vacuidad

¿Pero nos está permitido inferir de la pluralidad de sentidos e interpretaciones del “es” una riqueza esencial del ser? ¿No proviene la multiplicidad del “es”” de que en los enunciados citados se hace referencia por su contenido a entes de diferente tipo: el hombre, el libro, el enemigo, Dios, China, la copa, la tierra, el campesino, el perro? ¿De todo ello no tendríamos que sacar la consecuencia contraria: puesto que el “es” y el “ser” son en sí indeterminados y vacíos, están prestos a que se los llene de múltiples maneras? La citada multiplicidad de significados determinados del “es” demuestra, por lo tanto, lo contrario de lo que quería mostrarse. El ser tiene que mantenerse absolutamente indeterminado en su significado para resultar determinable por parte de los diferentes tipos de entes de cada caso. Sólo que, apelando a los diferentes tipos de ente ya hemos puesto y admitido la multiplicidad del ser. Si nos atenemos exclusivamente al significado de las palabras “es” y “ser”, este significado mismo, aún con toda la mayor vacuidad e indeterminación posible, tiene que tener, sin embargo, ese tipo de univocidad que admite desde sí una variación en una multiplicidad. La muy invocada “universalidad” del significado de “ser” no es, en efecto, la vacuidad de un contenedor gigante en el que puede entrar toda variación posible. A esta representación conduce, sin embargo, un modo de pensar habitual desde hace tiempo que piensa al “ser” como la determinación más universal de todas y que por lo tanto sólo puede admitir la multiplicidad como lo que rellena esta envoltura, la más amplia y más vacía, del más universal de los conceptos. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La esencia del lenguaje consiste mucho más en que en ella, se aventura el hombre en general, afuera, por primera vez, en el ente – en ella acontece el develamiento y la revelación originaria del ser – ; el lenguaje no es, en primer lugar, la expresión segunda de este develamiento de las cosas, sino el develar mismo. Donde no existe lenguaje, como en la piedra, la planta y el animal, allí no existe la patencia del ser, por tanto, tampoco el no-ser y ni siquiera la nada y la vacuidad. Sólo donde acontece lenguaje predomina, impera un mundo. El encanto del valle y lo amenazante de las montañas, lo sublime de los astros y la serenidad del furioso océano, el ensimismarse de las plantas y la timidez del animal, el calculado frenesí de la máquina y la dureza de la acto creador de estado, la sujeta ebriedad de la conformada obra y la fría osadía del preguntar sapiente, la firme sobriedad del trabajo y el callarse del corazón – todo aquello “es” lenguaje – es decir, gana y pierde su ser sólo en el acontecer del lenguaje. El lenguaje es el imperar del centro configurador, conservador y destructor del mundo del Dasein histórico de un pueblo. Heideggeriana: FilosofiaAlema

Hegel piensa el ser en su más vacía vacuidad, es decir, en lo más general. Al mismo tiempo, piensa el ser en su plenitud totalmente consumada. Y asimismo, llama a la filosofía especulativa, esto es, a la auténtica filosofía, “Ciencia de la lógica” en lugar de onto-teo-logía. Al llamarla así, Hegel trae a la luz algo decisivo. Desde luego, resultaría muy fácil explicar en dos palabras el nombre “lógica” dado a la metafísica, indicando simplemente que para Hegel el asunto del pensar es “el pensamiento”, entendiendo esta palabra como singulare tantum. E1 pensamiento, el pensar, es evidentemente, y según una antigua tradición, el tema de la lógica. No cabe la menor duda. Pero también es indiscutible que Hegel, fiel a la tradición, encuentra el asunto del pensar en lo ente en cuanto tal y en su conjunto, en el movimiento del ser desde su vacuidad hacia su plenitud desarrollada. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957