Se ha denominado al habla “la casa del ser”. [Vid. Brief über den Humanismus, 1947.] Es la custodia de la venida en presencia en la medida en que su brillo permanece confiado al mostrar apropiador del Decir. La casa del ser es el habla porque, en tanto que Decir, el habla es el modo del advenimiento apropiador. 1585 Heideggeriana: CaminhoLinguagem
¿Qué experiencia acaece al poeta? ¿Sólo ésta que, con la joya en la mano, el nombre no le llega? ¿Sólo aquella donde la joya debe ahora prescindir de nombre pero que, por lo demás, puede permanecer en la mano del poeta? No. Algo distinto, algo inquietante sucede. Con todo, no es inquietante ni la ausencia del nombre ni la desaparición de la joya. Es inquietante que con la ausencia de la palabra desaparece la joya. Así, es la palabra, y sólo ella, la que mantiene la joya en su presencia; más, que la busca y la trae y en ella la resguarda. De pronto la palabra revela otro, más alto reino. No es ya meramente un asir que confiere nombre a lo presente ya representado; no es solamente un medio de representación de lo que está ante nosotros. Al contrario: es sólo la palabra la que otorga la venida en presencia, es decir, el ser, aquello en que algo puede aparecer como ente. Heideggeriana: Palavra1958