Sehenkönnen
La curiosidad es una particular tendencia de ser del Dasein, en la que éste procura un PODER-VER. Ni el «ver» ni tampoco el concepto de «visión» se limitan aquí a la percepción con los «ojos del cuerpo». La percepción, en sentido amplio, deja que lo a la mano y lo que está-ahí comparezca en sí mismo y «en persona» («leibhaftig») en cuanto a su aspecto. Este dejar comparecer se funda en un presente. Dicho presente (Gegenwart) ofrece el horizonte extático dentro del cual el ente puede estar «personalmente» presente (anwesend). Pero la curiosidad no presenta al ente que está-ahí para comprenderlo, quedándose en él, sino que busca ver sólo por ver y por haber visto. La curiosidad, en cuanto presentación que se enreda en ella misma, está en unidad extática con un respectivo futuro y haber-sido. La avidez de lo nuevo es, sin duda, un avanzar hacia algo aún-no-visto, pero de tal modo que la presentación busca sustraerse del estar a la espera. La curiosidad es por completo impropiamente venidera, y esto, a su vez de tal manera, que ella no está a la espera de una posibilidad, sino que en su avidez no hace más que apetecerla como algo ya real. La curiosidad se constituye por medio de una presentación incontenida que, no haciendo otra cosa que presentar, trata constantemente de evadirse del estar a la espera, en el que, sin embargo, está incontenidamente «retenida». El presente «salta fuera» («entspringt») del correspondiente estar a la espera, y lo hace en el sentido ya destacado de un evadirse. Pero la presentación «que salta fuera», propia de la curiosidad, está de tal manera poco entregada a la «cosa», que, apenas ha logrado la visión de ésta, aparta de ella la mirada para echarla sobre la siguiente. La presentación que constantemente «salta fuera» del estar a la espera de una determinada posibilidad ya asumida, posibilita ontológicamente el desasosiego que caracteriza a la curiosidad. La presentación no «salta fuera» del estar a la espera de tal manera que, comprendida ónticamente, se separara de él y se entregara a sí misma. El «saltar fuera» es una modificación extática del estar a la espera, de tal manera que este estar a la espera va saltando tras el presentar. El estar a la espera renuncia, en cierto modo, a sí mismo, y no deja tampoco que las posibilidades impropias de la ocupación vengan a él desde aquello que es objeto de ocupación, a excepción de las necesarias para una presentación incontenida. La modificación extática del estar a la espera por medio de la presentación que salta fuera, que convierte a ese estar a la espera en un estar a la espera que salta detrás, es la condición tempóreo-existencial de la posibilidad de la distracción. STJR §68