esencia de la ciencia

Sin embargo, no experimentaremos la esencia de la ciencia en su más propia necesidad mientras, al hablar de «un nuevo concepto de ciencia», nos limitemos a discutir a una ciencia demasiado actual su autonomía y ausencia de supuestos. Este modo de obrar, meramente negativo y que apenas mira más allá de los últimos decenios, es ya una mera apariencia del verdadero esfuerzo por llegar a conseguir la esencia de la ciencia. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Si queremos comprender la esencia de la ciencia, tenemos antes que dejar bien clara la cuestión decisiva: ¿debe, para nosotros, seguir existiendo aún la ciencia, o debemos dejarla correr hacia un rápido final? Que deba haber ciencia no es algo incondicionalmente necesario. Pero, si debe haber ciencia y si debe existir para nosotros y por nosotros, ¿en qué condiciones puede entonces realmente existir? Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Entre los griegos circulaba un viejo relato según el cual Prometeo había sido el primer filósofo. Es a Prometeo a quien Esquilo hace decir una máxima que expresa la esencia de la ciencia: «Pero el saber es mucho más debil que la necesidad» (Prom. 514 ed. Wil.). Lo cual quiere decir: todo saber acerca de las cosas permanece de antemano entregado a la hegemonía del destino y fracasa ante él. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Esta es la esencia originaria de la ciencia. Pero, ¿no han pasado ya dos milenios y medio desde este inicio? ¿No ha cambiado el progreso del obrar humano también a la ciencia? ¡Sin duda! La subsiguiente interpretación teológico-cristiana del mundo, así como el posterior pensamiento técnico-matemático de la modernidad, han alejado a la ciencia, temporal y temáticamente, de su inicio. Pero con ello el inicio no ha sido en absoluto superado ni reducido a la nada. Pues, dado que la ciencia griega originaria es algo grande, el inicio de esta grandeza es lo más grande de ella. La esencia de la ciencia no podría ser vaciada y aprovechada, como sucede hoy, pese a todos sus resultados y todas las «organizaciones internacionales», si la grandeza de su inicio no se mantuviera aún vigente. El inicio es aún. No está tras de nosotros como algo ha largo tiempo acontecido, sino que está ante nosotros. El inicio, en tanto que es lo más grande, ha pasado ya de antemano por encima de todo lo venidero y, de este modo, también sobre nosotros. El inicio ha incidido ya en nuestro futuro, está ya allí como el lejano mandato de que recobremos de nuevo su grandeza. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Si queremos la esencia de la ciencia, en el sentido de ese firme mantenerse, cuestionando y al descubierto, en medio de la inseguridad de la totalidad del ente, entonces esta voluntad esencial instituye para nuestro pueblo un mundo suyo del más íntimo y extremo riesgo, es decir, su verdadero mundo espiritual. Pues «espíritu» no es ni la sagacidad vacía, ni el juego de ingenio que a nada compromete, ni el ejercicio sin fin del análisis intelectual, ni una razón universal, sino que espíritu es el decidirse, originariamente templado y consciente, por la esencia del ser. Y el mundo espiritual de un pueblo no es una superestructura cultural como tampoco un arsenal de conocimientos y valores utilizables, sino que es el poder que más profundamente conserva las fuerzas de su raza y de su tierra, y que, como tal, más íntimamente excita y más ampliamente conmueve su existencia. Sólo un mundo espiritual garantiza al pueblo la grandeza; pues obliga a que la permanente decisión entre la voluntad de grandeza y el dejarse llevar a la decadencia sea la ley que rige la marcha que nuestro pueblo ha emprendido hacia su historia futura. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Si queremos esa esencia de la ciencia, tiene entonces el profesorado de la Universidad que adelantarse realmente a los puestos más avanzados del peligro que la inseguridad incesante del mundo presenta. Si se mantiene firme ahí, es decir, si desde ahí – en la vecindad esencial al apremio de las cosas – le brota un preguntar en común y un decir templado en comunidad, entonces llegará a tener la fortaleza para poder dirigir. Pues, en la dirección, lo esencial no es el mero ir delante, sino la energía para poder marchar solo, no por obstinación y afán de dominio, sino en virtud de la más profunda vocación y del deber más total. Una tal energía obliga a lo esencial, establece la selección de los mejores y despierta, en los que se sienten captados por el nuevo ánimo, el auténtico afán de seguir. Pero no necesitamos empezar por despertar el afán de seguir. El estudiantado alemán está en marcha. Y lo que busca son unos guías, por cuyo medio quiere elevar a verdad fundada y consciente su propia vocación, y así llevarla a la claridad de la palabra que interpreta y realiza, y a la obra. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Pero, partiendo de la referida esencia de la ciencia, una cosa evidentemente sabemos: que la Universidad alemana sólo llegará a tomar forma y poder cuando los tres servicios – del trabajo, de las armas y del saber – se reúnan originariamente en una única fuerza conformadora. Lo cual quiere decir: La voluntad esencial del profesorado tiene que despertar a la simplicidad y amplitud del saber de la esencia de la ciencia y fortalecerlas. La voluntad esencial del alumnado tiene que esforzarse por llegar a la suprema claridad y disciplina del saber y, exigiendo y decidiendo, integrar el saber que ya tienen [Traduzco Mitwissenschat por «el saber que ya tienen». La idea que el discurso expresa es que el estudiantado, por su enraizamiento en el pueblo y su Estado, tiene ya un saber sobre ellos que no debe ser desechado, sino elevado a la forma de ciencia.] sobre el pueblo y su Estado en la esencia de la ciencia. Ambas voluntades tienen que estar dispuestas a luchar entre sí. Todas las facultades de la voluntad y del pensamiento, todas las fuerzas del corazón y todas las capacidades del cuerpo tienen que desarrollarse mediante la lucha, aumentar en la lucha y conservarse como lucha. Heideggeriana: UniversidadeAlemana

Estamos aquí ante una alternativa: o bien no estamos con respecto al concepto mencionado anteriormente frente a un concepto histórico en cuanto no se comprende porqué la mera determinación temporal tendría que hacer de un concepto general un concepto histórico, ya que también los fenómenos de la física se determinan temporalmente, o bien estamos frente a un concepto histórico, lo que en realidad es exacto, Pero entonces es la determinación temporal que en él se puede hallar una determinación temporal muy particular, que sólo se puede comprender a partir de la esencia de la ciencia histórica. Heideggeriana: TempoHistoria

Es verdad que Goethe presintió el modo en que lo infatigable de la investigación científica, en caso de que [202] se limite a perseverar ciegamente en su arrebato, desgasta al hombre y a la tierra en su más íntima esencia. Goethe no pudo prever, con todo, a dónde conduce lo infatigable de la investigación moderna, cuando ésta se entrega sin reservas al dominio de la poderosa proposición fundamental del fundamento suficiente que hay que emplazar, como si ésta fuera la única pauta. ¿A dónde ha conducido esto? Ha llevado a una mutación del representar científico, a cuyo través no hace desde luego sino llegar a cumplimiento lo ínsito en la esencia de la ciencia moderna. Heideggeriana: Fundamento1956

¿En qué consiste la esencia de la ciencia moderna? Heideggeriana: EIM

¿Qué concepción de lo ente y de la verdad fundamenta a esta esencia? Si conseguimos alcanzar el fundamento metafísico que fundamenta la ciencia como ciencia moderna, también será posible reconocer a partir de él la esencia de la era moderna en general. En la actualidad, cuando empleamos la palabra ‘ciencia’ ésta significa algo tan esencialmente diferente de la doctrina y scientia de la Edad Media como de la episteme griega. La ciencia griega nunca fue exacta, porque según su esencia era imposible que lo fuera y tampoco necesitaba serlo. Por eso, carece completamente de sentido decir que la ciencia moderna es más exacta que la de la Antigüedad. Del mismo modo, tampoco se puede decir que la teoría de Galileo sobre la libre caída de los cuerpos sea verdadera y que la de Aristóteles, que dice que los cuerpos ligeros aspiran a elevarse, sea falsa, porque la concepción griega de la esencia de los cuerpos, del lugar, así como de la relación entre ambos, se basa en una interpretación diferente de lo ente y, en consecuencia, determina otro modo distinto de ver y cuestionar los fenómenos naturales. A nadie se le ocurriría pretender que la literatura de Shakespeare es un progreso respecto a la de Esquilo, pero resulta que aún es mayor la imposibilidad de afirmar que la concepción moderna de lo ente es más correcta que la griega. Por eso, si queremos llegar a captar la esencia de la ciencia moderna, debemos comenzar por librarnos de la costumbre de distinguir la ciencia moderna frente a la antigua únicamente por una cuestión de grado desde la perspectiva del progreso. Heideggeriana: EIM

La ciencia moderna se basa y al mismo tiempo se especializa en proyectar determinados sectores de objetos. Estos proyectos se despliegan en los correspondientes métodos asegurados gracias al rigor. El método correspondiente en cada caso se organiza en la empresa. El proyecto y el rigor, el método y la empresa, al plantearse constantes exigencias recíprocas, conforman la esencia de la ciencia moderna y la convierten en investigación. Heideggeriana: EIM

Estamos reflexionando sobre la esencia de la ciencia moderna con la intención de reconocer su fundamento metafísico. ¿Qué concepción de lo ente y qué concepto de la verdad hacen posible que la ciencia se torne investigación? Heideggeriana: EIM

(Al evento esencial, de que al inicio de la metafísica occidental en Platón y Aristóteles se despliegue la esencia de la “ciencia” (Wissenschaft) – episteme – a partir de la esencia de la techne, corresponde en una oculta y necesaria correspondencia el otro, que al fin de la metafísica occidental – desde el siglo XIX – la esencia de la ciencia moderna resulte y se instale como una forma esencial de la técnica mecánica). Heideggeriana: HegelFenomenologia

Con ocasión de una conferencia en la Universidad de Heidelberg sobre la esencia de la ciencia, supe por el Dr. Stein y Scheel de la existencia de planes para cambiar varias cátedras en Friburgo. Había que situar en los puestos clave de la Universidad a miembros de confianza del partido, con lo que se abría la posibilidad de, sobre todo, ocupar los decanatos con miembros del partido. Se afirmaba que ahora, de momento, para ocupar esos puestos no importaba tanto el rango científico y la aptitud como profesor, cuanto la confianza política y la eficacia activista. También en estas manifestaciones y propósitos se mostraba de nuevo que la influencia de Krieck aumentaba desde Francfort en Heidelberg y Karlsruhe. Se me dio a entender en Karlsruhe que no sería tolerable mantener en su puesto a los hasta ahora decanos: las Facultades necesitaban una dirección nacionalsocialista. Era, pues, necesario, para precaverse contra esta amenaza a la esencia de la Universidad, actuar de forma adecuada. Heideggeriana: RepensandoReitorado

Un indicio curioso que presagiaba el desarrollo del semestre de invierno del 33-34 fue el «Campamento de Todnauberg», que debía preparar a profesores y estudiantes con vistas al verdadero trabajo del semestre y esclarecer mi concepción de la esencia de la ciencia y del trabajo científico, sometiéndola a discusión y diálogo. Heideggeriana: RepensandoReitorado