Debemos seguir llamando “humanismo” a este “humanismo” que se declara en contra de todos los humanismos existentes hasta la fecha, pero que al mismo tiempo no se alza como portavoz de lo inhumano? ¿Y eso tal vez con el único propósito de aprovechar que se comparte el uso de tal rótulo para seguir nadando en compañía de las corrientes reinantes, que se encuentran ahogadas por el subjetivismo metafísico y sumidas en el olvido del ser? ¿O tal vez el pensar deba atreverse, por medio de una resistencia abierta contra el “humanismo”, a dar un empujón que logre que surjan por fin dudas sobre la humanitas del homo humanus y su fundamentación? De esta manera, y suponiendo que este instante de la historia universal no esté apremiando ya en esa dirección, podría despertar una reflexión que no sólo piense en el hombre, sino en la “naturaleza” del hombre, y no sólo en la naturaleza, sino, de modo más inicial todavía, en la dimensión en la que la esencia del hombre, determinada desde el ser mismo, encuentra su lugar. ¿No deberíamos tal vez seguir soportando durante algún tiempo, dejando que se acaben desgastando por sí mismos lentamente, los inevitables malentendidos a los que ha estado expuesto hasta ahora el camino del pensar en el elemento de ser y tiempo? Dichos malentendidos son consecuencia de la interpretación que aplica a posteriori de manera natural lo leído o tan sólo repetido a lo que ya cree saber antes de la lectura. Todos denotan la misma construcción y el mismo fundamento. Heideggeriana: CartaH
Sin embargo, el hecho de que el pensar mismo, en el mismo sentido que el construir, pero de otra manera, pertenezca al habitar es algo de lo que el camino del pensar intentado aquí puede dar testimonio. Heideggeriana: ConstruirHabitar
Una experiencia del ser como experiencia de la alteridad respecto a todo ente procura la angustia, suponiendo que nosotros por “angustia” o miedo frente a la angustia, es decir, inmersos en la mera ansiedad angustiosa del temor, rehuyamos la voz silenciosa que nos aboca a los espantos del abismo. Es evidente que si ante la alusión a esa angustia esencial abandonamos arbitrariamente la marcha seguida por el pensar de esta lección y liberamos a la angustia, en cuanto estado de ánimo convocado por dicha voz, de su relación con la nada, entonces sólo nos queda la angustia como un “sentimiento” aislado que podemos distinguir y aislar de otros en medio del conocido surtido de estados del alma que la psicología contempla boquiabierta. Siguiendo el hilo conductor de la distinción simplista entre “arriba” y “abajo”, los “estados de ánimo” se dejan agrupar en dos clases: los que elevan y animan y los que hunden y deprimen. A la celosa caza de “tipos” y “contratipos” de “sentimientos”, así como de clases y subclases de dichos “tipos”, nunca se le acabará la presa. Pero, con todo, esta indagación antropológica del ser humano siempre quedará fuera de la posibilidad de entrar en el camino del pensar de la lección, porque ésta piensa a partir de la atención a la voz del ser llegando hasta el acuerdo que procede de esa voz y que reclama al hombre en su esencia a fin de que aprenda a experimentar el ser en la nada. Heideggeriana: MetafisicaEpilogo
Si bien Jean Beaufret había intentado ya hace algunos años descifrar a Husserl y a Heidegger, Heidegger tiene noticias de Beaufret – como lo testifica una carta del 23. de Noviembre de 1945 [impreso al final de “Lettre sur l’humanisme”, Paris 1964] – recién por dos de sus ensayos [en: Confluences, Nr. 2-6, Lyon 1945], por los que reconoce en él, con todo, de inmediato, a un interlocutor con un oído despierto para su camino del pensar. Heideggeriana: PerguntaSer
En lo que sigue preguntamos por la técnica. Preguntar es estar construyendo un camino. Por ello es aconsejable fijar la atención en el camino y no estar pendiente de frases y rótulos aislados. El camino es un camino del pensar. De un modo más o menos perceptible, todos los caminos del pensar llevan, de una forma desacostumbrada, a través del lenguaje. Preguntamos por la técnica y con ello quisiéramos preparar una relación libre con ella. La relación es libre si abre nuestro estar a la esencia de la técnica. Si correspondemos a aquélla, entonces somos capaces de experienciar lo técnico en su limitación. Heideggeriana: QCT
Nietzsche oyó aquel mandato de meditar sobre la esencia de un dominio planetario. Siguió la llamada en camino del pensar metafísico a él confiado y sucumbió en el camino. Así aparece al menos a la consideración histórica. Pero tal vez no sucumbió sino que llegó tan lejos como pudo su pensar. Heideggeriana: PreguntaSer
Aquí se nombra a la aletheia, el no-ocultamiento. Se llama la “bien redondeada”, porque está trazada según la pura esfericidad del círculo, en la que principio y fin son lo mismo en todas partes. En esa vuelta no hay posibilidad alguna de tergiversar, disimular y ocultar. El hombre que reflexiona debe conocer lo que es el corazón, que no tiembla, del no-ocultamiento. ¿Y qué significa la expresión “el corazón que no tiembla del no-ocultamiento”? Éste es la Lichtung de lo abierto. Preguntamos: ¿apertura para qué? Ya hemos visto que el camino del pensar – tanto especulativo como intuitivo – necesita de una Lichtung capaz de ser atravesada. Y en ella reside también la posibilidad del “aparecer”, es decir, la posibilidad del estar presente de la presencia. Heideggeriana: ENDPHILO
Tres términos que se alternan marcando las etapas en el camino del pensar: SENTIDO – VERDAD – LUGAR (topos) Si se busca clarificar la cuestión del ser, es necesario aprehender lo que liga y lo que diferencia estas tres formulaciones sucesivas. En primer lugar verdad: Poner de relieve que la expresión “verdad del ser” no tiene ningún sentido si entendemos verdad como exactitud de un enunciado. Por el contrario, verdad es entendida aquí como “estado de desocultamiento (Unverborgenheit), y más precisamente aún, si se sitúa en la óptica del Dasein, como Lichtung, el Claro. Verdad del ser quiere decir Claro del ser. Heideggeriana: SeminarioThor1969
Sólo que…, ¿método y camino del pensar son lo mismo? Justamente en la era tecnológica ¿no es tiempo de meditar sobre la peculiaridad del camino a diferencia del método? En efecto, conviene examinar este estado de cosas. En griego puede denominárselo con la mayor claridad, aunque la proposición siguiente no se encuentra por ninguna parte en el pensar de los griegos. Heideggeriana: NomesSagrados