cotidianidad

Alltäglichkeit

Entretanto, en conformidad con las pretensiones y exigencias de la época, el ejercicio efectivo de la historiografía ha pasado de la ciencia especializada al periodismo. La palabra, comprendida de modo recto y no peyorativo, nombra la instauración y el aseguramiento metafísico de la cotidianidad de la época incipiente en la forma de una historiografía que trabaja de manera segura, es decir con la mayor velocidad y fiabilidad posibles, y por medio de la cual se sirve a cada uno la objetividad del día que resulte en cada caso utilizable. Ella contiene, al mismo tiempo, el reflejo de la objetivación del ente en su totalidad que se está llevando a cabo. 1318 Heideggeriana: NiilismoSer

Pero de lo que se trata es de una explicación hermenéutica, no de un informe mundano sobre lo que “pasa hoy”, en nuestros días, esto no es sino cotidianidad, un enfrascarse, agotarse o perderse dentro del mundo, es decir, un enfrascarse, agotarse o perderse en aquello, dentro de aquello que en el mundo aparece, es decir, hablar a partir del mundo, es decir, cuidarse de lo que fuere en el mundo. Estas dos posibilidades de que el análisis, ya en su propio enfoque, es decir, en su propio inicio, se empiece ya con mal pie, no son casuales, sino que radican en el camino mismo que el análisis ha de recorrer. La ejecución de la tarea hermenéutica ha de luchar constantemente con la posibilidad de derivar hacia alguno de esos dos lados. 3132 Heideggeriana: GA63

5. En tanto el ser-ahí es un ente al que va anejo el soy yo y a la vez está determinado como ser-juntamente-con-otros, mayormente y como término medio no soy yo mismo mi ser-ahí , sino que lo son los otros; yo soy con los otros, y los otros son igualmente con los otros. Nadie es él mismo en la cotidianidad. Lo que allí es y cómo es alguien, presenta la faz del nadie: nadie y, sin embargo, todos juntamente. Todos coinciden en no ser él mismo. Este nadie, que nos vive en la cotidianidad, es el “uno”. Se dice, se escucha, se está a favor de algo, se cuida de algo. En la obstinación del dominio de este “uno” descansan las posibilidades de mi ser-ahí , y a partir de esta nivelación es posible el “yo soy”. Un ente, que es la posibilidad del “yo soy”, es como tal generalmente un ente que uno es. 3328 Heideggeriana: BZ

8. El ser-ahí no puede demostrarse a manera de un ente; tampoco podemos mostrarlo. La relación primaria con el ser-ahí no es la de la contemplación, sino la de “serlo”. El experimentarse, o el habla sobre sí mismo, o la auto-interpretación, sólo es un modo particular y determinado en el que el ser-ahí se tiene en cada caso a sí mismo. Como término medio la interpretación del ser-ahí está dominada por la cotidianidad, por aquello que se acostumbra a decir sobre el ser-ahí y la vida humana, está dominada por el “uno”, por la tradición. 3334 Heideggeriana: BZ

En tanto el encaminarse anticipadamente al haber sido retiene a éste en el “cómo” de lo respectivo de cada uno, el ser ahí mismo se hace visible en su “cómo”. En encaminarse al haber sido es el arranque del ser-ahí frente a su posibilidad más extrema; y en en tanto este “arrancar frente” va en serio, el ser-ahí en esa carrera es arrojado de nuevo al ser-ahí de sí mismo. Se trata del regreso del ser-ahí a la cotidianidad, cotidianidad que él es todavía, de tal manera que el haber sido, en cuanto “cómo” propio, descubre también la cotidianidad en su “cómo”, la recupera en el “como” con sus trajines y afanes. Recupera en el “cómo” todo “qué”, todo cuidar y planificar. 3354 Heideggeriana: BZ

Este respectivo haber sido, en cuanto “cómo”, lleva al ser-ahí inexorablemente a la singular posibilidad de sí mismo, le permite estar enteramente solo sobre sus propios pies. El haber sido tiene la fuerza de situar al ser-ahí entre lo acongojante en medio de su grandiosa cotidianidad. La anticipación, en tanto pone ante el ser-ahí la posibilidad más extrema, es la realización fundamental de la interpretación del ser-ahí. La anticipación asume el aspecto fundamental bajo el que se sitúa el ser-ahí y muestra al mismo tiempo que la categoría fundamental de este ente es el “cómo”. 3356 Heideggeriana: BZ

El ser-ahí , en cuanto el presente del procurarse, se mantiene en aquello de lo que se ocupa. Cansado de llenar el día, se harta del “qué”. Pronto al ser-ahí se le hace largo el tiempo, a ese ser-ahí descrito como ser-presente, que nunca tiene tiempo. El tiempo se vuelve vacío porque de antemano el ser-ahí ha hecho largo el tiempo en la pregunta por el cuánto. En cambio, el constante volver en la anticipación al haber sido nunca provoca aburrimiento. El ser-ahí desearía que cosas constantemente nuevas le salieran al paso en su presente. A tenor de la cotidianidad el acontecer del mundo se produce en el tiempo, en el presente. El mundo cotidiano vive pendiente del reloj, es decir, el cuidado vuelve incesantemente sobre el ahora; dice: de ahora hasta entonces, hasta el siguiente ahora. 3372 Heideggeriana: BZ

El ser-ahí, determinado como un ser con otros, significa a la vez: estar guiado por la interpretación dominante que el ser-ahí ofrece de sí mismo, por aquello que se opina, por la moda, por las corrientes, por lo que sucede: por lo que corrientemente no es nadie, por la moda, o sea, por nadie. En la cotidianidad el ser-ahí no es el ser que yo soy; más bien, la cotidianidad del ser-ahí es aquel ser que uno es. Y de acuerdo con ello el ser-ahí es el tiempo en el que se está con los otros: el tiempo del “uno”. El reloj que uno tiene, cualquier reloj, muestra el tiempo del ser-uno-con-otros-en-el-mundo. 3374 Heideggeriana: BZ

De ahí que la cotidianidad hable de sí misma como algo en lo que la naturaleza sale constantemente al encuentro. El hecho de que los acontecimientos se produzcan el el tiempo no significa que tengan tiempo: significa más bien que ellos, produciéndose y estando ahí, nos salen al encentro como si transcurrieran a través de un presente. Este tiempo del presente es explicitado como un decurso que constantemente pasa por el ahora; secuencia acerca de la cual se afirma que su dirección es única e irreversible. Todo lo acontecido se desliza desde un futuro sin fin hacia un pasado irreversible. 3378 Heideggeriana: BZ

Pero el hecho de que el tiempo se defina primera y mayormente así, radica en el propio ser-ahí. El carácter respectivo es constitutivo del mismo. El ser-ahí es el mío en su propiedad sólo en cuanto posible. Nos encontramos al ser-ahí mayormente en la cotidianidad. Ahora bien, la cotidianidad sólo puede entenderse como la temporalidad determinada que huye del futuro genuino, si se confronta con el tiempo propio del ser futuro del haber sido. Lo que el ser-ahí dice del tiempo, lo dice desde la cotidianidad. El ser-ahí, anclado en su presente, dice: el pasado es lo que fue, es irrecuperable. Éste es el pasado del presente de la vida cotidiana, que se demora en el presente de sus trajines. Por ello el ser-ahí, como presente así determinado, no ve lo pasado. 3386 Heideggeriana: BZ

Primeramente, una provisoria indicación dirigida al tiempo que nos sale al encuentro en la cotidianidad, al tiempo de la naturaleza y del mundo. El interés por lo que sea el tiempo ha sido despertado de nuevo en el presente por el desarrollo de la investigación física en su reflexión sobre los principios fundamentales de la aprehensión y determinación que en ella han ser llevadas a cabo: la medición de la naturaleza en [el marco de] un sistema de relaciones espacio-temporales. El estado actual de esta investigación está fijado en la teoría einsteiniana de la relatividad. Algunas proposiciones de ésta: el espacio no es nada en sí mismo; no hay un espacio absoluto. Existe solamente en virtud de los cuerpos y las energías contenidas en él. (Una antigua proposición aristotélica:) También el tiempo no es nada. Persiste sólo a consecuencia de los acontecimientos que tienen lugar en él. No hay un tiempo absoluto, y tampoco una simultaneidad absoluta. — En virtud del aspecto destructivo de esta teoría fácilmente se pasa por alto el aspecto positivo, y es que ella demuestra, frente a las transformaciones arbitrarias, la invariancia de las ecuaciones que describen los procesos naturales. 3423 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

5. En la medida en que el Dasein es un ente que yo soy, y está determinado a la vez como ser-uno-con-otro, las más de las veces y en promedio no soy yo mismo mi Dasein, sino los otros; yo soy con los otros, y los otros, asimismo, con los otros. Ninguno es él mismo en la cotidianidad. Lo que él es y cómo es, no lo es nadie: ninguno y, no obstante, todos, unos con otros. Este Nadie, por el cual nosotros mismos somos vividos en la cotidianidad, es el “Uno”. Uno dice, uno escucha, uno está por esto, uno procura. En la tenacidad del dominio de este Uno residen todas las posibilidades de mi Dasein, y a partir de esta nivelación es posible el “yo soy”. Un ente que es la posibilidad del “yo soy” es, como tal, las más de las veces un ente que uno es. 3449 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

8. No se puede probar al Dasein como ente, y ni siquiera se lo puede señalar. La relación primaria al Dasein no es la contemplación, sino el “serlo” (das “es sein”). El experimentarse, así como el hablar-sobre-sí-mismo, la auto-interpretación, es sólo un determinado modo señalado en que el Dasein se tiene en cada caso a sí mismo. En promedio, la interpretación del Dasein está dominada por la cotidianidad, por aquello que se opina sobre el Dasein y la vida humana de modo tra-dicional (über-lieferter), por el Uno, por la tradición (Tradition). 3455 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

En la medida en que este precursar hacia el haber-pasado mantiene firmemente a éste en el Cómo de la eventualidad, el Dasein mismo se vuelve visible en su Cómo. El precursar hacia el haber-pasado es el correr del Dasein al encuentro (gegen) de su más extrema posibilidad; y en la medida en que este “correr al encuentro” es serio, aquél es arrojado de vuelta, en este correr, al ser-aún de sí mismo. Esto es el regresar del Dasein a su cotidianidad, que todavía es, y de modo tal que el haber-pasado, en cuanto Cómo propio descubre también a la cotidianidad en su cómo, la lleva, en su ocupación y su ajetreo, de vuelta al Cómo. Trae de vuelta al Cómo todo qué, [todo] curar y [todo] hacer planes. 3473 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

Este haber-pasado-de, en cuanto Cómo, trae al Dasein sin miramientos a la única posibilidad de sí mismo, lo hace instalarse completamente solo sobre sí mismo. Este haber-pasado tiene el poder (vermag) de instalar al Dasein, en medio de la esplendidez de su cotidianidad, en la inhospitalaria extrañeza (Unheimlichkeit). En la medida en que le pone por delante al Dasein la más extrema posibilidad, la precursión es el cumplimiento fundamental de la interpretación del Dasein. La precursión arrebata la perspectiva fundamental bajo la cual se pone el Dasein. Muestra, al mismo tiempo, que la categoría fundamental de este ente es el Cómo. 3475 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

El Dasein es propiamente consigo mismo (bei ihm selbst), es verdaderamente existente (existent), cuando se mantiene en este precursar. Este precursar no es otra cosa que el propio y único futuro del Dasein propio. En el precursar el Dasein es su futuro, de tal suerte que, en este ser-futuro (Zukünftigsein), vuelve sobre su pasado y su presente. El Dasein, concebido en su más extrema posibilidad de ser, es el tiempo mismo, no en el tiempo. En cuanto [es] el Cómo propio del ser-temporal, el ser-futuro así caracterizado es el modo de ser del Dasein en el cual y a partir del cual éste se da su tiempo. Manteniéndome en el precursar junto a mi haber-pasado tengo tiempo. Toda habladuría (Gerede), aquello en lo que ésta se entre-tiene, toda agitación, toda ocupación, todo bullicio y toda correría se desploma. No tener tiempo significa arrojar el tiempo en el mal presente de la cotidianidad. Ser-futuro da tiempo, configura el presente y permite repetir el pasado en el cómo de su ser-vivido. 3479 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

El Dasein, como presente procurante, se mantiene junto a aquello que procura. Se hastía en el qué, se hastía de llenar el día. Al Dasein, como ser-presente, que jamás tiene tiempo, a este Dasein se le hace el tiempo, de pronto, largo. El tiempo se vacía, porque el Dasein ha alargado el tiempo desde un comienzo en la pregunta por el cuánto, mientras que el constante volver en el precursar hacia el haber-pasado no deviene jamás aburrido (langweilig). El Dasein quisiera que siempre le saliese al encuentro algo nuevo en el propio presente. En la cotidianidad, el acontecer del mundo sale al encuentro en el tiempo, en el presente. El día a día vive con el reloj, y esto quiere decir que el procurar vuelve sin fin al ahora; dice: ahora, desde ahora hasta entonces, hasta el siguiente ahora. 3489 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

El Dasein, determinado como ser-uno-con-otro, quiere decir a la vez: ser conducido por la interpretación dominante que el Dasein da acerca de sí mismo; de lo que uno opina, de la moda, de las corrientes, de lo que está pasando: de la corriente, que no es ninguno, de lo que es la moda: nadie. El Dasein no es en la cotidianidad el ser que yo soy, antes bien, la cotidianidad del Dasein es aquel ser que uno es. Y, según esto, el Dasein es el tiempo, en que uno está uno-con-otro: el tiempo de “uno”. El reloj que uno tiene, cada reloj muestra el tiempo del ser-uno-con-otro-en-el-mundo. 3491 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

De ahí que la cotidianidad hable de sí como aquello dentro de lo cual la naturaleza sale constantemente al encuentro. Que los acontecimientos sean en el tiempo no significa que tienen tiempo, sino que, adviniendo (vorkommend) y teniendo-lugar (daseiend), salen al encuentro en tanto que discurren a través de un presente. Este tiempo presente se explica como curso secuencial que rueda constantemente a través del ahora; una sucesión de la cual se dice que el sentido direccional es único e irreversible. Todo lo aconteciente rueda desde un futuro sin fin hacia el pasado irrecuperable. 3495 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)

Pero que el tiempo sea definido así inmediata y regularmente (zunächst und zumeist) estriba en el Dasein mismo. La eventualidad es constitutiva. El Dasein es mío en su propiedad sólo en cuanto posible. El Dasein es ahí, las más de las veces, en la cotidianidad, la cual, sin embargo, como aquella determinada temporalidad que huye ante la futuridad, sólo puede ser comprendida cuando se la confronta con el tiempo propio del ser-futuro del haber-pasado. Lo que dice el Dasein acerca del tiempo, lo pronuncia a partir de la cotidianidad. [Que] el Dasein [sea] en cuanto pendiente de su presente quiere decir que el pasado es el haber-pasado, [que] es irrecuperable. Este es el pasado del presente de lo cotidiano, que se entre-tiene en el presente de sus trajines. Por eso, el Dasein, en cuanto presente así determinado, no ve lo pasado. 3503 Heideggeriana: EL CONCEPTO DEL TIEMPO (1924)