historicidad

Geschichtlichkeit

Conceptos fundamentales son aquellas determinaciones en que la región esencial a la que pertenecen todos los objetos temáticos de una ciencia logra su comprensión preliminar, que servirá de guía a toda investigación positiva. Estos conceptos reciben, pues, su genuina justificación y «fundamentación» únicamente a través de la previa investigación de la región esencial misma. Ahora bien, puesto que cada una de estas regiones se obtiene a partir de un determinado sector del ente mismo, esa investigación preliminar que elabora los conceptos fundamentales no significa otra cosa que la interpretación de este ente en función de la constitución fundamental de su ser. Semejante investigación debe preceder a las ciencias positivas; y lo puede. El trabajo de Platón y Aristóteles es prueba de ello. Esa fundamentación de las ciencias se distingue principalmente de aquella «lógica» zaguera que investiga el estado momentáneo de una ciencia en función de su «método». La fundamentación de las ciencias es una lógica productiva, en el sentido de que ella, por así decirlo, salta hacia adelante hasta una determinada región de ser, la abre por vez primera en su constitución ontológica y pone a disposición de las ciencias positivas, como claras indicaciones para el preguntar, las estructuras así obtenidas. Así, por ejemplo, lo filosóficamente primario no es la teoría de la formación de los conceptos de la historia, ni la teoría del conocimiento histórico, o la teoría de la historia como objeto del saber histórico, sino la interpretación del ente propiamente histórico en función de su HISTORICIDAD. De igual modo, el aporte positivo de la Crítica de la razón pura de Kant no consiste en haber elaborado una «teoría» del conocimiento, sino, más bien, en su contribución a desentrañar lo que es propio de una naturaleza en general. Su lógica trascendental es una lógica material a priori para la región de ser llamada naturaleza. Pero semejante cuestionamiento – que es ontología, en su sentido más amplio, y con independencia de corrientes y tendencias ontológicas – necesita, a su vez, de un hilo conductor. El preguntar ontológico es ciertamente más originario que el preguntar óntico de las ciencias positivas. Pero él mismo sería ingenuo y opaco si sus investigaciones del ser del ente dejaran sin examinar el sentido del ser en general. Y precisamente la tarea ontológica de una genealogía no deductivamente constructiva de las diferentes maneras posibles de ser, necesita de un acuerdo previo sobre lo que propiamente queremos decir con esta expresión «ser». STJR §3

Toda investigación – y no en último término la que se mueve en el ámbito de esa pregunta central que es la pregunta por el ser – es una posibilidad óntica del Dasein. El ser del Dasein tiene su sentido en la temporeidad. Pero esta última es también la condición que hace posible la HISTORICIDAD como un modo de ser tempóreo del Dasein mismo, prescindiendo de si éste es un ente «en el tiempo» y del modo como lo sea. El carácter de la HISTORICIDAD [Geschichtlichkeit] es previo a lo que llamamos historia [Geschichte] (el acontecer de la historia universal). La HISTORICIDAD es la constitución de ser del «acontecer» del Dasein en cuanto tal, acontecer que es el único fundamento posible para eso que llamamos la «historia universal» y para la pertenencia histórica a la historia universal. En su ser fáctico, el Dasein es siempre como y «lo que» ya ha sido. Expresa o tácitamente, él es su pasado. Y esto no sólo en el sentido de que su pasado se deslice, por así decirlo, «detrás» de él y que el Dasein posea lo pasado como una propiedad que esté todavía ahí y que de vez en cuando vuelva a actuar sobre él. El Dasein «es» su pasado en la forma propia de su ser, ser que, dicho elementalmente, «acontece» siempre desde su futuro. En cada una de sus formas de ser y, por ende, también en la comprensión del ser que le es propia, el Dasein se ha ido familiarizando con y creciendo en una interpretación usual del existir [Dasein]. Desde ella se comprende en forma inmediata y, dentro de ciertos límites, constantemente. Esta comprensión abre las posibilidades de su ser y las regula. Su propio pasado – y esto significa siempre el pasado de su «generación» – no va detrás del Dasein, sino que ya cada vez se le anticipa. STJR §6

Tengamos, sin embargo, presente que en este testimonio, el Dasein se expresa acerca de sí mismo en forma originaria, sin estar determinado por interpretaciones teoréticas, y sin proponérselas. Tengamos también en cuenta que el ser del Dasein está caracterizado por la HISTORICIDAD, si bien este punto deberá ser primero ontológicamente demostrado. Si el Dasein es «histórico» en el fondo de su ser, un decir que viene de su historia y que a ella retorna y que, además, es anterior a toda ciencia, cobra un peso particular, aunque no puramente ontológico. La comprensión del ser ínsita en el Dasein mismo se expresa preontológicamente. El testimonio citado más adelante servirá para aclarar que la interpretación existencial no es una invención, sino que, en cuanto «construcción» ontológica, tiene un fundamento y, en este fundamento, el bosquejo de sus rasgos elementales. STJR §42

Ahora bien, la totalidad estructural del cuidado tiene en la temporeidad un posible fundamento para su unidad. Por consiguiente, la aclaración ontológica de la «trama de la vida», es decir, de la específica extensión, movilidad y persistencia del Dasein, debe intentarse en el horizonte de la constitución tempórea de este ente. La movilidad de la existencia no es el movimiento de un ente que está-ahí. Se determina a partir del extenderse del Dasein. A esa específica movilidad del extenderse extendido la llamamos nosotros el acontecer del Dasein. La pregunta por la «trama» del Dasein es el problema ontológico de su acontecer. Poner al descubierto la estructura del acontecer y sus condiciones de posibilidad tempóreo-existenciales significa alcanzar una comprensión ontológica de la HISTORICIDAD. STJR §72

Si la pregunta por la HISTORICIDAD nos hace remontar a estos «orígenes», entonces queda decidido el lugar en que se sitúa el problema de la historia [Geschichte]. Ese lugar no debe ser buscado en el saber histórico [Historie] como ciencia de la historia. Incluso cuando el tratamiento científico-teorético del problema de la «historia» no apunta tan sólo al esclarecimiento «epistemológico» (Simmel) del modo de aprehensión que es propio del saber histórico o a la lógica de la conceptualización de la exposición historiográfica (Rickert), sino que se orienta también hacia el «lado del objeto», incluso en este planteamiento, la historia sigue, en el fondo, siendo accesible tan sólo como objeto de una ciencia. El fenómeno fundamental de la historia, que subyace de antemano a una posible tematización por medio del saber histórico, queda así irreversiblemente abandonado. El modo como pueda la historia convertirse en objeto del saber histórico sólo puede ser inferido a partir del modo de ser de lo histórico, a partir de la HISTORICIDAD y de su enraizamiento en la temporeidad. STJR §72

Si la HISTORICIDAD debe ser aclarada a partir de la temporeidad y, primordialmente, a partir de la temporeidad propia, entonces será esencial a esta tarea que sólo pueda ser realizada por medio de una construcción fenomenológica. La constitución ontológico-existencial de la HISTORICIDAD debe ser conquistada en contra de la tendencia encubridora que es propia de la interpretación vulgar de la historia del Dasein. La construcción existencial de la HISTORICIDAD tiene su apoyo concreto en la comprensión vulgar del Dasein, y encuentra una guía en las estructuras existenciales alcanzadas hasta aquí. STJR §72

Sin embargo, el Dasein también debe ser llamado «tempóreo» por el hecho de que está «en el tiempo». El Dasein fáctico necesita y usa el calendario y el reloj aun antes de haber desarrollado un saber histórico. Experimenta lo que «le» sucede como si aconteciera «en el tiempo». De igual manera comparecen «en el tiempo» los procesos de la naturaleza inanimada o viviente. Son intratempóreos. Podría, pues, parecer que antes de discutir la conexión entre HISTORICIDAD y temporeidad habría que proceder al análisis del origen del «tiempo» de la intratemporeidad en la temporeidad, análisis que hemos reservado para el próximo capítulo. Pero, a fin de quitarle a la caracterización vulgar de lo histórico, llevada a cabo con la ayuda del tiempo de la intratemporeidad, su carácter aparentemente obvio y exclusivo, será necesario, tal como lo exige, por lo demás, el contexto de «la cosa misma», que la HISTORICIDAD sea – en primer lugar – «deducida» únicamente de la temporeidad originaria del Dasein. Ahora bien, en la medida en que el tiempo de la intra-temporeidad, también «procede» de la temporeidad del Dasein, HISTORICIDAD e intratemporeidad se muestran como igualmente originarias. Así, pues, dentro de sus límites, la interpretación vulgar del carácter temporal de la historia conserva todos sus derechos. STJR §72

Después de esta primera caracterización de la marcha de la exposición ontológica de la HISTORICIDAD a partir de la temporeidad, ¿será necesaria la afirmación explícita de que la presente investigación no cree poder resolver el problema de la historia de un solo golpe de mano? La penuria de los medios «categoriales» disponibles y la incertidumbre de los horizontes ontológicos primarios se agudizan en la misma medida en que el problema de la historia es llevado a su enraizamiento originario. La presente meditación se contenta con indicar el lugar ontológico del problema de la HISTORICIDAD. En el fondo, este análisis no pretende otra cosa que abrir caminos que contribuyan a fomentar la apropiación de las investigaciones de Dilthey, tarea que aún está pendiente para la generación actual. STJR §72

La próxima meta es encontrar el lugar desde donde debe plantearse la pregunta originaria por la esencia de la historia, es decir, desde donde ha de intentarse la construcción existencial de la HISTORICIDAD. Este lugar deberá quedar señalado por aquello que es originariamente histórico. Comenzaremos, pues, con una caracterización de lo que en la interpretación vulgar del Dasein se quiere decir con las expresiones «historia» e «histórico». Estas expresiones tienen varios sentidos. STJR §73

Si la historia pertenece al ser del Dasein, y este ser se funda en la temporeidad, parece natural comenzar el análisis existencial de la HISTORICIDAD con aquellos caracteres de lo histórico que manifiestamente tienen un sentido tempóreo. La exposición de la constitución fundamental de la HISTORICIDAD deberá, pues, ser preparada por una determinación más precisa de esa curiosa primacía que tiene el pasado en el concepto de la historia. STJR §73

El análisis del carácter histórico de un útil que todavía está-ahí no sólo nos ha llevado de vuelta hacia el Dasein como lo primariamente histórico, sino que a la par nos ha hecho poner en duda que la caracterización tempórea de lo histórico en general pueda orientarse primariamente por el estar-en-el-tiempo de un ente que está-ahí. Un ente no deviene «más histórico» a medida que se aleja hacia un pasado cada vez más remoto, de tal suerte que lo más antiguo fuese lo más propiamente histórico. Pero, por otra parte, si la distancia «temporal» respecto del ahora y del hoy carece de significación primariamente constitutiva para la HISTORICIDAD del ente propiamente histórico, esto no es porque ese ente no esté «en el tiempo» y sea un ente atemporal, sino porque él existe de un modo tan originariamente tempóreo como jamás podrá serlo, por su misma esencia ontológica, un ente que «en el tiempo» está-ahí, está pasando o está por venir. STJR §73

Innecesarias sutilezas, se dirá. Nadie niega que el Dasein humano sea, en el fondo, el «sujeto» primario de la historia, y el concepto corriente de la historia anteriormente aducido lo dice con suficiente claridad. Pero la tesis de que «el Dasein es histórico» no se refiere solamente al hecho óntico de que el hombre es un «átomo» más o menos importante en el tráfago de la historia universal y que está, cual juguete, a merced de las circunstancias y acontecimientos, sino que plantea el siguiente problema: ¿en qué medida y en virtud de qué condiciones ontológicas la HISTORICIDAD pertenece a la subjetividad del sujeto «histórico» como su constitución esencial? STJR §73

§ 74. La constitución fundamental de la HISTORICIDAD STJR §74

El Dasein cotidiano está disperso en la multiplicidad de lo que «pasa» diariamente. Las eventualidades y circunstancias frente a las cuales el ocuparse está de antemano «tácticamente» a la espera, conforman el «destino». El Dasein impropiamente existente sólo contabiliza su historia a partir de lo que es objeto de ocupación. Y puesto que entonces, llevado de un lado a otro por sus «quehaceres», el Dasein necesita, si quiere llegar a sí mismo, recogerse primeramente desde la dispersión y la inconexión de lo eventualmente «ocurrido», surge, por vez primera, desde el horizonte de comprensibilidad de la HISTORICIDAD impropia, el problema de crear una «conexión» de la existencia [Dasein], entendida como una conexión de las vivencias que «también» están-ahí en el sujeto. La posibilidad del predominio de este horizonte problemático se funda en la falta de resolución, que constituye la esencia de la in-estabilidad del sí-mismo. STJR §75

Ruinas, monumentos y crónicas aún presentes son «material» posible para la concreta apertura del Dasein en su haber-existido. Tales cosas pueden convertirse en material para el saber histórico tan sólo porque tienen, por su propio modo de ser, carácter mundi-histórico. Y sólo se convierte efectivamente en material porque de antemano quedan comprendidas en su intramundaneidad. El mundo ya proyectado se determina por medio de la interpretación del material mundi-histórico que se ha «conservado». La adquisición, clasificación y aseguración del material no son lo que pone en movimiento la vuelta hacia el «pasado», sino que esas actividades presuponen el histórico estar vuelto hacia el haber-existido del Dasein, es decir, presuponen la HISTORICIDAD de la existencia del propio historiador. Esta HISTORICIDAD funda existencialmente la historia en cuanto ciencia hasta en sus más insignificantes dispositivos «artesanales». STJR §76

El Dasein en cuanto histórico sólo es posible en virtud de la temporeidad. Ésta se temporiza en la unidad extático-horizontal de sus éxtasis. El Dasein en cuanto venidero existe de un modo propio en la apertura resuelta de una posibilidad que él ha elegido. Retornando resueltamente a sí, está repitentemente abierto para las posibilidades «monumentales» de la existencia humana. El saber histórico que brota de esta HISTORICIDAD es «monumental». En cuanto está-siendo-sido, el Dasein está entregado a su condición de arrojado. En la apropiación repitente de lo posible está bosquejada, a la vez, la posibilidad de la conservación venerante de la existencia que ya existió, existencia en la que se hizo manifiesta la posibilidad ahora asumida. Por consiguiente, en cuanto monumental, el saber histórico propio es «anticuarial». En la unidad del futuro y el haber-sido, el Dasein se temporiza como presente. El presente, en cuanto instante, abre el hoy en forma propia. Pero, en la medida en que el hoy queda interpretado desde el comprender venideramente-repitente de una posibilidad de existencia que se ha asumido, el modo propio del saber histórico se convierte en des-presentación del hoy, esto es, en un penoso desligarse del cadente carácter público del hoy. El saber histórico monumental-anticuarial es, en cuanto propio, necesariamente una crítica del «presente». El modo propio de la HISTORICIDAD es el fundamento que hace posible la unidad de las tres modalidades de la ciencia histórica. Pero, el fundamento del fundamento [der Grund des Fundamente] del modo propio del saber histórico es la temporeidad, en cuanto sentido existencial del ser del cuidado. STJR §76

§ 77. Conexión de la precedente exposición del problema de la HISTORICIDAD con las investigaciones de W. Dilthey y las ideas del Conde Yorck STJR §77

El interés por comprender la HISTORICIDAD se aboca a la tarea de desentrañar la «diferencia genérica entre lo óntico y lo histórico». Con esto queda fijada la meta fundamental de la «filosofía de la vida». Sin embargo, el planteamiento del problema exige una radicalización a fondo. Pues ¿cómo podrá la HISTORICIDAD ser filosóficamente captada y «categorialmente» concebida en su diferencia con lo óntico, sino llevando tanto lo «óntico» como lo «histórico» a una unidad más originaria que haga posible su mutua comparación y diferenciación? Ahora bien, esto sólo es posible si se comprende lo siguiente: 1. que la pregunta por la HISTORICIDAD es una pregunta ontológica por la constitución de ser del ente histórico; 2. que la pregunta por lo óntico es la pregunta ontológica por la constitución de ser del ente que no tiene el modo de ser del Dasein, del ente que está-ahí, en el sentido más amplio de esta palabra; 3. que lo óntico es tan sólo un dominio del ente. La idea del ser abarca lo «óntico» y lo «histórico». Ella es la que debe dejar-se «diferenciar genéricamente». STJR §77

Para demostrar que la temporeidad constituye el ser del Dasein y el modo como lo hace, se ha hecho ver que la HISTORICIDAD, en cuanto constitución de ser de la existencia, es, «en el fondo», temporeidad. La interpretación del carácter tempóreo de la historia se llevó a cabo sin tomar en consideración el «hecho» de que todo acontecer transcurre «en el tiempo». En el curso del análisis tempóreo-existencial de la HISTORICIDAD no se tomó en cuenta la comprensión cotidiana del Dasein, que fácticamente sólo conoce la historia como acontecer «intratempóreo». Pero, si es precisamente en su facticidad como la analítica existencial debe hacer ontológicamente transparente al Dasein, se hace necesario reconocerle su derecho en forma explícita también a esta fáctica interpretación «óntico-tempórea» de la historia. El tiempo «en el que» los entes comparecen demanda tanto más necesariamente un análisis fundamental, cuanto que, fuera de la historia, también los procesos de la naturaleza están determinados «por el tiempo». Sin embargo, aun, más elemental que la circunstancia de que en las ciencias de la historia y de la naturaleza aparezca el «factor tiempo», es el hecho de que el Dasein, ya antes de toda investigación temática «cuenta con el tiempo» y se rige por él. Y aquí, una vez más, es decisivo aquel «contar» del Dasein «con su tiempo» que precede a todo uso de instrumentos de medición construidos para determinar el tiempo. Aquel contar es previo a este uso, y es lo que hace justamente posible el uso de los relojes. STJR §78