Vorlaufen
El ser de este adelantarse es el modo de ser en que el Dasein es propiamente su posibilidad más extrema. III
Por tanto, el tema de nuestro análisis consiste en establecer el modo según el cual el Dasein se puede encontrar propiamente en su más extrema posibilidad y el modo según el cual el adelantarse, en cuanto interpretativo, descubre este ser-posible y puede mantenerlo en el estar-descubierto. III
En primer lugar hay que hacer visible el adelantarse como interpretar. III
En el adelantarse se hace patente la posibilidad más extrema como el haber-pasado del estar=en=el=mundo, como el posible no=más=aquí»: en el mundo del trato ocupado no hay ninguna permanencia. III
El adelantarse –descubriendo el haber-pasado, propio en cada caso– coloca al Dasein ante la elección que como posibilidad determina la propiedad de su ser. III
El hecho de que el adelantarse coloca ante la elección significa que pone al descubierto el horizonte de esta elección, revela aquello que se puede elegir en este horizonte: el Dasein en su posibilidad más propia; el Dasein se encuentra, por tanto, ante la posibilidad o bien de ser él mismo en el «cómo» de la asunción de la responsabilidad de sí mismo, o bien de ser en el modo del ser vivido por aquello de lo que se ocupa en cada caso. III
Para experimentar este «cómo» y el «qué» como el horizonte de la elección propia del Dasein no hace falta, como podría pensarse, adelantarse hasta la posibilidad más extrema. III
Por otra parte, el análisis debe revelar el adelantarse en la propiedad de su ser, es decir, debe revelarlo como el ser que es en el haber-pasado como posibilidad plena, esto es, debe revelarlo –en su certeza indeterminada. III
El adelantarse es propiamente la posibilidad extrema cuando el Dasein la aprehende como cierta. III
El adelantarse deviene un auténtico estar-cierto en el haber-elegido y en el elegir el «cómo» interpretante y descubridor. III
Este haber-elegido el «cómo» determina al adelantarse como un estar-resuelto. III
El adelantarse no abre un «qué» del mundo para el trato ocupado, sino que forma al Dasein en su estar-descubierto propio –la resolución–. III
El no=adelantarse hasta la posibilidad más extrema, es decir, la ausencia de la decisión, es un modo de ser del Dasein y no una nada. III
Por el contrario, el adelantarse hasta la posibilidad de ser más extrema no significa morir, sino vivir. III
La muerte –como en cada caso la mía– no se convierte en el adelantarse hasta ella en objeto de una especulación movida por la curiosidad. III
Y el adelantarse, en el que el Dasein se recobra de su estar-caído en el mundo, no se puede interpretar en términos de una oscura huida del mundo. III
La caracterización ontológica del ser del adelantarse descubridor ya dejó al descubierto el fenómeno del tiempo en su propio ser. III
El adelantarse ] significa: ser en el «pre» de la posibilidad más propia y extrema. III
En su adelantarse el Dasein es futuro. III
El adelantarse no deja advenir algo a sí en un presente que se entiende como un todavía= no=actualmente=presente y tampoco aleja de sí por temor algo que no debe devenir presente, lo que conforme a su ser tiene el mismo carácter del todavía=no=actualmente=presente. III
El adelantarse deja ser al ser-futuro justamente lo que es. III
Alejándose del presente, el adelantarse se mantiene en la inminencia del ser entendida como el llegar a ser puramente en sí mismo del Dasein. III
En el adelantarse no se espera algo que tenga lugar en el futuro, ni «el» «futuro» es algo abstracto que flota en el aire; «es» el futuro del ser que él mismo es. III
En el adelantarse, si es que éste debe tomarse como el ser-futuro del Dasein, tiene que hacerse visible la plena existencia fenoménica del «tiempo». III
El estar-resuelto, que se describió como el adelantarse, es ser=futuro. III
El adelantarse es el modo de ser en el que el Dasein es remitido a sí mismo, es decir, en su ser=pasado y en su ser=ahora. III
En el ser-pasado así descubierto está implícito el hecho de que el Dasein estaba ya en cada instante en la posibilidad de adelantarse hasta el ser-posible más extremo, de que estaba en cada instante en la posibilidad de elegir «con conciencia» y «sin conciencia». III
El adelantarse revela en el haber-pasado el ser de aquello que es este haber-pasado. III
En cambio, la resolución, en cuanto adelantarse descubridor, muestra a semejante Dasein en su no «haber=elegido» propiamente; el Dasein, por decirlo así, se ha dejado elegir por aquello en lo que quedó absorbido. III
La visión no es la de la circunspección que se ocupa del mundo, todavía menos la de la mirada curiosa a… Esta visión corresponde al carácter interpretativo del adelantarse y se muestra como la transparencia del Dasein en cuanto ser-temporal. III
La transparencia que se alcanza por medio del adelantarse posee una dirección inequívoca que procede de la certeza indeterminada del propio haber-pasado de… El adelantarse se reveló como ser=futuro=pasado=presente, es decir, como ser-temporal. III
Pero el adelantarse establece el ser-posible propio del Dasein que en su facticidad está constituido como ser-posible. III
Pero no tiene el modo de ser del adelantarse, sino que significa: permanecer en medio de algo futuro. III
En el adelantarse, en cambio, el «llegar a ser» debe permanecer lo que es. III
Por tanto, en este modo del ser-temporal se debe hacer patente la diferencia entre el ser-temporal propio (del adelantarse) y el ser-temporal impropio (de la caída). III
El ser propio mismo no es nada que, por decirlo así, debiera y pudiera subsistir por sí mismo junto al ser impropio; pues el cómo aprehendido en la resolución del adelantarse es propio siempre y sólo en cuanto determinación de un actuar que echa mano del ahora que tiene lugar en el tiempo de la convivencia. III
En el ser-futuro del adelantarse hasta su posibilidad más extrema el Dasein llega a la propiedad de su ser. III
Pero esto implica que la situación hermenéutica del conocimiento historiográfico puede desarrollarse sólo en el ser-temporal propio, en el ser-futuro constitutivo del adelantarse. IV
Este adelantarse permite ver cómo el conocimiento historiográfico se relaciona con el pasado. IV