La facultad interpretativa de la “alegoría de la caverna” concentrase en hacer visible y conocible la esencia de la paideía en lo gráfico de la historia narrada. Preventivamente Platón quiere también mostrar que la esencia de la paideía no consiste en verter meros conocimientos en el alma desprevenida como en un recipiente vacío cualquiera colocado delante, ya que, contrariamente a esto, la auténtica cultura aprehende y transforma al alma en su totalidad, en la medida en que previamente desplaza al hombre a su lugar esencial y a éste lo acostumbra. Que la esencia de la paideía, en la “alegoría de la caverna”, debe ser reducida a imagen, lo dice y a con bastante claridad el párrafo con que Platón al comienzo del libro VII introduce la narración: Metá taúta dée, eípon, apeíkason toioútoo páthei téen heemeterán physin paideías te péri kaí apaideusías. “Hazte después de esta clase de experiencia (presentada a continuación) una visión (de la esencia) de la “cultura” como así también de la incultura, lo cual (conjuntamente por cierto) concierne a nuestro humano ser en su fundamento.” Heideggeriana: PDT
Pero si ya dentro de la caverna el apartar la mirada de las sombras hacia el resplandor del fuego y las cosas que en él se muestran es dificultoso y hasta se frustra, entonces el llegar a ser libre en el aire libre fuera de la caverna requiere totalmente la máxima paciencia y esfuerzo. La liberación no se sigue del mero desprenderse de las ligaduras y no consiste en el desenfreno, sino que comienza como la constante habituación en el fijarse de la mirada sobre los nítidos contornos de las cosas que se mantienen firmes en su aspecto. La liberación propiamente dicha es la persistencia en ese volverse hacia lo que aparece en su aspecto, y en este aparecer es lo más desoculto. De modo que la libertad sólo subsiste con este carácter como tal volverse hacia, el cual también realiza la esencia de la paideía, como una reversión. La perfección esencial de la “cultura” sólo puede, en consecuencia, realizarse en el dominio y sobre la base de lo más desoculto, es decir, de lo aleethéstaton, es decir, de lo más verdadero, o sea de la verdad propiamente dicha. La esencia de la “cultura” se funda en la esencia de la “verdad”. Heideggeriana: PDT
En razón de que la paideía tiene su esencia en la periagogée hóles tées psyjées, ella es, como tal giro (o reversión), constantemente la superación de la apaídeusía. La paideía contiene en sí la esencial referencia retrospectiva a la incultura. Y si ya la “alegoría de la caverna”, conforme a la propia interpretación de Platón, ha de tornar gráfica la esencia de la paideía, entonces esta ilustración tiene que hacer visible también precisamente este momento esencial, la constante superación de la incultura. Es por ello que en la historia la narración no concluye, como se cree, con la descripción del más alto escalón alcanzado en el ascenso desde la caverna. Por el contrario, pertenece a la “alegoría” el relato de un retorno del liberado a la caverna hasta los todavía encadenados, con el designio de apartarlos de lo que es para ellos lo desoculto y conducirlos ante lo más desoculto. Pero este liberador ya no se puede orientar en la caverna; corre el riesgo de sucumbir a la supremacía de la verdad allí reguladora, es decir, a la pretensión de la “realidad” común como la única, amenazándole la posibilidad de ser sacrificado, posibilidad que, en el destino de Sócrates, “maestro” de Platón, se hizo efectiva. Heideggeriana: PDT
De la esencia de la idea suprema resulta, para toda mirada circunspecta en el orden práctico, hoti deí taúteen ideín tón méllonta emphrónoos práxein ée idía ée deemosía (517 c, 4-5) , “que, quien quiera obrar con circunspección, sea en asuntos personales, sea en asuntos públicos, tiene que tenerla a la vista” (a la idea que como el hacer posible de la esencia de la idea, se denomina el bien). Quien quiera, pues, y deba obrar en un mundo determinado por “la idea”, necesita ante todo de la visión de las ideas. La esencia de la paideía consiste, por tanto, también en liberar al hombre y afirmarlo para la lúcida constancia de la visión esencial. Ahora bien, puesto que, conforme a la propia interpretación platónica, la “alegoría de la caverna” ha de traer a imagen perceptible la esencia de la paideía, tiene también, por lo mismo, que relatar el ascenso hacia la visión de la idea suprema. Heideggeriana: PDT