ser y pensar

Como caracterización de la esencia de toda metafísica podemos, pues, acuñar el título: ser y pensar o, más claramente: entidad y pensar, formulación en la que se expresa que el ser es comprendido siguiendo el hilo conductor del pensar, partiendo del ente y en dirección a él como lo “más universal” suyo, y donde por pensar se entiende el decir enunciativo. Este pensar del ente en el sentido del fései y techne on, de lo que presencia surgiendo desde sí y de lo que presencia habiendo sido producido, queda como hilo conductor para el pensar filosófico del ser como entidad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

El título ser y pensar es también válido para la metafísica irracional, a la que se llama así porque lleva el racionalismo a su extremo, siendo la que menos se libera de él, del mismo modo en que todo ateísmo tiene que ocuparse de Dios más que el teísmo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Nosotros, hombres de hoy, y algunas generaciones antes de nosotros, hace tiempo que hemos olvidado este ámbito del desocultamiento del ente y sin embargo recurrimos constantemente a él. Opinamos que un ente se vuelve accesible por el hecho de que un yo, en cuanto sujeto, representa un objeto. ¡Como si para ello no tuviera que imperar previamente una dimensión abierta, dentro de cuya apertura pueda volverse accesible algo como objeto para un sujeto y pueda la accesibilidad misma ser recorrida como algo experimentable! Los griegos, en cambio, aunque de modo suficientemente indeterminado, sabían de este desocultamiento, entrando en el cual el ente presencia y que de cierto modo lleva a éste consigo. A pesar de todo lo que se ha acumulado desde entonces entre los griegos y nosotros en cuanto a interpretación metafísica del ente, podemos recordar este ámbito de desocultamiento y experimentarlo como aquello en lo que reside nuestro ser hombre. Es posible atender de modo suficiente al desocultamiento sin que volvamos a ser y pensar de modo griego. Por demorarse en el ámbito de lo desoculto el hombre pertenece a un entorno fijo formado por lo que le es presente. Por la pertenencia a este entorno se asume al mismo tiempo un límite frente a lo no presente. Aquí, por lo tanto, el sí mismo del hombre queda determinado como el respectivo “yo” por la limitación a lo desoculto que lo rodea. La limitada pertenencia al entorno de lo desoculto contribuye a constituir el ser sí mismo del hombre. El hombre se convierte en ego por la limitación, y no por un volverse ilimitado en el modo de que el yo que se representa a sí mismo se eleve previamente a medida y centro de todo el ente. “Yo” es para los griegos el nombre para el hombre que se inserta en esta limitación y de ese modo, cabe sí, es él mismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Por ello, el proceso fundamental en el que se mueven todas las posiciones fundamentales y las sentencias conductoras de los diferentes estadios de la metafísica occidental puede apresarse, recurriendo a una fórmula, en el título: ser y pensar. Heideggeriana: VontadePoder Apéndices

La guía para la interpretación del ser del ente reza, también ahora: ser y pensar. Pero el uso recto del entendimiento reposa en el hecho de que el pensar, como representar que pone y juzga, como posición y proposición se determina desde la apercepción trascendental y sigue relacionado con la afección por medio de los sentidos. El pensar está sumergido en la subjetividad afectada por la sensibilidad, es decir, en la subjetividad finita del hombre. “Yo pienso” significa: enlazo una multiplicidad dada y sensible de representaciones desde la previa visión de la unidad de la apercepción, que se articula en la pluralidad delimitada de los conceptos puros del entendimiento, es decir, las categorías. Heideggeriana: KantSer Apéndices

Puesto que el ser no es predicado real, pero es, sin embargo, predicado, en consecuencia, atribuido al objeto, pero no es inferible del contenido quidditativo (Sachgehalt) del objeto, los predicados de ser de la modalidad no pueden surgir del objeto, más bien, como modos de la posición, han de tener su origen en la subjetividad. La posición y sus modalidades de existencia se determinan desde el pensar. Tácitamente vibra en la tesis de Kant sobre el ser, el lema: ser y pensar. Heideggeriana: KantSer Apéndices

Puesto que con ayuda de estos conceptos se determina la relación de reflexión, se llaman conceptos de reflexión. Sin embargo, el modo por el que se determinan los conceptos de reflexión, es él mismo, una reflexión. La máxima determinación del ser como posición se cumple, para Kant, en una reflexión sobre la reflexión – en consecuencia en un modo eminente del pensar. Este estado de la cuestión, acrece el derecho a poner la meditación de Kant sobre el ser, bajo el título, ser y pensar. El título parece hablar unívocamente. Sin embargo, en él se oculta lo oscuro. Heideggeriana: KantSer Apéndices

El acceso a la subjetividad es la reflexión. En tanto la reflexión, como reflexión trascendental, no se orienta directamente al objeto, sino a la relación de la objetividad del objeto con la subjetividad del sujeto, por consiguiente, en tanto el tema de la reflexión es ya por su parte en cuanto tal relación, una retroferencia al yo pensante, la reflexión por la que Kant aclara y localiza el ser como posición se muestra como una reflexión sobre la reflexión, como un pensar del pensar referido a la percepción. El lema para la interpretación Kantiana del ser, mencionada ya varias veces, la expresión ser y pensar, nos habla ahora con más claridad en su más rico contenido. Sin embargo, ese lema conductor sigue siendo oscuro en su sentido normativo. Pues en su expresión formal se oculta una ambigüedad, que requiere ser meditada, si es que el título Ser y Pensar caracteriza no sólo la interpretación kantiana del ser, sino que designa también el rasgo fundamental que da forma a toda la marcha de la historia de la filosofía. Heideggeriana: KantSer Apéndices

La relación entre pensar y ser es la mismidad, la identidad. El lema orientador “Ser y Pensar” dice: ser y pensar son idénticos. Como si estuviera decidido lo que significa idéntico, como si el sentido de identidad estuviese a mano, y por cierto justamente en este señalado caso, respecto de la relación entre ser y pensar. Ambos, evidentemente, no son en nada comparables a cosas u objetos, con los que siempre se podría contar tranquilamente. En ningún caso “idéntico” significa tanto como “igual”. Ser y pensar: en esta “y” se oculta lo digno de ser pensado, tanto en la filosofía anterior como en el pensar actual. Heideggeriana: KantSer Apéndices

El pensar como reflexión de la reflexión mienta, al contrario el proceso por el cual, así como el instrumento y órganon con el cual se interpreta el ser visto en el horizonte de la posicionalidad. Pensar como reflexión, mienta el horizonte; pensar como reflexión de la reflexión, mienta el órganon de la interpretación del ser del ente. En el lema conductor “ser y pensar”, el pensar sigue siendo ambiguo en el sentido esencial señalado, y lo es a través de toda la historia del pensar occidental. Heideggeriana: KantSer Apéndices

a) La relación entre ser y pensar y la cuestión del ser se pertenecen recíprocamente. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices

Aun cuando la relación de ser y pensar – o de ser y hombre – no es expresamente dilucidada en la conferencia, es menester afirmar que pertenece esencialmente a cada paso de la cuestión del ser. Conviene al respecto tener en cuenta un doble papel del pensar. El pensar que pertenece esencialmente a la apertura del ser es por de pronto el pensar que vale como rasgo característico del hombre. Desde Ser y tiempo, puede ser denominado el pensar que comprende. Por otra parte, el pensar es el pensar que interpreta, el pensar, por tanto, que piensa la relación de ser y pensar y la cuestión del ser en general. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices

La diferencia a propósito de la determinación del ser se estableció en los dos puntos siguientes: 1. Aquello desde donde determina para Hegel el ser en su verdad, está para la filosofía fuera de cuestión, y ello, ciertamente, porque la identidad de ser y pensar es realmente para Hegel una igualdad. Por tanto, no se llega, ni puede llegarse, en Hegel a ninguna cuestión del ser. 2. Partiendo de la conferencia, en la que se muestra que el ser es a-propiado en la a-propiación del acaecimiento apropiador, pudiera intentarse comparar a éste, como lo último y supremo, con lo Absoluto de Hegel. Mas entonces, tras esta apariencia de identidad, se debiera antes preguntar: ¿cómo se comporta, en Hegel, el hombre con lo Absoluto? Y: ¿De qué tipo es la relación del hombre con el acaecimiento apropiador? Se mostraría al respecto una diferencia infranqueable. En la medida en que para Hegel el hombre es el lugar del ad-venir-a-sí-mismo de lo Absoluto, esto conduce a la cancelación de la finitud del hombre. En Heidegger, por el contrario, se torna precisamente visible de suyo la finitud – y ciertamente no sólo la del hombre, sino la del acaecimiento apropiador-. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices

La discusión sobre Hegel dio ocasión de volver a aludir a la pregunta de si la entrada en el acaecimiento apropiador significa el fin de la historia del ser. Ahí parece hallarse una analogía con Hegel, a la que hay que ver, empero, sobre el trasfondo de la diferencia fundamental. La tesis de que sólo puede hablarse de un final de la historia allí donde domina – como es el caso de Hegel – una efectiva identificación de ser y pensar, es una tesis cuya legitimidad resta por demostrar. En todo caso el fin de la historia del ser en el sentido de Heidegger es algo distinto. El acaecimiento apropiador alberga posibilidades de desocultamiento que el pensar no puede agotar, y en este sentido no cabe ciertamente decir que con la entrada del pensar en el acaecimiento apropiador “se pone freno” a las destinaciones. Mas resta, empero, por meditar si tras esa entrada puede hablarse todavía de ser y, por ende, de historia del ser, siempre que ésta sea entendida como historia de las destinaciones, en las que se oculta el acaecimiento apropiador. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices