Por eso preguntamos ahora: Si incluso el viejo arraigo se está perdiendo, ¿no podrán serle obsequiado al hombre un nuevo suelo y fundamento a partir de los que su ser y todas sus obras puedan florecer de un modo nuevo, incluso dentro de la era atómica? ¿Cuáles serían el suelo y el fundamento para un arraigo venidero? Lo que buscamos con esta pregunta tal vez se halla muy próximo; tan próximo que lo más fácil es no advertirlo. Porque para nosotros, los hombres, el camino a lo próximo es siempre el más lejano y por ello el más arduo. Este camino es el camino de la reflexión. El pensamiento meditativo requiere de nosotros que no nos quedemos atrapados unilateralmente en una representación, que no sigamos corriendo por una vía única en una sola dirección. El pensamiento meditativo requiere de nosotros que nos comprometamos en algo (einlassen) que, a primera vista, no parece que de suyo nos afecte. Heideggeriana: Serenidade1955
Para el pensamiento meditativo. en cambio, el camino pertenece dentro de lo que llamamos región (Gegend). Para decirlo de modo alusivo. la región – entendida como lo que viene-en-contra (Gegnende) – es el Claro (Lichtung) dador de lo libre donde lo esclarecido (Gelichtete), junto con lo que se oculta. llegan al espacio libre (Freie). Lo dador de lo libre de la región que a la vez cobija es la puesta-en-camino (Be-wëgung) donde son dados los caminos que pertenecen a la región. Heideggeriana: EssenciaLinguagem