interpretación del Dasein

Daseinsauslegung

La demostración de la primacía óntico-ontológica del Dasein podría llevarnos a pensar que este ente debe ser también lo primariamente dado desde el punto de vista óntico-ontológico, no sólo en el sentido de una «inmediata» aprehensibilidad del ente mismo, sino también en el sentido de un igualmente «inmediato» darse de su modo de ser. Sin lugar a dudas, el Dasein está no sólo ónticamente cerca, no sólo es lo más cercano – sino que incluso lo somos en cada caso nosotros mismos. Sin embargo, o precisamente por eso, el Dasein es ontológicamente lo más lejano. Ciertamente a su modo más propio de ser le es inherente tener una comprensión de este ser y moverse en todo momento en un cierto estado interpretativo respecto de su ser. Pero con ello no queda dicho en modo alguno que esta inmediata interpretación preontológica del propio ser pueda servirnos como hilo conductor adecuado, cual si esa comprensión brotase necesariamente de una reflexión ontológica temática acerca de la más propia constitución de ser. El Dasein tiene, más bien, en virtud de un modo de ser que le es propio, la tendencia a comprender su ser desde aquel ente con el que esencial, constante e inmediatamente se relaciona en su comportamiento, vale decir, desde el «mundo». En el Dasein mismo y, por consiguiente, en su propia comprensión de ser, hay algo que más adelante se mostrará como el reflejarse ontológico de la comprensión del mundo sobre la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN. STJR §5

Ahora bien, como al Dasein no sólo le pertenece una comprensión de su ser, sino que ésta se desarrolla o decae según el modo de ser que tiene cada vez el Dasein mismo, puede éste disponer de una amplia gama de formas de interpretación. La psicología filosófica, la antropología, la ética, la «política», la poesía, la biografía y la historiografía, han indagado, por diferentes caminos y en proporciones variables, los comportamientos, las facultades, las fuerzas, las posibilidades y los destinos del Dasein. Queda abierta empero la pregunta si estas interpretaciones fueron realizadas con una originariedad existencial comparable a la originariedad que tal vez ellas tuvieron en el plano existentivo. Ambas cosas no van necesariamente juntas, pero tampoco se excluyen. La interpretación existentiva puede exigir una analítica existencial, al menos si se comprende el conocimiento filosófico en su posibilidad y necesidad. Tan sólo cuando las estructuras fundamentales del Dasein queden suficientemente elaboradas en una orientación explícita hacia el problema del ser, alcanzará la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN lograda hasta hoy su justificación existencial. STJR §5

La temporeidad se nos mostrará como el sentido del ser de ese ente que llamamos Dasein. Esta averiguación deberá comprobarse por medio de la reinterpretación de las estructuras del Dasein que habían sido provisionalmente mostradas, reinterpretación que las comprenderá como modos de la temporeidad. Pero, con esta INTERPRETACIÓN DEL DASEIN como temporeidad no habremos dado aún la respuesta a la pregunta conductora, es decir, a la pregunta por el sentido del ser en general. En cambio, habrá quedado preparado el terreno para llegar a esa respuesta. STJR §5

Primera parte: La INTERPRETACIÓN DEL DASEIN por la temporeidad y la explicación del tiempo como horizonte trascendental de la pregunta por el ser. STJR §8

Lo primariamente interrogado en la pregunta por el sentido del ser es el ente que tiene el carácter del Dasein. En su fase preparatoria, la analítica existencial del Dasein necesita, por su índole peculiar, de una exposición a grandes líneas y de una delimitación frente a investigaciones aparentemente paralelas (capítulo 1). Manteniendo el punto de partida fijado a la investigación, deberá ponerse al descubierto en el Dasein una estructura fundamental: el estar-en-el-mundo (capítulo 2). Este «a priori» de la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN no es una determinación reconstruida de fragmentos, sino una estructura originaria y siempre total. Pero ella permite diferentes enfoques sobre los momentos que la constituyen. Manteniendo constantemente a la vista el todo siempre previo de esta estructura, deben distinguirse fenoménicamente esos momentos. Y así se vuelven objeto del análisis el mundo en su mundaneidad (capítulo 3), el estar-en-el-mundo como coestar y ser-sí-mismo (capítulo 4), y el estar-en, en cuanto tal (capítulo 5). En base al análisis de esta estructura fundamental, se hace posible indicar de un modo provisional el ser del Dasein. Su sentido existencial es el cuidado (capítulo 6). STJR §8

§ 11. La analítica existencial y la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN primitivo. Dificultades para lograr un «concepto natural del mundo» STJR §11

La INTERPRETACIÓN DEL DASEIN en su cotidianidad no se identifica empero con la descripción de una fase primitiva del Dasein, cuyo conocimiento pueda ser proporcionado empíricamente por la antropología. Cotidianidad no coincide con primitividad. Por el contrario, la cotidianidad es un modo de ser del Dasein que éste tiene incluso y precisamente cuando se mueve en una cultura altamente desarrollada y diferenciada. Por otra parte, también el Dasein primitivo tiene sus posibilidades no cotidianas de ser, así como tiene también su cotidianidad específica. La orientación del análisis del Dasein por la «vida de los pueblos primitivos» puede tener significación metodológica positiva en la medida en que los «fenómenos primitivos» son a menudo menos complejos y están menos encubiertos por una auto-interpretación ya ampliamente desarrollada del Dasein. El Dasein primitivo habla con frecuencia más directamente desde una inmersión originaria en los «fenómenos» (tomando esta palabra en el sentido prefenomenológico). El aparato conceptual, quizás desmañado y tosco desde nuestro punto de vista, puede contribuir positivamente a un genuino realzamiento de las estructuras ontológicas de los fenómenos. STJR §11

Supongamos que entro en un cuarto conocido pero oscuro, que durante mi ausencia ha sido de tal manera cambiado que todo lo que estaba a la derecha esté ahora a la izquierda. Para orientarme no me sirve de nada el «mero sentimiento de la diferencia» de mis dos lados, mientras no se haya reconocido un objeto determinado «cuyo lugar conservo en la memoria», dice Kant como de paso. Pero esto no significa otra cosa sino que yo me oriento necesariamente en y por un ya estar siendo en medio de un mundo «conocido». El complejo de útiles de un mundo debe estarle ya dado al Dasein. Que yo estoy ya siempre en un mundo no es menos constitutivo para la posibilidad de la orientación que el sentimiento de una derecha y una izquierda. El hecho de que esta constitución de ser del Dasein sea obvia no autoriza para suprimir su rol ontológico constitutivo. Kant tampoco lo suprime, como no lo hace ninguna otra INTERPRETACIÓN DEL DASEIN. Pero el constante uso de esta estructura no dispensa de una exposición ontológica adecuada, sino que la exige. La interpretación psicológica de que el yo tiene algo «en la memoria» se refiere, en el fondo, a la constitución existencial del estar-en-el-mundo. Como Kant no ve esta estructura, desconoce también el contexto cabal que hace posible la orientación. La orientación hacia la derecha y la izquierda se funda en la esencial direccionalidad del Dasein en general, y ésta por su parte, está esencialmente codeterminada por el estar-en-el-mundo. Ciertamente lo que a Kant le interesa no es la interpretación temática del orientarse. Él quiere mostrar solamente que toda orientación está necesitada de un «principio subjetivo». Pero aquí «subjetivo» quiere decir a priori. Sin embargo, el apriori del orientarse hacia la derecha y la izquierda se funda en ese apriori «subjetivo» que es el estar-en-el-mundo, que no tiene nada que ver con una determinación del Dasein que lo limita de antemano a ser un sujeto sin mundo. STJR §23

W. V. Humboldt ha llamado la atención sobre las lenguas que expresan el «yo» por medio de un «aquí», el «tú» por un «ahí» y el «él» por un «allí», es decir – gramaticalmente formulado – que traducen los pronombres personales por adverbios de lugar. Podría discutirse cuál es la significación originaria de los términos que expresan lugar: si la adverbial o la pronominal. Pero la discusión pierde su fundamento cuando observamos que los adverbios de lugar se relacionan con el yo en cuanto Dasein. «Aquí», «allí» y «ahí» no son primariamente simples determinaciones locales del ente intramundano que está en ciertos lugares del espacio, sino caracteres de la espacialidad originaria del Dasein. Los presuntos adverbios de lugar son determinaciones del Dasein: tienen primariamente significación existencial y no categorial. Pero tampoco son pronombres; su significación es anterior a la distinción entre adverbios de lugar y pronombres personales. La significación propiamente espacial que en relación al Dasein tienen estas expresiones demuestra empero que una INTERPRETACIÓN DEL DASEIN no distorsionada por la teoría, comprende a éste inmediatamente en su espacialidad, es decir, en su desalejante y direccionado «estar en medio» del mundo ocupándose de él. En el «aquí», el Dasein sumido en el mundo no habla en dirección a sí, sino que, alejándose de sí, en dirección al «allí» de algo circunspectivamente a la mano; y sin embargo, pese a ello, se menciona a sí mismo en su espacialidad existencial. STJR §26

La expresión «habladuría» («Gerede») no debe entenderse aquí en sentido peyorativo. Terminológicamente significa un fenómeno positivo, que constituye el modo de ser del comprender y de la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN cotidiano. Ordinariamente el discurso se expresa y ya se ha expresado siempre en palabras. El discurso es lenguaje. Pero entonces, en lo expresado en el lenguaje subyace una comprensión e interpretación. En su condición de expresado, el lenguaje lleva en sí un estado interpretativo de la comprensión del Dasein. Este estado interpretativo, al igual que el lenguaje mismo, no se reduce a estar-ahí, sino que su ser es, también él, a la manera del Dasein. Al estado interpretativo está entregado el Dasein en forma inmediata y, dentro de ciertos límites, constantemente; él regula y distribuye las posibilidades del comprender mediano y de la correspondiente disposición afectiva. La expresión lingüística alberga, en el todo articulado de sus conexiones de significación, una comprensión del mundo abierto y, cooriginariamente con ella, una comprensión de la coexistencia de los otros y del propio estar-en. Esta comprensión que está depositada en la expresión lingüística concierne tanto a la manera, alcanzada o recibida, como se descubre el ente, cuanto a la correspondiente comprensión del ser, y a las posibilidades y horizontes disponibles para una ulterior interpretación y articulación conceptual. Pero, por sobre la simple referencia al factum de este estado interpretativo del Dasein, será necesario preguntar ahora por el modo existencial de ser del discurso ya expresado o en vías de expresarse. Si el discurso no puede ser concebido como algo que está-ahí, ¿cuál es su ser, y qué nos dice éste fundamentalmente acerca del modo cotidiano de ser del Dasein? STJR §35

Sin embargo, esta tranquilidad en el ser impropio no conduce a la quietud e inactividad, sino al «ajetreo» desenfrenado. El estar caído en el «mundo» no se torna ahora precisamente quieto. La tranquilización tentadora acrecienta la caída. Desde el punto de vista particular de la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN puede surgir ahora la opinión de que la comprensión de las más extrañas culturas y la «síntesis» de ellas con la propia llevarían a la total y por primera vez auténtica aclaración del Dasein acerca de sí mismo. Una curiosidad abierta en todas las direcciones y un infatigable afán de conocerlo todo simulan una comprensión universal del Dasein. Pero en último término queda indeterminado e incuestionado qué es lo que propiamente hay que comprender; queda sin comprender que la comprensión misma es un poder-ser que sólo ha de ser liberado en el Dasein más propio. En este tranquilizado y omni-«comprensor» compararse con todo, el Dasein se precipita en una alienación en la que se le oculta su más propio poder-ser. El cadente estar-en-el-mundo, en cuanto tentador-tranquilizante, es al mismo tiempo, alienante. STJR §38

Negativamente dicho: la totalidad del todo estructural no puede ser alcanzada fenoménicamente por medio de un ensamblaje de elementos. Este ensamblaje requeriría un plano arquitectónico. El ser del Dasein, sobre el cual se apoya ontológicamente el todo de las estructuras en cuanto tal, se nos hace accesible en una mirada completa que atraviesa este todo en busca de un fenómeno originariamente unitario, que ya está presente en el todo y que funda ontológicamente cada uno de los momentos de la estructura en su posibilidad estructural. La interpretación «unificadora» no podrá, por consiguiente, ser un simple compendio de lo alcanzado hasta ahora. La pregunta por el carácter existencial fundamental del Dasein es esencialmente diferente de la pregunta por el ser de un ente que está-ahí. La experiencia cotidiana circunmundana, orientada óntica y ontológicamente al ente intramundano, no es capaz de presentar al Dasein ante el análisis ontológico de un modo ónticamente originario. Asimismo, tampoco la percepción inmanente de las vivencias puede servir de hilo conductor ontológicamente suficiente. Por otra parte, el ser del Dasein no ha de ser deducido de una idea del hombre. A partir de la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN hecha hasta aquí, ¿será posible encontrarla vía de acceso óntico-ontológica al Dasein exigida por él mismo como la única adecuada? STJR §39

Aunque muchas de las estructuras del Dasein quedan todavía oscuras en su detalle, podría parecer, sin embargo, que con la aclaración de la temporeidad como condición de posibilidad originaria del cuidado ya hemos alcanzado la originariedad requerida para la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN. La temporeidad fue sacada a luz tomando en consideración el modo propio del poder-estar-entero del Dasein. La interpretación tempórea del cuidado fue luego confirmada mediante la demostración de la temporeidad del estar-en-el-mundo ocupándose de él. El análisis del modo propio del poder-estar-entero reveló la cooriginaria conexión de muerte, culpa y conciencia, enraizada en el cuidado. ¿Puede el Dasein ser comprendido de un modo todavía más originario que el modo como es comprendido en el proyecto de su existencia propia? STJR §72

Aunque la experiencia vulgar del tiempo inmediata y regularmente sólo conozca el «tiempo del mundo», sin embargo, también admite siempre para él una muy particular referencia al «alma» y al «espíritu». Esto sucede incluso allí donde el cuestionar filosófico se encuentra aún muy lejos de buscar su primaria y expresa orientación en el «sujeto». Basten aquí dos testimonios característicos: Aristóteles dice: ei de meden allo pephuken arthmein e psyche kai psyches nous, adunaton einai chronon psyches me ouses…. San Agustín, por su parte, escribe: inde mihi visum est, nihil esse aliud tempus quam distensionem; sed cuius rei nescio; et mirum si non ipsius animi. De esta manera, la INTERPRETACIÓN DEL DASEIN como temporeidad tampoco queda, en principio, fuera del horizonte del concepto vulgar del tiempo. Ya Hegel intentó mostrar expresamente la conexión del tiempo de la comprensión vulgar, con el espíritu. En cambio, para Kant el tiempo es ciertamente «subjetivo», pero queda «junto» al «yo pienso», sin vinculación alguna con él. La fundamentación hecha explícitamente por Hegel de la conexión entre el tiempo y el espíritu es especialmente apropiada para ilustrar indirectamente la precedente INTERPRETACIÓN DEL DASEIN como temporeidad y la demostración del origen del tiempo del mundo en esa temporeidad. STJR §81