El primer párrafo nombra el asunto de la filosofía. “Ella contempla lo presente en cuanto presente y de este modo (contempla) lo que ya predomina en él (en lo presente) de antemano y por sí mismo”,(Aristóteles, Met. L, 1, 1.003 a 21). El predominio concierne el venir-a-la-presencia en el desocultamiento. La filosofía contempla lo que se presenta en su presencia. La contemplación considera lo que se presenta. De tal manera lo pone en su punto de mira que sólo ve lo que se presenta en cuanto tal. La filosofía observa: lo que se presenta en cuanto a su aspecto. En la visión de esta contemplación no se oculta ningún sentido profundo. La theoria es el desencanto de todo conocimiento. Hegel dice en el lenguaje de su pensar: la filosofía es “el conocimiento efectivamente real de lo que es de verdad”. Mientras tanto, aquello verdaderamente ente se ha mostrado como lo efectivamente real cuya realidad efectiva es el espíritu. Pero la esencia del espíritu reside en la autoconciencia. Heideggeriana: HegelExperiencia
Aquello que al poeta lo insta (nötigt) a su decir es una urgencia (Not). Ésta se encubre en la tardanza del venir-a-la-presencia (Anwesen) de lo divino. En la última estrofa de su elegía Retorno a la patria esta tardanza logra la palabra simple que todo lo aclara, y no obstante misteriosa: faltan nombres sagrados. La gran garantía que podría ayudar a una comprensión de la urgencia sería la mirada, lanzada en lo peculiar de esta “falta”, mediante la experiencia de su proveniencia, la cual presumiblemente se encubre en una retención de lo sagrado e impide un saber adecuado de los nombres que le corresponden y lo aclaran a él mismo. Heideggeriana: NomesSagrados
Poetizar aquí quiere decir: dejarse decir el puro llamado del venir-a-la-presencia (Anwesen) como tal, y aun si éste “es” sólo v justamente un venir-a-la-presencia de la sustracción y de la retención. Heideggeriana: NomesSagrados
El camino no sabe de procedimiento, ni de prueba, ni de mediación. Sólo un pensar que tiene en sí carácter de camino, podría preparar la experiencia de la falta. Así podría “ayudar a comprender” al poeta que tiene que decir la urgencia de la falta. En todo esto, comprender no quiere decir: volver comprensivo (verständig), sino: soportar la urgencia, a saber, la inicial; a partir de la cual tan sólo se origina la urgencia de la falta de “nombres sagrados”: el olvido del ser, es decir, el encubrimiento lethe de la peculiaridad del ser en tanto venir-a-la-presencia (Anwesen). Heideggeriana: NomesSagrados
“Olvido del ser” mienta en primera instancia un defecto, una omisión. En verdad, la palabra es el nombre para el destino del clareo (Lichtung) del ser en cuanto que éste, como venir-a-la-presencia, sólo puede manifestarse y determinar todo ente, si el clareo del ser, la ‘aletheia, se tiene en sí, se retiene al pensar, lo cual aconteció en el comienzo del pensar occidental y en tanto comienzo suyo, y desde entonces caracteriza las épocas de la historia del ser hasta la actual era tecnológica que, sin saber de él, obedece al olvido del ser por así decir como a su principio. Heideggeriana: NomesSagrados
La retención del clareo del venir-a-la-presencia en cuanto tal, no obstante, impide propiamente tener experiencia de la falta de nombres sagrados en cuanto falta. Heideggeriana: NomesSagrados
Sin embargo, en tanto nos sea negada la mirada, propia del camino, para ver qué y cómo aún en la sustracción y en la retención impera un modo propio del venir-a-la-presencia, entretanto quedaremos ciegos y no nos afectará el acosante venir-a-la-presencia, que es propio de la falta, la cual esconde en sí, y no obstante encubre, el nombre de lo sagrado y con ello a éste mismo. Heideggeriana: NomesSagrados