Primero, una observación sobre el primer indicador de la facticidad. El título que hemos empezado poniéndole: ontología. “Ontología” significa doctrina del ser. Si al escuchar este término no se saca otra cosa que una vaga indicación acerca de que aquello que se va a investigar en lo que sigue y aquello de lo que se va a hablar (mediante alguna forma de tematización) es el ser, entonces la palabra ontología, en tanto que título, ha prestado todo el servicio que puede prestar. Pero si por ontología se entiende la denominación de una disciplina, que, por poner un ejemplo, pudiera situarse en el ámbito de tareas de la Neoescolástica o en el de la escolástica fenomenológica o en el de corrientes de la filosofía académica determinadas o influidas por la Fenomenología, entonces la palabra ontología es inadecuada como título para el tema que sigue y para el modo de tratar ese tema. Heideggeriana: GA63
El Dasein humano sólo puede relacionarse con lo ente si se mantiene en la nada. El ir más allá de lo ente ocurre en la esencia del Dasein. Pero es que este ir más allá es la propia metafísica. Es eso lo que explica y determina el que la metafísica forme parte de la “naturaleza del hombre” No es ni una disciplina de la filosofía académica ni el ámbito de ocurrencias arbitrarias. La metafísica es el acontecimiento fundamental del Dasein. Es el Dasein mismo. Y puesto que la verdad de la metafísica habita en este fondo abismal, tiene permanentemente al acecho y en su vecindad más próxima la posibilidad del más profundo de los errores. Y por eso no hay ciencia cuyo rigor iguale la seriedad de la metafísica. La filosofía nunca puede medirse por el baremo de la idea de la ciencia. Heideggeriana: OQM