Lo que esencia en el nihilismo es el permanecer fuera del ser en cuanto tal. En el permanecer fuera se promete él mismo en su desocultamiento. El permanecer fuera se entrega al dejar fuera del ser mismo en el misterio de la historia como la cual la metafísica mantiene oculta la verdad del ser en el desocultamiento del ente. En cuanto promesa de su verdad, el ser retiene en sí su propia esencia. Desde este retener en sí acontece la permisión de dejar fuera de permanecer fuera. El retener en sí desde la respectiva lejanía de la sustracción, retener que se oculta en la correspondiente fase de la metafísica, determina en cada caso, en cuanto epoche del ser mismo, una época de la historia del ser. [Cfr. Holzwege, Anaximandro. (GA5 tr. cit.: Caminos de bosque, «La sentencia de Anaximandro») Heideggeriana: NiilismoSer
Historia del ser quiere decir destino del ser, destinaciones del ser en las cuales tanto el destinar como también el Se o Ello que destina se abstienen o contienen en la manifestación de sí mismos. Abstenerse, contenerse, se dice en griego epoche. De ahí el discurso acerca de épocas del destino del ser. Época no quiere decir aquí una sección temporal en el acontecer, sino el rasgo fundamental del destinar, el retener-se-a-sí-mismo en cada caso a favor de la perceptibilidad del don, es decir, del ser por referencia a la fundamentación de lo ente. La sucesión de las épocas en el destino del ser ni es casual, ni se deja calcular como necesaria. En el destino se anuncia, sin embargo, lo «destinal» en el destino, lo pertinente en la copertenencia de las épocas. Éstas se recubren en su sucesión, de modo que la destinación inicial del ser como presencia es de distinta manera más y más encubierta. Heideggeriana: TempoYSer
Pero en el corazón de esta segunda acentuación toma lugar la tercera, en la que el acento, a su vez, está puesto decididamente sobre el dejar mismo, que deja el entrar en presencia. Dejando (¿abandonando?) la entrada en presencia, es decir dejando el ser, esta tercera acentuación señala hacia la epoche del ser. En esta tercera acepción, estamos situados ante el ser en cuanto ser, y no más ante una de las figuras de su destinación. Heideggeriana: SeminarioThor1969