ser quiere decir

¿Pero qué perspectiva se abre aquí? Pensar al encuentro de la necesidad extrema del ser quiere decir, en efecto: dejarse involucrar en el peligro de la aniquilación de su esencia y, por lo tanto, pensar algo peligroso. Así, la marcha de la reflexión habría llegado por fortuna a ese “pensar peligrosamente” que lanza al mundo humano, ya suficientemente confundido, a la aventura y lo que carece de sustento. El enaltecimiento del peligro y el abuso de la violencia, ¿no se impulsan uno a otro recíprocamente? La frecuentemente repetida expresión de Nietzsche “vivir peligrosamente” pertenece al ámbito de la metafísica de la voluntad de poder y exige el nihilismo activo, al que ahora hay que pensar como el dominio incondicionado de la inesencia del nihilismo. Pero no es lo mismo el peligro en cuanto riesgo de ejercicio incondicionado de la violencia y el peligro en cuanto amenaza de la aniquilación de la esencia del hombre, proveniente del permanecer fuera del ser mismo. No obstante, el no pensar en el permanecer fuera de la necesidad de ser mismo que acontece como metafísica es la ofuscación frente a la falta de necesidad como necesidad esencial del hombre. Esta ofuscación proviene de la inconfesada angustia ante la angustia, que experimenta como terror el permanecer fuera del ser mismo. Heideggeriana: NiilismoSer

Sin darse cuenta suficientemente, Nietzsche está de acuerdo con Descartes en que ser quiere decir “representatividad”, fijación en el pensar, y que verdad quiere decir “certeza”. En este respecto, Nietzsche piensa de manera totalmente moderna. No obstante, cree dirigirse en contra de Descartes al poner en tela de juicio que su proposición sea una certeza inmediata, es decir una certeza conquistada y asegurada por medio de una mera toma de conocimiento. Nietzsche dice que la búsqueda cartesiana de una certeza inquebrantable es una “voluntad de verdad”: “”Voluntad de verdad” como “no quiero ser engañado” o “no quiero engañar” o “quiero convencerme y afirmarme”, como formas de la voluntad de poder” (XIV, 2a. mitad, n. 160). Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Cómo debemos entender esto? En el fondo ya se ha respondido. Para ver claro, simplemente no debemos cejar en el esfuerzo de pensar todos los enunciados griegos acerca del ente y del ser de modo verdaderamente griego, en la medida en que esto nos sea posible desde un repensar ulterior. Para los griegos (Platón y Aristóteles), ser quiere decir ousia: presencia de lo consistente en lo desoculto; ousia es una interpretación transformada de lo que inicialmente se llama physis. te physei, visto desde el ser mismo, es decir, ahora, visto desde la presencia de lo consistente en lo desoculto, el ser igual, la igualdad, por ejemplo, es proteron, pre-cedente respecto de las cosas que son iguales. El ser igual presencia ya en lo desoculto, la igualdad “es”, antes de que en nuestra percepción captemos expresamente, observemos y hasta pensemos las cosas iguales como iguales. En nuestro relacionarnos con cosas iguales, el ser igual ya ha entrado previamente en la visión. El ser igual, en cuanto ser, es decir, en cuanto presencia en lo desoculto, es lo que está esencialmente en la visión, de manera tal que sólo él lleva consigo y mantiene abierta la “visión” y lo “abierto”, concediendo la visibilidad de los entes iguales. Por ello Platón dice que el ser, en cuanto presencia en lo desoculto, es idea, visualidad. Porque el ser es presencia de lo consistente en lo desoculto, Platón puede interpretar el ser, la ousia (entidad), como idea. “Idea” no es el nombre que designa las “representaciones” que tenemos en la conciencia como yo-sujetos. Esto está pensado de modo moderno y además, de manera tal que lo moderno resulta banalizado y deformado. idea es el nombre que designa al ser mismo. Las “ideas” son proteron te physei, lo precedente en cuanto presenciar. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La interpretación del ser como idea insta inmediatamente a comparar la captación del ente con el ver. Los griegos, sobre todo desde la época de Platón, comprendían efectivamente al conocer como una especie de ver y de mirar, lo que se manifiesta en la aún hoy usual expresión de lo “teórico”, donde resuenan thea, la mirada, y oran, ver (teatro, espectáculo). Se pretende ofrecer una explicación más profunda de este hecho afirmando que los griegos tenían una especial predisposición óptica, que eran de “tipo visual”. Que esta apreciada explicación no es explicación alguna se ve con facilidad. Se trata de explicar por qué los griegos elucidan la referencia al ente recurriendo al ver. Pero esto sólo puede tener su razón suficiente en la interpretación del ser que es dominante para los griegos. Porque ser quiere decir: presencia y consistencia, el “ver” resulta preferentemente apropiado para servir de aclaración para la captación de lo presente y consistente. En efecto, en el ver tenemos a lo captado “enfrente” en un sentido destacado, suponiendo que a nuestro ver no subyazca ya una interpretación del ente. Los griegos no han ilustrado la relación con el ente por medio del ver porque eran de “tipo visual” sino que, si se quiere emplear esa expresión, eran de “tipo visual” porque experimentaban el ser del ente como presencia y consistencia. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

1. El Dasein es aquel ente que es caracterizado como ser-en-el-mundo. La vida humana no es un cierto sujeto que tenga que realizar algún artilugio para ingresar en el mundo. Dasein como ser-en-el-mundo significa: ser en el mundo de modo tal que este ser quiere decir: ir de trato (umgehen) con el mundo; perdurar (verweilen) donde (bei) él en el modo del llevar a cabo, el poner en obra, el despachar, pero también (en el modo) de la contemplación, la interrogación, el determinar que contempla y compara. El ser-en-el-mundo está caracterizado como procurar (Besorgen). Heideggeriana: BZ

Pero la multiplicidad regional es sólo un respecto con arreglo al cual tiene que ser universalizado desde un comienzo el problema del ser. Acabamos de escuchar, a propósito de la elucidación de la significación de ousía, que ser quiere decir también hecho-de-ser en general y ser-qué. Esta articulación del ser se admite desde la antigüedad. Se trabaja con ella como con algo de suyo comprensible, sin preguntar jamás: ¿dónde reside la interna posibilidad de esta articulación de la idea del ser en general, dónde está su origen? ¿Por qué un algo cualquiera, que es, sea lo que fuere según su contenido, está determinado en cada caso por un ser-qué y un posible hecho-de-ser? Pues también el algo formal, del cual decimos que no muestra ningún contenido determinado, se caracteriza precisamente por el hecho de que le falta un contenido determinado. (No ha entrarse aquí en el problema de lo formal.) Heideggeriana: TranscendenciaST

La metontología sólo es posible sobre la base y en la perspectiva de la problemática ontológica radical, y en unión con ésta; precisamente la radicalización de la ontología fundamental propulsa la mencionada reversión de la ontología desde ésta misma. Lo que aquí aparentemente separamos por medio de “disciplinas”, proveyéndolo de títulos, es algo uno — ¡así como la diferencia ontológica es una o uno el fenómeno primordial de la existencia humana! Pensar el ser como ser del ente y aprehender radical y universalmente el problema del ser quiere decir, a la vez, hacer tema del ente, a la luz de la ontología, en su totalidad. Heideggeriana: TranscendenciaST

“Vida” es, sin embargo, el término que designa al ser, y ser quiere decir: presenciar, resistir a desaparecer y desvanecerse, consistir, consistencia. Si, por lo tanto, la vida es ese caótico vivir corporal y ese sobrepujarse en medio del acoso (umdrängtes Sichüberdrängen), si debe ser lo propiamente ente, entonces a lo viviente tiene que importarle al mismo tiempo y con igual originariedad resistir al impulso (Drang) y al sobrepujamiento (Überdrang), suponiendo claro que este impulso no impulsa a la mera aniquilación. Esto no puede suceder porque entonces el impulso se expulsaría a sí mismo y de ese modo tampoco podría jamás ser un impulso. Por ello, en la esencia del impulso que se sobrepuja se encuentra algo que le es conforme, es decir algo impulsivo, que lo impulsa a no sucumbir al embate (Andrang) sino a estar erguido en él, aunque más no sea para poder ser pasible de impulso (bedrängbar) y poder ser sobrepujándose. Sólo lo que está erguido puede caer. Pero resistir el embate empuja hacia la consistencia y hacia lo que tiene existencia consistente. Lo consistente y el impulso hacia ello no son, por lo tanto, algo ajeno al impulso vital, algo que lo contradice, sino que, por el contrario, corresponden a la esencia de la vida que vive corporalmente: para vivir, lo viviente tiene que, por mor de sí mismo, impulsar hacia algo consistente. Heideggeriana: VontadePoder Apéndices

Para Kant, ser quiere decir: 1. Objetividad (GegenständlichkeitObjektivität) – certeza como representatividad de la experiencia; en lo cual: a) certeza de la síntesis, b) carácter de impresión de la sensación, ambas como realidad (Realität) (cfr. “Los postulados del pensamiento empírico en general”). 2. Realidad efectiva de la libertad – como cosa en sí, es decir, voluntad. 3. Cfr. 1 b. Carácter de impresión de la sensación; influjo (Einwirkung) – eficacia (Wirksamkeit). Considerar si y cómo estas determinaciones del ser son pensadas unitariamente, o bien si la realidad efectiva (cfr. “Los postulados del pensamiento empírico en general”) puede quedar precisamente incuestionada desde un comienzo y cómo, a pesar de ello, es posible que la ontología exista como filosofía trascendental. Heideggeriana: HistoriaSer Apéndices

La essentia del ens en su esse es la presencia. Pero la presencia está presente en el modo de la presentación. Como, mientras tanto, el ens, el subiectum, ha llegado a ser res cogitans, la presentación es, en sí misma y al mismo tiempo, re-presentadora, esto es, representación. Eso que Hegel piensa con la palabra experiencia dice en primer lugar lo que es la res cogitans a modo de subiectum co-agitans. La experiencia es la presentación del sujeto absoluto que se hace presente en la representación y de este modo se absuelve. La experiencia es la subjetidad del sujeto absoluto. La experiencia es, en tanto que presentación de la representación absoluta, la parusía de lo absoluto. La experiencia es la absolutez de lo absoluto, su manifestación en el manifestarse absolvente. Todo depende de pensar la experiencia aquí nombrada como ser de la conciencia. Pero ser quiere decir presencia. La presencia se muestra como manifestación. La manifestación es ahora manifestación del saber. En el ser, en cuya calidad se hace presente la experiencia, reside como carácter de la manifestación el representar en el sentido del presentar. Incluso cuando utiliza la palabra experiencia en su sentido habitual de empíria, Hegel tiene especial cuidado con el momento de la presencia. Entonces entiende bajo experiencia (vid. el prólogo al “Sistema de la Ciencia” en la Fenomenología del Espíritu, ed. Hoffmeister p. 14) “la atención a lo presente como tal”. Hegel no se limita a decir con cautela que la experiencia sea un prestar atención a algo presente, sino también a eso presente en su presencia. Heideggeriana: HegelExperiencia Apéndices

(Ya se ha explicado en el seminario el uso vario, y con todo único, de la palabra “ser”. Para Hegel, ser quiere decir en primer lugar, pero nunca únicamente, la “inmediatez indeterminada”. Aquí, el ser está visto desde la perspectiva de la mediación determinante, es decir, a partir del concepto absoluto, y, por eso mismo, apuntando hacia él. “La verdad del ser es la esencia”, esto es, la reflexión absoluta. La verdad de la esencia es el concepto, en el sentido del saber in-finito que se sabe a sí mismo. El ser es el absoluto pensarse a sí mismo del pensar. Sólo el pensar absoluto es la verdad del ser, “es” ser, y aquí, verdad quiere decir siempre el conocimiento con certeza de sí mismo de lo conocible en cuanto tal.) Heideggeriana: OntoTeoLogia1957 Apéndices

¿Qué es lo que da ocasión a nombrar conjuntamente tiempo y ser? Desde el alba del pensar occidental europeo hasta hoy, ser quiere decir lo mismo que asistir o estar presente. Desde el estar presente, desde la presencia o asistencia, nos habla ese modo verbal, el presente, que, de acuerdo con la representación usual, constituye con el pasado y el futuro la característica del tiempo. El ser es determinado como presencia por el tiempo. Que así sean las cosas pudiera ser ya suficiente para que se suscitase en el pensar una permanente inquietud. Inquietud que sube de punto tan pronto como nos aprestamos a reflexionar en qué medida se da esta determinación del ser por el tiempo. Heideggeriana: TempoYSer Apéndices

Hace años (1947) que en la Carta sobre el humanismo se llamó la atención (p. 32) sobre la mencionada sentencia de Parménides: “El esti gar einai está hoy aún impensado.” Esta indicación quisiera hacer notar que no nos está permitido someter precipitadamente la mencionada sentencia, “Es, pues, el ser”, a una interpretación que nos salga cómodamente al paso y haga inaccesible lo pensado en ella. Todo aquello de lo que digamos que sea, es de acuerdo con esto representado como algo ente. Pero el ser no es nada ente. Por ende, el esti sobre el que se ha cargado el acento en la sentencia de Parménides no puede representar como algo ente al ser, al que nombra. El acentuado esti significa por cierto, literalmente traducido, “es”. Sólo que en esa acentuación resuena desde el esti lo que ya antaño pensaron los griegos en el acentuado esti y que nosotros podemos transcribir por “puede”. En todo caso continúa siendo el sentido de este poder, antaño y posteriormente, tan impensado como el “Se” o “Ello” que puede ser. Poder ser quiere decir dispensar y dar ser. En el esti se oculta o alberga el Se da. Heideggeriana: TempoYSer Apéndices

Historia del ser quiere decir destino del ser, destinaciones del ser en las cuales tanto el destinar como también el Se o Ello que destina se abstienen o contienen en la manifestación de sí mismos. Abstenerse, contenerse, se dice en griego epoche. De ahí el discurso acerca de épocas del destino del ser. Época no quiere decir aquí una sección temporal en el acontecer, sino el rasgo fundamental del destinar, el retener-se-a-sí-mismo en cada caso a favor de la perceptibilidad del don, es decir, del ser por referencia a la fundamentación de lo ente. La sucesión de las épocas en el destino del ser ni es casual, ni se deja calcular como necesaria. En el destino se anuncia, sin embargo, lo “destinal” en el destino, lo pertinente en la copertenencia de las épocas. Éstas se recubren en su sucesión, de modo que la destinación inicial del ser como presencia es de distinta manera más y más encubierta. Heideggeriana: TempoYSer Apéndices

Primero se dijo sin rodeos: “Desde el alba del pensar occidental europeo hasta hoy, ser quiere decir lo mismo que asistir o estar presente.” ¿Qué sucede con este enunciado? Si ser quiere decir algo así como estar presente, ¿lo quiere decir de una manera exclusiva o en todo caso con una prioridad tal que puedan ser pasadas por alto sus otras determinaciones? ¿Es la determinación del ser como estar presente, que únicamente aparece en esta conferencia, un resultado obtenido tan sólo desde el propósito de ella, que intenta pensar conjuntamente ser y tiempo? ¿O es que tiene el estar presente, en la totalidad de las determinaciones del ser, una prioridad “conforme a la cosa”, independiente del propósito de esta conferencia? ¿Qué sucede ante todo con la determinación del ser como fundamento? Estar presente, presencia, habla en todos los conceptos metafísicos del ser, habla en todas las determinaciones del ser. Incluso el fundamento como lo ya preexistente, como lo subyacente, conduce, considerado en sí mismo, al demorar, al durar, al tiempo, al presente. No sólo en las determinaciones griegas del ser, sino también acaso en la “posición” kantiana y en la dialéctica hegeliana como el movimiento de tesis, antítesis y síntesis (por tanto, también aquí de nuevo posicionalidad) habla el presente, se anuncia una primacía del estar presente (cfr. Nietzsche, II, pp. 399 ss., y además Wegmarken (Jalones del camino) (1967), pp. 273 ss., “Kants These über das Sein” (Las tesis de Kant sobre el ser)). Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer Apéndices

¿Qué significa “cuestión del ser”? ¿Frage nach dem Sein? Cuando se dice “ser”, esta palabra se comprende de antemano metafísicamente, es decir a partir de la metafísica. Ahora bien, en la metafísica y su tradición ser quiere decir: lo que determina al ente en cuanto ente; la cuestión del ser significa, pues, metafísicamente: cuestión del ente en cuanto ente; dicho de otro modo: cuestión del fundamento del ente. Heideggeriana: SeminarioThor1969 Apéndices

Tres términos que se alternan marcando las etapas en el camino del pensar: SENTIDO – VERDAD – LUGAR (topos) Si se busca clarificar la cuestión del ser, es necesario aprehender lo que liga y lo que diferencia estas tres formulaciones sucesivas. En primer lugar verdad: Poner de relieve que la expresión “verdad del ser” no tiene ningún sentido si entendemos verdad como exactitud de un enunciado. Por el contrario, verdad es entendida aquí como “estado de desocultamiento (Unverborgenheit), y más precisamente aún, si se sitúa en la óptica del Dasein, como Lichtung, el Claro. Verdad del ser quiere decir Claro del ser. Heideggeriana: SeminarioThor1969 Apéndices