esencia de la aletheia

Como consecuencia de esta interpretación del ente, la esencialización no es ya, como al comienzo del pensar occidental, el ascenso desde lo que yace oculto a la desocultación, en la que ésta misma, como rescate, constituía el rasgo fundamental de la esencialización. Platón concibe a la esencialización (ousía) como idéa, la que, sin embargo no está sujeta a la desocultación en tanto que es ella la que hace aparecer lo que yace oculto, poniéndose a su servicio. Más bien a la inversa, lo que resplandece (el mostrarse) es lo que determina aquello que en lo interior de su esencia y en la exclusiva reflexión sobre sí mismo puede luego denominarse desocultación. La idéa no es, en consecuencia, un primer plano representativo de la aléetheia, sino el fundamento que a ésta hace posible, pero con el resultado que, de este modo, la idéa toma todavía en caución algo de la primaria, pero desconocida esencia de la aletheia. Heideggeriana: PDT

A partir de allí, hay ya una tendencia a la “verdad” en el sentido de la justeza del mirar y de la posición de la mirada, siendo desde entonces decisiva para todas las posturas fundamentales con referencia al ente, la obtención de la recta visión de las ideas. La reflexión sobre la paideía y la mutación de la esencia de la aletheia se corresponden como se ve en la misma historia del tránsito de morada en morada, expuesta en la alegoría de la caverna. Heideggeriana: PDT

Esta misma interpretación del ser como idéa, a cuya primacía se debe una mutación de la esencia de la aletheia, exige una caracterización del acto de mirar hacia las ideas, caracterización a la que corresponde el papel de la paídeía, de la “cultura” del hombre, lo cual nos explica que a través de la metafísica domine el esfuerzo en torno al ser humano y a la posición del hombre en el seno del ente. Heideggeriana: PDT