physei

Pero el “a priori” debe contener, sin embargo, una determinación característica del ser. El ser, de acuerdo con su esencia más propia, tiene que determinarse desde sí mismo, a partir de sí mismo, y no de acuerdo con el modo en que nosotros lo captamos y percibimos. pros emas, en referencia a nuestro dirigirnos al ente, éste es lo previo, en cuanto es siempre lo antes conocido y con frecuencia lo único conocido, frente al ser, que es lo posterior. Pero si meditamos acerca de si y en qué medida el ente y el ser esencian (wesen) desde sí mismos, en conformidad con su propia esencia, entonces no preguntamos qué pasa con el ser pros emas, respecto del modo en que nosotros captamos especialmente ser y ente; en su lugar, preguntamos qué pasa con el ser en la medida en que el ser ” es”. Los griegos concibieron al ser por primera vez y de modo inicial como physis, como surgir-abriendo-desde-sí (von-sich-aus-Aufgehen), y de ese modo, esencialmente, como colocarse-en-la-apertura (sich-in-den-Aufgang-stellen), revelarse-en-lo-abierto (ins-Offene-sich-Offenbaren). Si preguntamos por el ser respecto de sí mismo en cuanto physis, o sea te physei, resulta entonces: te physei el ser es lo proteron frente al ente, y el ente lo isteron, lo posterior. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Lo proteron tiene un doble sentido: 1) pros emas – según el orden de la sucesión temporal en la que nosotros captamos explícitamente el ente y el ser. 2) te physei – según el orden en el que el ser esencia y el ente “es”. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

¿Cómo debemos entender esto? En el fondo ya se ha respondido. Para ver claro, simplemente no debemos cejar en el esfuerzo de pensar todos los enunciados griegos acerca del ente y del ser de modo verdaderamente griego, en la medida en que esto nos sea posible desde un repensar ulterior. Para los griegos (Platón y Aristóteles), ser quiere decir ousia: presencia de lo consistente en lo desoculto; ousia es una interpretación transformada de lo que inicialmente se llama physis. te physei, visto desde el ser mismo, es decir, ahora, visto desde la presencia de lo consistente en lo desoculto, el ser igual, la igualdad, por ejemplo, es proteron, pre-cedente respecto de las cosas que son iguales. El ser igual presencia ya en lo desoculto, la igualdad “es”, antes de que en nuestra percepción captemos expresamente, observemos y hasta pensemos las cosas iguales como iguales. En nuestro relacionarnos con cosas iguales, el ser igual ya ha entrado previamente en la visión. El ser igual, en cuanto ser, es decir, en cuanto presencia en lo desoculto, es lo que está esencialmente en la visión, de manera tal que sólo él lleva consigo y mantiene abierta la “visión” y lo “abierto”, concediendo la visibilidad de los entes iguales. Por ello Platón dice que el ser, en cuanto presencia en lo desoculto, es idea, visualidad. Porque el ser es presencia de lo consistente en lo desoculto, Platón puede interpretar el ser, la ousia (entidad), como idea. “Idea” no es el nombre que designa las “representaciones” que tenemos en la conciencia como yo-sujetos. Esto está pensado de modo moderno y además, de manera tal que lo moderno resulta banalizado y deformado. idea es el nombre que designa al ser mismo. Las “ideas” son proteron te physei, lo precedente en cuanto presenciar. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Por eso, logramos la traducción alemana más adecuada del a priori si lo denominamos das Vor-herige, lo pre-cedente, en el estricto sentido en el que esta palabra dice al mismo tiempo dos cosas: “Vor” significa “de antemano”, “Her” el “venir de sí hacia nosotros”, o sea: lo pre-cedente. Si pensamos así el auténtico sentido del proteron te physei, de lo a priori, como lo pre-cedente, la palabra pierde el equívoco sentido temporal de lo “anterior”, donde “tiempo” y “temporal” se entiende en el sentido de la medición y sucesión temporal corriente, en el sentido de la sucesión de los entes. Pero el a priori, rectamente comprendido como lo precedente, desvela ahora su esencia temporal, en un sentido de “tiempo” que por cierto los contemporáneos por el momento no quieren ver porque no ven la oculta conexión esencial de ser y tiempo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Con su interpretación del ser como idea, Platón distinguió al ser por vez primera con el carácter del a priori. El ser es lo proteron te physei; y de acuerdo con ello, los physei onta, es decir, el ente, es lo posterior. Visto desde el ente, el ser, en cuanto precedente, no sólo va en dirección del ente, sino que impera sobre él y se muestra como lo que está más allá del ente, de ta physei onta. El ente, en cuanto es aquello que está determinado por el ser en el sentido de la physis, sólo puede ser aprehendido por un saber y un conocer que piense este carácter de physis. El conocimiento del ente, de los physei onta, es la episteme physike. Lo que sea tema de este saber del ente se llamará, por lo tanto, ta physika. ta physika se convierte así en nombre que designa al ente. Pero el ser, de acuerdo con su aprioridad, está más allá del ente. “Más allá de” y “por encima de” se dice en griego meta. El conocer y saber del ser, que es esencialmente a priori, lo precedente (proteron te physei), tiene que ir, por lo tanto, visto desde el ente, desde los physika, más allá de éstos, es decir, el conocimiento del ser tiene que ser meta ta physika, tiene que ser metafísica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

beta) Pero todavía en otro respecto vino a luz la relación de ser y tiempo – aun cuando no llegó a ser problema, sino que fue meramente admitida. De aquello que determina al ente en cuanto ente, del ser (como idea y genos), se dice en la ontología antigua (Aristóteles) que es próteron que el ente, y, a saber, un proteron de su propia especie; como proteron physei se lo diferencia del proteron gnosei, el proteron pros emas. Ser es anterior (früher) al ente; este “anterior a” que le es atribuido al ser es una “determinación” caracterizadora, no atañe a la gnosis como orden de la aprehensión del ente. Ser es anterior a, es lo esencialmente “anterior”, es desde antes, dicho en la lengua de la ontología posterior: a priori. Todo preguntar ontológico es un preguntar por el “apriori” y un determinarlo. Heideggeriana: TranscendenciaST

El ser es proteron no en cuanto proteron pros emas, no en el sentido de que fuese conocido por nosotros como tal antes que el ente. Más bien aprehendemos por de pronto siempre al ente, y las más de las veces se queda en eso, sin que aprehendamos al ser como tal. En el orden del ser-aprehendido el ser no es, por consiguiente, lo anterior, sino lo más tardío. Y sin embargo es un anterior physei (de ahí que haya ente en cuanto objeto), es, desde sí, anterior. Lo que esto quiera decir es, desde luego, oscuro y ambiguo; todo esto está ontológica o metontológicamente inexplicado y se comprende, por lo tanto, ónticamente. No obstante, ser no es un ente, a pesar de que se lo sitúe en el grado del ontos on. Lo anterior tampoco quiere decir un ser-presencial-anterior del ser como el de algo que en cierto modo es ente antes que otros entes. Lo anterior no pertenece, según eso, ni al orden del ser-aprehendido ni al orden del ser-presencial, no es ni lógica ni ónticamente anterior, no es ninguna de ambas cosas. ¡Y sin embargo! Heideggeriana: TranscendenciaST

A menudo dijimos ya que ser es comprendido de antemano en todo aprehender de ente, la previa comprensión de ser da, por así decir, luz a todo aprehender de ente. “Ya de antemano”, “previo” – ¿no es acaso eso anterior? ¡Por cierto! Pero también dijimos que lo anterior no concierne al orden del aprehender – y ahora hablamos de la previa comprensión de ser, de un comprender de antemano; el proteron de la ousia, de la idea, no es, empero, un proteron gnosei. Pero cabe observar que gnosis, bien entendida, significa aquí siempre conocimiento del ente, y el rechazo de este proteron quiere decir solamente, en sentido negativo, que ser no es el ente, y su ser-aprehendido no reside en el orden del aprehender del ente. Así, al fin, el ser es perfectamente anterior por respecto al ser-aprehendido en un sentido amplio, ante toda aprehensión del ente. Y al fin el ser se da de un modo que es totalmente diferente a la aprehensión del ente. El ser se da (gibt sich) “en sí” en un sentido originario – es proteron physei y pros emas; sólo que, bien entendido, no como algo óntico entre otros. El ser es el único “en sí” y el genuino (“en sí”)-de ahí la originariedad de la comprensión de ser, es decir (como habrá de mostrarse) la libertad. Heideggeriana: TranscendenciaST

La posición adoptada hasta ahora en occidente en y respecto de la decisión entre el predominio del ente y el dominio del ser, es decir la afirmación de aquella preponderancia, se ha desplegado y construido en un pensar que puede designarse con el nombre de “metafísica”, “-física” alude aquí a lo “físico” en el sentido originariamente griego de ta physei onta, “el ente que consiste y presencia desde sí”. “Meta” quiere decir: por encima y más allá de algo, aquí: por encima del ente. ¿Hacia dónde? Respuesta: hacia el ser. El ser es, pensado metafísicamente, aquello que se piensa, desde el ente como su determinación más general y hacia el ente como su fundamento y su causa. La representación cristiana de que todo el ente es causado por una causa primera es metafísica, en especial la visión griego-metafísica del relato de la creación del Antiguo Testamento. La idea ilustrada de que todo el ente está gobernado por una razón universal es metafísica. Se toma al ente como aquello que exige una explicación. En cada caso el ente posee una preeminencia, en cuanto medida, en cuanto fin, en cuanto realización del ser. Incluso allí donde se piensa el ser como un “ideal” para el ente, como aquello que tiene que ser y como el modo en que tiene que ser cada ente, si bien el ente individual se halla subordinado al ser, en su totalidad el ideal está al servicio del ente, de la misma manera en que, por lo general, todo poder depende de lo que domina. Pero de la esencia de todo auténtico poder también forma parte, sin embargo, pasar por alto, o más aún, tener que pasar por alto esta dependencia, es decir, no admitirla jamás. Heideggeriana: VontadePoder

Nietzsche recalca explícitamente que Aristóteles establece que el principio de no contradicción es el “principio de todos los otros axiomas”. Efectivamente, lo dice con suficiente claridad al final de Met. IV 3, 1005 b 33-34, donde concluye la consideración positiva del principio con las siguientes palabras: physei gar arche kai ton allon axiomaton aute panton. “Por su esencia, efectivamente, es punto de partida y dominio para y sobre los otros axiomas éste, y absolutamente.” No obstante, para medir el alcance de esta estimación del principio de no contradicción que hace Aristóteles, es decir para ver de antemano de modo justo el ámbito de tal alcance, es necesario saber en qué contexto trata este axioma de rango supremo. Según un prejuicio secular, el principio de no contradicción pasa por ser una regla del pensar y un axioma de la lógica. Que parece serlo, resulta obvio. Esta apariencia ya se había extendido en tiempos de Aristóteles, lo que señala que no es una apariencia casual. Aristóteles comenta el principio de no contradicción en el tratado ya citado, que comienza con las siguientes palabras: estin episteme tis he theorei to on he on kai ta touto hyparchonta kath auto. “Hay un tipo de saber que capta en la mirada el ente en cuanto que es ente (o sea, la entidad) y por consiguiente considera lo que pertenece a la entidad misma y la constituye.” Heideggeriana: VontadePoder

Todo está en que pensemos el traer-ahí-delante en toda su amplitud y al mismo tiempo en el sentido de los griegos. Un traer-ahí-delante, poiesis, no es sólo el fabricar artesanal, no es sólo el traer-a-parecer, el traer-a-imagen artístico-poético. También la physis, el emerger-desde-sí, es un traer-ahí-delante, es poiesis. La physis es incluso poiesis en el más alto sentido, porque lo physei tiene en sí mismo (en heauto) la eclosión del traer-ahí-delante, por ejemplo, la eclosión de las flores en la floración. En cambio, lo traído-ahí-delante de un modo artesanal y artístico, por ejemplo la copa de plata, no tiene la eclosión del traer-ahí-delante en él mismo sino en otro, en el artesano y el artista. Heideggeriana: QCT