esencia de la desocultación

Pero no nos demos por satisfechos con traducir las palabras paideía y aléetheia sólo “literalmente”; más bien intentemos pensar en las palabras traducidas la esencia pertinente – relativa a los hechos – designada por el saber de los griegos, para reunir después simultáneamente “cultura” y “verdad” en una unidad esencial. Si tomamos seriamente la consistencia esencial de lo que la palabra aléetheia designa, surge entonces la pregunta de a partir de dónde determina Platón la esencia de la desocultación, interrogante cuya respuesta remite a la sustancia propiamente dicha de la “alegoría de la caverna”, mostrando qué y de qué modo trata la “alegoría” sobre la esencia de la verdad. Heideggeriana: PDT

La “alegoría de la caverna” no trata, por cierto, propiamente de la aléetheia, pero contiene la “doctrina” platónica de la verdad, pues la alegoría se funda en el proceso tácito del predominio de la idéa sobre la aléetheia. La “alegoría” suministra una imagen de lo que dice Platón acerca de la idéa tou agathou: autée kyría aléetheian kaí noun parasjoménee, o sea que “ella es la soberana en cuanto otorga la desocultación (a lo que se muestra) y, simultáneamente, la percepción (de lo desoculto).” La aléetheia, cae bajo el yugo de la idéa, y en tanto Platón dice de ésta que es la soberana, la que permite la desocultación, nos remite a algo tácito, o sea que, en lo sucesivo, la esencia de la verdad como esencia de la desocultación no se despliega desde la propia plenitud esencial, sino que se desplaza sobre la esencia de la idéa. La esencia de la verdad abandona el rasgo fundamental de la desocultación. Heideggeriana: PDT

Al ser recordada la esencia primaria de la verdad, recuerdo en el cual la desocultación se devela como el rasgo fundamental del ente mismo, este recordar la esencia primaria de la verdad tiene que pensar dicha esencia de modo más primario, razón por la cual ese recuerdo no puede jamás tomar la desocultación sólo en el sentido platónico, es decir, bajo la sujeción de la idéa. La desocultación, concebida platónicamente, queda puesta en relación con el mirar, el percibir, el pensar y el enunciar. Obedecer a esta relación significa abandonar la esencia de la desocultación. Ninguna tentativa de fundamentar la esencia de la desocultación en la “razón”, en el “espíritu”, en el “pensar”, en el “logos”, ni en cualquier otra especie de “subjetividad”, puede salvar a dicha esencia, pues lo que es preciso fundamentar, es decir, la esencia de la desocultación misma, aun no es en todo esto lo suficientemente cuestionado. Y siempre tiene que llegar a ser “puesta en claro” la consecuencia esencial de la esencia no comprendida de la desocultación. Heideggeriana: PDT

Excertos de

Heidegger – Fenomenologia e Hermenêutica

Responsáveis: João e Murilo Cardoso de Castro

Twenty Twenty-Five

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