Dreyfus (SM:30-33) – Ser-no-Mundo

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En la Séptima Sección de Ser y Tiempo, Heidegger se pregunta: ¿qué debe hacer alguien que quiere investigar qué es el ser? Su respuesta es: fenomenología. ¿Y qué es fenomenología? En su respuesta, Hei degger logra apoderarse de la definición que da Husserl de la fenome nología, transformándola completamente a su gusto, consiguiendo que “fenomenología” signifique exactamente lo opuesto de lo que se en tiende según el método propuesto por Husserl para explicar los conte nidos intencionales de su propio sistema de creencias y así llegar a la evidencia incuestionable. En manos de Heidegger, la fenomenología se convierte en un modo de permitir que algo compartido, que jamás puede ser plenamente articulado y de lo cual sólo hay evidencia irre- futable, se despliegue y se muestre.

A. El fenómeno

En la concepción común y corriente, el fenómeno es aquello que se revela o manifiesta a sí mismo en forma directa. Un buen ejemplo de su uso es cuando decimos que las ciencias naturales estudian los fenómenos naturales. “La perplejizante multiplicidad de los ‘fenómenos’ designados por las palabras ‘fenómeno’, ‘semblanza’, ‘apariencia’, ‘mera apariencia’, no puede desenmarañarse a menos que el concepto de fenómeno se entienda, desde un comienzo, como aquello que se muestra a sí mismo” (54) (31). El fenómeno, como algo que se muestra a sí mismo, es la condición necesaria para todas las clases derivadas que surgen de él.

Sin embargo, esta visión del sentido común del fenómeno presupone a su vez un concepto fenomenológico. El fenómeno, en el sentido fenomenológico, es aquello que, a pesar de ser ignorado (no tematizado), acompaña y posibilita todo lo que se muestra. “Aquello que se muestra a sí mismo en apariencia como anterior al ‘fenómeno’, como se entiende corrientemente y que lo acompaña siempre, puede, a pesar de mostrarse en forma no temática, ser llevado a mostrarse temáticamente; y lo que se muestra así. . . son los ‘fenómenos’ de la fenomenología” (54-55) (31). A estas alturas, el lector atento podrá vislumbrar que en opinión de Heidegger, el fenómeno como es entendido por la fenomenología, tiene un notable parecido con lo que él denomina la comprensión preontológica del ser que tiene el Dasein y las modalidades de inteligibilidad que esta comprensión revela.

B. Logos

Logos significa “permitir que algo sea visto en su condición de estar juntos o unicidad (togetherness) con alguna cosa —que permite que sea visto como algo” (56) (33). Lo que se muestra ante el fenomenólogo como la base de lo que habitualmente se muestra a sí mismo, debe ser indicado y expuesto de una manera conspicua. Cabe recordar que para el fenomenólogo no hay hechos por describir que estén libres de interpretación. Tampoco hay hechos objetivos ni subjetivos, como lo sería un sistema de creencias. Entonces, la tarea del fenomenólogo es interpretar y organizar los fenómenos para así revelar la comprensión del ser en la que él habita. Esto permite que cualquier cosa aparezca, se muestre o se manifieste como siendo cualquier cosa.

C. Fenomenología

Heidegger distingue tres concepciones de la fenomenología:

1. La noción formal de la fenomenología es “dejar que aquello que se muestra sea visto desde sí mismo en la misma forma en que se mues tra desde sí mismo” (58) (34). Esta definición es lo suficientemente amplia como para abarcar ambas comprensiones de la fenomenología, la de Husserl y la de Heidegger. Sin embargo, se debe tener en cuenta que incluso esta noción formal de la fenomenología deja afuera expre samente a la deducción, la dialéctica y los argumentos trascendenta les. Limita la fenomenología a un estudio donde revelamos directamen te aquello de lo cual estamos hablando.

2. En la noción habitual de la fenomenología, cualquier objeto puede ser apto para ser estudiado. El objetivo es traerlo ante la conciencia tan completamente como sea posible. “Una ciencia ‘de’ los fenómenos significa entender sus objetos de un modo tal que todo lo que se pueda discutir acerca de ellos debe ser tratado en forma de exhibirlo directamente” (59) (35)- La fenomenología es una “demostración concreta” (359) (311) porque intenta mostrar cada tipo de fenómeno en la forma que obtenga de él las mejores evidencias posibles.

3. La noción fenomenológica.

(a) Heidegger se pregunta: “¿Qué es aquello que la fenomenología ha de ‘permitirnos ver’? ¿Qué es lo que deberá ser llamado un ‘fenómeno’ en un sentido distintivo?” (59) (35). Y responde que si la fenomenología es permitir que algo se muestre a sí mismo, aquello con lo que trata la fenomenología debe ser algo que no es, desde ya, obvio: “Es algo que primaria y usualmente no se muestra en absoluto, permanece oculto, en contraste con lo que se ve primaria y usualmente; pero este algo oculto es parte integrante de lo que se ve, una parte tan esencial que constituye lo que le da su sentido y fundamento” (59) (35). Aquello que está necesariamente oculto tal vez sea una cosa-en-sí al estilo kantiano, una especie de cosa, como el sarampión, que jamás se mues tra excepto por sus efectos. Pero esto no puede ser el problema que trata la fenomenología. El tema de estudio de la fenomenología tiene que ser algo que no se muestra por sí mismo, pero que se puede inducir a mostrarse.

Una instancia perfecta de lo que está oculto y que sin embargo puede ser revelado es “no sólo éste o aquel ser, sino más bien es el ser de los seres” (59) (35), “aquello que determina a los seres como seres, aquello en base a lo cual los seres en cada caso son comprendidos” (25-26) (6). Esto significa que, desde esta perspectiva, el fenómeno par excellence son los diversos modos de inteligibilidad de las entidades y la comprensión de trasfondo en base a la cual cada variedad de ser tiene la posibilidad de mostrarse tal como es. “En la noción fenomenológica de ‘fenómeno’, lo que se tiene en mente como aquello que se muestra, es el ser de los seres, su significado, sus modificaciones y derivados. . . La ontología es posible únicamente como fenomenología” (60) (35).

(b) ¿Cómo se muestra el fenómeno a sí mismo? Husserl dice que la fenomenología debería estudiar sólo lo que puede llegar a ser plena mente evidente. En este punto, Heidegger invierte la comprensión que tiene Husserl de la fenomenología. El método de Husserl, que apunta a la evidencia adecuada y a la completa falta de prejuicio, no se puede utilizar cuando deseamos comprender el trasfondo en que ocurre toda nuestra comprensión. Nuestra forma particular de comprender al ser es tan penetrante y ha invadido a tal extremo todo lo que pensamos y hacemos, que hace imposible llegar a tener una noción clara de ella.

Más aún, debido a que no es un sistema de creencias sino algo encarnado en nuestras destrezas y costumbres, es el tipo de cosa sobre la que nunca se logra tener claridad.

A lo más podremos llegar a entender lo que Husserl denominaba la “noción natural del mundo”, es decir, aquella comprensión del mundo que nos llega naturalmente, al mirar cada vez más aspectos de nuestras vidas y al tratar de hacerlos calzar dentro de una estructura cada vez más unificada y general. De modo que una fenomenología que quiera ser, como decía Husserl, “responsable de sí misma”, deberá renunciar a la meta que se propuso Husserl, y a la meta de la filosofía que desde tiempos de Platón ha tratado de elaborar una ciencia enteramente desprovista de presuposiciones y prejuicios sobre las cosas. La fenomenología, cuando es comprendida correctamente, resulta ser una ciencia hermenéutica, es decir, una ciencia interpretativa. “Nuestra propia investigación mostrará que el significado de la descripción fenomenológica como método está en la interpretación” (61) (37).

original

Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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