Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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silencio

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

Pero también es verdad que el asunto del pensar no se alcanza poniendo en circulación un montón de chácharas sobre “la verdad del ser” y la “historia del ser”. Lo único que importa es que la verdad del ser llegue al lenguaje y que el pensar alcance dicho lenguaje. Tal vez entonces el lenguaje reclame el justo SILENCIO en lugar de una expresión precipitada. Pero ¿quién de entre nosotros, hombres de hoy, querría imaginar que sus intentos de pensar pueden encontrar su lugar siguiendo la senda del SILENCIO? Si llega lejos, tal vez nuestro pensar pueda indicar dónde está la verdad del ser y mostrarla como lo que hay que pensar. De este modo, dicha verdad se sustraería mejor al mero suponer y opinar y quedaría adscrita a esa obra manual de la escritura que tan rara se ha vuelto. Las cosas importantes acaban por llegar a tiempo, aunque sea a última hora y aunque no estén destinadas a la eternidad. Heideggeriana  : CartaHumanismo

Sin embargo, el hecho de que el lenguaje, por así decirlo, retire al significado propio de la palabra construir, el habitar, testifica lo originario de estos significados; porque en las palabras esenciales del lenguaje, lo que éstas dicen propiamente cae fácilmente en el olvido a expensas de lo que ellas mientan en primer plano. El misterio de este proceso es algo que el hombre apenas ha considerado aún. El lenguaje le retira al hombre lo que aquél, en su decir, tiene de simple y grande. Pero no por ello enmudece la exhortación inicial del lenguaje; simplemente guarda SILENCIO. El hombre, no obstante, deja de prestar atención a este SILENCIO. Heideggeriana  : ConstruirHabitar  

En la proposición del fundamento habla la interpelación de la proposición fundamental. En la proposición del fundamento habla la exhortación de la palabra acerca del ser. Sin embargo, la exhortación es, con mucho, anterior a la interpelación. Pues durante el tiempo, extraordinariamente largo, de incubación de la proposición del fundamento la palabra acerca del ser como fundamento no dejó nunca de exhortar al hombre occidental. Sin esta exhortación, no existiría el pensar bajo la figura de la filosofía. Y sin filosofía no existiría la ciencia europea, no existiría la puesta en libertad de la energía atómica. Sólo que la exhortación que hay en la palabra acerca del ser como fundamento guarda SILENCIO, a diferencia del carácter público de la proposición fundamental que se da en la, desde ahora, ruidosa y omnialarmante prevalencia de su interpelación. Heideggeriana: Fundamento1956  

El habla: queremos decir el hablar; lo conocemos como una actividad nuestra y confiarnos en nuestra aptitud para ello. Sin embargo, no es una posesión asegurada. El asombro o el pavor pueden privar al hombre de habla. Está, entonces, asombrado y consternado. Ya no habla: guarda SILENCIO. Alguien puede perder el habla a causa de un accidente. Ya no habla. Tampoco guarda SILENCIO. Permanece mudo. Para hablar se precisa de la articulación de sonidos, sea que la efectuemos — en el hablar; sea que nos abstengamos de ella — guardando SILENCIO; o bien que seamos incapaces de ello enmudeciendo. Es constitutiva del hablar la articulación vocal de sonidos. El habla se manifiesta en el hablar como la puesta en marcha de las herramientas vocales, que son: la boca, los labios. “la cerca de los dientes”, la lengua. la garganta. Que el habla se haya representado desde antiguo inmediatamente a partir de estos fenómenos lo atestiguan los nombres que las lenguas occidentales se dieron a sí mismas: glossa, lingua, langue, language. El habla es la lengua, el dialecto. Heideggeriana: CaminhoLinguagem  

Hablar es sin duda una expresión fónica. También se puede concebir como una actividad del hombre. Ambas son representaciones justas del habla en tanto que hablar. Pero ahora las dos van a ser ignoradas sin por ello olvidar desde cuánto tiempo lo resonante del habla espera su adecuada determinación, porque la explicación fonética-acústica-fisiológica de la sonoridad no hace la experiencia de su procedencia desde el sonar del SILENCIO y, menos aún. de la determinación y entonación (Be-stimmung  ) de la sonoridad así producida. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

Pero ¿cómo están pensados el hablar y lo hablado en la breve narración precedente del despliegue del habla? Se muestran ya como aquello por lo cual y dentro de lo cual algo llega al habla. esto es. que viene a aparecer en la medida en que algo está dicho. Decir v hablar no son lo mismo. Uno puede hablar y hablar sin fin y no decir nada. En cambio, alguien guarda SILENCIO y no habla y, al no hablar puede decir mucho. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

¿Y el Decir mismo? ¿Es algo separado de nuestro hablar, algo hacia donde aún hay que tender un puente? ¿O es el Decir el río del SILENCIO que enlaza él mismo sus orillas, el decir y nuestro re-decir, configurándolos? Nuestras representaciones habituales del habla apenas si alcanzan hasta aquí. El Decir procurando pensar el despliegue del habla a partir de él, ¿no corremos, acaso, el peligro de elevar el habla a una entidad fantasmal, existente en sí e inencontrable en parte alguna, mientras que sigamos reflexionando sobriamente acerca del habla? Porque el habla, después de todo, permanece indudablemente enlazada al hablar humano. Ciertamente. Con todo, ¿de qué clase es este lazo? ¿Cómo y desde dónde gobierna lo enlazante en él? El habla necesita del hablar humano pero, al mismo tiempo, no es el puro y simple producto de nuestra actividad hablante. ¿En qué descansa, esto es, en qué se funda el despliegue del habla? Al buscar fundamentos tal vez nuestra pregunta pasa de largo la esencia del habla. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

El habla que habla diciendo, se cuida de que nuestro hablar, estando a la escucha de lo inhablado, corresponda a lo dicho por el habla. Así, también el SILENCIO, al que se suele atribuir el origen del hablar, es ya de por sí un corresponder. [Vid. Sein und Zeit  , 1927, párr. 34.] El SILENCIO (Schweigen  ) corresponde a la inaudible llamada de la calma (Stille) del Decir apropiador-mostrante. El Decir que descansa en el advenimiento apropiador es, en tanto que mostrar, el modo más propio de apropiar. El advenimiento apropiador es diciente. El habla habla en este sentido cada vez según el modo en el cual el advenimiento apropiados en tanto que tal se desocupa o se retira. Un pensamiento que piensa en pos del advenimiento apropiador tan sólo puede conjeturarlo, sin embargo, puede hacer ya la experiencia del mismo en la esencia de la técnica moderna que se denomina por el aún desconcertante nombre de Ge-stell  , [Vid. Vorträge und Aufsätze, 1954, pág. 31 ss.] Dispositivo. En la medida en que el Dispositivo desafía al hombre, o sea, lo reta a atender (bestellen) a todo lo presente como un inventario técnico, la unidad de todos los modos de puesta en posición — el Dispositivo — se despliega según el modo del advenimiento apropiados y esto de tal manera que al mismo tiempo disimula (verstellt  ) a éste último porque todo cometido (Bestellen) se ve remitido al pensamiento calculador y así habla el lenguaje del Dispositivo. El habla está desafiada a corresponder en todos los sentidos a la disponibilidad (Bestellbarkeit) técnica de todo lo presente. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

El Decir, su peculiaridad, no se deja capturar en ningún enunciado. Exige de nosotros que alcancemos por el SILENCIO (er-schweigen) la puesta-en-camino apropiadora en el despliegue del habla, sin hablar del SILENCIO. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

En cualquier caso, el habla está arraigada en la vecindad más próxima al ser humano. De todas partes nos viene el habla al encuentro. Por ello no debe extrañar que se encuentre también con ella el hombre cuando dirige su pensamiento hacia lo que es y que, de inmediato, se disponga a determinar — en una dimensión decisiva — lo que del habla se muestra. La reflexión intenta representarse lo que, en general, es el habla. Lo general, lo válido para toda cosa, se denomina la esencia. Representar en general lo universalmente válido es, según los criterios vigentes, el rasgo fundamental del pensamiento. Tratar pensativamente del habla significa, por tanto, proponer una representación de su esencia y delimitarla debidamente respecto a otras representaciones. Algo similar parece intentar esta conferencia. De todos modos, su título no reza: De la esencia del habla. Reza meramente: El habla. Decimos “meramente” y parecemos dar un título más presuntuoso a nuestro propósito en lugar de dilucidar modestamente algo sobre el habla. Mas hablar del habla es, presumiblemente, peor que escribir sobre el SILENCIO. Nosotros no queremos asaltar el habla para obligarla al asidero de conceptos ya fijados. No queremos reducir el habla a un concepto para que éste nos suministre una opinión   universalmente utilizable sobre el habla que tranquilice a todo representar. Heideggeriana: Linguagem1950  

Mas, si debemos buscar el hablar del habla en lo hablado, debemos encontrar un hablado puro en lugar de tomar indiscriminadamente un hablado cualquiera. Un hablado puro es aquel donde la perfección del hablar, propio de lo hablado, se configura como perfección iniciante. Lo hablado puro es el poema. Por ahora debemos dejar esta frase como mera afirmación. Podemos hacerlo siempre que logremos oír lo hablado puro de un poema. ¿Pero a qué poema pedirle que nos hable? Aquí sólo nos queda una elección que, sin embargo, está preservada de arbitrariedad. ¿Por qué? Por aquello que nos ha sido dedicado por la esencia del habla desde el momento que meditamos tras del hablar del habla. De acuerdo con este vínculo elegimos como lo hablado puro un poema que, más que otros, nos puede ayudar en los primeros pasos para conocer lo que en el vínculo vincula. Escuchemos lo hablado. El poema tiene por título: Una tarde de invierno Cuando cae la nieve en la ventana, Largamente la campana de la tarde resuena, Para muchos es preparada la mesa Y está bien provista la casa. — En el caminar algunos Llegan al portal por senderos oscuros. Dorado florece el árbol de la gracia De la savia fresca de la tierra. Entra caminante en SILENCIO; Dolor petrificó el umbral. Y luce en pura luz En la mesa pan   y vino. Heideggeriana: Linguagem1950

La primera estrofa del poema encomienda a las cosas a venir, que, al “cosear”, generan el mundo. La segunda estrofa invoca la venida del mundo que, “mundeando”, consiente las cosas. La tercera estrofa encomienda al Medio a venir para mundo y cosa: el llevar a término de la intimidad. Por esto llama con destacada invocación la tercera estrofa: Entra caminante en SILENCIO; ¿A dónde? El verso no lo dice. Pero llama al caminante que entra al SILENCIO. El SILENCIO gobierna el portal. De pronto resuena la extraña invocación: Dolor petrificó el umbral. Heideggeriana: Linguagem1950

Mas. este apaciguamiento sucede únicamente del modo que, al mismo tiempo, la Cuaternidad del mundo colme la gestación configurante de la cosa. en la medida en que el apaciguamiento consiente suficiencia a la cosa para demorar mundo. La Diferencia apacigua doblemente. Apacigua dejando reposar las cosas en el favor del mundo. Y apacigua dejando que el mundo tenga su suficiencia en la cosa. En el doble apaciguamiento de la Diferencia adviene el SILENCIO (Stille). Heideggeriana: Linguagem1950

¿Qué es el SILENCIO? No es sólo lo que no resuena. En lo que no resuena se perpetúa meramente la inmovilidad del sonar y del fonar. Pero la inmovilidad no está sólo limitada a la fonación en tanto que su superación, ni es lo inmóvil propiamente lo que es quieto. Lo inmóvil es siempre. por así decir, el reverso de lo que está en la quietud. Lo inmóvil mismo reposa aún en la quietud. Pero la quietud tiene su esencia en esto que apacigua. En tanto que apaciguamiento del SILENCIO la quietud es, en rigor, siempre más movimentada que todo movimiento y más removida que cualquier remoción. Heideggeriana: Linguagem1950

La Diferencia apacigua, además. doblemente: las cosas a su “cosear” y el mundo a su “mundear” (die Dinge ins Dingen und die Welt   ins Welten). Así apaciguados, cosa y mundo no escapan jamás a la Diferencia. Más bien la salvan en el apaciguamiento en tanto cual la Diferencia es el SILENCIO mismo. Heideggeriana: Linguagem1950

La invocación de la Diferencia es el doble apaciguamiento. La invocación reunida, el mandato — en tanto cual la Diferencia llama mundo y cosa — es el son del SILENCIO. El habla habla en cuanto que mandato de la Diferencia que encomienda mundo y cosa a la simplicidad de su intimidad. Heideggeriana: Linguagem1950

El habla habla en tanto que son del SILENCIO (Die Sprache   spricht als das Geläut der Stille). El SILENCIO apacigua llevando a término mundo y cosa en su esencia. Llevar a término mundo y cosa en el modo del apaciguamiento es el advenimiento apropiador de la Diferencia. El habla — el son del SILENCIO — es en cuanto que se da propiamente la Diferencia. El habla se despliega como el advenimiento de la Diferencia para mundo y cosa. Heideggeriana: Linguagem1950

El son del SILENCIO no es nada humano. En cambio, el ser humano es, en su esencia, ser hablante. Esta palabra “hablante” significa aquí: llevado a su propiedad a partir del hablar del habla. Lo que es de este modo apropiado — la esencia humana es llevado por el habla a lo que le es propio: permanecer encomendado a la esencia del habla, al son del SILENCIO. Tal apropiación deviene propiedad en la medida en que la esencia del habla — el son del SILENCIO — necesita y pone en uso el hablar de los mortales para poder sonar como el son del SILENCIO a sus oídos. Sólo en la medida en que los hombres pertenecen al son del SILENCIO son capaces, en un modo que a ellos les es propio, del hablar que hace sonar el habla. Heideggeriana: Linguagem1950

A su tiempo se hará inevitable la reflexión de cómo en el hablar del habla, en tanto que son del SILENCIO de la Diferencia, el hablar de los mortales y su enunciación advienen a su propiedad. En la enunciación, sea discurso o sea escritura, se rompe el SILENCIO. ¿En qué se rompe el son del SILENCIO? Roto, ¿cómo llega a la enunciación de la palabra? ¿De qué modo determina el apaciguamiento roto la palabra de los mortales que suena en versos y frases? Si, a la sazón, el pensamiento llegara algún día a responder a estas preguntas, deberá, sin embargo, guardarse de considerar la enunciación e incluso la expresión como los elementos decisivos del hablar humano. Heideggeriana: Linguagem1950

La vertebración (Gefüge) del hablar humano no puede ser más que el modo (helos) en el que el hablar del habla — el son del SILENCIO de la Diferencia — lleva a los mortales a la apropiación por el mandato de la invocación de la Diferencia. Heideggeriana: Linguagem1950

El modo según el cual los mortales, llamados desde la Diferencia en la misma, hablan a su vez, es el Corresponder. El hablar humano, antes que nada, debe haber escuchado el mandato de la invocación en tanto que cual el SILENCIO de la Diferencia llama mundo y cosa al desgarro de su simplicidad. Cada palabra del hablar de los mortales habla desde esta escucha y en tanto que tal escucha. Heideggeriana: Linguagem1950

Los mortales hablan en la medida en que escuchan. Están atentos a la invocación del mandato del SILENCIO de la Diferencia, aunque no la conocen. La escucha des-prende del mandato de la Diferencia lo que lleva a la sonoridad de la palabra. El hablar que des-prende escuchando es el Corresponder. Heideggeriana: Linguagem1950

Toda verdadera escucha retiene su propio decir. Pues la escucha se retiene en la pertenencia por la que queda apropiada al son del SILENCIO. Toda Correspodencia está entonado en la retención que se detiene en sí misma. Por eso. estando a la escucha será propio del retenimiento estar dispuesto a la invocación de la Diferencia. Pero la retención debe estar atenta a no seguir meramente en su escucha al son del SILENCIO. más bien debe anticipar su escucha, estar sostenido hacia él y, por así decirlo. anticipar su invocación. Heideggeriana: Linguagem1950

El hombre habla en cuanto que Corresponde al habla. Corresponder es estar a la escucha. Hay escucha en la medida en que hay pertenencia al mandato del SILENCIO. Heideggeriana: Linguagem1950

Su hablar habla para nosotros en lo hablado: Una tarde de invierno — Cuando cae la nieve en la ventana. Largamente la campana de la tarde resuena. Para muchos es preparada la mesa Y está bien provista la casa. — En el caminar algunos Llegan al portal por senderos oscuros. Dorado florece el árbol de la gracia De la savia fresca de la tierra. — Entra caminante en SILENCIO; Dolor petrificó el umbral. Y luce en pura luz En la mesa pan y vino. Heideggeriana: Linguagem1950

El hombre de la ciudad piensa que “se mezcla con el pueblo” tan pronto condesciende a entablar una larga conversación con un campesino. Por las tardes, cuando durante la pausa del trabajo me siento con los campesinos en torno de la estufa o en la mesa junto del rincón donde está la imagen del Señor, casi nunca hablamos. En SILENCIO fumamos nuestras pipas. Entretanto quizá cruza una palabra. Que el trabajo se termina en el bosque, que en la noche anterior se metió una marta en el gallinero, que posiblemente mañana una vaca parirá, que el campesino Oehmi ha tenido un ataque, que el tiempo pronto “se muda”. La íntima pertenencia del propio trabajo a la Selva Negra y sus moradores viene de un centenario arraigo suabo-alemán a la tierra que nada puede reemplazar. Heideggeriana: Provincia1933

De aquí toma su origen todo lenguaje del ser-ahí y es, por tanto, esencialmente el guardar SILENCIO (cf. comportamiento, acontecimiento-apropiador, verdad y lenguaje) Heideggeriana: EreignisDeus  

Ahora bien, el pensamiento en cada caso único de un pensador es aquello alrededor de lo cual, de manera imprevista e inadvertida, gira todo el ente en el más SILENCIOso SILENCIO. Los pensadores son fundadores de aquello que nunca será perceptible en una imagen, que nunca podrá relatarse historiográficamente ni calcularse técnicamente; de aquello que no obstante domina, sin necesitar el poder. Los pensadores son siempre unilaterales, según ese lado único que ya les fuera adjudicado por una simple expresión proferida en la primera época de la historia del pensar. La expresión proviene de uno de los más antiguos pensadores de occidente, Periandro de Corinto, al que se cuenta entre los “siete sabios”. Dice así: meleta to pan, “toma a tu cuidado el ente en su totalidad”. Heideggeriana: VontadePoder  

“Represéntate ahora lo siguiente: Unos hombres se encuentran bajo tierra en un recinto cavernario. A lo largo de éste, y hacia la luz diurna, se extiende el acceso, al que confluye toda la caverna. En esta morada, atados por las muslos y la nuca, desde la infancia tienen los hombres su residencia. También permanecen por ello en el mismo sitio, pudiendo sólo mirar a lo que tienen enfrente de ellos. Mover la cabeza en torno no les es posible, puesto que están encadenados. Sin embargo, les ha sido otorgado un resplandor de luz, de un fuego que arde a sus espaldas, en la parte superior y a la distancia. Entre el fuego y los prisioneros (por lo tanto, a sus espaldas) discurre un camino, a lo largo del cual — imagínatelo así — hay un muro más bajo, construido al modo de esas vallas que los volatineros levantan frente al público, para mostrar por encima de ellos los prodigios. “Lo imagino, dijo Glaucón. “Según eso, figúrate ahora hombres que transportan toda clase de objetos a lo largo de ese pequeño muro, los que sobresalen un poco sobre éste; estatuas. imágenes de piedra y de madera, como también variedad de cosas hechas por el hombre. Como es de esperarse, de entre los cargadores que pasan unos van entretenidos entre sí, otros en SILENCIO. “Insólita imagen propones, dijo, e insólitos prisioneros. Sin embargo son en todo iguales a nosotros los hombres, contesté yo. Pues, ¿qué crees tú? Tal especie de hombres, desde un principio  , jamás han obtenido otra visión, sea de sí mismos, sea de los demás, que las sombras que sobre el muro de la caverna que tienen en frente arroja (constantemente) el resplandor del fuego. “Cómo puede ser de otro modo, dijo, si están compelidos a mantener inmóvil la cabeza todo el curso de sus vidas? “¿Qué ven, pues, ellos de las cosas que (a sus espaldas) son transportadas? ¿No es eso precisamente lo que ellos ven (es decir, las sombras)? “En efecto. “Ahora, si estuviesen en condiciones de comunicar y discutir detalladamente entre sí lo visto, ¿no crees que a lo que ellos ven allí tomarían por el ente? “Se verían obligados a ello. “¿Pero qué pasaría si esta prisión también tuviese un eco venido del muro que ellos tienen frontero (hacia el que miran exclusiva y constantemente) ? Tan pronto como uno de los que transitan a espaldas de los prisioneros (transportando cosas) se hiciese oír, ¿crees tú por cierto que ellos tomarían a lo que habla por algo distinto de esas sombras que pasan ante ellos? “Por nada distinto, ¡por Zeus!, dijo. “Absolutamente, contesté yo, los prisioneros tomarían entonces por lo desoculto no otra cosa que las sombras de los objetos. “Seria completamente necesario dijo. “Según eso, contesté yo, sigue ahora con tu mirada el proceso de cómo los cautivos llegan a ser liberados de las ligaduras y, en consecuencia, curados de la falta de discernimiento; y considera, además. de qué especie tendría que ser esta falta de discernimiento, si a los prisioneros les sucediese lo siguiente: tan pronto se desligase a uno y se le forzase, de súbito, a pararse, a volver la cabeza, a caminar y a mirar hacia la luz, (entonces) él haría (siempre) todo esto entre sufrimientos. y tampoco estaría en condiciones de mirar, a través de la constante reverberación, hacia aquellas cosas cuyas sombras anteriormente vio. (Si todo esto sucede con él), qué crees tú que diría él al que le revelase que (sólo) futilidades había visto antes, pero que ahora estaba un poco más cerca del ente y, en consecuencia, vuelto hacia el mayor ente, al que por lo tanto, miraba más rectamente? Y si (entonces) alguien todavía le mostrase cada una de las cosas que van pasando y le forzase, sobre demanda, a contestar qué cosa sea ello, ¿no crees tú que se hallaría sin saber absolutamente nada y, por añadidura, reputaría lo visto anteriormente (con sus propios ojos) por más desoculto que lo que ahora (por intermedio de otro) le es mostrado? “Indudablemente, dijo. “Y si alguien todavía le precisase a mirar hacia el resplandor del fuego, ¿no le dolerían los ojos, y no querría apartarse de allí y huir (de vuelta) hacia lo que está en sus posibilidades ver, decidiendo, por lo tanto, que esto (que sin más es visible para él) es, en efecto, más claro que lo que ahora le es mostrado? “Así es, dijo. “Pero si ahora, contesté yo, alguien (a este libre de ligaduras) con violencia lo arrancase de allí arrastrándolo por la escarpada y difícil abertura de la caverna y no le soltase hasta no haberlo traído a la luz del sol, ¿sentiría quien así es arrastrado dolor e indignación? ¿No sentiría los ojos, llegado a la luz solar, llenos de resplandor, y no sería incapaz de ver siquiera algo de lo que ahora le es revelado como lo desoculto? “En modo alguno estaría en condiciones para ello, dijo; por lo menos no de pronto. “Evidentemente fuera menester, creo yo, un acostumbramiento, caso de que se tratase de aprehender en el ojo lo que está allí en lo alto (fuera de la caverna en la luz del sol). Y (en tal habituarse) podría, ante todo, muy fácilmente mirar hacia las sombras y después hacia la imagen de los hombres y de las demás cosas reflejadas en el agua, y luego captaría por la visión a éstas mismas (o sea, el ente en lugar de los evanescentes reflejos). Desde el ámbito de estas cosas podría contemplar lo que hay en la bóveda del cielo, y a éste mismo, y desde luego más fácilmente durante la noche, mientras mira hacia la luz de las estrellas y de la luna, (más fácilmente, claro está) que durante el día al sol y su brillo. “Sin duda alguna. “Pero al fin, creo yo, llegaría a estar en condiciones de mirar al sol mismo, no ya sólo a su reflejo en el agua o en donde surgiere, sino al sol mismo, tal cual él es por sí mismo en su propio lugar, y observarlo en su naturaleza. “Necesariamente así sucedería, dijo. “Y una vez que ha dejado detrás de sí todo esto, ya puede acerca de aquél (el sol) concluir que es él, precisamente el que produce tanto las estaciones del año como los años y el que dispone todo lo que hay en el circuito (ahora) contemplado (de la luz solar); sí que también él (el sol) es hasta la causa de aquel todo que ellos (los que permanecen allí abajo en la caverna) tienen, en cierta manera, ante sí. “Evidentemente, dijo, llegaría a eso (o sea al sol y a lo que está en su luz), una vez que hubiera salido de aquello (que sólo es reflejo y sombra). “¿Y qué, pues, pasa ahora? Si se acordase nuevamente de la primera morada y del “saber” que allí es regla y de los entonces encadenados con él, ¿no crees que a sí mismo se tendría por dichoso por el cambio (acontecido), compadeciendo a aquellos, por el contrario? “¡Sí, por cierto! “Pero si ahora (entre los hombres) del anterior lugar de residencia (esto es, en la caverna) se instituyen ciertos honores y premios para quien aprehendiese más nítidamente con la mirada lo transitorio (lo que sucede todos los días) y, además, conservase en la memoria, lo más de lo que habitualmente es transportado primero, luego después y, por último al mismo tiempo, y que (entonces) pudiese decir de antemano lo que fuese a ocurrir en el inmediato futuro, crees que el (salido de la caverna) desearía (todavía) estar entre aquellos (que están en la caverna) para (allí) rivalizar con quienes gozan de poder y consideración, o acaso no querrá adoptar para sí aquello que dice Homero  : “servir, asalariado, a un extranjero labrador sin dote”, y no querrá, en general, soportarlo todo, antes que circunvagar entre aquellas opiniones (válidas para la caverna) y ser un hombre según aquella manera? “Yo creo, dijo, que dejaría le sobreviniese todo, antes que ser un hombre según aquella manera (propia de la caverna). “Y ahora, por consiguiente, considera esto, contesté yo: Si el que por tal modo a salido de la caverna, descendiese nuevamente a ella y se sentase en el mismo sitio, no se le llenarían los ojos de tinieblas. en el lugar mismo donde él se sustrajese repentinamente al sol? “Sí, absolutamente, dijo. “Si de nuevo, entonces, se entregase, con los allí constantemente encadenados. a proponer y afirmar opiniones sobre las sombra. con los ojos todavía debilitados, y antes de haberlos aclimatado de nuevo, la cual habituación no demandaría poco tiempo, ¿no sería al punto entregado al ridículo allí abajo, y no se le daría a entender que había ido allá arriba sólo para volver (a la caverna) con los ojos estragados, de modo que no era de utilidad alguna emprender el camino ascendente? Y a quien pusiese manos a libralos de las ligaduras y conducirlos allá arriba, si ellos pudiesen disponer de él y matarlo, ¿no lo matarían realmente? “Seguramente que sí, dijo.” Heideggeriana: PlatoVerdade

Quisiera hacer notar aquí algo muy personal, y es que: con este pensar, en el sentido de la pregunta por la verdad del ser, no se trata en absoluto de un rendimiento especial o de un descubrimiento peculiar de un hombre particular, sino que en la misma pregunta el ser y su misterio fuerzan al hombre de la tierra a su apremio más extremo, a saber, como lo he llamado, le reclaman por el olvido del ser y le fuerzan a la meditación. Para que un hombre pueda estar siquiera un poco a la altura de esta meditación de esta pregunta, se requerirá quizás atravesar por un SILENCIO de dos o muchas décadas. Heideggeriana: PerguntaSer  

El SILENCIO se vuelve aún más SILENCIOso con la última campanada. Alcanza a aquellos que en dos guerras mundiales fueron sacrificados antes de tiempo. Lo sencillo se ha vuelto aún más sencillo. Lo siempre mismo extraña y libera. El consejo alentador del sendero del campo es ahora muy claro. Heideggeriana: CaminhoCampo  

El poeta poetiza sólo cuando toma la medida, diciendo los aspectos del cielo de tal modo que éste se inserta en sus fenómenos como en lo extraño a lo que el Dios desconocido se “destina”. Para nosotros el nombre corriente para aspecto y apariencia de algo es “imagen”. La esencia de la imagen es: dejar ver algo. En cambio, las copias y reproducciones son ya degeneraciones de la imagen propia, que deja ver el aspecto de lo invisible y de este modo lo mete en la imagen de algo extraño a él. Como el poetizar toma aquella medida misteriosa, a saber a la vista del cielo, por esto habla en “imágenes” (Bildern). Por esto las imágenes poéticas son imaginaciones (Ein-Bildungen), en un sentido especial: no meras fantasías e ilusiones sino imaginaciones (resultado de meter algo en imágenes), incrustaciones en las que se puede avistar lo extraño en el aspecto de lo familiar. El decir poético de las imágenes coliga en Uno claridad y resonancia de los fenómenos del cielo junto con la oscuridad y el SILENCIO de lo extraño. Por medio de estos aspectos extraña el dios. En el extrañamiento da noticia de su incesante cercanía. Por esto Hölderlin  , en el poema, después de los versos “Lleno de méritos, sin embargo, poéticamente vive el hombre sobre la tierra” puede continuar así: “… Pero más pura no es la sombra de la noche con las estrellas, si yo pudiera decir esto, como el hombre que se llama una imagen de la divinidad.” Heideggeriana: HomemHabita  

La pregunta de Zaratustra sólo conserva su peso si la palabra indeterminada “vida” la entendemos en el sentido de “voluntad de poder”. Zaratustra pregunta: ¿corresponde mi voluntad a la voluntad que, como voluntad de poder, domina la totalidad del ente? Sus animales averiguan la esencia de Zaratustra. El se pregunta a sí mismo si él es aún, es decir si es ya aquel que propiamente es. En una ; nota a Así hablaba Zaratustra, procedente de los escritos póstumos (XIV, 279), se dice: “”¿Tengo tiempo para esperar a mis animales? Si son mis animales, sabrán encontrarme”. El SILENCIO de Zaratustra. “ Heideggeriana: NietzscheZaratustra  

La relación del hombre con el lenguaje sufre una transformación cuyo alcance todavía no medimos. Y no es posible detener inmediatamente el curso de esta transformación que, además, progresa en el mayor SILENCIO. Heideggeriana: HebelAmigo  

Entonces de mi mano se escapó — Y nunca el tesoro mi país ganó… Ya en la mano, la delicada y rica joya no llega al ser de una cosa, no se hace tesoro, esto es, posesión poéticamente asegurada del país. El poeta guarda SILENCIO sobre la joya que no pudo llegar a ser joya de su país, pero que, pese a todo, le brindó una experiencia con el habla; la oportunidad de aprender la renuncia, en cuya abnegación se le declara al poeta la relación entre cosa y palabra. La “joya rica y delicada” es diferenciada respecto al “sueño o prodigio de la lejanía”. Si el poema es la expresión poética del propio camino poético de Stefan George, podemos suponer que la joya en la que piensa es la abundancia sensitiva de la simplicidad que llega al poeta en sus tiempos tardíos como lo que necesita y acuerda ser dicho. El poema mismo, un logrado canto lírico del habla, atestigua que ha aprendido la renuncia. Heideggeriana: EssenciaLinguagem  

Para oír de nuevo la voz de la experiencia poética con la palabra de Stefan George, aunque en clave distinta, leeré, para terminar, un poema de dos estrofas de los Poemas estáticos de Gottfried Benn (pág. 36). El tono de este poema es más tenso y a la vez más vehemente, porque está más abandonado y al mismo tiempo resuelto al extremo. El poema está encabezado por una característica modificación del título, presumiblemente buscada: Una palabra: Una palabra, una frase — : Ascienden de las cifras — vida reconocida, súbito sentido, — el sol inmóvil, guardan SILENCIO las esferas — y hacia ella todo toma cuerpo. — Una palabra — un fulgor, un vuelo, un fuego, — una llamarada, una ráfaga estelar — , — y de nuevo oscuridad inmensa, — en el espacio vacío alrededor de mundo y yo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Los que “oímos los unos de los otros” — éstos son los hombres y los dioses. El canto es la celebración del advenimiento de los dioses — en este advenimiento todo se torna SILENCIO. El canto no es lo opuesto al diálogo, sino la más íntima afinidad con él; pues también el canto es habla. En la estrofa precedente, la séptima, dice Hölderlin: Ley del destino es que todos se conozcan, — Que, cuando retorna el SILENCIO, haya también un habla. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

El tiempo temporaliza. Temporalizar significa: madurar, dejar crecer y eclosionar. Lo que viene a tiempo (das Zeitige) es lo eclosionado en la eclosión. ¿Qué temporaliza el tiempo? Respuesta: lo que viene simultáneamente a tiempo, lo con-temporáneo (das Gleich  -Zeitige), o sea, aquello que, del mismo modo unido, eclosiona con su tiempo. ¿Y qué es esto? Lo conocemos desde tiempo, sólo que no lo pensamos desde el punto de vista de la temporalización (Zeitigung  ). Lo con-temporáneo del tiempo es: el haber sido (Gewesenheit  ), la presencia (Anwesenhelt) y lo que guarda encuentro (Gegen-Wart  ) y que, de costumbre, se denomina futuro. Al temporalizar, el tiempo nos retrae a su triple simultaneidad, aportándonos con ello lo eclosionador de lo contemporáneo, la igualdad unida de haber sido, presencia y lo que guarda encuentro. Al retraer y aportar el tiempo en-camina lo que lo con-temporáneo espacializa: el espacio temporal   (Zeit-Raum  ). El tiempo mismo, en la totalidad de su esencia, no se mueve; reposa en SILENCIO. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Lo mismo puede decirse del espacio que espacializa, que da espacio a las localidades y los lugares: los libera a la vez que los entrega a ellos y asume lo con-temporáneo como tiempo espacial (Raum-Zeit). El espacio mismo, en la totalidad de su esencia. No se mueve, reposa en SILENCIO. El retraer y el aportar del tiempo y el espacializar del espacio — dejando entrar y dejando salir pertenecen juntos a lo Mismo. al juego del SILENCIO. acerca de lo cual no es posible meditar ahora. Lo Mismo, aquello que mantiene recogido en su esencia al tiempo-espacio. puede llamarse der Zeit-Spiel  -Raum. el Espacio (de) Juego (del) Tiempo. Lo Mismo del Espacio (de) Juego (del) Tiempo. Temporalizando-espacializando. En-camina el en-frente-mutuo de unas y otras de las cuatro regiones del mundo: tierra y cielo. dios y hombre — el juego del mundo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

La puesta en camino del en-frente-mutuo en la Cuaternidad de mundo hace advenir proximidad. es la proximidad en tanto que Nahnis ¿Debería acaso la misma puesta-en-camino llamarse el advenimiento apropiador del SILENCIO? Ahora bien esto que se acaba de indicar — ¿dice todavía algo de la esencia del habla? Ciertamente, e incluso en el sentido de lo que han intentado las tres conferencias: llevarnos ante la posibilidad de hacer una experiencia con el habla y esto de tal modo. que en lo venidero nuestra relación con el habla venga a ser lo digno de pensar. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

A la invocación SILENCIOsa del recogimiento según el cual el Decir en-camina la relación del mundo, la llamamos el son del SILENCIO. Es: el habla de la esencia. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Romper quiere decir aquí: la palabra resonante regresa a lo insonoro. allá desde donde ella es concebida: al son del SILENCIO que. en tanto que Decir. En-camina a su proximidad las regiones de la Cuaternidad del mundo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Pensemos, desde este lugar y por un instante, acerca de lo que pregunta Hölderlin en su elegía Pan y Vino (estrofa VI): ¿Por qué son SILENCIO también ellos. los antiguos sagrados teatros? ¿Por qué, pues, no se alegra la consagrada danza? A la sede donde antaño los Dioses hacían su aparición le es retenida la palabra; la palabra tal como ya fue una vez palabra. ¿Cómo fue entonces? En el decir mismo tenía lugar la aproximación del Dios. El decir era en sí un dejar aparecer de aquello que entreveían los dicientes. pues ellos mismos habían sido contemplados con anterioridad por la mirada de eso entrevisto. Esta mirada conducía a los dicientes y a los oyentes a la in-finita intimidad de la contienda entre los hombres y los dioses. Mas, en esta contienda rige lo que se halla aún por encima de los dioses y los hombres; como dice Antígona: No fue. pues. Zeus quien me dio el mensaje (sino Otra cosa. aquella rectora usanza). No desde hoy ni desde ayer sino desde siempre y siempre. Asciende (Aufgehet) (ò nomos  : la usanza rectora. Brauch) y nadie ha alzado la mirada hacia la sede desde donde accedió a la luz. Heideggeriana: Palavra1958  

Una palabra poética de este rango. cuyo decir retornó al SILENCIO hace tiempo. es enigmática. ¿Es lícito atreverse a una reflexión que se proponga pensar este enigma? Nos atrevemos ya bastante si, para comenzar, nos dejamos decir el enigma de la palabra por medio de la poesía misma; ahora, en un poema con el título: La Palabra: Sueño o prodigio de la lejanía Al borde de mi país traía Esperando a que la Norna antigua En su fuente el nombre hallara — Después denso y fuerte lo pude asir Ahora florece y por la región reluce… Un día llegué de viaje feliz Con joya delicada y rica Buscó largamente e hízome saber: “Sobre el profundo fondo nada así descansa”. Entonces de mi mano se escapó Y nunca el tesoro mi país ganó… Así aprendí triste la renuncia: Ninguna cosa sea donde falta la palabra. Heideggeriana: Palavra1958

Ya las llamadas que han venido produciéndose hasta hace bien poco en el sentido de que hay que dominar el curso de la técnica, de que hay que ponerlo bajo control, testifican de forma bien clara que lo que aquí se expresa es el temor de que en la técnica moderna pudiese hablar una pretensión cuya imposición el hombre ni podría contenerla ni mucho menos abarcarla en conjunto y dominarla. Pero mientras tanto (y esto es sobre todo lo significativo) esas llamadas enmudecen poco a poco; lo que de ningún modo quiere decir que el hombre se haya hecho ahora con las riendas del curso de la técnica. Antes el SILENCIO delata que el hombre, frente a la pretensión de poder de la técnica se ve empujado al desconcierto y a la impotencia, es decir, a la necesidad de tener que aceptar y afirmar, sea de forma expresa o inexpresa, lo incontenible de la dominación de la técnica. Pero si en tal afirmación o aceptación de lo ineludible uno se atiene enteramente al contenido de la habitual representación instrumental de la técnica, entonces ello no puede tener otra interpretación que la siguiente: que se está asintiendo a la dominación ejercida por un proceso que se limita a suministrar constantemente medios sin reparar en ningún momento en ninguna posición de fines. Heideggeriana: LinguagemTecnica

Pero hablar es propiamente decir. Alguien habla sin parar y su hablar no dice nada. En cambio, un SILENCIO puede ser muy elocuente. Pero, ¿qué significa “decir”? Lo averiguamos y hacemos experiencia de ello cuando prestamos atención a lo que nuestra propia lengua nos da a pensar con esa palabra … “Decir” trae su origen de “deik”, que vale tanto como “mostrar”. Y ¿qué significa “mostrar”? Significa: hacer ver o hacer escuchar algo, hacer que algo se deje ver, se ofrezca a la vista, aparezca. Lo no dicho es lo todavía no mostrado, lo que todavía no ha llegado a aparecer. Mediante el decir viene a aparecer lo presente, en su “que es presente” y en su modo de serlo; pero en el decir viene también a aparecer lo ausente como ausente. Ahora bien, el hombre sólo puede decir, esto es, mostrar, esto es, dejar aparecer, aquello que se muestra a sí mismo, que se muestra desde sí, se descubre, se da ello solo a decir. Heideggeriana: LinguagemTecnica

Antes que nada, lo primero que ofrece el no-ocultamiento es el camino por el que el pensar persigue lo único y lo recibe: hopos estin… einai  : que lo presente esté presente. La Lichtung   ofrece, ante todo, la posibilidad del camino hacia la presencia y, también, la posibilidad de su estar presente. Hemos de pensar la aletheia  . el no-ocultamiento, como la Lichtung que permite al Ser y al pensar el estar presente el uno en y para el otro. El tranquilo corazón de la Lichtung es el lugar del SILENCIO, en el que se da la posibilidad del acuerdo entre Ser y pensar, es decir, la presencia y su recepción. Heideggeriana: TarefaPensar

SPIEGEL  : Hace aproximadamente dos años, en una conversación con un monje budista, habló Vd. de “un método de pensamiento completamente nuevo, que sólo sería practicable por pocos hombres”. ¿Quería Vd. dar a entender con ello que sólo muy poca gente puede tener las intuiciones que, a su modo de ver, son posibles y necesarias? HEIDEGGER: “Tener” en el sentido absolutamente original de que pueden, de alguna forma, expresarlas. SPIEGEL: Sí, pero transmitirlas para su realización es algo que, en ese diálogo con el budista, no ha expuesto con claridad. HEIDEGGER: No puedo hacerlo. No sé nada de cómo este pensar “actúa”. Puede ser que hoy el camino del pensamiento conduzca al SILENCIO, para preservarlo de que, al cabo de un año, sea malvendido. Puede que se necesiten trescientos años para que “actúe”. SPIEGEL: Lo comprendemos muy bien. Pero como no vamos a vivir dentro de trescientos años, sino que vivimos aquí y ahora, el SILENCIO nos está vedado. Nosotros, políticos, semipolíticos, ciudadanos, periodistas, etc., tenemos inexcusablemente que tomar decisiones. Con el sistema en el que vivimos tenemos que organizarnos, que intentar cambiarlo, tenemos que atisbar la angosta puerta de las reformas, la todavía más angosta puerta de la revolución. Esperamos ayuda de los filósofos, naturalmente una ayuda indirecta, mediante rodeos. Y entonces oímos: no puedo ayudaros. HEIDEGGER: Yo tampoco. SPIEGEL: Lo cual tiene que descorazonar a los no filósofos. HEIDEGGER: No puedo, porque las cuestiones son tan difíciles que iría contra el sentido que la tarea del pensamiento tiene presentarse inmediatamente en público a predicar y repartir censuras morales. Quizá haya que aventurarse a decir: al misterio del poder planetario de la esencia impensada de la técnica corresponde la provisionalidad y la modestia del pensamiento que intenta meditar sobre eso que permanece impensado. Heideggeriana: DerSpiegel  

Son siete versos. Los publicó por primera vez Friedrich Beissner en 1951 en la segunda mitad del segundo tomo de la edición hölderliniana de Stuttgart (p. 646). El texto dice así: Pero porque están tan cerca los dioses presentes — debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las nubes — debe estarme su nombre; sólo que, antes que la mañana — se me ilumine, antes que la vida arda al mediodía, — me los nombro yo en SILENCIO, para que el poeta tenga — su haber, pero cuando desciende la luz celeste — me gusta pensar en la del pasado, y digo: ¡florece sin embargo! Heideggeriana: Poema1968

¿Hacia dónde se encuentra el poeta obligado? — Pero porque están tan cerca los dioses presentes — debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las nubes — debe estarme su nombre; sólo … — … — me los nombro yo en SILENCIO … El poeta se ve “obligado” a un decir que “solamente” es un nombrar en SILENCIO. El nombre en que habla ese nombrar debe ser oscuro. Heideggeriana: Poema1968

El lugar desde el que debe nombrar el poeta a los dioses, debe ser de tal modo que los que han de ser nombrados en la presencia de su venida le estén lejanos, y así precisamente sigan siendo los que vienen. Para que esa lejanía se abra como lejanía, debe el poeta retrotraerse de la cercanía de los dioses que le apremia y “nombrarles sólo en SILENCIO”. Heideggeriana: Poema1968

Hölderlin confiesa: … sólo que, antes que la mañana — se me ilumine, antes que la vida arda al mediodía — me los nombro yo en SILENCIO … Heideggeriana: Poema1968

El poeta se nombra “en SILENCIO” “los dioses presentes”. “En SILENCIO” significa: acallado, llegado al reposo, a ese reposo en que reposa el ajustarse a lo asignado, en cuanto que corresponde a la sagrada obligación y con ello se contenta. En el cántico de Hölderlin Fiesta de la paz vuelve a hablar una vez y otra la palabra “en SILENCIO”. Heideggeriana: Poema1968

La determinación temporal “antes” significa ese “antes del tiempo” al que los poetas están lanzados por delante con su decir nombrador. “sólo … — me los nombro yo en SILENCIO” — el “me” podría referirse al Yo de la persona   de Hölderlin, si no siguieran, excluyéndolo directamente, estas palabras en el mismo verso: … para que el poeta tenga — su haber … Heideggeriana: Poema1968

Al poeta le está asignado durar tenazmente en el decir de la palabra del advenimiento: “para que tenga su — haber”. El acento no está puesto sólo en la palabra “lo suyo”, “su haber”, sino igual y aún más en el “haber”, palabra que está destacada en el comienzo de la siguiente línea. Se trata de llevar a plenitud el auténtico haber de lo propio. Se trata de “mantener la carga”. Se trata de prevalecer y durar en la necesidad del decir nombrador del advenimiento. Se trata de llevar “en SILENCIO” ese nombrar. Heideggeriana: Poema1968

La oda titulada Animación, acabada por el poeta a comienzos del año 1801, empieza con una llamada: “ ¡Eco del cielo!” Ese eco es el poema de Hölderlin. Pero porque están tan cerca los dioses presentes — debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las nubes — debe estarme su nombre, sólo que, antes que la mañana — se me ilumine, antes que la vida arda al mediodía — me los nombro yo en SILENCIO, para que el poeta tenga — su haber, pero cuando desciende la luz celeste — me gusta pensar en la del pasado y digo: ¡florece sin embargo! Heideggeriana: Poema1968

P. Digamos las cosas francamente. Muchos estudiantes abren sus libros con la impresión de encontrarse frente a un pensamiento tan difícil y tan inhabitual que les parece a veces que allí se examinan ciertos problemas en el sentido inverso de la enseñanza tradicional. Usted guarda SILENCIO desde hace tiempo. Solo ante sus libros, ¿no cree que el estudiante puede encontrarse desamparado? Heidegger: Desgraciadamente, sí. ¿Pero, qué hacer? Existe también el problema de las traducciones. ¿Cómo controlarlas? Las traducciones japonesas he acabado por renunciar a seguirlas. En cuanto a los estudiantes, muy frecuentemente, no hacen sino tomar los conocimientos de allí y de acá. ¿Pero, pueden hacer algo muy diferente en la universidad de hoy? P. No dicta más cursos. No dirige más seminarios. Sólo quedan sus libros. Heidegger: Lo que más falta me hace es el diálogo con una docena de estudiantes en los seminarios. Solamente entonces se puede ‘hacer ver’, mostrar lo que es importante en la filosofía. P. ¿Esto le parece esencial? Heidegger: Creo que no se practica mucho en Francia esta manera de trabajar: un diálogo seguido para inducir, mediante el intercambio, a todos los participantes a hacer frente a la cuestión filosófica. Observe que en estos seminarios había los ciegos, los que no lo lograban. Eran quienes más hablaban. Yo les decía: ‘¿Pero qué es lo que nos quieren decir?’. Entonces se iban a otra parte y no volvían más. Hoy se habla demasiado. Se habla tanto que cuando alguien trata de pensar, se lo señala con el dedo y se dice de él: ‘Está sumido en la abstracción’. P. ¿Ha seguido el movimiento mundial de los estudiantes y la puesta en cuestión de la universidad? Heidegger: Estos problemas de la Universidad, en 1929 ya los había enfrentado en ‘¿Qué es la metafísica?’. Los estudiantes hoy en día se rebelan. Eso está bien. ¿Pero, saben realmente lo que quieren? Lo que he aprendido, después de largo tiempo, es que la Universidad se ha convertido en un simple liceo, en una escuela. No permite ningún aprendizaje, no permite sino una acumulación de conocimientos. La vieja universidad está muerta, ha sido sin duda una muerte necesaria. Heideggeriana: Towarnicki