esencia de la nada

¿Pero si la nada no fuese un ente pero tampoco nunca lo meramente nulo? ¿Y si entonces la pregunta por la esencia de la nada no estuviera aún planteada de modo suficiente con el recurso a aquel «o bien – o bien»? ¿Y si, finalmente, la falta de esta pregunta desplegada por la esencia de la nada fuera el fundamento de que la metafísica occidental tenga que caer en el nihilismo? Entonces, el nihilismo, experimentado y comprendido de manera más originaria y esencial, sería esa historia de la metafísica que conduce hacia una posición metafísica fundamental en la que la nada no sólo no puede sino que ya ni siquiera quiere ser comprendida en su esencia. Nihilismo querría decir entonces: el esencial no pensar en la esencia de la nada. Quizás radique en esto el que el propio Nietzsche se vea obligado a pasar al nihilismo – desde su punto de vista – «acabado». Puesto que reconoce al nihilismo como movimiento, y sobre todo como movimiento de la historia occidental moderna, pero no es capaz, sin embargo, de pensar la esencia de la nada porque no es capaz de preguntar por ella, Nietzsche tiene que convertirse en el nihilista clásico que expresa la historia que ahora acontece. Nietzsche reconoce y experimenta el nihilismo porque él mismo piensa de modo nihilista. El concepto nietzscheano de nihilismo es él mismo un concepto nihilista. A pesar de todo lo que comprende, no es capaz de reconocer la esencia oculta del nihilismo porque lo comprende de antemano y exclusivamente desde la idea de valor, como el proceso de desvalorización de los valores supremos. Nietzsche tiene que comprender así el nihilismo porque, manteniéndose en la senda y en el ámbito de la metafísica occidental, piensa a esta última hasta su final. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En la angustia reside un retroceder ante… que desde luego ya no es ningún huir, sino una suerte de calma hechizada, Este retroceder ante… toma su punto de partida en la nada. La nada no atrae hacia sí, sino que por esencia rechaza. Pero este rechazo de sí es, en cuanto tal, una forma de remitir a lo ente que naufraga en su totalidad, permitiéndole así que escape. Este remitir23a que rechaza fuera de sí y empuja hacia la totalidad y remite a eso ente que escapa en la totalidad (que es la forma bajo la cual la nada acosa al Dasein en la angustia) es la esencia de la nada: el desistimiento24. Éste no es ni una aniquilación de lo ente ni algo que surja de una negación. El desistimiento tampoco es la suma de negación y aniquilación. Es la propia nada la que desiste25b. Heideggeriana: OQM

Sólo en la clara noche de la nada de la angustia surge por fin la originaria apertura de lo ente como tal: que es ente y no nada. Este «y no nada» añadido a nuestro discurso no es una explicación a posteriori, sino lo que previamente hace posible26c el carácter manifiesto de lo ente en general. La esencia de la nada cuyo carácter originario es desistir reside en que ella es la que conduce por vez primera al ser-aquí ante27d lo ente como tal. Heideggeriana: OQM

Éstas son preguntas que en el paso «sobre la línea» muestran todavía una especial agudeza; pues este paso se mueve en el [410] ámbito de la Nada. ¿Desaparece la Nada con la consumación o, al menos, con la superación del nihilismo? Presumiblemente sólo se llega a esta superación si en lugar de la apariencia de la Nada anonadante llega la esencia de la Nada transformada en el «Ser» y puede alojarse en nosotros mortales. Heideggeriana: PreguntaSer

La Nada pertenece, aunque sólo la pensemos en el sentido del no pleno de lo presente, au-sente a la presencia [414] como una de sus posibilidades. Si con ello la Nada impera en el nihilismo y la esencia de la Nada pertenece al Ser, pero el Ser es el destino del sobrepasar, entonces se muestra como lugar esencial del nihilismo la esencia de la metafísica Esto sólo puede decirse en y mientras tanto que experimentamos la esencia de la metafísica como el destino del sobrepasar. Heideggeriana: PreguntaSer

¿Pero cuál es el tema del enunciado heideggeriano? Es la diferencia misma. En cuanto ha abandonado la metafísica, Heidegger habla de la diferencia sin atenerse a ella. Es posible entonces preguntarse por lo que caracteriza a la nada de la que se trata. Si la nada no es negativa, ¿cuál es para ella la calificación? Ella es, recuerda Heidegger, la nichtendes Nichts (la nada anonadante). La esencia de la nada consiste en desviarse del ente, en tomar distancia del ente. Sólo en ese distanciamiento el ente puede volverse manifiesto como tal. La nada no es la simple negación del ente. Al contrario, en su anonadar, la nada nos remite al ente en su manifestación. El anonadar de la nada “es” el ser. Heideggeriana: SeminarioThor1969