Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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cogito

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

Pero ¿no es en Ser y tiempo   (p. 212) — donde el “se da” toma voz — en donde se dice “sólo mientras el Dasein   es, se da el ser”? Es verdad. Esto significa que sólo se traspasará ser al hombre mientras acontezca el claro del ser. Pero que acontezca el “aquí”, esto es, el claro como verdad del ser mismo, es precisamente lo destinado al propio ser. El ser es el destino del claro. Así, la citada frase no significa que el Dasein del hombre, en el sentido tradicional de existentia   o, pensado modernamente, como realidad efectiva del ego   COGITO  , sea aquel ente por medio del cual se llega a crear por vez primera el ser. La frase no dice que el ser sea un producto del hombre. En la Introducción a Ser y tiempo (p. 38) se dice clara y sencillamente, y hasta destacándolo con cursivas, que el “ser es lo trascendente por antonomasia”. Así como la apertura de la proximidad espacial sobrepasa cualquier cosa cercana o lejana, vista desde esa misma cosa, así el ser está esencialmente más lejos que todo ente, porque es el claro mismo. Y, por esto, y conforme al principio   que en un primer momento es inevitable en la metafísica aún dominante, el ser es pensado desde lo ente. Sólo desde este punto de vista se muestra el ser en un sobrepasamiento y en cuanto tal. Heideggeriana  : CartaHumanismo

En Ser y tiempo (p. 38) se dice que todo preguntar de la filosofía “repercute sobre la existencia”. Pero la existencia no es aquí la realidad del ego COGITO. Tampoco es únicamente la realidad de los sujetos, que actuando los unos con los otros llegan a sí mismos. “Ex-sistencia” es, a diferencia fundamental de toda existentia y “existence”, el morar ex-stático en la proximidad al ser. Es la guarda, es decir, el cuidado del ser. Como en ese pensar se trata de pensar algo simple, por eso le resulta tan difícil al modo de representar que tradicionalmente conocemos como filosofía. Lo que ocurre es que la dificultad no consiste en tener que encontrar un sentido especialmente profundo o en tener que construir conceptos intrincados, sino que se esconde en ese paso atrás que introduce al pensar en un preguntar que es capaz de experimentar, renunciando al opinar habitual de la filosofía. Heideggeriana  : CartaHumanismo

El desistir está presente en el ser mismo, pero en ningún caso en el Dasein del hombre cuando éste es pensado como subjetividad del ego COGITO. El Dasein no desiste en la medida en que el hombre, como sujeto, lleva a cabo el desistimiento en el sentido del rechazo, sino que el ser-aquí desiste en la medida en que por ser la esencia en la que el hombre ex-siste, él mismo pertenece a la esencia del ser. El ser desiste… en cuanto ser. Por eso, en el idealismo absoluto de Hegel   y Schelling   aparece el no de la nada en cuanto negatividad de la negación en la esencia del ser. Ahora bien, éste está pensado allí en el sentido de la realidad absoluta, comprendida como voluntad incondicionada que se quiere a sí misma en calidad de voluntad de saber y de amor. En esta voluntad se esconde también el ser como voluntad de poder. Lo que no podemos entrar a debatir aquí es por qué sin embargo la negatividad de la subjetividad absoluta es de tipo “dialéctico” y por qué por medio de la dialéctica emerge en primer plano el desistir, pero al mismo tiempo permanece velado en su esencia. Heideggeriana: CartaHumanismo

Por eso la pregunta de la filosofía no puede ser ya simplemente: qué es el ente? En el contexto de la liberación del hombre de los vínculos de la doctrina de la revelación y de la Iglesia, la pregunta de la filosofía primera reza: ¿de qué manera llega el hombre, desde sí y para sí, a una verdad inquebrantable, y cuál es esta verdad? Descartes   pregunta por primera vez de este modo en una forma clara y decidida. Su respuesta es: ego COGITO, ergo sum, “pienso, luego existo”. Tampoco es casual que los títulos de las obras filosóficas principales de Descartes remitan a la preeminencia del método: Discours de la méthode; Regulae ad directionem Ingenii; Meditationes de prima philosophia   (no simplemente “Prima philosophia  ”); Les príncipes de la philosophie (Principia philosophiae). Heideggeriana: NiilismoEuropeu  

En la proposición de Descartes, que más adelante comentaremos con más precisión, en el ego COGITO, ergo sum, se expresa de modo general una preeminencia del yo humano y con ella una nueva postura del hombre. Éste no asume simplemente una doctrina como artículo de fe, pero tampoco adquiere él mismo meramente por cualquier vía un conocimiento del mundo. Lo que aparece es otra cosa: el hombre sabe con certeza incondicionada que él es el ente cuyo ser posee mayor certeza. El hombre se convierte en el fundamento y la medida, puestos por él mismo, de toda certeza y verdad. Si llegamos por el momento sólo hasta este punto en la reflexión sobre la proposición de Descartes, nos vendrá inmediatamente a la memoria la sentencia de Protágoras  , el sofista griego de la época de Platón  . De acuerdo con esa sentencia, el hombre es la medida de todas las cosas. Siempre se pone la proposición de Descartes junto con la sentencia de Protágoras y se ve en ésta, así como en la sofistica griega en general, una anticipación de la metafísica moderna de Descartes; en efecto, en ambos casos se expresa de manera casi palpable la preeminencia del hombre. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

EL COGITO DE DESCARTES COMO COGITO ME COGITARE Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Todo lo que es cierto por sí mismo tiene, además, que coasegurar como ciertamente dado a aquel ente para el cual toda representación y todo propósito deberán volverse ciertos y mediante el cual deberá asegurarse todo proceder. El fundamento de la nueva libertad tiene que ser algo seguro en el sentido de una seguridad y certeza tales que, siendo en sí mismas transparentes, satisfagan los citados requerimientos esenciales. ¿Cuál es esta certeza que forma el fundamento de la nueva libertad y por lo tanto la constituye? El ego COGITO (ergo) sum. Descartes enuncia esta proposición como un conocimiento claro y distinto, indubitable, es decir como un conocimiento primero y de rango supremo en el que se funda toda “verdad”. De ello se ha sacado la conclusión de que este conocimiento debía resultar plausible para todos. Se olvidaba, sin embargo, que esto sólo es posible, en el sentido de Descartes, si se comprende al mismo tiempo a qué se alude aquí con conocimiento y se tiene en cuenta que con esta frase se establece una nueva determinación de la esencia del conocimiento y de la verdad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Ego COGITO (ergo) sum: “pienso, luego soy”. La traducción es literalmente correcta. Esta correcta traducción parece brindar también la comprensión correcta de la “proposición”. “Pienso”: con este enunciado se constata un hecho; “luego soy”: con estas palabras, de un hecho que se ha constatado se infiere que yo soy. Basándose en esta concluyente inferencia uno puede quedarse tranquilo y satisfecho de que así ha quedado “demostrada” mi existencia. Aunque para esto no hacía falta incomodar a un pensador del rango de Descartes. Lo que éste quiere decir es, en realidad, algo diferente. Pero lo que quiere decir sólo podremos repensarlo si llegamos a tener claro lo que Descartes entiende por COGITO, cogitare. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Al aprehender Descartes la cogitatio y el cogitare como perceptio y percipere quiere recalcar que al COGITO le es propio el llevar-a-sí de algo. El cogitare es un remitir-a-sí lo re-presentable. En el re-mitir hay algo determinante, la necesidad de señalar que lo re-presentado no está simplemente pre-dado sino que está re-mitido [zu-gestellt] como disponible [verfügbar  ]. Por lo tanto, algo sólo está re-mitido, representado, es cogitatum para el hombre, si está fijado y asegurado para él como algo de lo que puede ser señor a partir de sí mismo en el entorno de su disponer, en todo momento y con claridad, sin reparos ni dudas. Cogitare no es sólo un representar de manera general e indeterminada, sino aquello que se pone a sí mismo bajo la condición de que lo remitido no admita ya ninguna duda, tanto respecto de lo que es como de su modo de ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En el concepto de cogitatio el acento está puesto siempre en que el re-presentar lleva lo re-presentado hacia el que representa; que de este modo éste, en cuanto representa, “emplaza” [stellt] en cada caso a lo re-presentado, lo hace rendir cuenta, es decir, lo detiene y lo fija para sí, lo toma en posesión, lo pone en seguro. ¿Para qué? Para el ulterior re-presentar, que es querido en todas partes como un poner en seguro y busca fijar el ente como algo asegurado. Pero ¿qué es lo que tiene que ponerse en seguro, que ser llevado a la seguridad, y por qué? Lo reconoceremos si interrogamos de modo más esencial el concepto cartesiano de cogitatio; en efecto, aún no hemos captado un rasgo esencial de la cogitatio, si bien en el fondo ya lo hemos rozado y nombrado. Daremos con él si prestamos atención a que Descartes dice: todo ego COGITO es COGITO me cogitare; todo “yo represento algo” al mismo tiempo “me” representa, a mí, el que representa (delante de mí, en mi re-presentar). Con una expresión que es fácilmente mal interpretable, todo re-presentar humano es un representar-”se”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En contra de esto podría objetarse lo siguiente: si ahora nos “representamos” la catedral, es decir, en este caso, si nos la hacemos presente mentalmente, ya que en el momento no la percibimos directamente, o si, estando inmediatamente delante de ella, la representamos en el modo del percibir, en cualquiera de las dos situaciones nos representamos la catedral y sólo la catedral. Ella es lo representado. No nos representamos, en cambio, nosotros mismos, pues de lo contrario no podríamos nunca representar la propia catedral, puramente por sí, y entregarnos a lo que el representar pone enfrente, al objeto [Gegen-stand  ]. En verdad, con la determinación del COGITO como COGITO me cogitare Descartes tampoco quiere decir que en cada representar de un objeto además me represente y me vuelva objeto, “yo” mismo, el que representa, en cuanto tal, como si fuera un añadido. Pues, de lo contrario, todo representar tendría que revolotear continuamente de aquí para allá entre el representar del objeto propiamente re-presentado y el representar del que representa (ego). ¿Será entonces que el yo del que representa es representado sólo de manera confusa y marginal? No. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Esto es lo que quiere decir, ante todo, la proposición: COGITO ist COGITO me cogitare. Ahora — después del comentario — podemos parafrasearla del siguiente modo: la conciencia humana es esencialmente autoconciencia. La conciencia de mí mismo no se agrega a la conciencia de las cosas, por así decirlo, como un observador de la conciencia de la cosa que apareciera al lado de ésta. La conciencia de las cosas y objetos es en primer lugar, esencialmente y en su fundamento, autoconciencia, y sólo como tal es posible la conciencia de ob-jetos. Para el representar así caracterizado, el sí mismo del hombre es esencialmente lo que subyace como fundamento. El sí mismo es sub-iectum. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sin embargo, aún no hemos medido totalmente el contenido y el alcance de la determinación “COGITO ist COGITO me cogitare”. Todo querer y toda toma de posición, todos los “afectos”, los “sentimientos” y las “sensaciones” están referidos a algo querido, sentido, percibido. Aquello a lo que están referidos está así representado y remitido [vor-und zugestellt] en el sentido más amplio de estos términos. Por ello, todos los modos de comportamiento citados, no sólo el conocer y el pensar, están determinados en su esencia por el re-presentar que remite. Todos los modos de comportamiento tienen su ser en un re-presentar de ese tipo, son un representar de ese tipo, son representaciones, cogitationes. Los modos de comportamiento del hombre son experimentados, en su ejercicio y por su intermedio, como modos propios, como aquello en lo que él mismo se comporta en cada caso de tal o cual manera. Sólo ahora estamos en condiciones de comprender la concisa respuesta que da Descartes (Principia philosophiae, I, 9) a la pregunta: quid   sit cogitatio? Dice así: “Cogitationis nomine, intelligo illa omnia, quae nobis consciis in nobis fiunt, quatenus eorum in nobis conscientia est. Atque ita non modo intelligere, velle, imaginari, sed etiam sentire, ídem est sis quod cogitare.” Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si prestamos atención a la plenitud esencial de las referencias igualmente esenciales que han sido vistas y que requieren ser vistas de modo unitario en la cogitatio y en el COGITO de Descartes, se observará que esta aclaración de la esencia del cogitare delata ya el papel fundamental que desempeña el re-presentar en cuanto tal. Aquí se anuncia qué subyace como fundamento, cuál es el subiectum — a saber, el representar — y para qué es subiectum el sujeto — a saber, para la esencia de la verdad-. El papel esencial del re-presentar, es decir de la cogitatio, es formulado expresamente por Descartes en la proposición que es para él la proposición de todas las proposiciones y el principio de la metafísica, en la proposición: ego COGITO, ergo sum. De ella dice (Principia, I, 7): “Haec cognitio, ego COGITO, ergo sum, est omnium prima et certissima, quae cuilibet ordine philosophanti occurat”. “Este conocimiento, “represento, luego soy”, es de todos el primero (por su rango) y el de mayor certeza que le viene al encuentro a cualquiera que piense metafísicamente de acuerdo a un orden (en conformidad con la esencia)”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La proposición “ego COGITO, ergo sum” es la primera y más cierta no en general y de modo indeterminado para cualquier hombre y cualquier representar. Lo es sólo para aquel pensar que piensa en el sentido de la metafísica y de su tarea primera y propia, es decir para aquel pensar que pregunta qué es el ente y en qué se funda de modo inquebrantable la verdad sobre el ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

EL COGITO SUM DE DESCARTES Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Después del comentario que se ha hecho acerca de la esencia de la cogitatio, intentaremos ahora una interpretación de la proposición que constituye para Descartes el principio de la metafísica. Recordamos lo que ha sido dicho sobre la cogitatio: cogitare es per-cipere, cogitare es dubitare; COGITO es COGITO me cogitare. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

El mayor obstáculo para una recta comprensión de la proposición es la fórmula en la que Descartes la ha enunciado. De acuerdo con ella — de acuerdo con el ergo (luego) — parece como si la proposición fuera una argumentación silogística que, expuesta en su totalidad, estaría compuesta de una premisa mayor, una premisa menor y una conclusión. Si se la separara en sus miembros, la proposición tendría el siguiente tenor: premisa mayor: is qui cogitat, existit; premisa menor: ego COGITO; conclusión: ergo existo (sum). A mayor abundamiento, Descartes denomina a la proposición misma “conclusio”. Por otra parte, se encuentran abundantes observaciones que expresan con claridad que la proposición no debe entenderse en el sentido de una argumentación silogística. Así, muchos intérpretes concuerdan en que la proposición “en realidad” no es un silogismo. Pero con esta constatación negativa no se ha ganado mucho, pues entonces surge la opinión   contraria, igualmente insostenible, según la cual con la asunción de que la proposición no es un silogismo ya todo habría encontrado una elucidación suficiente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sólo desde aquí vemos por qué el “ergo” no puede comprenderse como la conexión de dos miembros de un silogismo. La pretendida premisa mayor — is qui cogitat, est — no puede ser nunca el fundamento del COGITO-sum, ya que aquella premisa está extraída del COGITO-sum, y además en un modo por el que el contenido esencial de este último es reproducido de manera deformada. El “yo soy” no es inferido del “yo represento”, sino que el “yo represento” es, por su esencia, lo que el “yo soy” — es decir aquel que re-presenta — ya me ha re-mitido. Apartamos ahora con razón al insidioso “ergo” de la fórmula adoptada por la proposición cartesiana. En la medida en que, no obstante, lo empleemos, tenemos que interpretarlo en un sentido diferente. El ergo no puede querer decir: “en consecuencia”. La proposición es una “conclusio”, pero no en el sentido de la conclusión de un silogismo formado por premisa mayor, premisa menor y conclusión. Es conclusio en cuanto conjunción inmediata de aquello que en sí se copertenece esencialmente y es puesto a seguro en tal copertenencia. Ego COGITO, ergo: sum; yo represento, “y en ello está implícito”, “en ello está ya establecido y puesto por el representar mismo”: yo como siendo. El “ergo” no expresa una consecuencia sino que remite a aquello que el COGITO no sólo “es” sino como lo cual también se sabe de acuerdo con su esencia, en cuanto COGITO me cogitare. El “ergo” significa lo mismo que: “y ya por sí mismo esto quiere decir”. Lo que quiere decir el “ergo” lo expresamos de la manera más precisa si lo omitimos y quitamos también la acentuación del “yo” por medio del ego, en la medida en que lo yoico no es esencial. La proposición se lee entonces: COGITO sum. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Qué dice la proposición COGITO sum? Parece casi una “ecuación”. Pero aquí caemos en un nuevo peligro, el de trasladar formas proposicionales correspondientes a una determinada región del conocimiento — las ecuaciones de la matemática — a una proposición que se caracteriza por ser incomparable con cualquier otra, incomparable en todo respecto. La interpretación matemática de la proposición en el sentido de una ecuación resulta natural dado que lo “matemático” es determinante para la concepción cartesiana del conocimiento y del saber. Pero ante esto hay que preguntarse: ¿adopta Descartes simplemente como modelo de todo conocer un modo de conocimiento ya existente y probado en las “matemáticas” o bien, a la inversa, lleva a cabo una nueva determinación, una determinación metafísica, de la esencia de lo matemático? Lo acertado es lo segundo. Por eso tenemos que intentar determinar nuevamente de manera más precisa el contenido de la proposición y, al hacerlo, tenemos sobre todo que responder a la pregunta acerca de qué es puesto como subiectum “mediante” esta proposición. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Será acaso esta proposición misma el subiectum, lo que yace a la base de todo? “COGITO sum” no dice ni sólo que yo pienso, ni sólo que yo soy, ni que del hecho de mi pensar se sigue mi existencia. La proposición habla de una conexión entre COGITO y sum. Dice que soy en cuanto aquel que representa, que no sólo mi ser está determinado esencialmente por este representar sino que mi representar, en cuanto re-praesentatio determinante, decide sobre la praesentia [Präsenz  ] de todo representado, es decir sobre la presencia [Anwesenheit  ] de lo en él mentado, es decir sobre el ser de este mismo en cuanto ente. La proposición dice: el re-presentar, que está esencialmente representado a sí mismo, pone el ser como re-presentatividad y la verdad como certeza. Aquello a lo que se retrotrae todo como fundamento inquebrantable es la esencia plena de la representación misma, en cuanto que desde ella se determinan la esencia del ser y de la verdad, pero también la esencia del hombre, como aquel que representa y el modo en que sirve de medida. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La proposición COGITO sum, en cuanto expresa y contiene la plena esencia de la cogitatio, pone con esta esencia de la cogitatio el subiectum en sentido propio, el subiectum remitido en el ámbito de la cogitatio misma y sólo por intermedio de ella. Puesto que en el cogitare reside el me cogitare, puesto que al representar le pertenece esencialmente la referencia al que re-presenta y en dirección a éste se recoge toda la representatividad de lo representado, por ello el que representa, que al hacerlo puede llamarse “yo”, es sujeto en un sentido acentuado, algo así como el sujeto en el sujeto, aquél al que, ya en el interior de lo que subyace en la representación, todo remite. Por eso Descartes también puede dar de la proposición COGITO sum la formulación: sum res cogitans  . Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Esta fórmula, sin embargo, es tan equívoca como la otra. Traducida literalmente, dice: soy una cosa pensante. De este modo, el hombre se definiría como un objeto que está allí delante, sólo que se le atribuye además la propiedad de “pensar” como característica diferencial. Pero con esta concepción de la proposición se olvidaría que el “sum” se determina como ego COGITO. Se olvidaría que, de conformidad con el concepto de cogitatio, la res cogitans quiere decir al mismo tiempo: res cogitata: lo que se re-presenta a sí mismo. Se olvidaría que este representarse-a-sí-mismo forma parte constitutiva del ser de esa res cogitans. Nuevamente, el propio Descartes sugiere una interpretación extrínseca e insuficiente de la “res cogitans” en la medida en que habla doctrinalmente en el lenguaje de la escolástica medieval y divide el ente en su totalidad en substantia   infinita y substantia finita. Substantia es el título tradicional y predominante para el hypokeimenon  , para el subjectum en sentido metafísico. La substantia infinita es Deus: summum ens: creator. El ámbito de la substantia finita es el ens creatum  . A éste Descartes lo divide en res cogitantes y res extensae. Así, todo ente es visto desde el creator y lo creatum y la nueva determinación del hombre por medio del COGITO sum sólo queda, por así decirlo, inscrita en los marcos antiguos. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Tenemos aquí el ejemplo más palpable del solapamiento de un nuevo comienzo del pensar metafísico con el pensar anterior. Esto es lo que tiene que constatar una descripción historiográfica de los contenidos y los modos doctrinales de Descartes. Por el contrario, la meditación histórica sobre el preguntar en sentido propio tiene que insistir en pensar en sus proposiciones y conceptos el sentido querido por Descartes mismo, aunque para ello fuera necesario traducir en otro “lenguaje” sus propios enunciados. Sum res cogitans no quiere decir, pues: soy una cosa que está equipada con la propiedad de pensar, sino: soy un ente cuyo modo de ser consiste en el representar, de modo tal que ese re-presentar pone también en la representatividad al re-presentante mismo. El ser del ente que soy yo mismo, y que es en cada caso el hombre en cuanto tal, tiene su esencia en la representatividad y en la certeza que le corresponde. Pero esto no significa: yo soy una “mera representación”, un mero pensamiento y nada verdaderamente real; sino que significa: la consistencia de mí mismo en cuanto res cogitans consiste en la segura fijación del representar, en la certeza conforme a la cual el sí mismo es llevado ante sí mismo. Pero puesto que el ego COGITO, el “yo represento”, no está tomado como un proceso aislado en un yo separado, puesto que el “yo” está comprendido como el sí mismo hacia el que el representar en cuanto tal se retrotrae por esencia, siendo así lo que es, por eso el COGITO sum dice siempre esencialmente algo más. El ser del que representa, asegurado en el representar mismo, es la medida para el ser de lo representado, tomado en cuanto tal. Por ello, todo ente se mide de acuerdo con esa medida del ser, en el sentido de la representatividad asegurada y que se asegura a sí misma. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La seguridad de la proposición COGITO sum (ego ens cogitans) determina la esencia de todo saber y de todo lo que puede saberse, es decir de la mathesis  , es decir de lo matemático. Por eso sólo es comprobable y constatable como ente aquello cuya a-portación garantiza una seguridad tal, o sea, aquello que es accesible por medio del conocimiento matemático y fundado sobre las “matemáticas”. Lo accesible matemáticamente, lo que es calculable con seguridad en el ente que no es el hombre mismo, en la naturaleza inanimada, es la extensión (lo espacial), la extensio, dentro de la cual pueden contarse el espacio y el tiempo. Sin embargo, Descartes iguala inmediatamente extensio con spatium. Por eso el ámbito no humano del ente finito, la “naturaleza”, es concebida como res extensa. Detrás de esta caracterización de la objetividad natural se encuentra la proposición enunciada en el COGITO sum: ser es representatividad. Por muy unilateral y en algunos respectos insuficiente que pueda ser la interpretación de la “naturaleza” como res extensa es, sin embargo, pensada a fondo en dirección de su contenido metafísico y medida por la amplitud de su proyecto metafísico ese paso resuelto y primero por el que se vuelve metafísicamente posible la técnica moderna de la máquina de fuerza motriz y con ella, el nuevo mundo y la humanidad que le corresponde. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La puerta que da al ámbito esencial de este dominio comprendido metafísicamente fue abierta por Descartes con su proposición COGITO sum. La proposición según la cual la naturaleza inanimada es res extensa no es más que la consecuencia esencial de la primera. Sum res cogitans es el fundamento, lo que yace a la base, el subiectum para la determinación del mundo material como res extensa. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

O sea que la proposición COGITO sum es el subiectum; la “proposición”, no tomada en su tenor literal y como forma pensada gramaticalmente, ni tampoco en su “contenido semántico” presuntamente arbitrario y pensable de forma aislada, sino la “proposición” de acuerdo con aquello que en ella se expresa como lo propiamente esenciante [das eigentliche Wesende] y que la sostiene en su esencia de proposición. Qué es esto? Respuesta: la esencia plena de la representación. La re-presentación [Vor-stellung  ] se ha convertido en instauración [Auf  -stellung] y fijación [Fest-stellung] de la esencia de la verdad y del ser. La re-presentación se pone aquí ella misma en su propio espacio esencial y pone a éste como medida de la esencia del ser del ente y de la esencia de la verdad. Puesto que verdad quiere decir ahora el estar seguro de la remisión, es decir, certeza, y puesto que ser significa representatividad en el sentido de esta certeza, el hombre, en conformidad con su papel en el representar que pone así el fundamento, se convierte en el sujeto eminente. En el ámbito de dominio de este subiectum, el ens ya no es ens creatum, es ens certum: indubitatum: vere cogitatum: “cogitatio”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Sólo ahora puede reconocerse también con claridad en qué sentido la proposición COGITO sum es una “proposición fundamental” [Grundsatz  ] y un “principio”. Siguiendo la idea   más o menos correcta de que en el pensamiento de Descartes lo “matemático” desempeña “de cierto modo” un papel especial, suele recordarse que en las matemáticas aparecen ciertas proposiciones supremas, los “axiomas”. Por otra parte, en la medida en que el pensamiento matemático piensa de modo “deductivo”, estas proposiciones supremas son identificadas con las premisas mayores de las argumentaciones silogísticas. Partiendo de allí se supone, sin más reflexión, que la proposición COGITO sum, a la que el propio Descartes señala como la “primera y más cierta”, tiene que ser una proposición suprema y un “principio” en el sentido tradicional, algo así como la mayor de las premisas mayores de todo silogismo. En este razonamiento formalmente correcto y apoyado en parte en formulaciones del propio Descartes se pasa por alto, sin embargo, lo esencial: con la proposición COGITO sum se da una nueva determinación de la esencia de “fundamento” y de “principium”. “Fundamento” y “principium” es ahora el subiectum en el sentido del representar que se representa. Con ello queda decidido de manera nueva en qué sentido esta proposición sobre el subiectum es el principio fundamental, el principio por excelencia. La esencia de lo que tiene el carácter de principio se determina ahora desde la esencia de la “subjetividad” y por medio de esta última. Lo “axiomático” tiene ahora un sentido diferente respecto de la verdad del axioma que Aristóteles   encuentra, como “principio de no contradicción”, para la interpretación del ente en cuanto tal. El carácter “de principio” de la proposición COGITO sum consiste en que determina de modo nuevo la esencia de la verdad y del ser, y lo hace de manera tal que se invoca esta determinación misma como la verdad primera, lo que aquí quiere decir, al mismo tiempo: como lo que es en sentido propio. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Las notas más importantes en las que Nietzsche   se ocupa de la proposición conductora de Descartes están entre los trabajos previos para la planeada obra capital La voluntad de poder. No obstante, no han sido recogidos en ésta por los editores del libro póstumo, lo que vuelve a mostrar la falta de idea con que ha sido compuesto el citado libro. En efecto, la relación de Nietzsche con Descartes es esencial para la propia posición metafísica fundamental de Nietzsche. Desde esa relación se determinan los presupuestos internos de la metafísica de la voluntad de poder. Por no verse que detrás del más enérgico repudio del COGITO cartesiano se encuentra el vínculo aún más estrecho a la subjetividad puesta por Descartes, la relación histórica esencial entre los dos pensadores, es decir la relación que determina su posición fundamental, queda en la oscuridad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En un principio Nietzsche coincide con la interpretación corriente de la proposición, que la considera como un silogismo: ego COGITO ergo sum. Se supone que la finalidad de este silogismo es demostrar que “yo” soy: que un “sujeto” es. Nietzsche piensa que Descartes acepta como obvio que el hombre se determine como “yo” y éste como “sujeto”. En contra de la posibilidad de esta conclusión aduce, en cambio, todo lo que en parte ya se había objetado en tiempo de Descartes y después se ha vuelto a repetir continuamente: para establecer la conclusión, es decir la proposición, tengo que saber previamente: qué significa “cogitare”, qué significa “esse”, qué quiere decir “ergo”, qué quiere decir “sujeto”. Puesto que, para Nietzsche y para otros, en y para esta proposición — aceptando siempre que sea una conclusión — se supone siempre ese saber, la proposición misma no puede ser la “certeza” primera, y mucho menos el fundamento de toda certeza. La proposición no lleva a cabo lo que Descartes le exige. A esta objeción respondió ya el propio Descartes en su última obra, una obra de síntesis, Principia philosophiae (Les príncipes de la philosophie), I, 10 (aparecida en 1644 en latín y en 1647 en la traducción francesa de un amigo; cfr. Oeuvres de Descartes, ed. por Adam y Tannery París, 1897-1910, VIII, 8). El pasaje se refiere directamente a la ya citada caracterización de la proposición como prima et certissima cognitio: “Atque ubi dixí hanc propositionem ego COGITO, ergo sum, esse omnium primam et certissimam, quae cuilibet ordine philosophanti occurrat, non ideo negavi quin ante ipsam scire oporteat, quid   sit cogitatio, quid existentia, quid certitudo; item quod fieri non possit, ut it quod cogitet, non existat et talia; sed quia hae sunt simplicissimae notiones et quae solae nullius rei existentis notitiam praebent, idcirco non censui esse numerandas.” “Y allí donde dije que la proposición “pienso, luego existo” es de todas la primera y la más cierta que sale al encuentro de cualquiera que filosofe siguiendo un orden, con ello no he negado que previamente a esa proposición se tenga que “saber” (scire) qué sea “pensar”, “existencia”, “certeza”, ni tampoco “que no pueda suceder que aquello que pienso no sea” y cosas similares; pero puesto que estos que están aquí son los conceptos más simples y que proporcionan un conocimiento solos, sin que lo nombrado por ellos exista como ente, he considerado que no debían ser enumerados (tomados en consideración) expresamente.” Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Si además tenemos en cuenta que, de acuerdo con los decisivos comentarios de la proposición hechos por el propio Descartes, ésta no debe tomarse como una argumentación silogística, resultará claro sin más cómo el ente asegurado por ella — la representación en su esencia plena — proporciona al mismo tiempo, en conformidad con el carácter proposicional de esta proposición, la seguridad sobre ser, verdad y pensar. Lo que Descartes, en cambio, parece no haber recalcado de modo suficiente — que la proposición, en cuanto “principio” tiene que pensarse también a un “nivel de principio”, es decir filosóficamente — lo señala, sin embargo, mediante el giro, repetidas veces empleado: ordine philosophanti. Esta proposición sólo puede hacerse efectiva y sólo agota todo su contenido si se la piensa en esa dirección única que adopta la búsqueda de un fundamentum absolutum inconcussum veritatis. Esta búsqueda piensa necesariamente en referencia a un fundamentum, a un absolutum, a un inconcussum, a una veritas, y piensa todo esto en un determinado sentido junto con aquello que lo satisface como ente cierto y que esta por ello firmemente establecido. En el sentido de lo que es así cierto y más conocido se representan también los preconceptos de ser, conocer y representar. La proposición COGITO sum sólo dice que éstos están ya representados de este modo. La objeción nietzscheana de que la proposición de Descartes hace uso de presuposiciones no demostradas y por ello no es un principio no acierta en un doble respecto: 1) la proposición no es una argumentación silogística que dependa de premisas mayores; 2) y sobre todo, la proposición es, por su esencia, el pre-suponer mismo que Nietzsche echa en falta; en ella se pone explícitamente de antemano aquello a lo que toda proposición y todo conocimiento apela como fundamento esencial. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Nietzsche reconocía, sin embargo, que las doctrinas de Locke y Hume   sólo representan una versión más grosera de la posición fundamental de Descartes en dirección de una destrucción del pensar filosófico y que se basan en una incomprensión del comienzo de la filosofía moderna llevado a cabo por aquél. La citada observación de Descartes acerca de los “conceptos” generales copensados en el COGITO sum encierra también lo siguiente: que los conceptos más generales y conocidos no sólo son producidos, como todo concepto en cuanto tal, por el pensar, sino que su contenido se conquista y determina siguiendo el hilo conductor del pensar y el enunciar. Para Descartes está decidido que entidad quiere decir: representatividad [Vorgestelltheit  ]; que verdad, en cuanto certeza, significa: fijación [Festgestelltheit] en el representar. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Lo que Nietzsche cree tener que aportar frente a Descartes como una perspectiva presuntamente nueva, que las “categorías” surgen del “pensar”, es precisamente la decisiva proposición del propio Descartes. Es cierto que Descartes se preocupa aún por buscar una fundamentación metafísica unitaria de la esencia del pensar en cuanto COGITO me cogitare, mientras que Nietzsche, bajo la tutela del empirismo inglés, cae en la “explicación psicológica”. Pero puesto que también él explica las categorías desde el “pensar”, coincide con Descartes en aquello en lo que cree tener que distanciarse de él. Sólo el modo en el que explica el origen de ser y verdad desde el pensar es diferente: Nietzsche da al COGITO sum otra interpretación. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Qué sucede aquí? Nietzsche retrotrae el ego COGITO a un ego volo e interpreta el velle como querer en el sentido de la voluntad de poder, a la que piensa como el carácter fundamental del ente en su totalidad. Pero ¿qué pasaría si la instauración de este carácter fundamental sólo fuera posible sobre el terreno de la posición metafísica fundamental de Descartes? Entonces, la crítica de Nietzsche a Descartes sería un desconocimiento de la esencia de la metafísica que sólo puede asombrar a quien aún no ha comprendido que este autodesconocimiento de la metafísica se ha vuelto una necesidad en el estadio de su acabamiento. La siguiente proposición muestra hasta qué punto Nietzsche se encuentra ya arrojado fuera de los cauces de una meditación metafísica originaria: “El concepto de substancia, una consecuencia del concepto de sujeto: ¡no a la inversa!” (La voluntad de poder, n. 485; 1887). Nietzsche entiende aquí “sujeto” en el sentido moderno. Sujeto es el yo humano. El concepto de substancia no es jamás, como opina Nietzsche, una consecuencia del concepto de sujeto. Pero tampoco el concepto de sujeto es una consecuencia del concepto de substancia. El concepto de sujeto surge de la nueva interpretación de la verdad del ente — que, siguiendo a la tradición, es pensado como ousia  , hypokeimenon y subiectum — por el hecho de que, sobre la base del COGITO sum, el hombre se convierte en lo que propiamente subyace, en aquello quod substat, en substancia. El concepto de sujeto no es otra cosa que la limitación del transformado concepto de substancia al hombre en cuanto representante en cuyo representar lo representado y el representante están fijados en su copertenencia. Nietzsche ignora el origen del “concepto de substancia” porque, a pesar de toda la crítica a Descartes, sin un saber suficiente de la esencia de una posición metafísica fundamental, considera incondicionalmente asegurada la posición fundamental metafísica moderna y deposita todo en la preeminencia del hombre como sujeto. Sin embargo, el sujeto es comprendido ahora como voluntad de poder; en conformidad con ello, también la cogitatio, el pensar, es interpretado de otro modo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

El pensar es interpretado aquí de manera puramente “económica”, en el sentido de la “economía maquinal”. Lo que pensamos, en cuanto pensado, sólo es “verdadero” en la medida en que sirve a la conservación de la voluntad de poder. Pero también cómo pensamos acerca del pensar se mide únicamente de acuerdo con ello. Partiendo de esta concepción del pensar, Nietzsche llega necesariamente a la afirmación de que Descartes se engaña al creer que la visión de la transparencia de su proposición le asegura a ésta la certeza. La proposición ego COGITO, ergo sum es, según Nietzsche, sólo una “hipótesis” que ha sido aceptada por Descartes porque le proporcionaba “en grado sumo el sentimiento de poder y seguridad” (La voluntad de poder, n. 533; 1887). Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Pensaríamos, sin embargo, con demasiada precipitación si de la toma de posición de Nietzsche pretendiéramos sacar la conclusión de que ha abandonado en lo más mínimo, o incluso superado, la interpretación cartesiana del ser como representatividad, su determinación de la verdad como certeza y del hombre como sujeto. La interpretación cartesiana del ser es asumida por Nietzsche sobre la base de su doctrina de la voluntad de poder. La asunción llega a un grado tal que Nietzsche, sin preguntarse por su legitimación, equipara ser con “representatividad” y ésta con verdad. En la equiparación de “ser” y “verdad”, visible ya en el fragmento n. 12, Nietzsche testimonia de la manera más clara que su posición metafísica fundamental está enraizada en el COGITO sum. “Verdad” y “ser” quieren decir para Nietzsche lo mismo, a saber: lo hecho fijo en el representar y poner en seguro. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En la parte VI del citado Discurso del método, Descartes habla acerca del alcance de la nueva interpretación del ente, en especial de la naturaleza en el sentido de la res extensa, que debe ser re-presentada, es decir, hecha predecible, y por lo tanto dominable, según “figura y movimiento” (posición y estado dinámico La nueva conceptualización, basada en el COGITO sun, le abre una perspectiva cuyo despliegue sólo es experimentado en su plena incondicionalidad metafísica por la época actual. Descartes dice (Opp.VI, 61 ss., cfr. ed. E. Gilson, 1925, pág. 61 s.): Car elles (quelques notions générales touchant la Physique) m’ont fait voir qu’il est possible de parvenir à des connaissances qui soient fort utiles à la vie, et qu’au lieu de cette philosophie spéculative, qu’on enseigne dans les écoles, on en peut trouver une pratique, par laquelle connaissant la force et les actions du feu, de I’eau, de l’air, des astres, des cieux et de tous les autres corps qui nous environnent, aussi distinctement que nous connaissons les divers métiers de nos artisans, nous les pourrions employer en même façon á tous les usages auxquels ils sont propres, et ainsi nous rendre comme maîtres et possesseurs de la nature”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

“Pues ellos (los conceptos que, sobre la base del COGITO sum, determinan el nuevo proyecto de la esencia de la naturaleza) me han hecho ver que es posible llegar a conocimientos que sean muy útiles para la vida y que, en lugar de esa filosofía escolástica que no hace más que analizar conceptualmente una verdad previamente dada, es posible encontrar una que se dirija inmediatamente al ente y pro-ceda contra él de manera tal que obtengamos conocimientos sobre la fuerza y las acciones del fuego, el agua, el aire, los astros, la bóveda celeste y todos los demás cuerpos que nos rodean; y este conocimiento (de lo elemental, de los elementos) será tan preciso como nuestro conocimiento de las diferentes actividades de nuestros artesanos. Por ello podremos efectuar y emplear estos conocimientos de la misma manera para todos los propósitos para los que son apropiados, y de este modo estos conocimientos (el nuevo modo de representar) nos harán amos y propietarios de la naturaleza.” Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La toma de posición de Nietzsche respecto del “COGITO ergo sum” de Descartes es, en todo respecto, la prueba de que desconoce la conexión histórico-esencial interna de su propia posición metafísica fundamental con la de Descartes. La razón de la necesidad de este desconocimiento reside en la esencia de la metafísica de la voluntad de poder que, sin poder saberlo, se obstruye una visión esencialmente adecuada de la esencia de la metafísica. Que esto es así sólo lo reconoceremos, sin embargo, si de la consideración comparativa de las tres posiciones metafísicas fundamentales mencionadas rescatamos en una mirada lo mismo que domina su esencia y que exige al mismo tiempo su respectiva peculiaridad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

De manera explícita y determinante se le da aquí el título de “condiciones de posibilidad” a lo que Aristóteles y Kant   llaman “categorías”. De acuerdo con la explicación de este nombre dada antes, por categorías se entienden las determinaciones esenciales del ente en cuanto tal, es decir la entidad, el ser; lo que Platón comprende como “ideas”. El ser es, según Kant, condición de posibilidad del ente, es su entidad. Aquí, entidad y ser, en concordancia con la posición fundamental moderna, quieren decir representatividad, objetividad. El principio supremo de la metafísica de Kant dice: las condiciones de posibilidad del re-presentar de lo re-presentado son al mismo tiempo, es decir, no son otra cosa que, condiciones de posibilidad de lo representado. Constituyen la representatividad; pero ésta es la esencia de la objetividad, y ésta es la esencia del ser. El principio dice: el ser es re-presentatividad. Pero re-presentatividad es estar remitido [Zugestelltheit], de manera tal que el que representa pueda estar seguro de lo así asentado y establecido. La seguridad se busca en la certeza. Ésta determina la esencia de la verdad. El fundamento de la verdad es el re-presentar, es decir, el “pensar” en el sentido del ego COGITO, es decir, del COGITO me cogitare. La verdad como representatividad del objeto, la objetividad, tiene su fundamento en la subjetividad, en el representar que se representa; pero esto porque el representar mismo es la esencia del ser. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Kant no repite simplemente lo que Descartes ya había pensado antes que él. Sólo Kant piensa de modo trascendental y concibe expresa y conscientemente lo que Descartes puso como comienzo del preguntar en el horizonte del ego COGITO. Con la interpretación kantiana del ser se piensa por primera vez expresamente la entidad del ente en el sentido de “condición de posibilidad” y se franquea así el camino para el despliegue del pensamiento del valor en la metafísica de Nietzsche. No obstante, Kant no piensa aún el ser corno valor. Pero tampoco piensa ya el ser como idea en el sentido de Platón. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Qué se deduce de todo esto? En primer lugar, que a pesar de todas sus diferencias con Descartes, Leibniz   también entiende la autocerteza del yo como la certeza primaria y que, como Descartes, ve en el yo, en el ego COGITO, la dimensión de la que se pueden extraer todos los conceptos metafísicos fundamentales. Se intenta resolver el problema del ser en cuanto problema fundamental de la metafísica volviendo al sujeto. Pero de todos modos, tanto en Leibniz como en sus predecesores y seguidores, este recurso al yo sigue resultando ambiguo, porque no se capta el yo ni en su estructura esencial ni en su modo de ser específico. Heideggeriana: CursoMarburgo  

Según esto, el hombre es el que es en cada caso (yo y tú y él y ellos). Y ¿no coincide este ego con el ego COGITO de Descartes? En ningún caso, porque todo elemento esencial que determina con la misma necesidad ambas posiciones metafísicas fundamentales, la de Protágoras y la de Descartes, es distinto. Lo esencial de una posición metafísica fundamental abarca lo siguiente: 1. El modo y la manera en que el hombre es hombre, es decir, en que es él mismo; el tipo de esencia de su mismidad, que no es en absoluto igual al de su Yo, sino que se determina como tal a partir de la relación con el ser. 2. La interpretación de la esencia del ser de lo ente. 3. El proyecto de esencia de la verdad. 4. El sentido según el cual el hombre es medida aquí y allá. Heideggeriana: ImagemMundo

Pues bien, sin saberlo, esta liberación se libera siempre de las ataduras que le ligan a la verdad revelada, en la que se le da al hombre la certeza y seguridad de la salvación de su alma. La liberación que se libra de la certeza de salvación otorgada por la revelación, tenía necesariamente que ser en sí misma una liberación en favor de una certeza en la que el hombre se asegurase lo verdadero como aquello sabido por su propio saber. Esto sólo era posible a condición de que el hombre que se liberaba se hiciera garante de la certeza de aquello que podía ser sabido. Pero tal cosa sólo podía ocurrir en la medida en que el hombre decidía por sí mismo y para sí mismo lo que debía significar para él los términos ‘posible de ser sabido’, ‘saber’, y ‘aseguramiento de aquello sabido’ o, lo que es lo mismo, ‘certeza’. La tarea metafísica de Descartes pasó a ser la siguiente: crearle el fundamento metafísico a la liberación del hombre a favor de una libertad como autodeterminación con certeza de si misma. Pero este fundamento no sólo debía ser él mismo cierto, sino que, dado que cualquier norma procedente de otros ámbitos era rechazada, debía ser también de tal género que, gracias a él, la esencia de la libertad a la que se aspiraba, se plantease como autocerteza. Ahora bien, todo aquello que tiene certeza a partir de sí mismo, tiene que asegurar también al mismo tiempo la certeza de aquel ente por mor del cual debe obtenerse la certeza de semejante saber y debe asegurarse todo aquello susceptible de ser sabido. El fundamentum, el fundamento de dicha libertad, lo que subyace en su base, el subjectum, tiene que ser por lo tanto algo cierto que satisfaga las citadas exigencias esenciales. Pasa a ser necesario un subjectum que destaque desde todas esas perspectivas. ¿Cuál es ese elemento cierto que conforma y da lugar al fundamento? El ego COGITO (ergo) sum. Lo cierto es una proposición que expresa que a mismo tiempo (simultáneamente y con una misma duración) que el pensar del hombre, el hombre mismo está también indudablemente presente, lo que ahora significa que se ha dado a sí mismo a la vez que el pensar. Pensar es representar, una relación representadora con lo representado (idea como perceptio). Heideggeriana: ImagemMundo

Ahora también se ha aclarado en qué sentido el hombre quiere y debe ser, en tanto que sujeto, medida y centro de lo ente, lo que significa ahora, de los objetos. El hombre ya no es metron en el sentido de la medida que constriñe la captación al correspondiente círculo de desocultamiento de lo presente, círculo en el que también todo hombre viene a la presencia. Como subjectum, el hombre es la co-agitatio del ego. El hombre se fundamenta a si mismo como medida para todas las escalas que se utilizan para medir de alguna manera (para calcular) qué puede pasar por cierto, esto es, por verdadero, por algo que es. La libertad es nueva en tanto que libertad del subjectum. En las “Meditationes de prima philosophia” se reconduce la liberación del hombre en favor de una nueva libertad a su fundamento, al subjectum. Pero ni la liberación del hombre moderno comienza con el ego COGITO ergo sum, ni la metafísica de Descartes es una metafísica construida a posteriori y desde fuera para esa libertad, al modo de una ideología. En la coagitatio el representar reúne todo lo objetivo en la unión de la representabilidad. El ego del cogitare encuentra ahora su esencia en esa reunión autoaseguradora de la representabilidad, en la con-scientia. La conscientia es la reunión representadora de lo objetivo con el hombre representador dentro del círculo de la representabilidad garantizada por éste. Todo lo presente recibe de ella el sentido y género de su presencia, que son concretamente los de la presencia en la raepresentatio. La con-scientia del ego, en tanto que sujectum de la coagitatio determina el ser de lo ente en tanto que subjetividad del subjectum así destacado. Heideggeriana: ImagemMundo

Pero todo ya en la presencia [Praesenz], ousia del ego COGITO cogitationes. Heideggeriana: HistoriaSer  

Objeto [Gegenstand  ] en el sentido de ob-jeto [Ob-jekt]; es decir, sólo allí donde el hombre se vuelve sujeto, es decir, donde el sujeto se vuelve yo y el yo ego COGITO, sólo allí donde este cogitare es concebido en su esencia como “unidad originariamente sintética de la apercepción”, sólo allí donde se alcanza el punto supremo para la “lógica” (en la verdad como certeza del “yo pienso”), sólo allí se desvela la esencia del objeto en su objetividad. Sólo allí se vuelve al mismo tiempo posible e inevitable concebir esta objetividad misma como “el nuevo objeto verdadero” y pensarla llevándola a lo incondicionado. Heideggeriana: HistoriaSer

La voluntad sólo se vuelve esencial en la actualitas   allí donde el ens actu está determinado por el agere como cogitare, ya que ese COGITO es me cogitare, ser-auto-consciente [Selbs-bewusst-sein  ], en lo cual el ser-consciente, en cuanto ser-sabido, es esencialmente el remitirse-a-sí.Voluntad como rasgo esencial de la realidad. Heideggeriana: HistoriaSer

La distinción de la existencia en el sentido de realidad como ser sí-mismo, prefigurada desde el primer acabamiento de la metafísica en Schelling, llega, pasando por Kierkegaard  , que no es ni teólogo ni metafísico y es sin embargo lo esencial de ambos, a un peculiar estrechamiento. El hecho de que, inmediatamente, la conversión de la realidad efectiva en autocerteza del ego COGITO esté determinada por el cristianismo, y de que, mediatamente, el estrechamiento del concepto de existencia esté determinada por la cristianidad, no hace más que testimoniar nuevamente cómo la fe cristiana se ha apropiado de los rasgos fundamentales de la metafísica y bajo esa forma, ha llevado a ésta a dominar en Occidente. Heideggeriana: HistoriaSer

3. La energeia se reinterpreta como actualitas   del actu. El agere como facere, creare. La pura esencia de la actualitas es el actus purus como la existentia del ens a cuya essentia   le corresponde la existentia: (Teología medieval.) Al actus lo caracteriza el obrar en cuanto llevar a efecto lo efectuado, no el dejar presenciar en el desocultamiento. 4. De acuerdo con la transformación de la veritas en certitudo, la actualitas se concibe como actus del ego COGITO, como percipere, raepresentare. Heideggeriana: HistoriaSer

Schelling y Kierkegaard : Existencia: un ser sí mismo — subjetividad (voluntad del entendimiento, ego COGITO) — volverse manifiesto — contradicción-distinción — “pasión”-”impulso”-”voluntad que sabe”-”devenir” — En Kierkegaard, en cambio: 1. Restringido al hombre, sólo él existe. 2. Existencia — interés en la existencia, realidad efectiva. 3. Este interés, no un representar sino un creer en…, un adscribirse a lo real, un hacer que lo real importe. 4. Creer en otro, no como referencia a una doctrina y su verdad sino a lo verdadero en cuanto real, crecer junto con él, concretamente. Existencia en sentido moderno. 5. Creer que Dios ha estado como hombre, infinitamente interesado — creer como ser cristiano, es decir, devenir cristiano. La incredulidad como pecado. — Schelling: “Querer es ser originario.” — Todo ser es existir: existencia. Pero existencia es existencia del fundamento. Al ser le pertenece la existencia y el fundamento de la existencia. Al ser le pertenece esta distinción [Unter-scheidung] en cuanto “real” [reell]. El ser mismo es de manera tal que el ente en cuanto tal se distingue. Esta distinción se halla en la esencia del querer. La distinción: voluntad del fundamento y voluntad del entendimiento. ¿De qué modo? La voluntad en la voluntad es el entendimiento. La “distinción” de Schelling alude a un enfrentamiento (lucha) que ensambla y reina en todo ser (todo ente en su entidad), todo esto siempre sobre la base de la subjetividad. Ser originario — es querer. El ser (aún no ser-un-ente) clausura. El ente (de modo substantivo, verbal-transitivo): el sí mismo. Ser-en-sí. Heideggeriana: HistoriaSer

“Conciencia” es el nombre no del todo claro por conscientia, es decir, para el saber que consabe todos los modos de conducirse del hombre, en tanto están referidos a la mens  , al “espíritu”. El “espíritu” se expresa a sí mismo como mismo, en tanto dice “yo”. En tanto la conciencia como consaber de lo sabido y de su saber “es” la referencia a sí mismo, es autoconciencia. La esencia de la conciencia es la autoconciencia; todo COGITO es un ego COGITO me cogitare. También el videre y ambulare es un cogitare, en tanto sólo son verdaderos, es decir, son en certeza, en el modo del cogitatum en el COGITO me videre, COGITO me ambulare. Por ello Descartes dice en § 9 de la primera parte de los Principia philosophieae (1646): Cogitationes nomine, intelligo fila omnia, quae nobis consciis in nobis fiunt, quatenus eorum in nobis conscientia est. “Bajo el nombre ‘pensamiento’ (’conciencia’) entiendo todo aquello que en nosotros, quienes nos consabemos, acaece y a saber acaece en tanto de todo aquello en nosotros hay una conciencia”. Heideggeriana: HegelFenomenologia  

De manera introductoria y casi incidentalmente, encubierta en proposiciones subordinadas, Hegel expresa en el primer parágrafo de la “Introducción” lo que sostiene su metafísica: el absoluto está ya en nosotros y quiere estar en nosotros. El conocer es el rayo del absoluto que nos toca, no un propósito que obtenemos “posteriormente” en dirección hacia el absoluto. Desde el auténtico recuerdo de la historia de la metafísica, debiéramos saber que ésta desde Platón y Aristóteles sólo piensa el ente como ente, en tanto a la vez piensa al máximo ente (timietaton on = to theion  ) y a su vez éste como el fundamento y la causa (arche — aition  ) de todo ente y con ello del ser. En tanto el ente es pensado como ente (on he on), la metafísica es ontológica. En tanto el ente como ente es pensado desde el máximo ente, la metafísica es teológica. La metafísica es en su esencia ontoteológica. Ello rige no sólo para la metafísica de Platón y para la de Aristóteles o hasta para la metafísica cristiana. También la metafísica moderna es de Descartes a Nietzsche ontoteológica. La fundamentación y evidencia del principio de autocerteza del ego COGITO tiene su fundamento en la idea innata substantiae infinitae, es decir, Dei  . Cada mónada divisa en una determinada perspectiva el universo y con él la mónada central de Dios. Toda razón del hombre, como relación fundamental de su esencia con el ente, está determinada según Kant por los postulados de la razón práctica, en los que está planteada la existencia del máximo bien como de lo incondicionado. Y el ser como “voluntad de poder” es también según Nietzsche sólo posible sobre el fundamento de lo incondicionado, que él sólo puede expresar todavía como “el eterno retorno de lo igual”. Heideggeriana: HegelFenomenologia

Pero, al mismo tiempo, la crítica analítica toma el conocimiento como algo efectivamente real, incluso por lo primero efectivamente real y normativo. De este modo apela a algo verdadero, lo que para ella también significa algo cierto, cuya certeza naturalmente debe existir todavía separada de la autocerteza incondicionada de todo lo cierto. Este ens creatum en el sentido del ego COGITO que, como ens certum se supone debe ser cierto sin lo absoluto, necesita ser asegurado recurriendo a la argucia de una demostración de Dios, como ya ocurría en Descartes. La preocupación crítica ciertamente quiere llegar a algo absoluto, pero quiere arreglárselas para alcanzarlo sin lo absoluto. Hasta parece como si esta preocupación pensara de acuerdo con lo absoluto cuando lo escamotea situándolo provisionalmente en lo inaccesible y, por lo tanto, aparentemente en el lugar más alto posible. Pero dicha crítica, que aparece supuestamente preocupada por la estimación de lo absoluto, infravalora lo absoluto. Lo rebaja a los estrechos límites de sus escrúpulos y medios. Intenta echar a lo absoluto fuera de su parusía, como si se pudiera introducir la absolutez de lo absoluto en algún momento a posteriori. El miedo, aparentemente crítico, a un error debido a la precipitación, no es sino un modo acrítico de esquivar la verdad que ya reposa ahí delante. Cuando por el contrario, la ciencia acepta y asume su esencia, ya se ha examinado a sí misma. Inherente a este examen es saber que la ciencia, como conocimiento absoluto, se encuentra en la parusía del absoluto. Pero todo esto se fundamenta en lo que expresa el siguiente párrafo. Heideggeriana: HegelExperiencia  

La presentación del saber que se manifiesta en su manifestación, visto desde la conciencia natural, está siempre minando aquello que vale como verdadero para ésta. Este socavamiento de la verdad puede ser entendido como la duda. Sólo que el camino de la pura duda, tal como muestra la marcha de las meditaciones de Descartes, es de otro tipo. Ciertamente cuestiona muchas maneras de representación, pero sólo para permanecer en la posición de partida, aquella desde la que se inició la consideración para aprender la duda, la cual nunca es a su vez objeto de duda. El camino de la duda lo único que deja claro es que ya se ha introducido la duda en una seguridad que vale como fundamentum absolutum. Pero la absolutez de este absoluto no es ni puesta en duda ni cuestionada, ni tan siquiera nombrada en su esencia. El camino de Hegel es, por lo tanto, otro, desde el momento en que sabe que un saber absoluto sólo puede serlo si de alguna manera comienza ya con la absolutez. Es por esta razón por la que la conciencia natural aparece por vez primera en el pensamiento de Hegel dentro del paisaje que le es propio, mientras que por mucho que sea verdad que Descartes pisa la tierra de la filosofía moderna con el sujeto como ego COGITO, en el fondo no ve en absoluto el paisaje. Heideggeriana: HegelExperiencia

El escepticismo que se consuma es la historicidad de la historia, esa bajo cuya forma la conciencia se configura en la manifestación del saber absoluto. El escepticismo ya no vale aquí sólo como una conducta del sujeto humano singular. Así, sólo sería la propuesta subjetiva de no construir nunca basándose en una autoridad extraña, sino de comprobar todo uno mismo, es decir, en el sentido de este sujeto. Es verdad que este escepticismo se reclama de la concepción propia de un Yo que se representa a sí mismo, pero no es una skepsis del ser de lo ente. Tal skepsis no se repliega dentro del estrecho horizonte de una evidencia limitada. En la medida en que mira por encima de la manifestación del saber que se manifiesta, contempla toda la extensión que abarca el saber que se manifiesta. El ego COGITO que se representa aisladamente a sí mismo, permanece prisionero de esa extensión. Pero tal vez, pensada de manera más esencial de lo que podía hacerlo Hegel, dicha extensión sólo sea el recuerdo del esse del ens certum del ego COGITO, concretamente bajo la figura de su ampliación dentro de la realidad del saber absoluto. Ahora bien, tal ampliación precisa de la skepsis previa en la extensión del manifestarse de la subjetidad incondicionada. Pero este proceso previo es al mismo tiempo la vuelta decidida y completa a aquella verdad de lo ente que como certeza absoluta se toma por el propio ser. Heideggeriana: HegelExperiencia

Si la metafísica piensa lo ente en su ser como voluntad de poder, piensa necesariamente lo ente como instaurador de valores. Piensa todo en el horizonte de los valores, de la validez de dichos valores, de la desvalorización y la transvaloración. La metafísica de la Modernidad comienza y tiene su esencia en el hecho de que busca lo incondicionadamente indudable, lo cierto, la certeza. Según las palabras de Descartes, se trata de firmum et mansurum quid stabilire, esto es, conseguir mantener algo firme y estable. Esto estable. en cuanto objeto, le resulta satisfactorio a esa esencia, que reina desde antiguo, de lo ente en cuanto eso que permanentemente se presenta, que subyace siempre en todas partes (hypokeimenon, subiectum) También Descartes, como Aristóteles, pregunta por el hypokeimenon. En la medida en que Descartes busca ese subiectum en la vía prediseñada de la metafísica y pensando la verdad como certeza encuentra el ego COGITO en cuanto ego permanentemente presente. Así es como el ego sum se convierte en subiectum, esto es, el sujeto se convierte en autoconciencia. La sujetidad del sujeto se determina a partir de la certeza de esta conciencia. Heideggeriana: NietzscheDeus  

¿Pero de qué tipo es entonces esta verdad del ser de lo ente? Sólo puede determinarse a partir de aquello cuya verdad es. Pero en la medida en que dentro de la metafísica moderna el ser de lo ente se ha determinado como voluntad y por tanto como querer-se, pero el querer-se es en sí el saber-se a sí mismo, lo ente, el hypokeimenon, el subiectum, se presenta al modo del saber-se a sí mismo. Lo ente (subiectum) se presenta, concretamente a sí mismo, al modo del ego COGITO. Este presentarse a sí mismo, este ponerse delante que llamamos re-presentación, es el ser de lo ente qua suiectum. El saber-se a sí mismo se convierte en sujeto por antonomasia. En ese saber-se a sí mismo se reúne todo saber y lo conocible por él. Es reunión de saber, del mismo modo que la cordillera es la reunión de las montañas. La subjetividad del sujeto es, en cuanto tal reunión, co-agitatio (cogitatio), conscientia, Ge-wissen   [reunión de saber], conscience. Pero la co-agitado ya es en sí un velle, un querer [wollen  ]. Con la subjetidad del sujeto aparece la voluntad en calidad de su esencia. La metafísica moderna piensa el ser de lo ente, en tanto que metafísica de la subjetidad , en el sentido de la voluntad. Heideggeriana: NietzscheDeus

Todo ente es ahora o lo efectivamente real, en cuanto objeto, o lo eficiente en cuanto objetivación en la que se forma la objetividad del objeto. Representando, la objetivación dispone el objeto sobre el ego COGITO. En este disponer se evidencia el ego cómo aquello que subyace a su propio hacer (el dis-poner poniendo-delante o re-presentando), esto es, se evidencia como subiectum. El sujeto es sujeto para sí mismo. La esencia de la conciencia es la autoconciencia. Por eso, todo ente es o bien objeto del sujeto o bien sujeto del sujeto. En todas partes, el ser de lo ente reside en el poner-se-ante-sí-mismo y, de esta manera, im-poner-se. En el horizonte de la subjetidad de lo ente el hombre se alza a la subjetividad de su esencia. El hombre accede a la subversión. El mundo se convierte en objeto. En esta objetivación subvertidora de todo ente, aquello que en principio debe pasar a disposición del representar el producir, esto es la tierra es desplazado al centro de toda posición y controversia humana. La propia tierra ya sólo puede mostrarse como objeto del ataque que en cuanto objetivación incondicionada, se instaura en el querer del hombre. Por haber sido querida a partir de la esencia del ser, la naturaleza aparece en todas partes como objeto de la técnica. Heideggeriana: NietzscheDeus

A la última pregunta podemos responder: la historia europea de los últimos tres siglos y medio nos dice qué hicieron los hombres cuando desencadenaron a la tierra de su sol. Pero ¿qué ha ocurrido en el fondo de esta historia con lo ente? Cuando se refiere a la relación entre el sol y la tierra, Nietzsche no sólo piensa en el giro copernicano, según la moderna comprensión de la naturaleza. El nombre sol nos recuerda de inmediato el símil de Platón. Según este, el sol y el ámbito que abarca su luz, son el terreno en el que aparece lo ente según su aspecto, según sus caras (ideas). El sol conforma y delimita el horizonte en el que se muestra el ente como tal. El “horizonte” significa el mundo suprasensible en cuanto verdaderamente ente. Éste es, al mismo tiempo, la totalidad que todo lo abarca y engloba igual que el mar. La tierra, como lugar de residencia de los hombres está desencadenada de su sol. El ámbito de lo suprasensible que es en sí, ya no se encuentra sobre los hombres a modo de luz normativa. Todo el horizonte ha sido borrado. La totalidad de lo ente como tal, el mar, ha sido bebido por los hombres. En efecto, el hombre se ha subvertido en el Yo del ego COGITO. Por esta subversión, todo ente se convierte en objeto. Lo ente, en cuanto objetivo, es absorbido dentro de la inmanencia de la subjetividad. El horizonte ya no luce a partir de sí mismo. Ya no es más que el punto de vista dispuesto en las instauraciones de valor de la voluntad de poder. Heideggeriana: NietzscheDeus

Descartes por C. Hellemans¿Hasta qué punto pertenece la Metafísica a la naturaleza del hombre? El hombre, representado metafísicamente como un ente entre otros, está ante todo dotado de facultades. El ser vivo constituido de tal y tal modo, su naturaleza, el qué y el cómo de su ser, es en sí mismo metafísico: animal (sensibilidad) y rationale (no sensible). Metido de este modo dentro de los límites de lo metafísico, el hombre queda adherido a la diferencia no experienciada entre el ente y el ser. El modo del representar humano, metafísicamente marcado, en ninguna parte encuentra otra cosa que no sea un mundo construido metafísicamente. La Metafísica pertenece a la naturaleza del hombre. Pero ¿qué es la naturaleza misma? ¿Qué es la Metafísica misma? ¿Quién es, dentro de los límites de esta Metafísica natural, el hombre mismo? ¿Es sólo un yo que, en su vocación para un tú, se afianza tanto más en su yoidad por estar en la relación yo-tú? El ego COGITO es para Descartes en todas las cogitationes lo representado y producido, lo presente, lo que no está en cuestión, lo indubitable y lo que está puesto ya siempre   en el saber, lo propiamente cierto, lo que está sólidamente establecido antes que lo demás, es decir, como aquello que lo pone todo en relación a sí y de este modo lo pone en el “frente” a lo otro. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Ego COGITO es COGITO: me cogitare. Heideggeriana: SuperarMetafisica

Objeto (Gegenstand) en el sentido de ob-jeto sólo se da allí donde el hombre se convierte en sujeto, donde el sujeto se convierte en yo, y el yo en ego COGITO; sólo allí donde este cogitare, en su esencia, es concebido como “unidad originariamente sintética de la apercepción trascendental”; sólo allí donde se ha alcanzado el punto culminante de la “Lógica” (en la verdad como certeza del “yo pienso”). Sólo aquí se desvela la esencia del objeto en su obstancía. Sólo aquí se hace luego posible, e inevitable, concebir la obstancia misma como “el nuevo objeto verdadero” y pensarla hacia lo incondicionado. Heideggeriana: SuperarMetafisica

De este modo, aquello hacia lo que debe volverse lo esencialmente interno e invisible, con el fin de hallar su propia particularidad, sólo puede ser lo más invisible de lo invisible y lo más interno de lo interno. En la metafísica moderna se determina la esfera de lo interno invisible en cuanto ámbito de la presencia de los objetos calculados. Dicha esfera es la que Descartes caracteriza como conciencia del ego COGITO. Heideggeriana: ParaQuePoetas  

En la forma del trabajador y su dominio ya no se mira a la subjetiva, y mucho menos entonces a la subjetidad subjetivista de la esencia humana. El ver metafísico de la forma del trabajador corresponde al proyecto de la forma esencial de Zaratustra dentro de la metafísica de la voluntad de poder. ¿Qué se esconde en ese aparecer de la subjetividad objetiva del subjectum (del Ser del ente), que es pensada como forma humana, y no como un hombre aislado? Hablar de la subjetidad (no subjetividad) de la esencia humana como el fundamento de la objetividad de todo subjectum (de todo presente) parece en todos los aspectos paradójico y artificial. Esta apariencia tiene su fundamento en que apenas hemos comenzado a preguntar por qué y de qué manera será necesario dentro de la metafísica moderna un pensar que Zaratustra representa como forma. La información dada a menudo de que el pensamiento de Nietzsche había caído fatalmente en la poesía, es ella misma sólo el abandono del preguntar pensante. A pesar de todo, ni siquiera necesitamos volver a pensar hasta la deducción trascendental kantiana de las categorías para ver que, al mirar la forma como la fuente de la donación de sentido, se trata de la legitimación del Ser del ente. Sería una explicación demasiado grosera si se dijera que [397] aquí, en un mundo secularizado, el hombre como creador del Ser del ente ocupa el lugar de Dios. Que, en efecto, la esencia humana está en juego, no admite duda. Pero la esencia (verbal) del hombre, “el ser-ahí [Dasein] en el hombre” (véase Kant y el problema de la metafísica; 1 ed., 1929, § 43) no es algo humano. Para que la idea de la esencia humana pueda alcanzar el rango de lo que fundamenta ya a todo presente como la presencia, que permite primero una “representación” en el ente, y así legitima a éste como el ente, tiene el hombre ante todo que ser representado en el sentido de un fundamento normativo. Pero, ¿normativo para qué? Para el asegurarse del ente en su ser. ¿En qué sentido aparece “Ser” cuando se trata del asegurarse del ente? En el sentido de lo en todas partes y en todo tiempo constatable, es decir, representable. Descartes, entendiendo así el Ser, encontró la subjetividad del subjectum en el ego COGITO del hombre finito. El aparecer de la forma metafísica del hombre como fuente de donación de sentido es la consecuencia última de la posición de la esencia humana como subjectum normativo. Conforme a ello, se transforma la forma interna de la metafísica, que consiste en lo que puede denominarse como la trascendencia. Ésta es dentro de la metafísica por razones esenciales ambigua. Allí donde esa ambigüedad no se tiene en cuenta se extiende una confusión incurable, que puede valer como característica del representar metafísico todavía hoy usual. Heideggeriana: PreguntaSer  

De especie totalmente diferente es aquel temple de ánimo (Stimmung  ) que determinó (bestimmte) al pensar a plantear de modo nuevo la pregunta tradicional acerca de qué sea, pues, el ente en tanto es, y así lo determinó a comenzar una nueva época de la filosofía. Descartes en sus Meditaciones no sólo pregunta, ni lo pregunta en primer lugar, ti to on — ¿qué es el ente en tanto es? Descartes pregunta: ¿cuál es aquel ente que es el verdaderamente ente en el sentido del ens certum? Para Descartes la esencia de la certitudo entretanto se ha transformado. Porque en la Edad Media certitudo no quiere decir certeza (Gewissheit  ), sino la firme delimitación de un ente en lo que él es. Aquí certitudo es todavía sinónimo de essentia. En cambio, para Descartes lo que verdaderamente es se mide de otro modo. Para él la duda se convierte en aquel temple de ánimo (Stimmung) en el que vibra la disposición (Gestimmtheit) para el ens certum, para el ente [que es] con certeza (das in Gewissheit Seiende  ). La certitudo se convierte en aquella fijación del ens qua ens que resulta de la indubitabilidad del COGITO (ergo) sum para el ego del hombre. Por ello el ego se convierte en el sub-iectum por excelencia, y así la esencia del hombre entra por vez primera en el ámbito de la subjetividad en el sentido de la egoidad. A partir de la disposición (Gestimmtheit) para esta certitudo recibe el decir de Descartes la determinación (Bestimmtheit  ) de un clare et distincte percipere. El temple de ánimo (Stimmung) de la duda es el asentimiento (Zustimmung) positivo a la certeza. En adelante la certeza se convierte en la forma normativa de la verdad. El temple de ánimo (Stimmung) de la confianza en la certeza absoluta del conocimiento, certeza asequible en todo momento, queda como el pathos   y con ello la arche de la filosofía moderna. Heideggeriana: QueFilosofia  

Hegel dice: “Con él (con Descartes), ingresamos verdadera mente en una filosofía autónoma… Podemos decir que aquí estamos en casa, y, como los navegantes después de una travesía por el mar agitado, podemos gritar: ‘¡Tierra !’” (Obras, XV, 328). Hegel quiere dar a entender con esta imagen lo siguiente: el “ego COGITO sum”, el “yo pienso, yo soy” es el suelo firme, sobre el cual puede establecerse la filosofía verdadera y completamente. En la filosofía de Descartes el ego se convierte en el subjectum regulativo, es decir, en lo subyacente de antemano. Con todo, llega a tomarse posesión de este sujeto en forma adecuada, en forma trascendental y completa en sentido kantiano, es decir, en el sentido del idealismo especulativo, sólo cuando se ha desplegado la estructura total y el movimiento de la subjetividad del sujeto, y cuando se ha elevado dicha subjetividad al autosaberse absoluto. Cuando el sujeto se sabe como este saber que condiciona toda objetividad, es él, en cuanto es dicho saber, idéntico a lo absoluto mismo. El Ser verdadero es el pensar que se piensa en sí mismo de manera absoluta. Para Hegel, el Ser y el pensar son lo mismo, en el sentido de que todo es recogido en el pensar y determinado como lo que él llama sencillamente el “pensamiento”. Heideggeriana: HegelGregos  

La subjetividad en cuanto ego COGITO es la conciencia que representa algo y que — refiere lo representado a sí misma, reuniéndolo de esta manera en sí misma. Reunir es en griego legein  . Reunir para el yo y en el yo una multiplicidad se dicen en voz media legesyai. El yo pensante reúne lo representado atravesándolo de punta a punta y elucidando su ser en este movimiento. “A través de algo” se dice en griego dia. Heideggeriana: HegelGregos

Ninguno de los dos es la totalidad real de la Filosofía. La totalidad se muestra, en primer lugar y tan sólo, en su devenir; lo que sucede en la exposición desarrollada de la “cosa”. en la exposición se identifican tema y método. Identidad que en Hegel se llama “Idea” [Gedanke]. La “cosa” de la Filosofía aparece con ella “en sí misma”. Sin embargo, esta cosa es determinada históricamente [geschichtlich  ] como la “subjetividad”. Con el ego COGITO cartesiano — dice Hegel —, la Filosofía pisa por primera vez tierra firme, en la que puede estar en casa. Si con el ego COGITO — como subjectum por excelencia — se alcanza el fundamentum absolutum, esto quiere decir entonces que el sujeto es el hypokeimenon trasladado a la conciencia, lo verdaderamente presente, que en el lenguaje tradicional, y de una forma bastante imprecisa, se llama substancia. Heideggeriana: TarefaPensar

De ese modo ha quedado desconocida para el pensamiento griego la presencia en el sentido de la objetualidad (Gegenständlichkeit) de los objetos. Para ellos la presencia no se daba nunca como objeto (Objekt). Presencia en el sentido de la objetivación (Objektivität) comienza recién a volverse pensable para la filosofía cuando lo presente — en griego: lo hypokeimenon, lo desde sí mismo preyaciente, en romano  : el subiectum — fuera encontrado por Descartes en el Ego sum del Ego COGITO. Conforme a esto, aparece el yo del hombre, el hombre mismo, como aquel sujeto privilegiado que, en lo venidero, reclamará exclusivamente para sí el nombre de sujeto. Es por eso que, la subjetivación configura de aquí en adelante el dominio dentro del cual y para el cual se constituye recién cualquier objetividad. Heideggeriana: AssuntoPensar  

Se trata, más radicalmente que cualquier saber de objeto, del Saber por el cual se sabe eso que sabe. Con Fichte   asistimos a la absolutización del COGITO cartesiano (que no es COGITO más que en la medida en que es COGITO me cogitare) en SABER ABSOLUTO. Heideggeriana: SeminarioThor1969