Welten: «mundear». En un principio, pudiera parecer que se trata de alguno de esos juegos de palabras a la Heidegger. Sin embargo, si se echa mano del diccionario de los hermanos Grimm, que Heidegger solía consultar con cierta frecuencia, encontramos que welten significa «llevar una vida relajada o alegre» («ein flottes Leben führen»), incluso «vivir con boato, ostentación o pompa». Heidegger utiliza esta palabra para señalar el modo como se me presentan primariamente las cosas de mi mundo circundante, la manera en que la estructura significativa de la realidad me sale al encuentro sin más. Con este término se pretende designar lo que normalmente nos pasa inadvertido por estar demasiado próximos a nosotros. Si, por ejemplo, se reflexiona sobre el acto de ver la cátedra — un ejemplo que Heidegger utiliza en las lecciones del semestre de posguerra 1919 — desde el prisma de la filosofía de la conciencia se hace uso de la percepción y del esquema sujeto-objeto: existe un yo que percibe un objeto envuelto de diferentes propiedades como el color, el peso, la magnitud, etcétera. Pero, en realidad, las cosas no se nos manifiestan primariamente de esta manera. De entrada, los «objetos» significan esto o lo otro en función del contexto en que nos movemos en cada caso. Así, decir que la cátedra «mundea» equivale a experimentar la significatividad de la cátedra, tener presente su función y ubicación en el aula, conservar el recuerdo del camino que recorro todos los dias por los pasillos universitarios. El «mundear» de la cátedra congrega todo un mundo espacial y temporal, su vivencia directa es capaz de despertar todo un universo de recuerdos, como le sucede al protagonista de En busca del tiempo perdido, de Proust, al mojar la magdalena en la taza de té caliente. En definitiva, el «mundear» o, dicho de otro modo, la familiaridad con la vida cotidiana suministra al hombre un fondo de comprensibilidad y accesibilidad que se activa en todo acto de autointerpretación de la vida misma. (GA56/57, p. 73.) (LHDF)
La Diferencia apacigua, además. doblemente: las cosas a su “cosear” y el mundo a su “mundear” (die Dinge ins Dingen und die Welt ins Welten). Así apaciguados, cosa y mundo no escapan jamás a la Diferencia. Más bien la salvan en el apaciguamiento en tanto cual la Diferencia es el silencio mismo. Heideggeriana: Linguagem1950