice «carencia de valor». Falta, sin embargo, una determinación suficiente de la esencia del «sentido». Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Si con la tercera forma de las condiciones relativas al surgimiento y a la esencia del nihilismo se alude históricamente a la filosofía de Platón, respecto de la segunda y de la primera tenemos que buscar la figura histórica correspondiente en la filosofía preplatónica. En efecto, podemos encontrar la postulación de una «unidad» para el ente en su totalidad en la doctrina de Parménides: §n to on. Para la primera forma de las condiciones de surgimiento no es posible, en cambio, encontrar un testimonio histórico explícito ya por el hecho de que tiene el carácter de condición fundamental de posibilidad del nihilismo y, por lo tanto, domina a través de toda su historia. Pero dado que esto, en el fondo, es válido respecto de las tres condiciones y éstas, si bien con las correspondientes transformaciones, se hacen valer en toda posición metafísica fundamental, el intento de mostrar una correspondencia de tipo historiográfico con las tres condiciones citadas carece del significado que se le podría haber exigido en un primer momento, especialmente si tenemos en cuenta que la sección A no es más que el preludio de B. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Con esto queda dicho: la esencia de los valores tiene su fundamento en «formas de dominio». Los valores están esencialmente referidos al «dominio». Dominio es el estar-en-poder del poder. Los valores están referidos a la voluntad de poder, son dependientes de ella en cuanto auténtica esencia del poder. Lo no verdadero e insostenible de los valores supremos válidos hasta el momento no radica en ellos mismos, en su contenido, en que se busque un sentido, se ponga una unidad y se fije una verdad. Lo no verdadero lo ve Nietzsche en que esos valores sean trasladados a un ámbito que «es en sí», dentro del cual y a partir del cual habrían de valer en sí mismos y de modo incondicionado; mientras que, por el contrario, tienen su origen y su ámbito de validez sólo en una determinada especie de la voluntad de poder. Si volvemos a pensar el título del fragmento n.12, «Caducidad de los valores cosmológicos», desde la sección final, se verá ahora que ese título sólo cubre la totalidad del fragmento si comprendemos de antemano el nihilismo del que habla Nietzsche como historia, es decir, al mismo tiempo de modo positivo como etapa previa a una «nueva» posición de valores, y esto de manera tan decidida que experimentemos precisamente al nihilismo más extremo no como total decadencia sino como transición hacia nuevas condiciones de existencia. Esta visión general de la esencia del nihilismo fue fijada por Nietzsche en la época de la redacción del fragmento 12 en la siguiente nota: «Visión general. Efectivamente, todo gran crecimiento lleva consigo un enorme desmoronarse y perecer. el padecer, los síntomas de declinación pertenecen a las épocas de un enorme avance; todo movimiento fértil y poderoso de la humanidad ha creado al mismo tiempo un movimiento nihilista. En determinadas circunstancias, el hecho de que llegara al mundo la forma más extrema de pesimismo, el nihilismo en sentido propio, sería el signo de un crecimiento decisivo y sumamente esencial, de la transición a nuevas condiciones de existencia. Esto he comprendido.» (n. 112; primavera-otoño de 1887) Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La tarea propiamente dicha de pensar a fondo el concepto nietzscheano del nihilismo europeo gana en determinación después del primer comentario del fragmento n. 12. Lo que al comienzo de las reflexiones sólo se adelantó de modo aproximativo puede ahora unificarse, en vistas a la discusión propiamente dicha de la esencia del nihilismo, en dos direcciones cuestionantes que fijaremos en las proposiciones siguientes. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
2) Esta esencia del nihilismo es pensada por Nietzsche únicamente desde la idea de valor, únicamente en esa forma se vuelve objeto de la crítica y del intento de superación. Pero puesto que la posición de valores tiene su principio en la voluntad de poder, la superación del nihilismo se desarrolla, a través de su acabamiento en el nihilismo clásico, en una interpretación del ente en su totalidad como voluntad de poder. La nueva posición de valores es metafísica de la voluntad de poder. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Ad 1) El nihilismo es una historia. Con esto no queremos decir simplemente que lo que llamamos nihilismo «tiene» una «historia» en la medida en que se lo puede seguir en su decurso temporal. El nihilismo es historia. En el sentido de Nietzsche, el nihilismo contribuye a constituir la esencia de la historia occidental porque contribuye a determinar la legalidad de las posiciones metafísicas fundamentales y de su relación. Pero las posiciones metafísicas fundamentales son el suelo y el ámbito de lo que conocemos como historia universal, en especial como historia occidental. El nihilismo determina la historicidad de esta historia. Por eso, para comprender la esencia del nihilismo no es tan importante contar la historia del nihilismo en cada siglo y describir sus formas. Todo tiene que apuntar en primer lugar a reconocer al nihilismo como legalidad de la historia. Si se quiere comprender esta historia como «decadencia», contando a partir de la desvalorización de los valores supremos, el nihilismo no es la causa de esta decadencia sino su lógica interna: esa legalidad del acontecer que lleva más allá de la mera decadencia y por lo tanto señala ya más allá de ella. Por eso, la comprensión de la esencia del nihilismo no consiste en el conocimiento de los fenómenos que pueden presentarse historiográficamente como nihilistas sino que consiste en comprender los pasos, los grados y estadios intermedios, desde la incipiente desvalorización hasta la necesaria transvaloración. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Si la historia fuera una cosa podría aún resultar convincente que se exigiera estar «por encima» de ella para poder conocerla. Pero si la historia no es una cosa, y si nosotros mismos, al ser de modo histórico, somos también ella misma, el intento de estar «por encima» de la historia es quizá una aspiración que jamás podrá alcanzar el lugar desde donde tomar una decisión histórica. Presumiblemente, la meditación sobre la esencia más originaria de la metafísica nos conduce a la cercanía del lugar de tal decisión. Esta meditación es equivalente a la intelección de la esencia del nihilismo europeo según la historia del ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Ahora bien, por esta ambigüedad del pesimismo llegan a desarrollarse, sin embargo, posiciones extremas. Éstas circunscriben un ámbito sólo desde el cual emerge, en múltiples estadios, la auténtica esencia del nihilismo. En primer lugar, se produce un «estado intermedio». Por momentos se extiende el «nihilismo incompleto», por momentos se atreve a surgir ya el «nihilismo extremo». El «nihilismo incompleto», si bien niega los valores supremos válidos hasta el momento, no hace más que poner nuevos ideales en el antiguo lugar (en lugar del «cristianismo primitivo, «el comunismo»; en lugar del «cristianismo dogmático», la «música wagneriana»). Esta medianía retarda la decidida destitución de los valores supremos. El retardo oculta lo decisivo: que con la desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento tiene que eliminarse sobre todo el lugar que les es adecuado, lo «suprasensible» existente en sí. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
La siguiente explicación intenta orientar hacia ese lugar desde el que, tal vez, podrá plantearse un día la pregunta por la esencia del nihilismo. La explicación tiene su raíz en un pensamiento que comienza a ganar claridad por primera vez en lo tocante a la posición fundamental de Nietzsche dentro de la historia de la metafísica occidental. La indicación ilumina un estadio de la metafísica occidental que, presumiblemente, es su estadio final, porque en la medida en que con Nietzsche la metafísica se ha privado hasta cierto punto a sí misma de su propia posición esencial, ya no se divisan otras posibilidades para ella. Tras la inversión efectuada por Nietzsche, a la metafísica solo le queda pervertirse y desnaturalizarse. Lo suprasensible se convierte en un producto de lo sensible carente de toda consistencia. Pero, al rebajar de este modo a su opuesto, lo sensible niega su propia esencial la destitución de lo suprasensible también elimina a lo meramente sensible y, con ello, a la diferencia entre ambos. La destitución de los suprasensible termina en un «ni esto… ni aquello» en relación con la distinción entre lo sensible (aistheton) y lo no-sensible (noeton). La destitución aboca en lo sin-sentido. Pero aún así, sigue siendo el presupuesto impensado e inevitable de los ciegos intentos por escapar a lo carente de sentido por medio de una mera aportación de sentido. Heideggeriana: NietzscheDeus
Frente a esto debemos comenzar por meditar. Por eso le preguntamos ahora al propio Nietzsche qué entiende por nihilismo y dejamos por ahora abierta la cuestión de si, con su comprensión, Nietzsche ya acierta y puede acertar con la esencia del nihilismo. Heideggeriana: NietzscheDeus
Ahora bien, si quisiéramos entender al pie de la letra la definición de Nietzsche según la cual la esencia del nihilismo es la pérdida de valor de los valores supremos, obtendríamos una concepción de la esencia del nihilismo que entretanto se ha vuelto usual, en gran medida gracias al apoyo del propio título nihilismo y que supone que la desvalorización de los valores supremos significa, evidentemente, la decadencia. Lo que ocurre es que, para Nietzsche, el nihilismo no es en absoluto únicamente una manifestación de decadencia, sino que como proceso fundamental de la historia occidental es, al mismo tiempo y sobre todo, la legalidad de esta historia. Por eso, en sus consideraciones sobre el nihilismo, a Nietzsche no le interesa tanto describir históricamente la marcha del proceso de desvalorización de los valores supremos, para acabar midiendo la decadencia de Occidente, como pensar el nihilismo en tanto que «lógica interna» de la historia occidental. Heideggeriana: NietzscheDeus
Entretanto, por lo menos nuestra reflexión ve con mayor claridad un rasgo de la esencia del nihilismo. La esencia del nihilismo reside en la historia según la cual, en la manifestación de lo ente como tal en su totalidad, no se toca para nada al ser mismo y su verdad, de tal modo, que la verdad de lo ente como tal vale para el ser porque falta la verdad del ser. Es cierto que en la época de la incipiente consumación del nihilismo, Nietzsche experimentó y al mismo tiempo interpretó de manera nihilista algunos rasgos del nihilismo, y, de esta manera, ocultó por completo su esencia. Pero Nietzsche nunca reconoció la esencia del nihilismo, como tampoco lo hizo ninguna metafísica anterior a él. Heideggeriana: NietzscheDeus
Con todo, si la esencia del nihilismo reside en la historia que quiere que la verdad del ser falte por completo en la manifestación de lo ente como tal en su totalidad y, de acuerdo con esto no ocurra nada con el ser mismo y su verdad, entonces, en cuanto historia de la verdad de lo ente como tal, la metafísica es en su esencia, nihilismo. Si la metafísica es el fundamento histórico de la historia universal determinada occidental y europeamente, entonces dicha historia es nihilista en un sentido muy diferente. Heideggeriana: NietzscheDeus
La metafísica es una época de la historia del ser mismo. Pero en su esencia la metafísica es nihilismo. La esencia del nihilismo pertenece a la historia, forma bajo la que se presenta el ser mismo. Si es que la nada, como de costumbre, señala en dirección al ser, entonces la determinación histórica del ser del nihilismo debería haber señalado por lo menos el ámbito dentro del que se torna experimentable la esencia del nihilismo con el fin de convertirse en algo pensado que atañe a nuestra memoria. Estamos acostumbrados a escuchar una resonancia desagradable en la palabra nihilismo. Pero si meditamos la esencia histórica del ser del nihilismo, entonces a esa simple resonancia se añade algo disonante. La palabra nihilismo dice que en aquello que nombra, el nihil (la nada) es esencial. Nihilismo significa: desde cualquier perspectiva todo es nada. Todo, lo que quiere decir: lo ente en su totalidad. Pero lo ente está presente en cada una de sus perspectivas cuando es experimentado en cuanto ente. Entonces, nihilismo significa que lo ente como tal en su totalidad es nada. Pero lo ente es lo que es y tal como es, a partir del ser. Suponiendo que todo «es» reside en el ser, la esencia del nihilismo consiste en que no pasa nada con el propio ser. El propio ser es el ser en su verdad, verdad que pertenece al ser. Heideggeriana: NietzscheDeus
Desde la perspectiva de la historia acontecida del ser, la esencia del nihilismo es el estado de abandono del ser, en tanto que en él se produce el hecho de que el ser se deja ir a las maquinaciones. Este dejarse ir sojuzga al hombre en una servidumbre incondicionada. Esta no es en modo alguno una decadencia, algo «negativo» en algún sentido u otro. Heideggeriana: SM
El escrito da el texto sin cambios, ampliado en algunas líneas (pág. 24 y sigs.), de la contribución al volumen homenaje a Ernst Jünger (1955). Se ha modificado el título. Era: Sobre «La línea». El nuevo título debe mostrar que la meditación sobre la esencia del nihilismo provino de una exposición del es así en cuanto . Según la tradición, la filosofía entiende por la pregunta del Ser la pregunta por el ente en cuanto ente. Es la pregunta de la metafísica. La respuesta a esta pregunta se remite siempre a una interpretación del Ser, que se queda en lo impreguntable y prepara el fundamento y suelo para la metafísica. La metafísica no vuelve a su fundamento. Explícita esa vuelta la Introducción a ¿Qué es metafísica?, que desde la 5a edición (1949) se antepone al texto de la conferencia. (11a edición 1955, págs., 7-23). Heideggeriana: PreguntaSer
Así pues, podría esperarse «una buena definición del nihilismo» de una explicación de línea, si el esfuerzo humanamente posible por la curación pudiera compararse a un cortejo trans lineam. Es cierto que usted acentúa que el nihilismo no puede equipararse a la enfermedad, como tampoco al caos y a lo malo. El nihilismo mismo, como tampoco el agente cancerígeno, no son algo enfermizo. Respecto a la esencia del nihilismo no hay ninguna perspectiva y ninguna pretensión razonable de curación. Sin embargo, su escrito mantiene un estilo médico, como ya indica la división en pronóstico, diagnóstico, terapia. El joven Nietzsche llama una vez al filósofo el «médico de la cultura» (WW X, pág. 225). Pero ahora ya no se trata sólo de la cultura. Usted dice con razón: «El todo está en juego». «Se trata del planeta en general» (pág. 47). El curar sólo puede referirse a las consecuencias malignas y a los fenómenos amenazadores que acompañan a este proceso planetario. Tanto más urgentemente necesitamos el conocimiento y el reconocimiento del agente, es decir, de la esencia del nihilismo. Tanto más necesario es el pensar, suponiendo que sólo en el pensar correspondiente se prepare una experiencia suficiente de la esencia. [388] Pero, en la misma medida en que se desvanecen las posibilidades de una curación inmediatamente eficaz, se ha reducido también la capacidad del pensar. La esencia del nihilismo no es ni curable ni incurable. Es lo sin cura, pero en cuanto tal es, sin embargo, una remisión única a la cura. Si el pensar debe acercarse al ámbito de la esencia del nihilismo, entonces será necesariamente previo y, por tanto, otro. Heideggeriana: PreguntaSer
Todavía hoy, – como no podía ser menos -, se recoge lo fecundo de su decir en la «descripción» bien entendida. Pero la óptica y el círculo visual que guían el describir no están determinados ya, o no lo están de modo adecuado, como antes. Pues usted no participa ya en aquella acción del nihilismo activo, que también en El trabajador es pensada en sentido nietzscheano en la dirección de una superación. Sin embargo, el no-tomar-parte no significa en absoluto: estar fuera del nihilismo, máxime si la esencia del nihilismo no es nihilista y si la historia de esta esencia es más vieja y sigue siendo más joven que las fases históricamente constatables de las diversas formas del nihilismo. Por ello no pertenece a su obra El trabajador y el subsiguiente, y todavía más sobresaliente ensayo Sobre el dolor (1934) a los actos retirados del movimiento nihilista. Al contrario: me parece que esas obras quedan, porque, en la medida en que hablan el lenguaje de nuestro siglo, puede prenderse de nuevo en ellas la discusión todavía no conseguida con la esencia del nihilismo. Heideggeriana: PreguntaSer
Según ello, una explicación de la línea tiene que preguntar: ¿en qué consiste la consumación del nihilismo? La respuesta parece obvia. El nihilismo se ha consumado cuando ha prendido todas las existencias y está por todas partes, cuando ya no puede afirmarse que sea una excepción, en tanto que se ha vuelto un estado normal. Pero en el estado normal se realiza sólo la consumación. Aquél es una consecuencia de ésta. Consumación significa la concentración de todas las posibilidades esenciales del nihilismo, que en conjunto y aisladamente siguen siendo difícilmente penetrables. Las posibilidades esenciales del nihilismo sólo se dejan pensar si pensamos de nuevo su esencia. Digo «de nuevo», porque la esencia del nihilismo precede, y por tanto perdura en, los fenómenos nihilistas aislados, y los concentra en la consumación. Sin embargo, la consumación del nihilismo no es ya su final. Con la consumación del nihilismo comienza sólo la fase final del nihilismo, cuya zona se presume, ya que está dominada por un estado normal y su consolidación, que es inusualmente amplia. Por eso la línea-cero, donde la consumación llega a su final, a lo mejor no es todavía visible. Heideggeriana: PreguntaSer
Escribo todo esto en forma de preguntas pues, por lo que veo, no alcanza a más un pensar hoy, sino a meditar incansablemente lo que suscita las citadas preguntas. Tal vez llegue el momento en que se muestre más distintamente a una luz más clara la esencia del nihilismo por otros caminos. Hasta aquí me contento con la suposición de que podríamos reflexionar sobre la esencia del nihilismo sólo de manera que emprendiéramos antes el camino que lleva a una explicación de la esencia del Ser. Sólo por ese camino puede explicarse la pregunta por la Nada. Pero la pregunta por la esencia del Ser se extingue si no abandona el lenguaje de la metafísica, porque el representar metafísico impide pensar la pregunta por la esencia del ser. [406] Heideggeriana: PreguntaSer
Sin embargo, no por ello debemos prestar menos atención a la explicación de la esencia del nihilismo, aunque sólo sea porque el nihilismo está interesado en disimular su propia esencia, y así sustraerse a la discusión decisiva de todo. Heideggeriana: PreguntaSer
Pero ¿por qué menciono en una carta sobre la esencia del nihilismo consumado estas cosas circunstanciales y abstractas? Por una parte, para indicar que no es en absoluto más fácil decir [sagen] «el Ser», que hablar [sprechen] de la Nada; pero después, para mostrar de nuevo cómo ineludiblemente aquí todo depende del correcto decir, de aquel logos, cuya esencia no es capaz nunca de experimentar la Lógica y Dialéctica que proviene de la metafísica. Heideggeriana: PreguntaSer
¿De dónde viene esta esencia? ¿Dónde tenemos que buscarla? ¿Cuál – es el lugar de la Nada? No preguntamos irreflexivamente demasiado cuando buscamos el lugar y explicamos la esencia de la línea. Pero, ¿no es esto sino el intento de dar lo que usted exige: «una buena definición del nihilismo»? Parece como si se continuara el pensar en un círculo mágico, traído e incluso burlado alrededor de lo mismo, pero sin poderse alimentar de ese algo. Pero quizá es el círculo una espiral oculta. Quizá se ha estrechado ésta mientras tanto. Esto significa: el modo y manera según las cuales nos acercamos a la esencia del nihilismo se transforma. La bondad de la «buena definición» exigida con todo derecho, encuentra su acreditación en que abandonemos el querer definir, en la medida en que éste tiene que afirmarse en proposiciones enunciativas en las que se extingue el pensar. Pero sigue siendo una ganancia menor, ya que es sólo negativa, si aprendemos a reparar que sobre la Nada y el Ser y el nihilismo, sobre su esencia y sobre la esencia (verbal) de la esencia (nominal) no puede dispensarse ninguna información que bajo la forma de proposiciones enunciativas pueda estar al alcance de la mano. Heideggeriana: PreguntaSer
Pero sigue siendo una ganancia cuando experimentamos que aquello para lo que debe valer una buena definición, la esencia del nihilismo, nos remite a un ámbito que exige otro decir. Si pertenece al «Ser» la donación, y además de modo que aquél consiste en ésta, entonces se disuelve el «Ser» en la donación. Ésta se vuelve ahora lo digno de ser preguntado, y que como tal es pensado de aquí en adelante el Ser, que ha vuelto a su esencia y fusionado en ella. De acuerdo con esto la previsión pensante en este ámbito sólo puede aún escribir el «Ser» de la manera siguiente [411]: el . La tachadura en forma de cruz sólo proviene de modo inmediato, a saber, del hábito casi inextirpable de representar «el Ser» como un enfrente que existe por sí mismo, y que entonces sólo a veces sale al encuentro de los hombres. Conforme a esta representación tiene entonces la apariencia de como si el hombre fuera excluido del «Ser». Sin embargo, no sólo no es excluido, es decir, no sólo es comprendido en el «Ser», sino que «Ser» es quien, necesitando la esencia humana, está obligado a abandonar la apariencia del para-sí, por lo que es también de esencia distinta de lo que quisiera reconocer la representación de un conjunto que abarca la relación-sujeto-objeto. Heideggeriana: PreguntaSer
Igual que el , así tendría también que ser escrita, es decir, pensada, la Nada. Importa aquí: a la Nada pertenece, no como aditamento, la esencia humana que recuerda. Si, por tanto, la Nada alcanza a dominar de un modo particular en el nihilismo, entonces el hombre no sólo está afectado por el nihilismo, sino que participa esencialmente de él. Pero entonces tampoco está toda la «consistencia» humana en algún lugar más acá de la línea, para luego cruzarla y establecerse más allá de ella en el Ser. [412] La esencia humana pertenece ella misma a la esencia del nihilismo y, por tanto, a la fase de su consumación. El hombre, en cuanto aquella esencia usada en el , forma parte de la zona del , y esto quiere decir, al mismo tiempo de la Nada. El hombre no sólo está en la zona crítica de la línea. Él mismo es, pero no para sí y en absoluto por sí, esa zona y por tanto la línea. En ningún caso es la línea, pensada como signo de la zona del nihilismo consumado, aquello que está frente al hombre como algo rebasable. Pero entonces también cae la posibilidad de un trans lineam y de su cruce. Heideggeriana: PreguntaSer
Cuanto más reflexionamos sobre «la línea» tanto más desaparece esta imagen inmediatamente accesible, sin que los pensamientos que se encienden en ella tengan que perder su significado. En el escrito Sobre la línea da usted una descripción local del nihilismo y un juicio de la situación y de la posibilidad de movimiento del hombre respecto al lugar descrito y designado por la imagen de la línea. Es cierto que se necesita una topografía del nihilismo, de su proceso y de su separación. Pero a la topografía tiene que preceder una topología: la explicación de aquel lugar que reúne el Ser y la Nada en su esencia, que determina la esencia del nihilismo, y así permite conocer los caminos en los que se esbozan los modos de una posible superación del nihilismo. Heideggeriana: PreguntaSer
¿En qué consiste, pues la superación [Überwindung] del nihilismo? En la convalecencia [Verwindung] de la metafísica. Esto es un pensamiento chocante. Se intenta eludirlo. Hay menos ocasión todavía de suavizarlo. Sin embargo, la aceptación de aquel pensamiento encontrará menos resistencia si tenemos en cuenta que a consecuencia de él la esencia del nihilismo no es nada nihilista, y que no se le sustrae nada a la vieja dignidad de la metafísica si su propia esencia esconde en sí misma el nihilismo. Heideggeriana: PreguntaSer
Según esto, habría que buscar la zona de la línea crítica, es decir, la localidad de la esencia del nihilismo consumado, allí donde la esencia de la metafísica despliega sus posibilidades extremas, y se recoge en ellas. Esto acontece allí donde la voluntad de la voluntad únicamente quiere, es decir, exige, coloca a todo presente sólo en la colocabilidad general y uniforme de su existencia. En cuanto reunión incondicionada de semejante colocar no desaparece el . Irrumpe en una inhospitalidad única. En la desaparición y en la reducción se muestra sólo lo de antiguo presente, que aún no ha capturado la voluntad de la voluntad, sino que ha dejado todavía en la voluntad del espíritu y de su automovimiento total, en el que se mueve el pensar de Hegel. Heideggeriana: PreguntaSer
¿Qué significa esta referencia? Debe significar qué torpe y a disgusto se entrega el pensar a una meditación que medite sobre lo que también sigue siendo el interés de su escrito Sobre la línea: la esencia del nihilismo. Heideggeriana: PreguntaSer
Los malentendidos aparentemente todavía no extirpables de la pregunta «¿Qué es metafísica?» y el desconocimiento de su posición son en mínima parte sólo consecuencias de una aversión contra el pensar. Su origen está oculto más profundamente. Pertenecen a los fenómenos que iluminan nuestra marcha histórica: nos movemos aún con toda la consistencia dentro de la zona del nihilismo, supuesto desde luego que la esencia del nihilismo consiste en el olvido del Ser. Heideggeriana: PreguntaSer
La esencia del nihilismo que se consuma por último en el dominio de la voluntad de la voluntad, consiste en el olvido del Ser. A él parecemos corresponder antes que nada cuando lo olvidamos y esto quiere decir aquí: lo despreciamos. Pero de ese modo no prestamos atención a lo que quiere decir olvido como ocultamiento del . Si prestamos atención a ello, entonces experimentamos la desconcertante necesidad: en lugar de querer superar el nihilismo tenemos que intentar primero entrar en su esencia. La entrada en su esencia es el primer paso por el que dejamos tras de nosotros el nihilismo. El camino de esta entrada tiene la dirección y la índole de una retirada. No quiere sin duda decir una retirada a tiempos muertos para intentar reavivarlos de una forma artificiosa. El hacia atrás nombra aquí la dirección hacia aquella posición (el olvido del Ser) desde la que recibe y mantiene ya la metafísica su origen. Heideggeriana: PreguntaSer
Aquí reconocemos por qué todo decir de esta índole se sigue esforzando en lo que carece de ayuda. Camina siempre a través de la ambigüedad de la palabra y sus giros. La ambigüedad del decir no consiste en absoluto en una mera acumulaci