Quien hable de esta decisión, supone que el pensar se encuentra, respecto de la determinación de su asunto, en un estado de indecisión. ¿En qué consiste ésta? Presumiblemente en que el pensar, en su forma de largo ya tradicional, ha alcanzado su final. Si fuese éste el caso, entonces se habría decidido por cierto con su final el destino de la filosofía, mas no el destino del pensar. Pues sigue siendo posible el que, al final de la filosofía se oculte un otro inicio del pensar. Lo recién dicho podría tenerse por una serie de afirmaciones no demostradas. Pero son tan sólo preguntas. Heideggeriana: AssuntoPensar
En el final de la filosofía se cumple la indicación que el pensar filosófico sigue desde su comienzo, a lo largo del camino de su historia. Al final de la filosofía se sigue seriamente con la última posibilidad de su pensar. Podemos experimentar esto en un proceso que se puede caracterizar con pocas frases. Heideggeriana: AssuntoPensar
El final de la filosofía está caracterizado por la disolución de sus disciplinas en ciencias autónomas, cuya renovada unidad se viene preparando con la cibernética. No obstante, si se quisiera evaluar la disolución de la filosofía en las ciencias y su separación mediante la cibernética como un fenómeno de mera caída, entonces se habría perdido con ello la visión temática de aquello que se mienta con el final de la filosofía. Heideggeriana: AssuntoPensar
El juicio sería también precipitado, porque hasta ahora sólo hemos nombrado características del final de la filosofía, mas todavía no hemos pensado lo peculiar del final. Heideggeriana: AssuntoPensar
En la marcha de la historia de la filosofía se transforman la experiencia y la interpretación de la presencia de lo presente. El final de la filosofía se ha alcanzado cuando esta transformación se cumple en su última posibilidad. La historia de esta transformación y de su consumación no fue reconocida hasta entonces, porque se ponía al pensamiento griego bajo las representaciones modernas. El ejemplo clásico de este proceder sigue siendo la interpretación que da Hegel de la Historia de la Filosofía. Heideggeriana: AssuntoPensar
Porque la cibernética sin poder saberlo, ni pensarlo, se mantiene subordinada a la citada transformación de la presencia de lo presente, es que únicamente ella debe ser aducida como característica del final de la filosofía. Esta misma se basa en que, con la disponibilidad de lo presente se ha alcanzado la última posibilidad en la transformación de la presencia. A partir de allí se tornan disponibles para el representar los diferentes recintos de lo presente. Las disciplinas del pensar arregladas conforme a ello, pueden dirigirse independientemente hacia su cultivo. La disolución de la filosofía se despliega como una tarea disponible, cuya unidad de ser es disuelta por el surgimiento de la cibernética. Heideggeriana: AssuntoPensar
El final de la filosofía lleva un doble sentido: por un lado, significa la consumación de un pensar, el filosófico, al que se muestra lo presente con el carácter de la disponibilidad; y por el otro, esa forma de la presencia contiene precisamente la referencia al poder del provocante imponer, cuya determinación exige un nuevo pensar, para el que la presencia como tal se vuelva problemática. Pues, ella trae consigo algo aún impensado, cuya peculiaridad se le sustrae al pensar filosófico. Heideggeriana: AssuntoPensar
Wisser: Muy evidentemente, lo que a usted le importa ante todo es la deconstrucción de la subjetividad, y no lo que actualmente se escribe con letras mayúsculas, lo Antropológico y lo Antropocéntrico, no la idea que el hombre ya tendría, en el conocimiento que tiene de sí mismo y en la acción que realiza, capturada su propia esencia. Usted invita al hombre a prestar atención preferentemente a la experiencia del «ser-ahí» (Da-sein), donde el hombre se reconoce como una esencia abierta al Ser y el Ser se le ofrece como des-velamiento (Un-verborgenheit). Toda su obra está dedicada a probar la necesidad de una transformación así del ser del hombre a partir de la experiencia del ser «ahí». ¿Encuentra usted indicios que le permitan creer que este pensar considerado como necesario se hará realidad? Heidegger: Nadie sabe cuál será el destino del pensar. En 1964, en una conferencia que no pronuncié yo mismo, pero cuyo texto traducido fue leído en París, hablé de «El final de la filosofía y la tarea del pensar». Hago entonces una diferenciación entre la filosofía, es decir la metafísica, y el pensamiento, tal como lo entiendo. El pensar que, en esta conferencia, diferencio de la filosofía -lo que ocurre sobre todo cuando intento aclarar la esencia de la aletheia griega – este pensar, es fundamentalmente en su relación con la metafísica, mucho más simple que la filosofía, pero, precisamente debido a su simplicidad, es mucho más difícil de cumplir. Y éste exige: un cuidado nuevo del lenguaje, y no una invención de términos nuevos, como había pensado yo, antaño; mucho más un retorno al contenido originario de la lengua que nos es propia, pero que es víctima (que está a la merced) de un deterioro continuo. Un pensador por venir que tal vez esté emplazado ante la tarea de asumir efectivamente este pensar que intento preparar, deberá acomodarse según una palabra que Heinrich von Kleist escribió un día y que dice: «Quedo borrado ante alguien que aún no está aquí, y me inclino, con un milenio de distancia, ante su espíritu». Heideggeriana: Wisser