¿Qué determinación esencial de la técnica resulta de aquí? Ella es “el símbolo de la forma de el trabajador” (o.c. pág. 72). La técnica se funda, “como movilización del mundo por la forma de el trabajador” (o.c., pág. 154), manifiestamente en aquel giro de la trascendencia a la rescendencia de la forma de el trabajador, por el que su presencia se desarrolla en la representación de su poder. Por eso puede usted (o.c.) escribir: “la técnica es… como la destructora de toda fe en general, también el poder más decididamente anticristiano que ha aparecido hasta ahora”. Heideggeriana: PreguntaSer
Su obra El trabajador traza ya en su subtítulo “Dominio y forma” los rasgos fundamentales de aquélla nueva metafísica de la voluntad de poder que emerge en totalidad, en la medida en que ésta se presenta ahora por todas partes y plenamente como trabajo. Ya en la primera lectura de esa obra se me suscitaron las preguntas, que también hoy tengo aún que formular: ¿de dónde se determina la esencia del trabajo? ¿Resulta de la forma de el trabajador? ¿de qué es la forma precisamente la del trabajador, si no la domina la esencia del trabajo? ¿Recibe, según esto, esta forma su presencia peculiarmente humana de la esencia del trabajo? ¿De dónde resulta el sentido de trabajo y trabajador en el alto rango que usted otorga a la forma y su dominio? ¿Surge este sentido de que aquí es pensado el trabajo como una acuñación de la voluntad de poder? ¿Proviene esta peculiaridad incluso de la esencia de la técnica “como la movilización del mundo por la forma [400] de el trabajador”? ¿Y remite finalmente la esencia de la técnica así determinada a ámbitos todavía más originarios? Con demasiada facilidad pudiera señalarse que en sus exposiciones sobre la relación entre el carácter total de trabajo y la forma de el trabajador, un círculo grapa lo determinante (el trabajo) y lo determinado (el trabajador) en su relación mutua. En lugar de valorar esa referencia como prueba de un pensar ilógico, tomo el círculo como señal de que aquí queda por pensar el orbe de un todo, en un pensar sin duda, para el que no puede ser nunca la regla una “lógica” sujeta a la libertad de contradicción. Heideggeriana: PreguntaSer
Las preguntas suscitadas hace un momento alcanzan una problematicidad todavía más aguda, si las tomo como quise exponérselas hace poco a raíz de mi conferencia en Munich (La pregunta por la técnica). Si la técnica es la movilización del mundo por la forma de el trabajador, acontece por la presencia acuñadora de esa especial voluntad de poder particularmente humana. En la presencia y la representación se anuncia el rasgo fundamental de lo que se descubrió al pensar occidental como Ser. “Ser” quiere decir, desde lo griego temprano hasta lo postrero de nuestro siglo: presencia. Toda clase de presencia y presentación proviene del acontecimiento de la presencia. Pero la “voluntad de poder” es, como la efectividad de lo efectivo una manera del aparecer del “Ser” del ente. “Trabajo”, de donde recibe por su parte la forma de el trabajador el sentido, es idéntico con “Ser”. Aquí queda por pensar si y en qué medida la esencia del “Ser” es en sí la referencia para con la esencia humana (véase ¿Qué significa pensar?, pág. 73 y sig.) En esa referencia tuvo que fundarse entonces la relación entre el “trabajo” entendido metafísicamente y el “Trabajador”. Me parece que las siguientes preguntas apenas pueden ya soslayarse: ¿Podemos pensar la forma de el trabajador como forma, podemos pensar la idea platónica como eidos todavía más originariamente en su origen esencial? Si no, ¿qué razones prohíben [401] esto y exigen en lugar de ello que aceptemos simplemente forma e idea como lo último para nosotros y como lo primero en sí? Si es así, ¿en qué camino puede moverse la pregunta por el origen esencial de la idea y de la forma? ¿Surge, para decirlo formalmente, la esencia de la forma en el ámbito de origen de lo que llamo el Ge-Stellt? [aquí, “in-formación”] ¿Pertenece, según esto, también el origen esencial de la idea al mismo ámbito del que provino la esencia de la forma próxima a ella? ¿O es el Ge-Stellt sólo una forma de un hacer humano? Si éste fuera el caso, entonces seguiría siendo la esencia del Ser y además el Ser del ente un hijo del representar humano. La época en la que el pensar europeo pensó así arroja aún las últimas sombras sobre nosotros. Heideggeriana: PreguntaSer