¿Escuchamos todavía la lengua de la “Schatzkaestlein”? ¿Nos toca todavía nuestra propia lengua hasta el punto de que la escuchemos? ¿O se nos escapa? Si, efectivamente. Lo que nuestra lengua expresó otras veces, la inagotable riqueza de su pasado, cae más y más en el olvido. ¿Qué sucede? Cada vez que habla y cualquiera sea la manera en que lo hace, el hombre sólo habla en la medida en que ha escuchado previamente la lengua. Sin embargo, inclusive no ESCUCHAR la lengua es todavía una manera de oírla. El hombre habla bebiendo en la fuente de la lengua a la que está confiada su esencia. Nosotros somos esta lengua: la lengua materna. Heideggeriana: HebelAmigo