hablar humano

¿Y el Decir mismo? ¿Es algo separado de nuestro hablar, algo hacia donde aún hay que tender un puente? ¿O es el Decir el río del silencio que enlaza él mismo sus orillas, el decir y nuestro re-decir, configurándolos? Nuestras representaciones habituales del habla apenas si alcanzan hasta aquí. El Decir procurando pensar el despliegue del habla a partir de él, ¿no corremos, acaso, el peligro de elevar el habla a una entidad fantasmal, existente en sí e inencontrable en parte alguna, mientras que sigamos reflexionando sobriamente acerca del habla? Porque el habla, después de todo, permanece indudablemente enlazada al hablar humano. Ciertamente. Con todo, ¿de qué clase es este lazo? ¿Cómo y desde dónde gobierna lo enlazante en él? El habla necesita del hablar humano pero, al mismo tiempo, no es el puro y simple producto de nuestra actividad hablante. ¿En qué descansa, esto es, en qué se funda el despliegue del habla? Al buscar fundamentos tal vez nuestra pregunta pasa de largo la esencia del habla. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

Es en la procedencia de carácter apropiados de la palabra, o sea, del hablar humano desde el Decir, donde reside lo que tiene de propio el habla. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

Pero el habla es monólogo. Esto significa ahora dos cosas: es sólo el habla el que propiamente habla. Y habla solitariamente. Con todo, solitario solamente puede ser quien no está solo; no solo, o sea, no separado, aislado, sin relación alguna. Pero en lo solitario se despliega justamente la ausencia de lo comunitario que prevalece como la relación más vinculante con ello. Sam [de Einsam] es el sama gótico, el ama griego. Solitario significa: lo Mismo en lo que tiene de uniente aquello que se pertenece mutuamente. El Decir mostrante en-camina el habla al hablar humano. El Decir necesita resonar en la palabra. Pero el hombre solamente es capaz de hablar en la medida en que pertenece al Decir y que está a su escucha para poder, re-diciendo tras él, decir una palabra. Aquel uso y este re-decir residen en aquella ausencia que no es simple carencia ni, en absoluto, algo negativo. Heideggeriana: CaminhoLinguagem

El hablar de los mortales es invocación que nombra, que encomienda venir cosas y mundo desde la simplicidad de la Diferencia. Lo que es hablado en el poema es la pureza de la invocación del hablar humano. Poesía, propiamente dicho, no es nunca meramente un modo (Melos) más elevado del habla cotidiana. Al contrario, es más bien el hablar cotidiano un poema olvidado y agotado por el desgaste y del cual apenas ya se deja oír invocación alguna. Heideggeriana: Linguagem1950

Si se fija exclusivamente la atención sobre el hablar humano y si se considera a éste como manifestación interior del hombre: si además se concibe lo que es así representado como el habla misma, entonces la esencia del habla no puede aparecer de otro modo que como expresión y actividad del hombre. Pero el hablar de los humanos, en tanto que hablar de mortales, no reposa en sí mismo. El hablar de los mortales reside en la relación al hablar del habla. Heideggeriana: Linguagem1950

A su tiempo se hará inevitable la reflexión de cómo en el hablar del habla, en tanto que son del silencio de la Diferencia, el hablar de los mortales y su enunciación advienen a su propiedad. En la enunciación, sea discurso o sea escritura, se rompe el silencio. ¿En qué se rompe el son del silencio? Roto, ¿cómo llega a la enunciación de la palabra? ¿De qué modo determina el apaciguamiento roto la palabra de los mortales que suena en versos y frases? Si, a la sazón, el pensamiento llegara algún día a responder a estas preguntas, deberá, sin embargo, guardarse de considerar la enunciación e incluso la expresión como los elementos decisivos del hablar humano. Heideggeriana: Linguagem1950

La vertebración (Gefüge) del hablar humano no puede ser más que el modo (helos) en el que el hablar del habla – el son del silencio de la Diferencia – lleva a los mortales a la apropiación por el mandato de la invocación de la Diferencia. Heideggeriana: Linguagem1950

El modo según el cual los mortales, llamados desde la Diferencia en la misma, hablan a su vez, es el Corresponder. El hablar humano, antes que nada, debe haber escuchado el mandato de la invocación en tanto que cual el silencio de la Diferencia llama mundo y cosa al desgarro de su simplicidad. Cada palabra del hablar de los mortales habla desde esta escucha y en tanto que tal escucha. Heideggeriana: Linguagem1950