esencia del espíritu

Pero el experimentar como alcanzar es sólo el despliegue de la conciencia hacia la verdad de su ser. La experiencia de la conciencia no es sólo ni en primer lugar un tipo de conocimiento, sino un ser, y a saber el ser del absoluto que aparece, cuya esencia misma descansa en el incondicionado aparecer de sí mismo. El absoluto es para Hegel “el concepto”, en el sentido del incondicionado concebirse a sí misma de la razón. Y este concepto incondicionado es la esencia del espíritu. El espíritu es en sí y para sí “la idea absoluta”. “Idea” quiere decir: el mostrarse, pero pensado modernamente: como representarse al mismo que representa – representación incondicionada, manifestación de sí mismo en la verdad incondicionada de su propia esencia, que modernamente determinada es certeza y saber. El espíritu es el saber absoluto. La experiencia de la conciencia es el presentarse del saber en su aparecer. “La experiencia de la conciencia” es la esencia de la “Fenomenología”. Pero ésta es “la Fenomenología del espíritu”. Heideggeriana: HegelFenomenologia

La “experiencia” es movimiento, es hacerse conciente de la esencia del espíritu que experimenta, es la filosofía misma como historia de la experiencia esencial del absoluto. Heideggeriana: HegelFenomenologia

El primer párrafo nombra el asunto de la filosofía. «Ella contempla lo presente en cuanto presente y de este modo (contempla) lo que ya predomina en él (en lo presente) de antemano y por sí mismo»,(Aristóteles, Met. L, 1, 1.003 a 21). El predominio concierne el venir-a-la-presencia en el desocultamiento. La filosofía contempla lo que se presenta en su presencia. La contemplación considera lo que se presenta. De tal manera lo pone en su punto de mira que sólo ve lo que se presenta en cuanto tal. La filosofía observa: lo que se presenta en cuanto a su aspecto. En la visión de esta contemplación no se oculta ningún sentido profundo. La theoria es el desencanto de todo conocimiento. Hegel dice en el lenguaje de su pensar: la filosofía es «el conocimiento efectivamente real de lo que es de verdad». Mientras tanto, aquello verdaderamente ente se ha mostrado como lo efectivamente real cuya realidad efectiva es el espíritu. Pero la esencia del espíritu reside en la autoconciencia. Heideggeriana: HegelExperiencia

A diferencia del uso lingüístico de Hegel, usamos el nombre «ser» tanto para aquello que Hegel, junto con Kant, llama la objetividad, como para aquello que él representa como lo verdaderamente efectivo, llamándolo realidad efectiva del espíritu. No interpretamos el einai, el ser de los griegos, desde el punto de vista de Hegel, como objetividad del representar inmediato de una subjetividad que aún no ha llegado a sí misma, esto es, no lo interpretamos desde tal, sino desde el griego aletheia, en tanto que venida a la presencia a partir de y en el desocultamiento. Pero la presencia, que acontece en la representación de la skepsis de la conciencia, es un modo de presencia que, como la ousiade los griegos, está presente a partir de una esencia todavía impensada de una época oculta. La entidad de lo ente, que desde los inicios del pensamiento griego hasta la doctrina de Nietzsche del eterno retorno de lo igual, ha acontecido como verdad de lo ente, para nosotros sólo es un modo del ser, si bien decisivo, que de ningún modo aparece necesariamente sólo como presencia de lo que se presenta. A juzgar por el modo en que Hegel emplea la palabra ser, desde un punto de vista riguroso, no debería seguir llamando a aquello que considera la verdadera realidad efectiva de lo efectivamente real, el espíritu, por medio de un nombre que todavía contiene la palabra «ser». Sin embargo, eso es lo que ocurre en todas partes, desde el momento en que la esencia del espíritu permanece autoconciencia [ser-consciente-de sí]. Desde luego, este uso de la lengua no es el resultado de una terminología imprecisa o inconsecuente, sino que tiene su fundamento en la oculta manera en la que el ser se desvela y se oculta a sí mismo. Heideggeriana: HegelExperiencia

El rótulo «Ciencia de la experiencia de la conciencia» desaparece en favor de uno nuevo: «Ciencia de la Fenomenología del Espíritu». El nuevo rótulo se ha construido siguiendo el mismo esquema exacto. Tenemos que pensar también sus genitivos de manera dialéctico-especulativa. En lugar de la palabra «experiencia» tenemos ahora un nombre ya usual en la filosofía escolar: «fenomenología». La esencia de la experiencia es la esencia de la fenomenología. phainesthai el manifestarse del sujeto absoluto, que es llamado «el espíritu», se recoge al modo de diálogo entre la conciencia óntica y la ontológica. La «-logía», en la fenomenología, es la legesthai en el sentido del ambiguo dialegesthai que caracteriza al movimiento bajo cuya forma la experiencia de la conciencia es el ser de ésta. La fenomenología es el recogerse del doble diálogo del espíritu con su parusía. Fenomenología es aquí el nombre para la existencia del espíritu. El espíritu es el sujeto de la fenomenología no su objeto. La palabra no significa aquí ni una disciplina de la filosofía, ni tan siquiera el nombre para un tipo especial de investigación cuya preocupación es describir lo dado. Como, sin embargo, el recogerse de lo absoluto en su parusía exige esencialmente la presentación, la determinación de ser ciencia forma ya parte de la esencia de la fenomenología, pero no en la medida en que es un representar del espíritu, sino en la medida en que es la existencia, la presencia del espíritu. Por eso, bien mirado, el título abreviado, «La Fenomenología del Espíritu», no cae en lo indeterminado. Obliga al pensar al último recogimiento posible. «La Fenomenología del Espíritu» quiere decir la parusía de lo absoluto en su reinar. Una década después de la aparición de la Fenomenología del Espíritu, la «fenomenología» decayó dentro del sistema escolar de la Enciclopedia (1817) al nivel de una parte estrechamente limitada de la filosofía del espíritu. El nombre «fenomenología» es nuevamente, como en el siglo XVIII, el nombre para una disciplina que se encuentra a medio camino entre la antropología y la psicología. Heideggeriana: HegelExperiencia

La sexta y última sesión comenzó atendiendo a algunas preguntas anteriormente planteadas. Concernían al sentido que reside en las palabras «transformación», «transmutación» cuando se habla de la plenitud de transformaciones del ser. Transformación, transmutación son palabras primeramente dichas dentro de la metafísica y para la metafísica, y significan entonces las cambiantes figuras en las que se muestra histórico-epocalmente el ser. La pregunta rezaba: ¿Por virtud de qué es determinada la secuencia de las épocas? ¿De dónde toma su determinación esta libre sucesión? ¿Por qué es la sucesión precisamente esta sucesión? Ello invita a pensar en la historia hegeliana del «pensamiento». Para Hegel campea en la historia la necesidad, que es a la par libertad. Ambas son para él una sola cosa en y por la marcha dialéctica, por cuanto ésta es la esencia del espíritu. En Heidegger, por el contrario, no se puede hablar de un «porqué». Lo único que puede decirse es «el hecho de que» – el que así sea la historia del ser-. Por eso se citó en la conferencia «El principio del fundamento» el adagio de Goethe: Wie? Wann? und Wo? – Die Götter bleiben stumm! Du halte dich ans Weil und frage nicht Warum? [¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¡Mudos permanecen los dioses! Tú mantente en el en tanto y no preguntes ¿Por qué?] Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer