filósofos

Los filósofos son los pensadores. Se llaman así porque el pensar tiene lugar de un modo preferente en la Filosofía. Nadie negará que en nuestros días hay un interés por la Filosofía. Sin embargo, ¿existe hoy todavía algo por lo que el hombre no se interese, no se interese, queremos decir, del modo como el hombre de hoy entiende la palabra “interesarse”? Inter-esse significa: estar en medio de y entre las cosas, estar en medio de una cosa y permanecer cabe ella. Ahora bien, para el interés de hoy vale sólo lo interesante. Esto es aquello que permite estar ya indiferente en el momento siguiente y pasar a estar liberado por otra cosa que le concierne a uno tan poco como lo anterior. Hoy en día pensamos a menudo que estamos haciendo un honor especial a algo cuando decimos que es interesante. En realidad, con este juicio se ha degradado lo interesante al nivel de lo indiferente para, acto seguido, arrumbarlo a lo aburrido. Heideggeriana: QuePensar

De acuerdo con esto, Leibniz, en una carta a Arnauld, escribe: “Hanovre le 14 juillet 1686: il faut toujours qu’il y ait quelque fondement de la connexion des termes d’une proposition, qui se doit trouver dans leur notions. C’est là mon grand principe, dont je croy que tout les philosophes doivent demeurer d’acord, et dont un des corollaires est cet axiome vulgaire que rien n’arrive sans raison, qu’ont peut tousjours rendre pourquoy la chose est plustost allé ainsi qu’autrement…” Traducido: “es siempre necesario que haya un basamento de la conexión de los términos del juicio, que tiene que encontrarse en los conceptos de aquéllos. Tal es precisamente mi gran principio, que creo todos los filósofos tienen que admitir, siendo uno de sus corolarios este axioma común: que nada acontece sin un fundamento, que siempre se puede volver a dar un fundamento por el que la cosa ha sucedido así más bien que de otra manera.” (Correspondencia entre Leibniz, Arnauld y el conde Ernst von Hessen-Rheinfels. Ed. por C.L. Grotefend, Hannover 1846, p. 49: cf. Gerhardt, Phil. II, 62). Heideggeriana: Fundamento1956

La metafísica puede determinarse como la verdad sobre el ente en cuanto tal en su totalidad que se articula en la palabra del pensar. Esta palabra enuncia las interpelaciones del ente en cuanto tal en lo que hace a su constitución, o sea, las categorías. Por consiguiente, las categorías son las palabras metafísicas fundamentales y por ello los nombres de los conceptos filosóficos fundamentales. La circunstancia de que en nuestro pensar corriente y en el comportamiento cotidiano respecto del ente estas categorías, en cuanto interpelaciones, sean dichas de modo tácito, y de que incluso la mayoría de los seres humanos no llegue durante toda su “vida” a experimentarlas, reconocerlas y mucho menos a comprenderlas como tales interpelaciones tácitas, esto, lo mismo que otras cosas similares, no constituye razón alguna para opinar que estas categorías sean algo indiferente, fraguado por una filosofía presuntamente “alejada de la vida”. Que el entendimiento cotidiano y la opinión común no sepan nada ni tampoco necesiten saber nada acerca de estas categorías sólo atestigua lo ineludiblemente esencial que es lo que aquí está en discusión, dando por sentado que la cercanía a la esencia es sólo el privilegio, aunque también la fatalidad, de unos pocos. Que haya, por ejemplo, algo así como un motor Diesel tiene su fundamento decisivo, el fundamento que todo lo sustenta, en el hecho de que en alguna ocasión los filósofos hayan pensado expresa y profundamente las categorías de la “naturaleza” explotable por la técnica maquinista. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

“Y he notado con frecuencia que los filósofos erraban al intentar que lo que era lo más simple y cognoscible por sí mismo se volviera más claro mediante determinaciones conceptuales de la lógica; en efecto, de este modo, devolvían lo en sí claro (sólo) como algo más oscuro.” Aquí Descartes dice que la “lógica” y sus definiciones no son el tribunal supremo de la claridad y la verdad. Éstas descansan sobre otro fundamento; para Descartes, sobre el que resulta puesto por su proposición fundamental. La preeminencia respecto de todo la tiene lo seguro y cierto, dentro de lo cual están incluidas, claro está, las determinaciones más generales de ser, pensamiento, verdad y certeza. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

El indiscutible predominio del platonismo en la filosofía occidental se muestra por último en que incluso a la filosofía anterior a Platón, que según lo que hemos expuesto no era aún metafísica, es decir no era una metafísica desplegada, se la interpreta desde Platón y se la llama filosofía preplatónica. Incluso Nietzsche se mueve dentro de este horizonte visual cuando interpreta las doctrinas de los tempranos pensadores de Occidente. Sus manifestaciones sobre los filósofos preplatónicos como “personalidades” junto con su primera obra sobre El nacimiento de la tragedia han reforzado el prejuicio aún hoy corriente de que su pensamiento está determinado esencialmente por los griegos. El propio Nietzsche lo ha visto mucho más claro y se ha pronunciado sobre ello en uno de sus últimos escritos, en el Crepúsculo de los ídolos, en la sección “Lo que le debo a los antiguos”. Allí dice, en el n. 2: “A los griegos no les debo ninguna impresión de fuerza similar; y para declararlo francamente, no pueden ser para nosotros lo que son los romanos. De los griegos no se aprende.” (VIII, 167) Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Lo que Kant dice aquí respecto de la metafísica como una “especulación” desarrollada, o en desarrollo, de la razón, a saber, que es una “disposición natural” (ib., B 22), vale tanto más respecto de aquello sobre lo que se funda toda metafísica. Este fundamento es la distinción de ser y ente. Esta distinción es quizás el auténtico núcleo de la disposición de la naturaleza humana a la metafísica. ¡Pero entonces la distinción sería algo “humano”! ¿Y por qué no habría de ser esta distinción algo “humano”? Esta circunstancia podría servir para aclarar de la mejor manera y de modo definitivo la posibilidad y la necesidad de la exigencia planteada por Nietzsche de que los filósofos tendrían por fin que tomarse en serio la humanización de todo ente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La hermenéutica no es ella misma filosofía; no quiere otra cosa que presentar a los filósofos actuales (por si se dignan considerarlo) un objeto que hasta ahora estaba olvidado. El que a tales cosas secundarias no se les preste atención en el gran trajín actual de la filosofía, no debe llamar la atención, cuando en ella de lo que principalmente se trata es de (o todos los esfuerzos se concentran en) no llegar tarde o demasiado tarde a esa “resurrección de la metafísica” que – es lo que se dice – empieza a despuntar, y donde sólo se conoce una preocupación, a saber: la de ayudarse a sí mismo y la de ayudar a los otros a conseguir por vía de intuición de esencias una amistad directa con el buen Dios que sea lo más barata posible, lo más cómoda posible y también lo más rentable posible. Heideggeriana: GA63

(43)Ingrediente sintomático de esta aspiración a lo objetivo y de esta tensión hacia lo objetivo es el volver la espalda (la aversio respecto a) las reflexiones atinentes a teoría del conocimiento y teoría de la ciencia (el dejar de lado lo meramente subjetivo); el gesto de elegancia que hoy se ha vuelto habitual entre los filósofos de la historia: el recurrir a una metafísica objetiva. Y de tal recurso a una metafísica objetiva es un signo inconfundible el modo como se busca consejo en la historia de la filosofía (y en dónde se lo busca). Aristóteles (en su interpretación tradicional), Leibniz y Hegel se convierten en modelos. La dirección de interpretación de la filosofía en el hoy [es decir, en el hoy, la filosofía, en cuanto que ésta constituye una de las direcciones de la forma culta de venir interpretado el hoy MJR] se atiene a (y se mantiene en) el enfoque de un “contexto de ser” universal, que se vuelve determinable en términos de un ponerle universalmente un orden que le resulte adecuado. El comportamiento básico de la conciencia histórica se nos mostró, por su parte, en los mismos términos, a saber: como un ordenar que procede por vía de comparación de formas, de comparación morfológica. Heideggeriana: GA63

Pero ahora nos preguntamos: ¿Cómo es que surge mediante este nuevo espíritu de la libertad, y a partir de él, la Nueva Universidad Alemana? Libertad quiere decir: ligazón con la ley del todo. Una ligazón semejante se cumple en el saber acerca del todo y de sus leyes, y en el querer de aquello. Saber y querer han de ser despertados, conducidos, consolidados y siempre renovados. Esto, empero, es el sentido y la tarea de la educación. En el despertar de esa nueva libertad en tanto ligazón se halla la exigencia interna por una nueva educación. La educación para el saber ocurre en la escuela. La educación para el supremo saber acerca de las leyes y los ámbitos de la existencia completa de un pueblo precisa de una escuela superior. De esa forma resulta el plan para la fundación de una Nueva Universidad. La que tendría que ser instalada allí, donde se reunía, por aquel entonces, el saber y el querer de la nueva libertad: en Berlín. Wilhelm von Humboldt fue llamado, entonces, por el rey de Prusia, a dirigir la enseñanza de la misma. En el breve lapso de su actividad pública (5-4 años) realizó efectivamente el plan dispuesto por los filósofos para la Universidad de Berlín, en el año de 1810. Heideggeriana: UniversidadeAlema2

Durante el primer período se lleva a cabo un desarrollo fructífero de las nuevas tareas de las universidades en un determinado respecto: Se consigue, por vez primera, la amplia fundación de las ciencias históricas del espíritu; al mismo tiempo que en el dominio de las ciencias naturales, se van fundando los institutos de investigación, desde los que irán saliendo muy pronto importantes investigadores y profesores. El motivo realmente determinante para esta época de prosperidad de las ciencias históricas y de la naturaleza, reside en que su preguntar y pensar están puestos todavía bajo el influjo de la gran filosofía del Idealismo Alemán. Si bien, los sistemas y las doctrinas de los filósofos habían perdido ya su efectividad inmediata, del mismo modo tanto más perdurable se tornaba el efecto mediato. Así [pasaba, al menos], en la investigación histórica de la construcción de las lenguas, de las formas de la gran poesía, de la constitución de la naturaleza viviente. Las ciencias todavía eran llevadas por la idea de un saber acerca del todo de lo que puede saberse; sus preguntas concernían siempre a conexiones y leyes esenciales de sus regiones. La palabra y el concepto “ciencia” tenia todavía el significado de un saber, que se dirige necesariamente al todo y, por tanto, que es necesariamente en sí mismo filosófico. De allí que los planteamientos de las ciencias naturales y los de las ciencias históricas tuviesen aún una gran fuerza de irradiación. El pensamiento histórico logró entrar en las ciencias del derecho y en las ciencias del estado por Niebuhr y, sobretodo, por Savigny. Por eso, ésta [última] se vio obligada a convertirse en un pensamiento radical y vivo de cuestiones acerca del espíritu de un pueblo, la educación de las leyes y el estado. Savigny demostró que el derecho no surge sólo, ni preponderantemente del pensamiento normativo formal de la legislación [Gesetzgebung], sino tal como el lenguaje [lo hace] con el espíritu comunitario de los pueblos, con sus creencias y costumbres. Savigny enseño también de una forma menos evidente, y en relación con la esencia del estado, que la libertad y la falta de libertad política no dependen de la forma del estado, sino, ante todo, de si el poder de un estado se halla enraizado en la naturaleza y la historia de un pueblo o si se agota únicamente en la arbitrariedad de los que detentan el poder individualmente y de los gobiernos. Heideggeriana: UniversidadeAlema2

La una, nos la cuenta el más viejo y por su nombre el más conocido de los filósofos griegos: Thales de Mileto. Al pasearse una vez contemplando reflexivo la bóveda celeste por poco (?) se cae dentro de un pozo. Una criada de Tracia se río de él como de alguien que quiere investigar el cielo sobre su cabeza y no es capaz de ver siquiera lo que se tiene bajo sus pies. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Y la otra historia nos la cuenta un famoso erudito griego de la época de Sócrates. Se solía llamar a esta gente sofistas, porque parecían ser filósofos, pero no lo eran. Un tal sofista regresaba a Atenas, un día, tras dar exitosamente una serie de discursos en el Asia Menor, encontrado allí en la calle a Sócrates. “¿Y, – así interpelo éste a Sócrates -, ‘aún andas dándote vueltas por las calles hablando siempre lo mismo?’ ‘Por cierto,’ – respondió Sócrates, ‘éso es lo que yo hago; tú, al contrario, siempre con tus constantes novedades, no eres, de ninguna forma, capaz de decir lo mismo sobre lo mismo’.” Heideggeriana: EuropaFilosofia

A su vez, subyace en la esencia de lo matemático el que, en un resultado unificado se recojan y fundamenten como “sistema” todas las determinaciones del pensar. El impulso hacia el sistema y la construcción del sistema en la filosofía se hacen recién posibles, una vez que lo matemático se convierte en el principio más alto de todas las determinaciones del ser, desde Descartes. Ni Platon ni Aristóteles tuvieron un sistema, ni hablar entonces de los antiguos filósofos. Incluso Kant, que muestra – por vez primera, en la “Crítica de la razón pura” – lo legítimo del pensar dentro de sus límites, no pudo sustraerse a los rasgos del sistema, y esto debido a que finalmente, a pesar de la crítica, también para Kant se mantuvo inalterable el pensar, el juicio, como el tribunal de la determinación del ser, esto es, del ser como objetualización de la experiencia. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Cuando en el ensayo sobre “El origen de la obra de arte” oímos las palabras fijación y com-posición debemos, por una parte, apartar de nuestra mente el significado moderno de poner (Stellen) y armazón (Gestell) pero, sin embargo, no debemos pasar por alto el hecho de que el ser que determina la Edad Moderna en tanto que com-posición proviene del destino occidental del ser, que no ha sido pensado por los filósofos, sino pensado para los que piensan (vid. “Vorträge und Aufsätze”, 1954, pp. 28 y 49). Heideggeriana: OOA1935

No se está hablando aquí de la psicología de los filósofos, sino sólo de la historia del ser. Pero que el ser determina [bestimmt] la verdad del ente y a través de lo que en cada caso esencia de la verdad, templa [stimmt] un pensar en la unicidad de un decir del ser y desde esta determinación [Bestimmung], requiere al pensador en su carácter determinado [Bestimmtheit], que en todo esto, de manera previa y siempre inicial, el ser acaece la verdad de sí mismo y éste es el acaecimiento apropiante en el que el ser esencia, esto no puede determinarse nunca a partir del ente. Se sustrae asimismo a toda explicación. El ser, en su historia, sólo puede admitirse [eingestehen] en aquella admisión [Eingeständnis] que libra exclusivamente a la dignidad inicial del ser el ajustarse del ser humano a la referencia al ser, para que, así admitido [geständig], conserve la insistencia [Inständigkeit] en la preservación del ser. Heideggeriana: RelembrarMetafisica

El hecho de que el ser del ente aparezca aquí por todas partes como voluntad no descansa en opiniones sobre el ente que algunos filósofos se hagan. Lo que significa este aparecer del ser como voluntad no lo podrá descubrir nunca ninguna erudición; sólo se puede obtener por medio de un pensar que pregunta, honrarlo en su cuestionabilidad como lo digno de ser pensado, y de este modo guardarlo en la memoria. Heideggeriana: NietzscheZaratustra

Sea cual sea el modo como prevalece el sino del hacer salir lo oculto, el estado de desocultamiento en el que se muestra cada vez todo lo que es, alberga el peligro de que el hombre se equivoque con lo no oculto y lo malinterprete. De este modo, cuando todo lo presente se presenta a la luz de la conexión causa-efecto, incluso Dios puede perder, para el representar, toda su sacralidad y altura, lo misterioso de su lejanía. A la luz de la causalidad, Dios puede descender al nivel de una causa, haciéndose la causa efficiens. Entonces, incluso dentro de los límites de la teología, se convierte en el Dios de los filósofos, es decir, de aquellos que determinan lo no oculto y lo oculto según la causalidad del hacer, sin pararse ahí nunca a considerar el provenir esencial de esta causalidad. Heideggeriana: QCT

¿Cuándo la respuesta a la pregunta: ¿qué es eso de filosofía? es una respuesta filosofante? ¿Cuándo filosofamos? Evidentemente sólo cuando entablamos una conversación con los filósofos. Para esto es necesario que discutamos con ellos punto por punto aquello de lo que ellos hablan. Este discutir-punto-por-punto-uno-con-otro (miteinander-Durchsprechen) de lo que una y otra vez concierne expresamente como lo mismo a los filósofos, es el hablar (Sprechen), el legein en el sentido del dialegesthai, el hablar como diálogo (Dialog). Si el diálogo es necesariamente una dialéctica, y cuándo, es cuestión que dejamos abierta. Heideggeriana: QueFilosofia

Una cosa es establecer y describir opiniones de filósofos. Otra muy distinta es discutir punto por punto con ellos aquello que dicen, esto es, aquello de lo que dicen. Heideggeriana: QueFilosofia

Por tanto, suponiendo que los filósofos son interpelados por el ser del ente para que digan qué es el ente en tanto es, entonces también nuestra conversación con los filósofos debe ser interpelada por el ser del ente. Nosotros mismos, merced a nuestro pensar, debemos salir al encuentro de aquello hacia lo cual está en camino la filosofía. Nuestro hablar debe co-rresponder (ent-sprechen) a aquello por lo cual los filósofos son interpelados. Si logramos, este co-rresponder (Ent-sprechen), entonces respondemos [contra-hablamos] (ant-worten) en sentido genuino a la pregunta: ¿Qué es eso de filosofía? La palabra alemana “antworten” [responder] significa propiamente lo mismo que ent-sprechen [co-rresponder]. La respuesta a nuestra pregunta no se agota en una proposición que replica a la pregunta con una comprobación acerca de lo que debe representarse en el concepto de “filosofía”. La respuesta [contra-palabra] no es una proposición que replica (erwidernde Aussage) (n’est pas une réponse), la respuesta [contra-palabra] es más bien la co-rrespondencia [contra-habla] (Ent-sprechung) (la correspondance) que corresponde [contra-habla] (entspricht) al ser del ente. Sin embargo, en seguida quisiéramos saber qué es, pues, lo que constituye lo característico de la respuesta (Antwort) en el sentido de la correspondencia (Entsprechung). Sólo que, en primer lugar, todo reside en que logremos una correspondencia (Entsprechung) antes de que formulemos la teoría acerca de ella. Heideggeriana: QueFilosofia

Sería muy superficial, y ante todo pensaríamos de modo no griego, si quisiéramos dar a entender que Platón y Aristóteles sólo comprobaron aquí que el asombro sea la causa del filosofar Si fueran de tal opinión, entonces aquello querría decir: cierta vez los hombres se asombraron, a saber, del ente, de que es y de qué es. Impulsados por este asombro, comenzaron a filosofar. No bien la filosofía se puso en marcha, el asombro, en tanto estímulo, se volvió superfluo, de manera que desapareció. Pudo desaparecer porque era sólo un impulso. Pero: el asombro es arche – domina por completo cada paso de la filosofía. El asombro es pathos. De ordinario traducimos pathos por passion, pasión (Leidenschaft), agitación afectiva (Gefühlswallung). Pero pathos está en relación con paskein, sufrir (leiden), tolerar (erdulden), soportar (ertragen), sobrellevar (austragen), dejarse llevar por (sich tragen lassen von), dejarse de-terminar por (sich be-stimmen lassen durch). Es arriesgado, como siempre en casos tales, traducir pathos por temple de ánimo (Stimmung), con lo qué significamos la dis-posición (Ge-stimmtheit) y de-terminación (Be-stimmtheit). Con todo, debemos arriesgar esta traducción, porque sólo ella nos guarda de presentarnos pathos psicológicamente en sentido moderno. Sólo cuando comprendemos pathos como temple de ánimo (Stimmung) (dis-position), podemos caracterizar mejor también el thaumatein, el asombro. En el asombro nos contenemos (être en arrêt). En cierto modo retrocedemos ante el ente – ante eso de que es y de que es así y no de otra manera. Tampoco se agota el asombro en este retroceder ante el ser del ente, sino que, en tanto retroceder y detenerse, está al mismo tiempo arrastrado hacia aquello y por así decir encadenado por aquello ante lo cual retrocede. De tal modo, el asombro es la dis-posición (Dis-position) en la que y para la que se abre el ser del ente. El asombro es el temple de ánimo (Stimmung) dentro del cual se les concedió a los filósofos griegos el corresponder al ser del ente. Heideggeriana: QueFilosofia

Ahora bien: ¿cómo se determina la filosofía de los griegos, partiendo del rasgo fundamental especulativo-dialéctico de la historia? El sistema metafísico de Hegel es la etapa suprema en la marcha de esta historia. Es su síntesis. A ella antecede la etapa de la antítesis, que comienza con Descartes, porque su filosofía pone, por primera vez, el sujeto en cuanto sujeto. Así se hacen los objetos, también por primera vez, representables en cuanto objetos. La relación sujeto-objeto aparece ahora como contra-posición, como antítesis. Toda la filosofía anterior a Descartes se agota, en cambio, en un mero representar lo objetivo. El alma y el espíritu se representan también como objetos, pero no en cuanto objetos. De acuerdo con esto, según Hegel, el sujeto pensante está aquí por todas partes en acción, pero todavía no se le ha captado conceptualmente en cuanto sujeto; no se le ha captado todavía como aquello en lo cual se funda toda objetividad. Hegel dice en sus Lecciones sobre la historia de la filosofía: “El hombre (del mundo griego) no había retornado a sí mismo, como ocurre en nuestro tiempo. Era ciertamente sujeto, pero no se había puesto en cuanto tal” (ib. p. 144). La antítesis de sujeto y objeto en la filosofía anterior a Descartes no es todavía el suelo firme. La etapa que precede a la antítesis es la etapa de la tesis. Con ella comienza la filosofía “propiamente dicha”. El despliegue total de este comienzo es la filosofía de los griegos. Lo que interesa a los griegos y pone en marcha la filosofía es, según Hegel, lo objetivo puro. Lo objetivo puro es la primera “manifestación”, la primera “salida” del espíritu, aquello en que coinciden todos los objetos. Esto es lo que Hegel llama “lo universal en general”. Lo universal es “lo abstracto”, porque todavía no ha sido referido al sujeto en cuanto sujeto; porque no se le ha apresado en conceptos como lo que es escudriñado y mediatizado por el sujeto, en resumen, porque no ha crecido unificándose, porque no es concreto. “La primera salida es necesariamente lo más abstracto; es lo más simple, lo más pobre, a lo cual se contrapone lo concreto.” Hegel observa aquí: “y así son los antiguos filósofos los más pobres”. La etapa griega de la “conciencia”, la etapa de la tesis, es “la etapa de la abstracción”. Pero, al mismo tiempo, Hegel caracteriza “la etapa griega de la conciencia” como la “etapa de la belleza” (Obras, XIII, p. 175). Heideggeriana: HegelGregos

Para entender cómo interpreta Hegel estas cuatro palabras fundamentales, debemos observar dos cosas. Por una parte, lo decisivo para Hegel en la interpretación de los filósofos citados, en oposición a lo que roza sólo de pasada. Por otra parte, la manera como Hegel determina su interpretación de las cuatro palabras fundamentales en el horizonte de la palabra conductora “Ser”. Heideggeriana: HegelGregos

En la introducción a las Lecciones sobre la historia de la filosofía (ed. Hoffmeister, t. I. p. 240), dice Hegel: “El primer universal es lo universal inmediato, es decir, el Ser. El contenido, el objeto es, por ende, el pensamiento objetivo, el pensamiento que es.” Hegel quiere decir con esto: el Ser es el ser pensado en forma pura de lo inmediatamente pensado, todavía sin referencia al pensar, el cual piensa lo pensado prescindiendo del escudriñamiento. La determinación de lo pensado en forma pura es la “indetermibilidad”; su escudriñamiento es la inmediatez. El Ser, entendido así, es lo representado como inmediatamente indeterminado en general, pero de tal manera que lo así primeramente pensado no le concede importancia a la ausencia de determinación y mediación, y, por decirlo así, se afana por ignorarla. De aquí resulta claro lo siguiente: el Ser en cuanto la primera objetividad simple de los objetos se piensa desde el fondo de la relación con el sujeto pensante y por medio de la abstracción de éste. Lo que es necesario tener en cuenta para comprender la dirección en la cual Hegel interpreta la filosofía de los cuatro filósofos mencionados; además, para medir el peso que Hegel les atribuye a las cuatro palabras fundamentales. Heideggeriana: HegelGregos

En vista de aquello que hoy es, que nos oprime como el ente y nos amenaza como posible no-ser (Nichtsein), la tesis de Kant sobre el ser nos parece abstracta, insuficiente y pálida. Se ha exigido, entre tanto, de la filosofía que no se contente ya con interpretar el mundo y se entretenga en especulaciones abstractas, sino que llegue a transformar prácticamente el mundo. Pero la transformación del mundo pensada de ese modo, reclama ante todo que se transforme el pensar, como hay también ya, detrás de la mencionada exigencia, una transformación del pensar. (Vid.. Karl Marx, Deutsche Ideologie: Thesen über Feuerbach, ad Feuerbach, 11.: “Los filósofos sólo han interpretado el mundo de diversas maneras, de lo que se trata es de transformarlo”). Heideggeriana: KantSer

La transformación de la presencia de lo presente descansa no en el cambio de perspectivas de los filósofos. Estos son más bien sólo los pensadores que ellos son, en la medida en que son capaces de corresponder a la transformada apelación (Anspruch) de la presencia. Con esta correspondencia se nombra, por cierto, una relación que pertenece al ámbito de aquello problemático, hacia lo cual está dirigida la pregunta por la determinación del asunto del pensar. Heideggeriana: AssuntoPensar

Es necesario el paso atrás. Atrás ¿hacia dónde? Atrás hacia el inicio que se nos insinuaba con la referencia a la diosa Atenea. Sólo que este paso atrás no significa que el mundo griego antiguo tenga que ser reactualizado de alguna manera, y que el pensar deba buscar su refugio en los filósofos presocráticos. Heideggeriana: ArtePensar

SPIEGEL: Hace aproximadamente dos años, en una conversación con un monje budista, habló Vd. de “un método de pensamiento completamente nuevo, que sólo sería practicable por pocos hombres”. ¿Quería Vd. dar a entender con ello que sólo muy poca gente puede tener las intuiciones que, a su modo de ver, son posibles y necesarias? HEIDEGGER: “Tener” en el sentido absolutamente original de que pueden, de alguna forma, expresarlas. SPIEGEL: Sí, pero transmitirlas para su realización es algo que, en ese diálogo con el budista, no ha expuesto con claridad. HEIDEGGER: No puedo hacerlo. No sé nada de cómo este pensar “actúa”. Puede ser que hoy el camino del pensamiento conduzca al silencio, para preservarlo de que, al cabo de un año, sea malvendido. Puede que se necesiten trescientos años para que “actúe”. SPIEGEL: Lo comprendemos muy bien. Pero como no vamos a vivir dentro de trescientos años, sino que vivimos aquí y ahora, el silencio nos está vedado. Nosotros, políticos, semipolíticos, ciudadanos, periodistas, etc., tenemos inexcusablemente que tomar decisiones. Con el sistema en el que vivimos tenemos que organizarnos, que intentar cambiarlo, tenemos que atisbar la angosta puerta de las reformas, la todavía más angosta puerta de la revolución. Esperamos ayuda de los filósofos, naturalmente una ayuda indirecta, mediante rodeos. Y entonces oímos: no puedo ayudaros. HEIDEGGER: Yo tampoco. SPIEGEL: Lo cual tiene que descorazonar a los no filósofos. HEIDEGGER: No puedo, porque las cuestiones son tan difíciles que iría contra el sentido que la tarea del pensamiento tiene presentarse inmediatamente en público a predicar y repartir censuras morales. Quizá haya que aventurarse a decir: al misterio del poder planetario de la esencia impensada de la técnica corresponde la provisionalidad y la modestia del pensamiento que intenta meditar sobre eso que permanece impensado. Heideggeriana: DerSpiegel

Por consiguiente, insistir siempre sobre la dimensión perfectamente excesiva en la que tiene su nacimiento la filosofía. En efecto, la filosofía es la respuesta de una humanidad tocada por el exceso de la presencia – respuesta ella misma excesiva, lo que lleva a precisar que la filosofía, en cuanto filosofía, no es una manera griega de existir sino una manera hipergriega. Se comprende así el otro costado de la anécdota de Tales, hasta tal punto tocado por lo que mira que ya no ve más las cosas corrientes que hay ante sus pies y cae en el pozo. De este modo, podemos resumir: los griegos están en relación con la aletheia, de modo tal que ordinariamente están ocupados en la aletheia; pero es con la aletheia que están ocupados los más griegos entre los griegos, los filósofos; sin llegar a plantear, sin embargo, la cuestión de la aletheia (como tal). Heideggeriana: SeminarioThor1969

El marxismo tiene conciencia de estas realidades. Pero se propone también otras tareas: los filósofos no han hecho más que interpretar diversamente el mundo; se trata ahora de transformarlo. Heideggeriana: SeminarioThor1969

Wisser: Son motivos muy diferentes los que llevaron a los intentos modernos tendientes a desembocar, en el plano social o en aquel de las relaciones entre individuos, a una reorientación de las finalidades y a una «reestructuración» de los datos fácticos. Evidentemente, está en juego aquí mucha filosofía, para bien o para mal. ¿Observa usted de hecho una misión social de la filosofía? Heidegger: ¡No! – En ese sentido no se puede hablar de una misión social. Si se quiere responder a esa pregunta, primero debemos preguntarnos «¿qué es la sociedad?», y meditar acerca del hecho de que la sociedad actual es la absolutización de la subjetividad moderna, y que a partir de ahí, una filosofía que ha superado el punto de vista de la subjetividad no tiene para nada el derecho a expresarse en el mismo tono. En cuanto a saber hasta qué punto podemos hablar verdaderamente de una transformación de la sociedad, eso es otro tema. La pregunta sobre la exigencia de la transformación del mundo nos lleva a una frase muy citada de las Tesis sobre Feuerbach de Karl Marx. Quisiera citarla exactamente y leerla: «Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintas maneras; de lo que se trata de transformarlo.» Al citar esta frase y al aplicarla, se pierde de vista que una transformación del mundo presupone un cambio de la representación del mundo y que una representación del mundo no puede ser obtenida más que por medio de una interpretación suficiente del mundo. Esto significa que Marx se basa en una interpretación bien determinada del mundo para exigir su «transformación» y esto demuestra que esta frase es una frase no fundada. Da la impresión de ser pronunciada resueltamente contra la filosofía, cuando en la segunda parte de la frase la exigencia de una filosofía está incluso, tácitamente, presupuesta. Heideggeriana: Wisser