imagen de la historia

¿Pero hay en general algo así como una consideración de la historia que no sea unilateral, una consideración que la abarque por todos sus lados? ¿No tiene cada presente que ver e interpretar el pasado desde su círculo visual? ¿No se vuelve “más vivo” su conocimiento historiográfico cuanto más decididamente asume su función directiva el respectivo círculo visual del respectivo presente? El propio Nietzsche, en una de sus obras tempranas, en la segunda de sus Consideraciones intempestivas, bajo el título “De la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida”, ¿no ha exigido acaso y fundamentado con la mayor insistencia que la historiografía debe servir a la vida, y que sólo puede hacerlo si previamente se libera de la ilusión de una pretendida “objetividad en sí” historiográfica? Si esto es así, nuestra indicación de que Nietzsche interpreta la historia de la metafísica desde su propio planteamiento como una historia de la posición de valores difícilmente puede servir de objeción y reparo, ya que no hace más que confirmar la autenticidad de su pensar histórico. Podría ser, incluso, que con la interpretación nietzscheana de la metafísica desde el pensamiento del valor se “comprendiera mejor” a la metafísica anterior de lo que ella misma podía comprenderse, en la medida en que sólo esa interpretación le concedería la palabra para decir lo que había querido pero aún no había podido decir. Si fuera así, la concepción de Nietzsche de las categorías y de las categorías de la razón como valores supremos y en general, como “valores” no sería una deformación de la realidad histórica sino más bien la liberación de los valores metafísicos anteriores hacia su auténtico contenido creativo o, por lo menos, un enriquecimiento del mismo. Si, además, el fundamento de la concepción nietzscheana de toda metafísica, la interpretación del ente en su totalidad como voluntad de poder, se moviera totalmente en los cauces del pensamiento metafísico anterior y llevara a su acabamiento su pensamiento fundamental, entonces la “imagen de la historia” de Nietzsche estaría en todo aspecto justificada y se mostraría como la única posible y necesaria. Pero en ese caso no habría ya ninguna escapatoria ante la tesis de que la historia del pensar occidental se desarrolla como una desvalorización de los valores supremos y que, de acuerdo con este volverse nulos de los valores y con la caducidad de los fines, es y tiene que volverse “nihilismo”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

De estas reflexiones se desprende lo siguiente: la indicación de que Nietzsche proyecta retroactivamente su propia posición metafísica fundamental – voluntad de poder como carácter fundamental del ente, posición de valores, origen de la posición de valores en la voluntad de poder – a la historia anterior de la metafísica no debe utilizarse como una fácil objeción para imputarle una deformación de la imagen de la historia o rechazar la legitimidad del pensamiento del valor. Incluso si tenemos que conceder que la interpretación que hace Nietzsche de la metafísica no coincide con lo que enseña la metafísica anterior, esa concesión necesita previamente de una fundamentación que vaya más allá de la mera prueba historiográfica de la diferencia entre la metafísica de Nietzsche y la anterior. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Con esta reflexión nos acercamos a la esfera de las auténticas decisiones. La pregunta por la verdad de la “imagen de la historia” tiene mayor alcance que la pregunta por la corrección y el cuidado historiográfico en la utilización e interpretación de las fuentes. Aquélla toca la pregunta por la verdad de la posición histórica y de la relación con la historia incluida en ella. Pero si el nihilismo europeo no es sólo un movimiento histórico entre otros, si es el movimiento fundamental de nuestra historia, la interpretación del nihilismo y la postura que se adopte frente a él dependen de cómo y desde dónde se determine para nosotros la historicidad de la existencia humana. Heideggeriana: NiilismoEuropeu