Vida histórica es una parte de la vida general.
Pero ésta es lo que “se da” en la vivencia y en el comprender. En este sentido, la vida se extiende a todo el campo del espíritu objetivo en cuanto nos es accesible por medio de la vivencia. La vida es el hecho fundamental que debe constituir el punto de partida de la filosofía. Es lo conocido por dentro, aquello más allá de lo cual no se puede ir. La vida no puede ser llevada ante el tribunal de la razón. Es histórica la vida en cuanto es captada en su marcha en el tiempo y en el nexo efectivo que así surge. La posibilidad de esto reside en la “reproducción” de este decurso en el recuerdo, que no reproduce lo singular sino la conexión, sus etapas. Lo que el recuerdo aporta en la captación del curso de la vida es aportado en la historia por medio de las manifestaciones de vida que abarca el espíritu objetivo, por medio del enlace según su marcha y sus efectos. Esto es historia. [DILTHEY, Wilhelm. El Mundo Histórico. Obra Completa VII. México: Fondo de Cultura Económica, 2014 (ebook)]