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pro-ceder
quarta-feira 13 de dezembro de 2023
3) ¿Cómo queda circunscrita en esta metafísica la esencia de la verdad? Un rasgo fundamental de toda determinación metafísica de la verdad se expresa en la proposición que concibe la verdad como adecuación del conocimiento con el ente: veritas est adaequatio intellectus et rei. De acuerdo con lo que se ha dicho antes, vemos ahora fácilmente que esta «definición» corriente de la verdad se transforma según el modo en que se comprenda el ente con el que debe adecuarse el conocimiento, pero también según el modo en que se comprenda el conocimiento que debe estar en adecuación con el ente. El conocer en cuanto percipere y cogitare, en el sentido de Descartes , se distingue por sólo admitir como conocimiento aquello que por medio del representar le es re-mitido al sujeto como indudable y que, en cuanto puesto de este modo, es en todo momento nuevamente alcanzable por el cálculo. También para Descartes el conocer se rige por el ente, pero como ente sólo vale lo que es puesto en seguro en el caracterizado modo del re-presentar y remitir. Sólo es ente aquello de lo que el sujeto puede estar seguro en el sentido de su representar. Lo verdadero es sólo lo asegurado, lo cierto. Verdad es certeza, certeza para la cual resulta decisivo que el hombre como sujeto esté en ella en cada caso seguro y cierto de sí mismo. Por ello, para el aseguramiento de la verdad en cuanto certeza es necesario en un sentido esencial el PRO-CEDER (Vor-gehen), el asegurar-de-antemano. El «método» adquiere ahora un peso metafísico que está por así decirlo inscrito en la esencia de la subjetividad. «Método» ya no es simplemente la secuencia de algún modo ordenada de los diferentes pasos en los que se mueve el examen, la demostración, la exposición y la correlación de los conocimientos y fragmentos doctrinales en el modo de una «summa» escolástica, la cual tiene una construcción regulada y siempre recurrente. «Método» es ahora el nombre del PRO-CEDER asegurador y conquistador frente al ente para ponerlo en seguro como objeto para el sujeto. En este sentido metafísico se entiende methodus cuando Descartes , en su importante tratado Regulae ad directionem ingenii, aparecido sólo después de su muerte, establece, como regula IV: Necessaria est methodus ad rerum veritatem investigandam. «Necesario (esencialmente necesario) es el método para encontrar y seguir la huella de la verdad (certeza) del ente.» En el sentido del «método» así comprendido, todo pensamiento medieval carece esencialmente de método. Heideggeriana: NiilismoEuropeu [GA6 ]
4) ¿De qué manera el hombre, en esta metafísica, recoge y da la medida para la verdad del ente? Con lo anterior, esta pregunta ya ha recibido su respuesta. Puesto que el hombre se ha convertido esencialmente en el subiectum y la entidad se ha vuelto equivalente a la re-presentatividad y la verdad a la certeza, el hombre dispone aquí esencialmente del ente en cuanto tal en su totalidad, pues proporciona la medida para la entidad de cualquier ente. En el hombre en cuanto subiectum se encuentra ahora la decisión esencial acerca de qué habrá de afirmarse en general como ente. El hombre es quien tiene, conscientemente y como tarea, esta disposición. El sujeto es «subjetivo» por y en el hecho de que la determinación del ente, y con ella la del hombre mismo, no se encuentra ya estrechada por ningún límite sino que lo ha perdido en todo respecto. La relación con el ente es el avasallante PRO-CEDER hacia la conquista y el dominio del mundo. El hombre le da al ente la medida en cuanto determina desde sí y en referencia a sí lo que es lícito que valga como ente. Dar la medida es arrogarse la medida por medio de la cual el hombre, en cuanto subiectum, queda fundado como centro del ente en su totalidad. Hay que tener muy en cuenta, sin embargo, lo siguiente: el hombre no es aquí el yo aislado egoísta, sino que es «sujeto», lo que quiere decir que el hombre emprende una ilimitada explotación del ente por vía de la representación y el cálculo. En la esencia de la nueva posición metafísica del hombre como subiectum se halla el fundamento de que la ejecución del descubrimiento y de la conquista del mundo, así como las respectivas iniciativas en esa dirección, tienen que ser asumidas y llevadas a cabo por individuos eminentes. La concepción moderna del hombre como «genio» tiene como presupuesto metafísico la determinación de la esencia del hombre como sujeto. A la inversa, el culto del genio y sus desviaciones no son, por lo tanto, lo esencial de la humanidad moderna, así como tampoco lo son el «liberalismo» y el autogobierno de los estados y las naciones en el sentido de las «democracias» modernas. Que los griegos hubieran pensado al hombre como «genio» es tan inimaginable como profundamente ahistórica la opinión de que Sófocles era un «hombre genial». Heideggeriana: NiilismoEuropeu [GA6 ]
Pero pensado de manera más esencial el ser, en cuanto physis, no precisa en absoluto de un «orden» desde el que se decida sobre su previedad o posterioridad, sobre su antes y después; en efecto, es en sí mismo el PRO-CEDER que sale [Her-vor-gehen] a su despejamiento, y en cuanto aquello que pro-cede [Her-vorige], es lo que pre-cede [Vor-herige], lo que esencia desde sí mismo en el despejamiento y sólo a través de éste se dirige al hombre. Heideggeriana: NiilismoEuropeu [GA6 ]