No miremos a la respuesta, sino que repitamos la pregunta. ¿Qué ocurrió con la pregunta? Se ha transformado. ¿Qué es el tiempo? se convirtió en la pregunta ¿quién es el tiempo? Más ceñidamente: ¿somos nosotros mismos el tiempo? O aun más ceñidamente: ¿soy yo mi tiempo? Con ello me le acerco al máximo, y si entiendo la pregunta rectamente, entonces todo, a propósito de ella, se ha vuelto serio. Semejante preguntar es, así, el modo más adecuado de acceso y de trato con el tiempo en cuanto (que éste es) en cada caso mío. Entonces Dasein sería ser cuestionable (Fraglichsein). Heideggeriana: BZ