Cambiar, alterarse, es ausentarse: abwesen. Sólo la idea es presencia pura, presencia nunca ausente; presentar-se-en-permanencia. Esto es lo que sobreabunda: la presencia entrando en presencia, die anwesende Anwesenheit – esto es el ontos on. Sobre esto Nietzsche ha tenido el sentimiento más vivo, particularmente en el texto De cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en fábula (Crepúsculo de los ídolos). 15731 Heideggeriana: SeminarioThor1969
Los dos versos hablan como frases enunciativas, a modo de constatación de lo existente. Así parece indicarlo el decidido “es”. Y, sin embargo, su modo de hablar es la invocación. Los versos traen la mesa preparada y la casa bien provista a aquella presencia que está siendo sostenida hacia la ausencia (dem Abwesen zu-gehaltene Anwesen). Heideggeriana: Linguagem1950