contexto histórico

Una función no menos esencial desempeña el concepto de tiempo en la segunda tarea principal del método histórico: en el poner de manifiesto el contexto (Zusammenhang) de los hechos previamente fijados en detalle. Allí se trata en principio de comprender correctamente los hechos particulares en su significación para el contexto, es decir, se trata de interpretar correctamente el contenido objetivo de las fuentes.

Un ejemplo interesante de la función abarcadora del concepto de tiempo en la historia la ofrece la investigación reciente de Troeltsch sobre San Agustín (NA: Agustin. Die christliche Antike un das Mittelalter im Abschluss an die Scrift “De civitate Dei”. 1915) Troeltsch muestra que San Agustín “en verdad es término y culminación de la antigüedad cristiana, su último y más grande pensador, su hombre de la praxis espiritual y su tribuno. El Tiene que ser comprendido en primer lugar, a partir de esto” (NA: Idem, pág. 6). Por otra parte caracteriza Troeltsch categóricamente a la antigüedad cristiana a partir de San Agustín. Esta característica le posibilita entonces delimitar el segundo período en la historia del cristianismo con respecto al primer período. Troeltsch escribe además con respecto a las distinciones de los grandes períodos: “Estos deben ser establecidos según la pertenencia de la Iglesia cristiana a las respectivas circunstancias culturales generales.”(NA: Idem, pág. 172) (CTCH)