Al mismo tiempo el “se da” también se usa con la intención de evitar provisionalmente el giro idiomático “el ser es”. Porque, efectivamente, por lo general se dice ese “es” de algo que es. Y a eso es a lo que llamamos lo ente. Pero resulta que precisamente el ser no “es” lo “ente”. Si nos limitamos a decir del ser este “es”, sin una interpretación más precisa, será muy fácil que nos representemos el ser como un “ente” del tipo de lo ente conocido, el cual, en cuanto causa, produce efectos y, en cuanto efecto, es causado. Y, sin embargo, el propio Parménides ya dice en los primeros tiempos del pensamiento: “es en efecto ser”. En estas palabras se oculta el misterio inicial de todo pensar. Tal vez lo que ocurre es que el “es” sólo se puede decir con propiedad del ser, de tal modo que ningún ente “es” nunca verdaderamente. Pero como el pensar tiene que llegar a decir el ser en su verdad, en lugar de explicarlo como un ente a partir de lo ente, tendrá que quedar abierta y al cuidado del pensar la cuestión de si acaso y cómo es el ser. Heideggeriana: CartaH
¿Pero en qué relación se halla ahora el pensar del ser con el comportamiento teórico y práctico? Dicho pensar supera con mucho todo observar, porque se ocupa de esa única luz en la que el ver de la teoría puede demorarse y moverse. El pensar atiende al claro del ser por cuanto introduce su decir del ser en el lenguaje a modo de morada de la exsistencia. Y, así, el pensar es hacer. Pero un hacer que supera toda praxis. El pensar no sobrepasa al actuar y producir debido a la magnitud de sus logros o a las consecuencias de su efectividad, sino por la pequeñez de su consumar carente de éxito. Heideggeriana: CartaH
La primera ley del pensar es la conveniencia del decir del ser en cuanto destino de la verdad, y no las leyes de la lógica, que sólo se pueden convertir en reglas a partir de la ley del ser. Pero atender a lo que le conviene al decir que piensa no sólo supone que tengamos que meditar cada vez qué hay que decir del ser y cómo hay que decirlo. Igual de esencial será meditar si debe ser dicho lo por pensar, en qué medida debe ser dicho, en qué instante de la historia del ser, en qué diálogo con ella y desde qué exigencias. Estas tres cosas, ya mencionadas en una carta anterior, se determinan en su mutua pertenencia a partir de la ley de la conveniencia del pensar de la historia del ser: lo riguroso de la reflexión, el cuidado del decir, la parquedad de palabras. Heideggeriana: CartaH
En la medida en que en el desocultamiento su propio “des-” permanece apartado respecto de sí mismo y en que permanece el ocultamiento del ser, el permanecer fuera muestra el rasgo de la ocultación. ¿En qué sentido hay que pensar esta ocultación? ¿Es esta ocultación sólo un encubrir o es al mismo tiempo un retirar para cobijar y un salvaguardar? El permanecer fuera “del” ser mismo es tal siempre en referencia al ente. ¿En el permanecer fuera, se le retiene el ser al ente? ¿Es este retener acaso un rehusar? No hacemos más que preguntar, y preguntamos qué podemos presumir respecto del permanecer fuera del ser mismo. Admitiendo que el permanecer fuera “es” el ser mismo, aquél dependerá de éste y del modo en que impresione [anmutet] a nuestro propio pensar para que desde allí presumamos [vermuten] cuáles son los rasgos que esencian en el permanecer fuera. En primer lugar, sólo prestamos atención a aquello que pertenece al permanecer fuera mismo. Tampoco rehuimos confesar que la discusión del ser en cuanto ser habla aún un lenguaje insuficiente, en la medida en que el ser mismo continuamente nombrado es dicho con el nombre que siempre de nuevo aleja el decir del ser en cuanto tal. Heideggeriana: NiilismoSer
La metafísica habla del ente en cuanto tal en su totalidad, es decir del ser del ente; de este modo impera en ella una referencia del hombre al ser del ente. Sin embargo, la pregunta de si y cómo el hombre se relaciona con el ser del ente, no con el ente, con éste y aquél, queda sin formular. Se pretende que aclarando la relación del hombre con el ente ya se ha determinado de modo suficiente la referencia al “ser”. Se toma a ambas, la relación con el ente y la referencia al ser, como lo “mismo”, y esto incluso con cierta razón. En esta igualación se manifiesta el rasgo fundamental del pensar metafísico. Puesto que la referencia al ser apenas ha sido considerada más allá de la relación con el ente, y cuando lo ha sido se la ha tomado siempre como su sombra, también la esencia de esta relación se encuentra en tinieblas. De acuerdo con el tercer respecto, la metafísica es la verdad “sobre” el ente en su totalidad. En qué relación está el hombre respecto de la verdad y de su esencia queda igualmente sin plantearse. Por último, en el cuarto respecto, según el cual el hombre pone la medida para la determinación del ente en cuanto tal, también se oculta la pregunta de cómo el ente en cuanto tal pueda ser llevado a la mirada del hombre, pueda ser experimentado y conservado por él con su carácter determinado, independientemente de que esté en el papel de sujeto o tenga una esencia diferente. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El recuerdo que se interna en la metafisica como una época necesaria de la historia del ser da que pensar que y cómo el ser determina en cada caso la verdad del ente, que y cómo desde esa determinación el ser abre un ámbito de proyección para la explicación del ente, que y cómo sólo una determinación [Bestimmung] tal templa [stimmt] a un pensamiento para la reivindicación del ser y desde ese temple [Stimmung] impone en cada caso a un pensador el decir del ser. Heideggeriana: RelembrarMetafisica
No se está hablando aquí de la psicología de los filósofos, sino sólo de la historia del ser. Pero que el ser determina [bestimmt] la verdad del ente y a través de lo que en cada caso esencia de la verdad, templa [stimmt] un pensar en la unicidad de un decir del ser y desde esta determinación [Bestimmung], requiere al pensador en su carácter determinado [Bestimmtheit], que en todo esto, de manera previa y siempre inicial, el ser acaece la verdad de sí mismo y éste es el acaecimiento apropiante en el que el ser esencia, esto no puede determinarse nunca a partir del ente. Se sustrae asimismo a toda explicación. El ser, en su historia, sólo puede admitirse [eingestehen] en aquella admisión [Eingeständnis] que libra exclusivamente a la dignidad inicial del ser el ajustarse del ser humano a la referencia al ser, para que, así admitido [geständig], conserve la insistencia [Inständigkeit] en la preservación del ser. Heideggeriana: RelembrarMetafisica
No estamos preparados para la interpretación de las Elegías y los Sonetos, porque el ámbito desde el que hablan no ha sido aún suficientemente pensado en su constitución y unidad metafísica desde la esencia de la metafísica. Pensarlo sigue siendo difícil por dos motivos. Por un lado, porque la poesía de Rilke se queda por detrás de la de Hölderlin en cuanto a su lugar y rango en la vía histórica del ser. Además, porque apenas conocemos la esencia de la metafísica y no estamos familiarizados con el decir del ser. Heideggeriana: ParaQuePoetas