Heidegger, fenomenologia, hermenêutica, existência

Dasein descerra sua estrutura fundamental, ser-em-o-mundo, como uma clareira do AÍ, EM QUE coisas e outros comparecem, COM QUE são compreendidos, DE QUE são constituidos.

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a la mano

quarta-feira 13 de dezembro de 2023

zuhanden

El modo de ser de este ente es el estar A LA MANO. Pero el estar A LA MANO no debe ser entendido como mero carácter aprehensivo [NH: Pero sí como un carácter de la comparecencia [o encuentro].], como si al «ente» inmediatamente compareciente se le endosasen luego tales «aspectos», y de esta manera se «colorease subjetivamente» una materia cósmica, que estaría primero presente en sí. Una interpretación orientada de este modo no advierte que para ello el ente tendría que ser comprendido y descubierto primero como algo que sólo estaría-ahí, y que en el curso del trato que descubre el «mundo» y se lo apropia, cobraría luego primacía y liderazgo. Pero esto va en contra del sentido ontológico del conocimiento, acerca del cual hemos hecho ver que es un modo fundado del estar-en-el-mundo. El conocimiento no logra poner al descubierto lo que solamente está-ahí sino pasando a través de lo A LA MANO en la ocupación. El estar A LA MANO es la determinación ontológico-categorial del ente tal como es «en sí». Pero – se dirá – sólo «hay» lo A LA MANO a base de lo que está-ahí. Pero ¿se sigue de aquí – si aceptáramos esta tesis – que el estar A LA MANO se funda ontológicamente en el estar-ahí? STJR   §15

Sin embargo, aunque en el progreso de la interpretación ontológica se comprobara que el estar A LA MANO es el modo de ser del ente inmediatamente descubierto dentro del mundo, y aunque se llegara a demostrar incluso su carácter originario frente al puro estar-ahí, ¿se habrá conseguido algo con lo hasta aquí explicitado para la comprensión ontológica del fenómeno del mundo? Porque, a decir verdad, en la interpretación de este ente intramundano el mundo ya ha sido siempre previamente «supuesto». La integración de estos entes en una suma total no produce ciertamente algo así como un «mundo». ¿Hay algún camino desde el ser de este ente hasta la exposición del fenómeno del mundo? STJR   §15

Lo A LA MANO comparece intramundanamente. El ser de este ente, el estar A LA MANO, se halla, por consiguiente, en alguna relación ontológica con el mundo y la mundaneidad. El mundo ya está siempre «presente» [schon «da»] en todo lo A LA MANO. El mundo ya está previamente descubierto [NH: despejado [gelichtet]] en todo lo que comparece, aunque no lo está en forma temática. Pero puede también resplandecer en ciertas formas del trato en el mundo circundante. El mundo es aquello desde lo cual lo A LA MANO está A LA MANO. ¿Cómo puede hacer el mundo que comparezca lo A LA MANO? El análisis hecho hasta aquí ha mostrado que el ser de lo que comparece dentro del mundo queda en libertad para la circunspección ocupada que cuenta con aquel ente. ¿En qué consiste este previo dejar en libertad, y cómo ha de ser entendido en cuanto característica ontológica del mundo? ¿Cuáles son los problemas que plantea la pregunta por la mundaneidad del mundo? STJR   §18

La constitución pragmática de lo A LA MANO ha sido dada a conocer como remisión. ¿Cómo puede el mundo dejar en libertad el ser del ente que tiene este modo de ser?, ¿por qué comparece este ente en primer lugar? Como formas de remisión hemos mencionado la utilidad para, la nocividad, la empleabilidad, etc. El para-qué [Wozu] de una utilidad y el en-qué de una empleabilidad esbozan cada vez la posible concreción de la remisión. El «señalar» del signo, el «martillar» del martillo no son empero propiedades de un ente. No son en absoluto propiedades, si con este término ha de designarse la estructura ontológica de una posible determinación de las cosas. Lo A LA MANO tiene a lo sumo aptitudes e inaptitudes, y sus «propiedades» están, por así decirlo, latentes en aquéllas, así como el estar-ahí, en cuanto posible modo de ser de un ente A LA MANO, está latente en el estar A LA MANO. La utilidad (remisión), como constitución pragmática, tampoco es una aptitud de un ente, sino la condición ontológica de posibilidad para que éste pueda ser determinado por aptitudes. Pero entonces, ¿qué quiere decir remisión? Que el ser de lo A LA MANO tenga la estructura de la remisión significa: tiene en sí mismo el carácter del estar-remitido [Verwiesenheit]. El ente queda puesto al descubierto con vistas a que, como ese ente que él es, está remitido a algo. Pasa con él que tiene su cumplimiento en algo. El carácter de ser de lo A LA MANO es la condición respectiva. En la palabra Bewandtnis resuena el sentido de dejar que algo quede vuelto hacia algo [bewenden lassen mit etwas bei etwas]. La relación de lo que queda [vuelto hacia…] con aquello hacia lo que queda vuelto, será significada por el término remisión. STJR   §18

Las zonas no se constituyen mediante cosas que están-ahí juntas, sino que ya están siempre A LA MANO en los correspondientes lugares propios. Los lugares propios les son asignados a los entes A LA MANO en la circunspección del ocuparse, o son descubiertos como tales. Lo que está constantemente A LA MANO y que el estar-en-el-mundo circunspectivo toma en cuenta de antemano, tiene, por eso, su lugar proprio. El «donde» de su estar-a-la-mano es tomado en cuenta en la ocupación y se orienta hacia los demás entes A LA MANO. De esta manera, el sol, cuya luz y calor son usados cotidianamente, tiene, por la variable empleabilidad de aquello que él dispensa, sus lugares especiales, circunspectivamente descubiertos: levante, mediodía, poniente, medianoche. Los lugares propios de este ente que está constantemente A LA MANO de manera variable pero regular, se convierten en «indicadores» fuertes de las zonas que hay en ellos. Estos puntos cardinales [Himmelsgegenden], que no tienen todavía necesariamente un significado geográfico, proporcionan el previo adónde [Wohin] de toda particular conformación de zonas susceptibles de ser ocupadas con lugares propios. La casa tiene su lado del sol y su lado de la sombra; por ellos se orienta la distribución de los «espacios» y, dentro de éstos, la disposición del alhajamiento de acuerdo, en cada caso, al carácter que tiene como útil. Las iglesias y las tumbas, por ejemplo, están situadas de acuerdo con la salida y la puesta del sol, zonas de la vida y de la muerte, desde las cuales el Dasein mismo está determinado desde el punto de vista de sus más propias posibilidades-de-ser en el mundo. La ocupación del Dasein, a quien en su ser le va este mismo ser, descubre previamente las zonas con las cuales él tiene cada vez una relación decisiva. El previo descubrimiento de las zonas está codeterminado por la totalidad respeccional con vistas a la cual lo A LA MANO es puesto en libertad en su comparecer. STJR   §22

El descubrimiento acircunspectivo y puramente contemplativo del espacio neutraliza las zonas circunmundanas convirtiéndolas en dimensiones puras. Los lugares propios y la totalidad de lugares propios del útil A LA MANO establecida por la circunspección se reducen a una multiplicidad de lugares que pueden ser ocupados por cualquier cosa. La espacialidad de lo intramundanamente A LA MANO pierde, junto con éste, su carácter de condición respectiva. El mundo pierde lo que tiene de específicamente circundante; el mundo circundante se convierte en mundo natural. El «mundo» como conjunto de útiles A LA MANO queda espacializado en una trama de cosas extensas que sólo están-ahí. El espacio natural homogéneo sólo se muestra por la vía de un particular modo de descubrimiento del ente que comparece, modo que tiene el carácter de una específica desmundanización de la mundicidad de lo A LA MANO. STJR   §24

El ocupado estar en medio de lo A LA MANO se da a comprender desde la significatividad abierta en la comprensión del mundo, la condición respectiva que puede tener lo que comparece. Que la circunspección descubre quiere decir que ella interpreta el mundo ya comprendido. Lo A LA MANO accede explícitamente a la visión comprensora. Todo preparar, ordenar, arreglar, mejorar, completar, se lleva a cabo en tanto que lo circunspectivamente A LA MANO es explicitado en su para-qué [Wozu] y se hace objeto de un ocuparse que se rige por lo que se ha hecho visible en esta explicitación. Lo que la circunspección explícita en su para-qué [Wozu], y precisamente en cuanto tal, lo explícitamente comprendido, tiene la estructura de algo en cuanto algo. A la pregunta circunspectiva acerca de lo que sea este determinado ente A LA MANO, la interpretación circunspectiva responde diciendo: es para… La indicación del para-qué [Wozu] no consiste simplemente en nombrar algo, sino que lo nombrado es comprendido en esta forma: lo que está en cuestión debe ser considerado como tal. Lo abierto en el comprender, lo comprendido, ya es accesible siempre de un modo tal que en él se puede destacar explícitamente su «en cuanto qué». El «en cuanto» expresa la estructura explicitante de lo comprendido; es lo constitutivo de la interpretación. El trato circunspectivo-interpretante con el ente A LA MANO del mundo circundante, que lo «ve» en cuanto mesa, puerta, coche o puente, no tiene necesidad de exponer también en un enunciado determinativo lo circunspectivamente interpretado. Toda simple visión antepredicativa de lo A LA MANO ya es en sí misma comprensora-interpretante. ¿Pero no es la carencia de este «en cuanto» lo que constituye la simplicidad de la pura percepción? El ver que tiene lugar en esta visión es siempre comprensor-interpretante. Encierra en sí los respectos remisionales explícitos (del para-qué [Wozu]) que son propios de la totalidad respeccional a partir de la cual queda comprendido lo simplemente compareciente. La articulación de lo comprendido en el acercamiento interpretante del ente en la forma de «algo en cuanto algo» es previa al enunciado temático acerca de él. No es en éste donde surge por vez primera el «en cuanto», sino que en él tan sólo se expresa; lo que no sería posible si no se encontrara allí como expresable. El que a la simple visión le pueda faltar el carácter explícito de un enunciado no autoriza a negarle a esta visión toda interpretación articuladora y, consiguientemente, la estructura del «en cuanto». La simple visión de las cosas inmediatas en el habérselas con ellas comporta de un modo tan originario la estructura de la interpretación que precisamente una aprehensión de algo, por así decirlo, libre de «en cuanto» demanda una cierta readaptación. El nada-más-que-tener-ante-sí una cosa se da en el puro quedarse mirando esa cosa en cuanto ya-no-comprenderla. Esta percepción carente de «en cuanto» es una privación del simple ver comprensor, no más originaria que éste, sino derivada de él. Que el «en cuanto» no esté expresado ónticamente no debe inducir a pasarlo por alto como estructura existencial a priori del comprender. STJR   §32

Pero si ya toda percepción de un útil A LA MANO es comprensora-interpretante y deja comparecer circunspectivamente algo en cuanto algo, ¿no quiere entonces decir esto que primero se experimenta una cosa que está puramente ahí, y que luego se la entiende en cuanto puerta o en cuanto casa? Esto sería malentender la específica función aperiente de la interpretación. La interpretación no arroja cierto «significado» sobre el mudo ente que está-ahí, ni lo reviste con un valor, sino que lo que comparece dentro del mundo, ya tiene siempre, en cuanto tal, una condición respectiva abierta en la comprensión del mundo, y esta condición queda expuesta por medio de la interpretación. STJR   §32

Lo A LA MANO es comprendido siempre desde la totalidad respeccional. Ésta no necesita ser aprehendida explícitamente por medio de una interpretación temática. Incluso cuando ha pasado a través de una interpretación semejante, vuelve nuevamente a la comprensión implícita. Y es precisamente en esta modalidad como ella es el fundamento esencial de la interpretación circunspectiva cotidiana. Esta interpretación se funda siempre en un haber previo [Vorhabe]. La interpretación, en cuanto se apropia de una comprensión, se mueve en un comprensor estar vuelto hacia una totalidad respeccional ya comprendida. La apropiación de lo comprendido pero todavía velado realiza siempre el desvelamiento guiada por un punto de vista que fija aquello en función de lo cual lo comprendido debe ser interpretado. La interpretación se funda siempre en una manera previa de ver [Vorsicht] que «recorta» lo dado en el haber previo hacia una determinada interpretabilidad. Lo comprendido que se tiene en el haber previo y que está puesto en la mira del modo previo de ver, se hace entendible por medio de la interpretación. La interpretación puede extraer del ente mismo que hay que interpretar los conceptos correspondientes, o bien puede forzar al ente a conceptos a los que él se resiste por su propio modo de ser. Sea como fuere, la interpretación se ha decidido siempre, definitiva o provisionalmente, por una determinada conceptualidad; ella se funda en una manera de entender previa [Vorgriff]. STJR   §32

¿Y cómo es posible la «constatación» de lo que falta, es decir, no sólo de lo que, estando a mano, resulta inmanejable, sino de lo que simplemente no está A LA MANO? Lo que no está A LA MANO es descubierto circunspectivamente en la experiencia del faltar. Esta experiencia del faltar y la «constatación» en ella fundada del no estar-ahí de algo, tiene sus propios supuestos existenciales. La experiencia del faltar no es, en modo alguno, un no presentar, sino un modo deficiente del presente, en el sentido de la no presentación de algo esperado o de algo ya siempre disponible. Si el circunspectivo dejar estar en respectividad no fuese ya de suyo un estar a la espera de lo que es objeto de ocupación, y si el estar a la espera no se temporizase [zeitigen] en la unidad con una presentación, jamás podría el Dasein «encontrar» que algo falta. STJR   §69