proyecto del mundo

Pero ¿dónde tiene esta metafísica su fundamento histórico esencial? Preguntado de otro modo: ¿dónde tiene la idea de valor su origen “metafísico” ? Si la metafísica es la verdad sobre el ente en su totalidad y habla por lo tanto del ser del ente, ¿de qué interpretación del ente en su totalidad surge la idea de valor? Respondemos: de la determinación del ente en su totalidad por el carácter fundamental de la voluntad de poder. La respuesta es correcta. Pero ¿cómo se llega a esa interpretación del ente, si no surge simplemente como una opinión arbitraria y violenta de la cabeza del desencaminado señor Nietzsche? ¿Cómo se llega al proyecto del mundo como voluntad de poder, dando por supuesto que en tal interpretación del mundo Nietzsche sólo tiene que decir aquello hacia lo que tiende en su curso más oculto una larga historia de Occidente, especialmente la historia de la época moderna? ¿Qué es lo que esencia e impera en la metafísica occidental para que se convierta finalmente en una metafísica de la voluntad de poder? Preguntando de este modo salimos de lo que aparentemente es un mero referir y comentar para pasar a una “confrontación” [Auseinander-setzung] con la metafísica de Nietzsche. En el supuesto de que la metafísica de Nietzsche sea el acabamiento de la metafísica occidental, la confrontación con ella sólo podrá ser adecuada si afecta a la metafísica occidental en su totalidad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Caos es el nombre de un peculiar proyecto previo del mundo en su totalidad y de su imperar. Nuevamente parece, y ahora con la mayor fuerza, que está aquí en obra un pensar ilimitadamente “biológico”, un pensar que representa el mundo como un “cuerpo” llevado a dimensiones gigantescas, cuya vida y cuyo vivir corporal constituyen el ente en su totalidad, haciendo así que el ser aparezca como un “devenir”. En su última época, Nietzsche expresa con frecuencia que hay que hacer del cuerpo el hilo conductor no sólo de la consideración del hombre sino también del mundo: el proyecto del mundo desde el lugar del animal y de la animalidad. Aquí tiene sus raíces la experiencia fundamental del mundo como “caos”. Pero en la medida en que el cuerpo es para Nietzsche una formación de dominio, “caos” no puede aludir a un absoluto desorden sino al ocultamiento de la indómita riqueza del devenir y fluir del mundo en su totalidad. Con ello, la sospecha de biologismo que se insinúa por doquier parece encontrar una confirmación clara y total. Heideggeriana: VontadePoder