GA (espanhol) – logos

Acerca de la pregunta c) ¿Qué significa hablar? ¿Consiste el lenguaje únicamente en transformar el pensamiento en sonidos a los que sólo percibimos como tonos y ruidos objetivamente constatables? ¿O ya el hecho de la expresión sonora es un hablar (en el diálogo), algo completamente distinto de una mera sucesión de tonos acústicamente objetivables dotados de un significado y mediante los cuales se habla de los objetos? ¿Acaso el hablar no es en su peculiaridad un decir, un múltiple mostrar lo que el escuchar se deja decir o, mejor dicho, lo que se deja decir la solícita atención a lo que se aparece? Si consideramos atentamente aunque sólo sea esto, ¿podemos seguir afirmando acríticamente que el hablar ya es siempre objetivador en cuanto tal hablar? Acaso cuando consolamos a un hombre enfermo y tratamos de llegarle a lo más íntimo con nuestras palabras estamos convirtiéndolo en un objeto? ¿Es que el lenguaje es sólo un instrumento que usamos para la elaboración de objetos? ¿Acaso el lenguaje está en general en poder del hombre y a su disposición? ¿Acaso el lenguaje sólo es una obra del hombre? ¿Es el hombre aquel ser que posee el lenguaje? ¿O es el lenguaje el que “tiene” al hombre, en la medida en que el hombre pertenece al lenguaje y el lenguaje es el primero que le abre el mundo y con ello su morar en el mundo? Acerca de la pregunta d) ¿Es todo pensar un hablar y todo hablar un pensar? Con ayuda de las preguntas debatidas hasta ahora ya hemos llegado a la suposición de que dicha mutua pertenencia (identidad) de pensar y hablar existe. Esa identidad ya está atestiguada desde hace mucho tiempo, en la medida en que el LOGOS y el legein significan a un tiempo: hablar y pensar. Pero esta identidad todavía no ha sido discutida suficientemente ni tampoco adecuadamente experimentada. Un obstáculo importante se esconde en el hecho de que la interpretación griega del lenguaje, es decir, la gramatical, se ha orientado de acuerdo con las aserciones sobre las cosas. Más tarde la metafísica moderna reinterpretó las cosas como objetos. Y así se asentó la opinión errónea de que pensar y hablar se refieren a los objetos y sólo a ellos. Heideggeriana: FenoTeo

En este proyecto universal de filosofía fenomenológica podía adscribírsele también su lugar sistemático a la Investigaciones lógicas, que habían permanecido, por así decir, filosóficamente neutrales. Estas aparecieron en el mismo año, 1913, en una segunda edición y en la misma editorial. La mayoría de las investigaciones habían sido sometidas desde luego entre tanto a “profundas reelaboraciones”. La sexta Investigación, la “más importante en el respecto fenomenológico” (Prólogo a la segunda edición), había sido de todas formas retirada. Pero también el artículo con el que Husserl había contribuido al primer volumen de la recién fundada revista LOGOS, a saber: “La fenomenología como ciencia estricta” (1910-1911), hubo de esperar a las Ideas relativas a una fenomenología pura para que sus tesis programáticas alcanzaran una fundamentación suficiente. Heideggeriana: CaminoFenomenologia

La “lógica” entiende el pensar como el representar de lo ente en su ser, un ser que el representar se atribuye en la generalidad del concepto. Pero qué ocurre con la reflexión sobre el propio ser, esto es, con el pensar que piensa la verdad del ser? Este pensar es el primero que toca la esencia inicial del LOGOS, que en Platón e incluso Aristóteles, el fundador de la “lógica”, ya está alterada e incluso perdida. Pensar contra “la lógica” no significa romper una lanza a favor de lo ilógico, sino simplemente repensar el LOGOS y su esencia, manifestada en el alba del pensar, esto es: esforzarse por una vez en preparar semejante repensar. ¿Para qué nos valen todos los sistemas de la lógica, por muy amplios de miras que sean, si ya previamente e incluso sin saber lo que hacen rehuyen la tarea de preguntar aunque sólo sea por la esencia del LOGOS? Si quisiéramos hacer objeciones, lo que desde luego sería completamente infructuoso, podríamos decir con toda la razón que es precisamente el irracionalismo, en cuanto negación de la ratio, el que reina desconocido e indiscutido en la defensa de la “lógica”, que cree poder esquivar una reflexión sobre el LOGOS y sobre la esencia de la ratio que en él se funda. Heideggeriana: CartaHumanismo

A través de la inmediata experiencia del método fenomenológico en diálogos con Husserl preparose el concepto de fenomenología presentado en la Introducción a Ser y Tiempo (§ 7). En ella jugó un papel normativo la remisión a las palabras fundamentales del pensar griego, correspondientemente interpretadas: LOGOS (hacer manifiesto) y phainesthai (mostrarse). [Heidegger presenta, en el semestre de invierno de 1923-24, la remisión por vía etimológica del concepto de fenomenología a sus precedentes griegos. La noción plena — que implica la tematización de ocultamiento y desocultamiento (v. nota 3) — es alcanzada por primera vez en el semestre de verano de 1925.] Heideggeriana: CartaPrologo

Entre tanto, la “fenomenología” en el sentido de Husserl acabó construyéndose como una determinada posición filosófica, preasignada ya por Descartes, Kant y Fichte. Para ella, la historicidad del pensar permaneció completamente ajena (cf. el tratado de Husserl, al que muy poca atención se ha prestado: La filosofía como ciencia estricta, aparecido en 1910-11 en la revista LOGOS, p. 289 ss.). Heideggeriana: CartaPrologo

El rasgo fundamental del pensar hasta ahora vigente ha sido el representar. Según la antigua doctrina del pensar, esta representación se cumplimenta en el LOGOS, que es una palabra que aquí significa enunciado, juicio. La doctrina del pensar, del LOGOS, se llama por esto Lógica. Kant toma de un modo simple la caracterización tradicional del pensar como representar cuando al acto fundamental del pensar, el juicio, lo determina como la representación de una representación del objeto (Kritik der reinen Vernunft. A. 68. B. 93). Si, por ejemplo, emitimos el juicio “este camino es pedregoso”, entonces, en el juicio, la representación del objeto, es decir, del camino, se representa a su vez, a saber, como pedregoso. Heideggeriana: QuePensar

El 10 de agosto de 1784 Hamann escribió a Herder (Los escritos de Hamann, Ed. Roth VII, pág. 131 s.): “Aunque tuviera la elocuencia de Demóstenes, repetiría siempre tres veces una única frase: La razón es habla, LOGOS. Estoy royendo este hueso hasta la muerte. Para mí todo permanece oscuro todavía sobre esta profundidad; todavía espero un ángel apocalíptico con una llave para este abismo.” Heideggeriana: Linguagem1950

Además, si se observa con más atención, la nada se revela como la negación del ente. Negación, decir no, decir que no, es el caso contrario de la afirmación. Ambas son las formas básicas del juicio, de la enunciación, del LOGOS apophantikos. En cuanto resultado de la negación, la nada tiene un origen “lógico”. El hombre necesita, por cierto, de la “lógica” para pensar de manera correcta y ordenada, pero lo que sólo se piensa no por ello es necesariamente, es decir, no aparece, en la realidad como algo real. La nada que proviene de la negación, del decir no, es una mera construcción del pensamiento, lo más abstracto de lo abstracto. La nada es simple y absolutamente “nada”, por lo tanto lo más nulo, y por lo tanto lo que no merece más atención ni consideración. Si la nada no es nada, si no hay nada, tampoco el ente puede hundirse en la nada y todo diluirse en ella; tampoco puede existir el proceso de convertirse en nada. Entonces el “nihilismo” es una ilusión. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

La forma básica del interpelar cotidiano del ente es el enunciado, en términos aristotélicos, el LOGOS apophantikos, el decir que está en condiciones de dejar que el ente se muestre desde sí mismo. Siguiendo el hilo conductor de este LOGOS, Aristóteles enunció por vez primera las “categorías”, las interpelaciones no formuladas en el enunciar pero que sustentan todo enunciar. Lo que le importaba no era un “sistema” de las categorías. Siguiendo el antecedente de Platón, se encontró ante la muy distinguida tarea de mostrar ante todo que tales categorías pertenecen al ámbito de lo que la filosofía primaria y propiamente (en cuanto prote philosophia) tiene que pensar. El enunciado, enuntiatio, es comprendido luego como juicio. En los diferentes modos del juicio se hallan ocultas las diferentes interpelaciones, las diferentes categorías. Por ello Kant, en su Crítica de la razón pura, enseña que la tabla de las categorías tiene que obtenerse siguiendo el hilo conductor de la tabla de los juicios. Lo que enuncia aquí Kant es — aunque ciertamente en una forma que entretanto se ha modificado — lo mismo que llevó a cabo por primera vez Aristóteles más de dos mil años antes. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Cuando Nietzsche, en la sección B del fragmento n. 12, denomina a los valores supremos, sin más fundamentación, “categorías de la razón”, esta caracterización es nuevamente lo mismo que enseñaba Kant y que había pensado previamente Aristóteles. La expresión categorías de “la razón” quiere decir: la razón, el pensar racional, el juzgar del entendimiento, el LOGOS apophantikos, la “lógica”, son aquello con lo que las categorías están en una relación eminente y que contribuye a determinar su esencia. El tipo de esta relación entre las categorías y la razón, el pensar judicativo, es concebido, sin embargo, de manera diferente por Aristóteles, Kant y Nietzsche, en concordancia con el modo en que determinan en cada caso la esencia de la “razón” y del LOGOS, es decir, la esencia del hombre, con el modo en que, en conexión con lo anterior, experimentan e interpretan el ente en cuanto tal que muestra su articulación en las categorías. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

A través de estas diferencias se mantiene sin embargo lo esencial y lo que sustenta, que las determinaciones del ente en cuanto tal son alcanzadas y fundamentadas en vista del LOGOS, del pensar enunciativo. Las categorías, en cuanto determinaciones del ente en cuanto tal, dicen qué es el ente en cuanto ente. Dicen lo “más universal” que puede decirse del ente: la entidad o el ser. El ser del ente es captado y comprendido siguiendo el hilo conductor del enunciado, del juicio, del “pensar”. Este modo de determinación de la verdad acerca del ente en su totalidad, es decir, al mismo tiempo, la metafísica, piensa el ente según las categorías. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En la interpretación corriente en Occidente del hombre como animal rationale, se experimenta en primer lugar en el ámbito de los animalia, zoe, de los seres vivientes. Al ente que así aparece se le atribuye entonces, como distinción y carácter diferencial de su animalidad respecto de la de los meros animales, la ratio, el LOGOS. En el LOGOS está ciertamente la referencia al ente, tal como lo vemos por la conexión entre LOGOS y kategoria. Esta referencia, sin embargo, no se hace valer como tal. Por el contrario, el LOGOS es comprendido como una facultad que permite al ser viviente “hombre” conocimientos superiores y más amplios, mientras que los animales no pasan de ser seres vivientes “irracionales”, — loga. Que, y cómo, la esencia de la verdad y del ser y la referencia a éste determinan la esencia del hombre, de manera tal que ni la animalidad ni la racionalidad, ni el cuerpo, ni el alma, ni el espíritu, ni todos ellos juntos alcanzan para comprender de modo inicial la esencia del hombre, es algo de lo que la metafísica nada sabe ni puede saber. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Pero una mirada a la metafísica y a su historia nos hará rectificar enseguida. La distinción de ente y ser se revela como ese Mismo desde el que surge toda metafísica del que sin embargo al surgir inmediatamente se escapa, ese Mismo que ella deja detrás de sí y fuera de su ámbito, como aquello que ya no piensa explícitamente y que ya no necesita pensar. La distinción de ente y ser posibilita todo nombrar, todo experimentar y todo comprender del ente en cuanto tal. El ente se dice en griego to on; el interpelar del ente en cuanto ente y, a continuación, el comprender del ente acontece en el LOGOS. Por ello, la esencia de la metafísica, que lleva expresamente el ente en cuanto tal a la palabra y al concepto, puede redefinirse con el nombre de “onto-logia”. Aunque formado con palabras griegas, el nombre no proviene de la época del pensamiento griego sino que fue acuñado en la época moderna y es empleado ya, por ejemplo, por el erudito alemán Clauberg (que era discípulo de Descartes y profesor en Herborn). Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Pero el hombre es en cuanto re-presenta de ese modo, es decir, como ser racional. La lógica, en cuanto despliegue esencial del “LOGOS” en el sentido del re-presentar unificante, es la esencia de la entidad y el fundamento de la verdad como objetividad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

En el “Teeteto”, 209a5, se dice: LOGOS = he tes ses diaphorótetos hermeneía; el LOGOS es un notificar, un manifestar, un hacer expresa la diferencia respecto de las otras cosas (o la diferencia de ti respecto a los demás) (pero al lado de ellas y respecto a lo koinon) [por ejemplo, que esta cosa, en lo que se refiere a color, es verde y no roja como la de allá, carácter campal de la intelección, que decía Zubiri MJR]. (cfr. Teeteto 163c: lo que se ve en las palabras y lo que comunican quienes las explican; lo que nosotros mismos vemos y oímos en lo que leemos y escuchamos, y lo que nos enseñan gramáticos e intérpretes); por tanto, no concepción o interpretación o aprehensión teoréticas sino voluntad, deseo, etc, es decir, ser, exsistencia; es decir, hermenéutica es el hacer manifiesto (el dar noticia de) el ser de un ente en su ser-respecto-a-(mí). Heideggeriana: Hermeneutica1923

Aristóteles: La physis se sirve de la lengua (glottei) para gustary para hablar, y si bien el gusto (geusis) es algo necesario y de ahí que se dé en la mayoría de los animales, la posibilidad de expresarse no tiene otra finalidad que la perfección, he d’hermeneía héneka tou eu [De anima B 8, 420 b 18 ss.]. (O sea: el ente, cuando es un ser vivo, necesita la lengua tanto para gustar como para hablar con los demás en el común trato con ellos; de esas dos cosas, el gusto, la geusis, es de necesidad en la relación con las cosas (y por eso lo tienen la mayoría de los vivientes); pero la hermeneía, el referirse a algo y el hablar de algo con los otros (el conversar sobre algo) está para el bien, tiene su razón de ser en el eu, en el bien, es decir, en garantizar al viviente su ser propiamente dicho (en su mundo y junto con su mundo). En este texto de Aristóteles la hermeneía se refiere, pues, simplemente y representa al diálektos, es decir, a la conversación con los demás en el trato corriente con los demás y con las cosas; pero el diálektos no es sino la forma fáctica en que el LOGOS se produce; y éste, es decir, el LOGOS (el hablar de algo, el hablar, el decir) tiene por función to deloun… to symphéron kai to blaberón [Política, A 2, 420 b 18 ss.], es decir, provee a poner de manifiesto el ente en su sernos éste útil o nocivo (es decir, el LOGOS hace accesible el ente para un hacerse con él por vía de ponérselo delante, en lo que se refiere a si no es conveniente o no). Heideggeriana: Hermeneutica1923

(11) Entre los “escritos” de Aristóteles se ha transmitido uno con el título Per hermeneías. En ese escrito se habla del LOGOS en lo que es la operación fundamental de éste, que consiste en ponernos al descubierto y en familiarizarnos con el ente. El título del escrito, por tanto, conforme a lo que acabamos de indicar es totalmente adecuado. Pero ni Aristóteles, ni tampoco sus inmediatos sucesores en el Peripato, introdujeron ese escrito bajo ese título. Pasó a los discípulos de Aristóteles en el legado de éste como un “boceto sin acabar”, y “sin título”. En la época de Andrónico de Rodas ese título era ya habitual. H. Meier, quien asegura con muy buenas razones la autenticidad del escrito, presume que el título aparece por primera vez en la primera generación que sigue a Teofrasto y Eudemo [La autenticidad de la hermenéutica de Aristóteles, en Archiv für Geschichte der Philosophie, 13 (1900)]. Heideggeriana: Hermeneutica1923

En el presente contexto, esa palabra, en tanto que título de una determinada investigación de Aristóteles, sólo nos es importante en lo que respecta a la historia de su significado. Lo que el decir hace, la función del habla, es hacernos accesible algo como estando de manifiesto ahí, es decir, hacernos manifiesto algo como estando presente ahí delante. Y en cuanto tal, el LOGOS tiene esa señalada posibilidad de hacer, que representa el aletheuein (el hacer disponible en cuanto destapado, es decir, dejándolo abierto ahí, lo que antes estaba oculto, tapado, lo que antes no estaba a la vista, lo que antes estaba pero no a la vista). Y porque ese escrito de Aristóteles habla de ello, por eso se le llamó con razón Peri hermeneías. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Por lo demás, hay que tener mucho cuidado ante el concepto de “ente dotado de razón”; pues tal concepto no acierta con el sentido decisivo del Zoon logon echon. En la filosofía científica clásica de los griegos (Aristóteles) LOGOS nunca significa razón, sino decir, hablar, conversación; por tanto, el hombre es el ente que tiene su mundo en la forma de cosas dichas, o en la forma de venir ese mundo dicho, o en la forma de lo dicho. [”mejor en el semestre de verano de 1924” (añadido posterior.)] Ya en la Stoa se inicia una superficialización de ese concepto (del concepto de LOGOS) y surgen en la (22) especulación helenística y en la teosofía helenísticas los conceptos del LOGOS, la sophía y la pistis (fe) como conceptos hipostáticos, es decir, como términos que designan hipostaseis o hipostasis. Heideggeriana: Hermeneutica1923

El problema que los dos textos anteriores plantean, es entonces: ¿qué es la mujer? Taciano (alrededor del año 150) en su sermón a los griegos (LOGOS pros hellenas): “Sólo el hombre es imagen y semejanza (eikon kai homoíosis) de Dios, me refiero al hombre (anthropon) que no hace cosas similares (homoia) a las del animal (zoon), es decir, que no actúa como animal, sino que pasando adelante en la senda de lo humano llega hasta el mismo Dios (pros autón ton theon kechorekota)” [Texte und Untersuchungen zur Geschichte der altchristlichen Literatur, ed. O. Gebhardt, Leipzig 1986, p. 16.]. (23) (ho kechorekós, el avanzado, el que ha pasado adelante). Aquí quedan fijadas con claridad las dos maneras básicas de tomar al hombre. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Para el planteamiento de Parménides y su desarrollo en la filosofía griega retenemos lo siguiente: el on 1. no es derivado ónticamente del noein o del legein (éstos son, más bien, un deloun, un hacer manifiesto. 2. No se trata de una tesis gnoseológica sobre una inversión de la nexo regulativo (Massstabverhältnisses) en el conocer. Ambas malinterpretaciones descansan metafísicamente en la relación sujeto-objeto y toman el problema demasiado fácilmente. Como mostró también el documento que extrajimos del “Teeteto”, se trata más bien del problema del ser, por cierto sólo incipiente, y éste está orientado al “sujeto” como psyche. Y allí, lo que llamamos subjetividad es vacilante todavía. Además tenemos que distinguir lo que de ella es expresamente sabido y conocido bajo títulos tales como noein, nous, LOGOS, psyche, noesis y orexis; y ello sin perjuicio de que surja todavía de otro modo, en techne y praxis, también eso es conocido, si bien no en su función ontológica. En términos positivos, ha resultado, para el problema del ser, que subsiste alguna conexión especial entre ser y subjetividad (Dasein). Heideggeriana: TranscendenciaST

Pero, en este caso, ¿es preciso todavía un desvelamiento particular de la esencia de la verdad? Acaso la pura esencia de la verdad no está ya suficientemente representada por ese concepto que, no estando perturbado por ninguna teoría y protegido por su obviedad, es un concepto comúnmente válido? Si además entendemos la reconducción de la verdad de la proposición a la verdad de la cosa como aquello bajo cuya forma ella se presenta primero, es decir, como una explicación teológica, y si mantenemos en toda su pureza la definición filosófica de su esencia librándola de la intromisión de la teología y limitando el concepto de verdad a la verdad de la proposición, entonces nos topamos enseguida con una antigua tradición del pensar, si bien tampoco la más antigua, según la cual la verdad es la coincidencia (omoiosis) de un enunciado (LOGOS) con una cosa (pragma). Llegados aquí, ¿qué elementos del enunciado suscitan todavía alguna pregunta, suponiendo que sepamos ya qué significa coincidencia de un enunciado con la cosa? ¿Pero sabemos esto? Heideggeriana: EssenciaVerdade

Se dice que Heráclito enseña el devenir frente al ser; pero el habla sólo del devenir para pensarlo al interior de lo uno del Ser, que está en la esencia del LOGOS. Pero LOGOS no significa allí, como algunos dirán más tarde, razón y habla, sino la reunión, la reunificación originaria de todas las disputas en lo uno (légein: colegir, recolectar, cosecha). Heideggeriana: EuropaFilosofia

Enunciado significa LOGOS, y ésta es la palabra fundamental de Aristóteles. En el enunciado se enuncia algo de algo: la roca es dura. En el enunciado viene al habla el “es”, el Ser. De allí que, si algo haya de decidirse sobre el ser, hemos de interrogar al enunciado. De los diferentes modos del enunciado se han derivado los diferentes modos del Ser: substancia, cualidad, cantidad, relación. Enunciar quiere decir también kategorein. Lo que se dice propiamente en cada enunciado es una determinación del Ser y se llama por esto kategoria. Que desde Aristóteles hasta este momento los conceptos del ser se llamen categorias, es el signo inequívoco para la transformación de la cuestión fundamental de la filosofía, que se ha venido ejecutando desde su inicio. (Lo que yace a la base, hypokeimenon — ousía! Lo siempre presente, pero ahora visto desde el LOGOS.) Heideggeriana: EuropaFilosofia

El enunciar, esto es, el acto fundamental del pensar, y con ello del pensar como tal se ha convertido ahora en el tribunal sobre el ser. La doctrina del LOGOS, la Lógica, deviene el fundamento patente u oculto de la Metafísica. Heideggeriana: EuropaFilosofia

Conforme a lo que se acaba de explicar puede determinarse el significado de la palabra “com-posición”, mencionada en la pagina 55, es la agrupación del traer delante (del producir), esto es, del dejar-venir-aquí-delante (dejar aparecer) al rasgo como contorno (peras). Por medio de la “com-posición”, así pensada, se aclara el sentido griego de morphe en tanto que figura. Efectivamente, la palabra “com-posición”, utilizada más tarde como palabra clave para la esencia de la técnica moderna, está pensada a partir de aquella com-posición citada (y no en el sentido de armazón, dispositivo, andamiaje, montaje, etc.). Esta conexión es esencial, puesto que determina el destino del ser. En tanto que esencia de la técnica moderna, la com-posición procede de la concepción griega del ser de ese dejar-yacer-ante-nosotros, esto es, el LOGOS, así como del griego poiesis y thesis. En el poner de la com-posición, esto es, en el mandato que obliga a asegurar todo, habla la aspiración de la ratio reddenda, es decir, del logon didonai, de tal manera que hoy esta aspiración de la composi-ción se hace cargo de la dominación de lo incondicionado y que — basándose en el sentido griego de la percepción — la representación (poner-delante) toma su forma como un modo de fijar (poner-fijo) y asegurar (poner-seguro). Heideggeriana: ObraArte

Aludir a algo en cuanto algo se dice en griego kategorein. Por eso, los respectos según los cuales se alude al ente en cuanto ente — constitución, extensión, referencia (calidad, cantidad, relación) — se llaman “categorías”, o dicho con más precisión: ta schemata tes kategorias, las figuras en las que el aludir de algo en cuanto algo (he kategoria) pone a lo aludido. Lo aludido es siempre un ente en el sentido de lo que es de tal o cual modo. Por ello, las schemata tes kategorias no son otra cosa que los gene tou ontos, los linajes, los modos de origen del ente, aquello desde donde — y por lo tanto retrocediendo hacia lo cual — el ente es: así constituido, así de grande, así relacionado, y así sucesivamente. El percibir del ente en cuanto tal se despliega en el pensar y éste se expresa en el enunciado, en el LOGOS. Heideggeriana: VontadePoder

La “fenomenología” en el sentido de Hegel es el llevar-se-al-concepto del ser como incondicionado aparecer a sí. “Fenomenología” no significa aquí el modo de pensar de un pensador sino la manera en que la subjetividad incondicionada, en cuanto representar (pensar) incondicionado que se aparece a sí, es ella misma el ser de todo ente. La “lógica” de Hegel forma parte de la “fenomenología” porque sólo en ella el aparecer a sí de la subjetividad incondicionada se vuelve incondicionado, en la medida en que incluso las condiciones de todo aparecer, las “categorías”, en su más propio representarse y abrirse como “LOGOS”, son llevadas a la visibilidad de la idea absoluta. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

Por lo tanto, sólo en la metafísica de la voluntad de poder la nueva libertad comienza a elevar su plena esencia a ley de una nueva legalidad. Con esta metafísica, la nueva época se eleva por vez primera al dominio completo de su esencia. Lo que le precede es un preludio. Por ello, la metafísica moderna sigue siendo hasta Hegel interpretación del ente en cuanto tal, ontología, cuyo LOGOS se experimenta de modo cristiano-teológico como razón creadora y se funda en el espíritu absoluto (onto-teo-logía). Sin duda, el cristianismo aún sigue siendo en adelante un fenómeno histórico. Por medio de modificaciones, acomodaciones y compromisos se reconcilia en cada caso con el nuevo mundo y con cada uno de sus progresos renuncia de modo más decisivo a su anterior fuerza conformadora de historia; pues la explicación del mundo que reivindica está ya fuera de la nueva libertad. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche

co-agito, legein, recogimiento: hen y LOGOS Heideggeriana: HistoriaSer

La consistencia [Beständigkeit] fundamenta la constancia [Ständigkeit] a una con el presenciar [Anwesen] (en sentido verbal) como estancia-enfrente [Gegen-ständigkeit, ob-jetualidad], apenas el “enfrente” se torna esencial por obra de la re-praesentatio. ¿Cuándo ocurre esto? En el alzarse del subiectum qua ego como res cogitans qua certum. Así, la unidad, en cuanto forma transformada de la ousia, determinada ahora desde la verdad como certeza, entra en relación con el re-presentar que, en el respecto y como respecto (representar) mira necesariamente hacia la unidad, y que es el “yo enlazo” en el modo del re-presentar. Inicialmente, en cambio, lo en no es concebido ni desde el “yo pienso” ni desde la idea, sino desde el noein (Parménides) y desde el LOGOS en el sentido de Heráclito, como el reunir que desoculta y cobija. Heideggeriana: HistoriaSer

aletheia (apeiron, LOGOS, en-arche) Heideggeriana: HistoriaSer

Pero el curso de la conciencia tiene el rasgo fundamental de la sobreasunción (Aufhebung), en la que se expone a sí misma en la verdad de su esencia y lleva a aparecer sus figuras esenciales unitariamente como historia esencial. La conciencia es confrontación en un doble sentido. Es por una parte un explicarse disputante, examinador, controversia consigo misma. Es como este explicar y se pone aparte y de manifiesto y es el exponerse en la unidad de lo en sí reunido. La esencia de la reunión que expone y hace manifiesto es, expresado en griego, el legein. La esencia del LOGOS es deloen, hypophanestai, hemeneuein. Por ello el tratado aristotélico sobre el LOGOS lleva el título Peri Hermeneos (es decir: Sobre el hacer aparecer explicativo). (La relación interna con idea, con idein y con ekdinai es clara). El exponer explicativo en la unidad del diálogo que se confronta es el dialogos — el dialegesthai. La expresión de voz media nombra en una doble significación del dia como “a través” y “entre” el diálogo de un expresarse, que recorre un estado de cosas y lo lleva de este modo a aparecer. Ya para Platón el expresarse sobre el ser del ente es un diálogo del alma consigo misma. La esencia dialógica-agónica del dialegesthai vuelve como figura transformada, moderna e incondicionada en la determinación hegeliana de la esencia de la conciencia. El curso de la conciencia en tanto examinar triplemente sobreasumidor (aufhebende) y tético-antitético-sintético, conformador de regla de medida, es “dialéctico” en sentido originario. El curso de la conciencia, que ella elabora en sí misma, es un “movimiento dialéctico”. Ahora en los trece parágrafos vigentes, la esencia del curso de la conciencia que se presenta se ha aclarado de manera tan amplia y unitaria que Hegel con el parágrafo 14, que constituye por sí el capítulo IV, puede pasar a la palabra decisiva de la “Introducción”. Heideggeriana: HegelFenomenologia

De ahí resulta que la presentación trascendental sistemática no es propuesta como añadidura de la experiencia de la conciencia, sino que la misma experiencia como el hacer surgir al “nuevo verdadero objeto” es un a-cusar y con ello una pre-sentación. Este presentar sigue al regreso de las condiciones al condicionamiento de lo incondicionado y es a través de ello un curso, que recibe su necesidad de la esencia de la objetividad del nuevo objeto. De este modo se da para Hegel la proposición, en la que resume la discusión vigente de la “Introducción”, para expresar a través de ella la interpretación del título de la obra: “A través de esta necesidad es este camino hacia la ciencia, ya él mismo ciencia, y con ello según su contenido ciencia de la experiencia de la conciencia “ (ibíd) En otras palabras y dicho retrospectivamente al inicio de la “Introducción” esto significa: la “experiencia de la conciencia” es la perteneciente a su esencia y a ella como curso que conduce a la autoconciencia. Porque el conocer del absoluto es esencialmente curso, es decir, camino, el examen que examine al conocer absoluto nunca puede tomar este conocer como un “medio”, ni como un “instrumento” disponible, ni como un “medium” presente. La presentación del saber que aparece es, en tanto la ciencia incondicionada trascendental-sistemática, aquello hacia donde la misma experiencia de la conciencia se despliega: el éter a ella adecuado. El aparecer de esta ciencia no incurre en la apariencia de cualquier entrar en escena, a tiro de pistola, en un circuito indeterminado. El aparecer de la ciencia es el presentarse de la experiencia, que — desde su esencia, a saber, desde la inversión — inaugura el ámbito del aparecer de la conciencia para ésta, pero a la vez determina necesariamente también el inicio, el progreso y ante todo el objetivo del curso del aparecer. (Comp. Prefacio, sobre la “experiencia”, p.32). En el mismo regreso, ya tracendentalmente dirigido, de la conciencia absoluta desde la alienación a sí misma, se realiza justamente el aparecer del condicionamiento de lo incondicionado. La conciencia aparece, es decir, sale de sí a la “vista”, en tanto vuelve a sí. Se manifiesta en la entrada a su concepto (LOGOS), que es para sí misma. La conciencia es phainomenon, lo que aparece, como logia en el modo de tal ciencia. La conciencia es conciencia como “Fenomenología”. Pero porque la conciencia es el saber que aparece, mas el saber absoluto de sí es el espíritu, la Fenomenología es esencialmente “la Fenomenología del espíritu”. En el curso de su aparecer la conciencia, porque se destaca en el regreso, es esencialmente una “inversión”. Pero si la inversión es nuestra “intervención” para con el “mirar”, entonces esta intervención no agrega nada extraño a la conciencia. Sólo lleva el mirar a la realización de su más íntima esencia. Es el acto primero y sumo del mirar, que de este modo previamente mira, es decir, mira y atiende a que el absoluto sea considerado como absoluto y de este modo llegue a aparecer sólo él y no cualquier otra cosa. La “experiencia de la conciencia” es la “fenomenología del espíritu”. Pero la “experiencia” es sólo tal en tanto se presenta como ciencia. La “Ciencia de la experiencia de la conciencia” es la “Ciencia de la fenomenología del espíritu”. Heideggeriana: HegelFenomenologia

1. Dialéctica. Dialéctica (comp. como ejemplo “La certeza sensible”, parágrafo 20) como nombre para la objetividad (es decir, la verdad) de la conciencia en su aparecer, la. discutibilidad que se expresa, LOGOS — dia. Platónica-trascendentalmente, no dialéctica trascendental de Kant. 2. Nuestra intervención (comp, p.118 sigs.). Nuestra intervención es la realización expresa del mirar, a saber del mirar-por… principal y conductor y de apertura, la expresa realización del yo uno, yo enlazo esencial trascendental en la misma conciencia. Pero lo trascendental es mentado inversamente en sí — re-flexión (ya en sí). El re — no además, sino ya oculto en el re-praesentare. Heideggeriana: HegelFenomenologia

En la determinación nietzscheana de la verdad como la no justeza del pensar, está implícito el asentimiento a la tradicional esencia de la verdad, como justeza del enunciar, o sea del LOGOS. El concepto de la verdad en Nietzsche exhibe el último reflejo de la más extrema consecuencia de aquella mutación de la verdad, desde la desocultación del ente hasta la justeza del mirar, mutación que se cumple en la determinación del ser del ente como idéa (o sea, conforme al pensar griego, en la esencialización de lo que se presenta). Heideggeriana: PlatoVerdade

Al ser recordada la esencia primaria de la verdad, recuerdo en el cual la desocultación se devela como el rasgo fundamental del ente mismo, este recordar la esencia primaria de la verdad tiene que pensar dicha esencia de modo más primario, razón por la cual ese recuerdo no puede jamás tomar la desocultación sólo en el sentido platónico, es decir, bajo la sujeción de la idéa. La desocultación, concebida platónicamente, queda puesta en relación con el mirar, el percibir, el pensar y el enunciar. Obedecer a esta relación significa abandonar la esencia de la desocultación. Ninguna tentativa de fundamentar la esencia de la desocultación en la “razón”, en el “espíritu”, en el “pensar”, en el “LOGOS”, ni en cualquier otra especie de “subjetividad”, puede salvar a dicha esencia, pues lo que es preciso fundamentar, es decir, la esencia de la desocultación misma, aun no es en todo esto lo suficientemente cuestionado. Y siempre tiene que llegar a ser “puesta en claro” la consecuencia esencial de la esencia no comprendida de la desocultación. Heideggeriana: PlatoVerdade

Con el necesario cuidado y prudencia y desde la perspectiva las distinciones establecidas por Hegel, se podría aportar una diferencia que ya ha sido nombrada en otro lugar anterior. En la medida en que se dirige directamente hacia el objeto, como algo que es, así como al saber del objeto, asimismo como algo ente, y siempre permanece, la conciencia natural podría recibir el nombre de conciencia óntica. La expresión óntico, inspirada en el griego to on, lo ente, significa aquello que atañe a lo ente. Pero el griego on, “ente”, encierra dentro de sí una esencia propia de entidad (ousia), que en el transcurso de su historia nunca permanece igual. Si utilizamos las palabras on y “ente” pensándolas, el primer presupuesto es que pensemos o, lo que es lo mismo, que nos percatemos en qué medida el significado se transforma y se fija históricamente en cada ocasión. Cuando lo ente se manifiesta como objeto, en la medida en que la entidad ha aparecido a la luz de la objetividad, y cuando de acuerdo con ello el ser es interpelado como lo no objetivo, todo esto reposa ya sobre aquella ontología gracias a la que on ha sido determinado como hypokeimenon, éste como subiectum y su ser a partir de la subjetidad de la conciencia. Como on significa tanto “ente” como “lo que es”, on en tanto que “ente” puede ser reunido (legein) en dirección a “lo que es”. Hasta se puede decir que, de acuerdo con su ambigüedad, on está ya reunido como ente por mor de su entidad. Es ontológico. Pero con la esencia de on y a partir de ella, ese reunir que es, el LOGOS, se transforma en cada caso y con ella, la ontología. Desde que on, lo que se presenta, se abrió como physis, la presencia de lo que se presenta reside, para los pensadores griegos, en el phainesthai, en la manifestación de lo no oculto que se muestra a sí misma. De acuerdo con esto, la multiplicidad de lo que se presenta, ta onta, es pensada como aquello que en su manifestación es simplemente aceptado como lo que se presenta. Aceptar significa aquí tomar sin más ni más y atenerse a lo que se presenta. La aceptación (dechesthai) se queda sin continuidad. Efectivamente, no sigue pensando más allá en la presencia de lo que se presenta. Se queda en la doxa. Por el contrario, el noein es aquel percibir que percibe expresamente lo presente en su presencia y a partir de ahí la emprende con él. Heideggeriana: HegelExperiencia

Si, tal como será necesario en el futuro, pensamos la esencia de la metafísica en el surgimiento de la duplicidad de lo que se presenta y la presencia a partir de la ambigüedad oculta del on, entonces el comienzo de la metafísica coincidirá con el comienzo del pensamiento occidental. Si, por el contrario, tomamos como esencia de la metafísica la separación entre un mundo suprasensible y un mundo sensible, pasando aquel por ser lo verdaderamente ente mientras éste pasa por serlo sólo aparentemente, entonces la metafísica comienza con Sócrates y Platón. Ahora bien, lo que comienza con su pensamiento no es más que una interpretación expresamente orientada de esa inicial duplicidad en el on. Con ella comienza el desacierto de la metafísica. Los que han venido después malinterpretan a partir de este desacierto y hasta nuestros días, el auténtico comienzo de la esencia de la metafísica. Lo que pasa es que ese desacierto que hay que pensar aquí, no es nada negativo, sí nos damos cuenta de que ya desde el inicio de la esencia de la metafísica permanece impensada la diferencia reinante en la ambigüedad del on, de tal manera que ese permanecer impensado constituye la esencia de la metafísica. De acuerdo con eso impensado, también el LOGOS del on queda infundamentado. Pero eso infundamentado le otorga a la onto-logia el poder de su esencia. Heideggeriana: HegelExperiencia

Pero este dar muerte que afecta a la raíz misma ¿no es solamente la naturaleza de la metafísica de la voluntad de poder? ¿Es sólo la interpretación del ser como valor la que no permite que el propio ser sea el ser que es? Si así fuera, la metafísica de las épocas anteriores a Nietzsche tendría que haber experimentado y pensado al propio ser en su verdad o, por lo menos, hubiera debido preguntarse por él. Pero no encontramos en ningún lugar semejante experiencia del ser mismo. En ningún lugar nos sale al encuentro un pensar que piense la verdad del ser mismo y, por tanto, la propia verdad en cuanto ser. Incluso allí, donde el pensamiento preplatónico prepara el despliegue de la metafísica por medio de Platón y Aristóteles, en su calidad de inicio del pensamiento occidental, incluso allí, tampoco es pensado el ser. El estin (eon) gar einai nombra ciertamente al propio ser. Pero no piensa precisamente la presencia como presencia a partir de su verdad. La historia del ser comienza, y además necesariamente, con el olvido del ser. Así pues, no es culpa de la metafísica en cuanto voluntad de poder el que el ser mismo permanezca impensado en su verdad. Entonces, esta extraña carencia sólo depende de la metafísica en cuanto metafísica. Pero ¿qué es metafísica? ¿Conocemos acaso su esencia? ¿Puede ella misma saber dicha esencia? Si la comprende, lo hace metafísicamente. Pero el concepto metafísico de la metafísica permanece siempre retrasado respecto a su esencia. Esto también es válido para toda lógica, suponiendo que todavía sea capaz de pensar qué es el LOGOS. Toda metafísica de la metafísica y toda lógica de la filosofía, que de alguna manera intentan trepar por encima de la metafísica, caen del modo más seguro por debajo de ella sin experimentar siquiera dónde caen ellas mismas. Heideggeriana: NietzscheDeus

Toda la esfera de la presencia está presente en el decir. Lo objetivo de la producción se encuentra en el enunciado de las proposiciones del cálculo y los teoremas de la razón, que progresa de proposición en proposición. El ámbito de la desprotección que se autoimpone está dominado por la razón. No sólo ha establecido para su decir, para el LOGOS entendido como predicación explicativa, un sistema especial de reglas, sino que la lógica de la razón es ella misma la organización del dominio de la autoimposición intencional en lo objetivo. En la inversión de la representación objetiva, la lógica del corazón corresponde al decir de la interiorización rememorante. En ambos ámbitos, que están determinados metafísicamente, es la lógica la que reina, porque la interiorización rememorante tiene que crear una seguridad a partir de la desprotección misma y fuera de toda protección. Esta forma de resguardar atañe al hombre en cuanto ese ser que posee el lenguaje y, dentro del ser acuñado metafísicamente, toma desde un principio el lenguaje sólo como algo a mano, algo que maneja para su representación y conducta. Por eso, el LOGOS, el decir como organon, necesita de la organización por medio de la lógica. Sólo existe lógica dentro de la metafísica. Heideggeriana: ParaQuePoetas

La metafísica dice lo que el ente es como ente. Ella contiene un LOGOS (enunciado = Aussage) sobre el on (el ente = Seiende). El tardío título “ontología” señala su esencia, puesto el caso de que ciertamente comprendamos su peculiar contenido y no en su estrechez escolar. La metafísica se mueve en el ámbito de on he on. Su representar vale para el ente como ente. En tal modo la metafísica representa al ente como tal, en el todo, la entidad del ente (la ousia del on). Pero la metafísica representa la entidad del ente de manera doble: Primeramente el ente como tal en el sentido de sus rasgos más generales (on katholou, koinon) ; pero, a la vez, el todo del ente como tal en el sentido del ente más alto y por ello más divino (on katholou, akrotaton, theion). El estado de no oculto como tal se ha desarrollado en estas dos formas en la metafísica de Aristóteles (Comp. Met r, E. K.). Heideggeriana: MetafisicaFundamento

En el pensar del ser no se re-presenta nunca únicamente algo real y no se da como lo verdadero a esto que se ha representado. Pensar el “ser” significa corresponder a la interpelación de su esencia. El corresponder proviene de la interpelación y se libera hacia ella. El corresponder es un retirarse ante la interpelación y, de este modo, un entrar en el lenguaje. Pero a la interpelación del ser pertenece lo tempranamente desvelado (aletheia, LOGOS, physis) así como el velado advenimiento de aquello que se anuncia en la posible torna del estado de olvido del ser (hacia el acaecer de verdad de su esencia). A todo esto a la vez, desde una larga concentración y en un continuo ejercicio del oído, debe prestar atención de un modo especial este corresponder, para oír una interpelación del ser. Pero precisamente es en esto donde puede equivocarse este escuchar. En este pensar, la posibilidad del extravío es máxima. Este pensar no puede nunca acreditarse como lo hace el saber matemático. Pero tampoco es algo arbitrario sino algo atado al sino de la esencia del ser, pero a su vez él tampoco es nunca vinculante como enunciado, más bien sólo como posible ocasión de andar el camino del corresponder y de andarlo en la plena concentración del estado de atención sobre el ser ya llegado al lenguaje. Heideggeriana: Coisa1949

En el fragmento “De la gran nostalgia”, Zaratustra habla con su alma. Según la doctrina de Platón, regulativa para la metafísica occidental, la esencia del pensar descansa en el diálogo alma consigo misma. Es el LOGOS, el recogimiento dicente del alma, el que el alma misma recorre de camino hacia sí misma, en el ámbito de lo que cada vez ve (Theaetet. 189e; cfr. Sophistes 263e). Heideggeriana: NietzscheZaratustra

El platero reflexiona sobre, y coliga, los tres modos mencionados del ser responsable. Reflexionar se dice en griego legein, LOGOS. Descansa en el hypophanestai, en el hacer aparecer. El platero es corresponsable como aquello desde lo que el traer delante y el descansar en sí de la copa sacrificial toman su primera emergencia y la mantienen. Los tres modos mencionados anteriormente del ser responsable le deben a la reflexión del platero el aparecer, le deben también el entrar en juego en el traer-ahí-delante de la copa sacrificial y el modo como entran en juego. Heideggeriana: PreguntaTecnica

Pero ¿por qué menciono en una carta sobre la esencia del nihilismo consumado estas cosas circunstanciales y abstractas? Por una parte, para indicar que no es en absoluto más fácil decir [sagen] “el Ser”, que hablar [sprechen] de la Nada; pero después, para mostrar de nuevo cómo ineludiblemente aquí todo depende del correcto decir, de aquel LOGOS, cuya esencia no es capaz nunca de experimentar la Lógica y Dialéctica que proviene de la metafísica. Heideggeriana: PreguntaSer

La pregunta “¿Qué es metafísica?” sólo intenta una cosa: llevar a las ciencias a reflexionar sobre el que ellas necesariamente, y por eso siempre y en todas partes, topan con lo enteramente otro para el ente, con la Nada en el ente. Están ya, sin su saber, en relación para con el Ser. Reciben sólo de la a veces imperante verdad del Ser una luz para poder ver y considerar entonces en cuanto tal el ente por ellas representado [421]. El preguntar “¿Qué es metafísica?”, es decir, el pensar que proviene de ella ya no es ciencia. Pero para el pensar se vuelve ahora el pensar como tal, es decir, el Ser del ente problemático respecto a su esencia y, por tanto, nunca indigno y nulo. La palabra “Ser” aparentemente vacía es pensada siempre ahí en la plenitud esencial de aquellas determinaciones que desde la physis y el LOGOS hasta la voluntad del poder se remiten unas a otras y muestran en todas partes un rasgo fundamental que se intenta nombrar en la palabra “pre-sencia” (Ser y Tiempo, § 6). Sólo porque la pregunta “¿Qué es metafísica?” piensa de antemano en el sobrepasar, en el transcendens, en el Ser del ente, puede pensarse el No del ente, aquella Nada que con igual originariedad es lo mismo que el Ser. Heideggeriana: PreguntaSer

Aquí se hace necesaria una observación fundamental. Cuando, ahora y después, escuchamos palabras de la lengua griega, nos dirigimos hacia un señalado dominio. Poco a poco empieza a hacerse la luz para nuestra reflexión en el sentido de que la lengua griega no es una lengua cualquiera como las demás lenguas europeas que nos son familiares. La lengua griega, y sólo ella, es LOGOS. Acerca de esto deberemos tratar todavía más a fondo en nuestras conversaciones. Para comenzar baste la indicación de que en la lengua griega lo dicho en ella es al mismo tiempo, por modo eminente, aquello que lo dicho nombra. Cuando oímos en griego una palabra griega, entonces seguimos su legein, su exponer inmediato. Lo que aquél expone es lo que-está-delante (das Vorliegende). Merced a la palabra oída en griego estamos de modo inmediato junto a la cosa que-está-delante misma, no por de pronto junto a una mera significación verbal. Heideggeriana: QueFilosofia

La palabra griega philosophia se remonta a la palabra philosophos. Esta palabra es originariamente un adiectivum, como philargyros, amante de la plata, como philotimos, amante del honor. Presumiblemente la palabra philosophos fué acuñada por Heráclito. Esto quiere decir: para Heráclito todavía no hay philosophia. Un aner philosophos no es un hombre “filosófico”. El adiectivum griego philosophos; dice algo totalmente diferente que los adiectiva filosófico, philosophique. Un aner philosophos es aquel os philei to sophon, aquel que ama lo sophon; philein, amar, significa aquí, en el sentido de Heráclito: omologein, hablar tal como el LOGOS habla, es decir, corresponder (entsprechen) al LOGOS. Este corresponder (Entsprechen) está en consonancia (Einklang) con lo sophon. Consonancia es armonia. El que un ser se avenga recíprocamente al otro, el que ambos se avengan originariamente el uno al otro porque están dispuestos el uno para el otro, esta armonia es lo que distingue el philein, el amar (Lieben) pensado heracliteamente. Heideggeriana: QueFilosofia

El aner philosophos ama lo sophon. Lo que esta palabra dice para Heráclito, es difícil de traducir. Pero la podemos aclarar según la propia interpretación de Heráclito. Según la cual to sophon dice esto: hen Panta, “Uno [Eines] (es) Todo”. “Todo” quiere decir aquí: Panta ta onta, el conjunto, la totalidad del ente. Hen, el Uno (das Eins), quiere decir: lo uno (das Eine), único (Einzige), lo que une todo (alles Einigende). Unido (einig), empero, es todo ente en el ser. Lo sophon dice: Todo ente es en el ser. Dicho con más rigor: El ser es el ente. Al decir esto, “es” (”ist”) habla transitivamente y quiere decir tanto como “reúne” (versammelt). El ser reúne el ente en esto de que éste es ente. El ser es la reunión (Versammlung) — LOGOS. Heideggeriana: QueFilosofia

Esta búsqueda que aspira al sophon, al hen Panta, al ente en el ser, se convierte ahora en la pregunta: ¿Qué es el ente en tanto que es? Solamente ahora el pensar se convierte en “filosofía”. Heráclito y Parménides no fueron aún “filósofos”. ¿Por qué no? Porque fueron pensadores más grandes. “Más grandes” no significa aquí el balance de un rendimiento, sino que señala hacia otra dimensión distinta del pensar. Heráclito y Parménides fueron “más grandes” en el sentido de que todavía estaban en consonancia con el LOGOS, es decir, con el hen Panta. El paso hacia la “filosofía”, preparado por la sofística, fué cumplido primero por Sócrates y Platón. Luego Aristóteles, casi dos siglos después de Heráclito, caracterizó este paso con la siguiente frase: (Met., Z 1, 1028 b 2 sqq). En la traducción, esto dice: “Y así, pues, ya antiguamente y también ahora y continuamente aquello hacia lo cual (la filosofía) se pone en camino y hacia lo cual jamás encuentra acceso, (lo preguntado [es] esto): ¿Qué es el ente? (ti to on)”. Heideggeriana: QueFilosofia

Este co-rresponder (Ent-sprechen) es un hablar (Sprechen). Está al servicio del lenguaje (Sprache). Qué significa esto, es para nosotros hoy difícil de comprender; pues nuestra representación corriente del lenguaje ha sufrido singulares transformaciones. En virtud de ellas el lenguaje aparece como un instrumento de la expresión. Según lo cual se considera más justo decir: el lenguaje está al servicio del pensar, en lugar de: el pensar como co-rresponder (Entsprechen) está al servicio del lenguaje. Pero ante todo la representación actual del lenguaje está tan alejada como sea posible de la experiencia (Erfahrung) griega del lenguaje. A los griegos se les manifiesta (offenbart) la esencia del lenguaje como el LOGOS. Sin embargo, ¿qué significan LOGOS y legein? Sólo hoy comenzamos lentamente, a través de las diversas interpretaciones del LOGOS a penetrar con la mirada en su inicial esencia griega. Con todo, ni podemos nunca retornar a esta esencia del lenguaje, ni podemos simplemente asumirla. Muy por el contrario, debemos entrar en una conversación (Gespräch) con la experiencia griega del lenguaje en tanto LOGOS. ¿Por qué? Porque sin una reflexión suficiente sobre el lenguaje jamás sabremos verdaderamente qué es la filosofía en tanto el co-rresponder (Ent-sprechen) que hemos caracterizado, qué es la filosofía en tanto un modo por excelencia del decir. Heideggeriana: QueFilosofia

Pero ¿cómo se le puede ocurrir al “ser” presentarse en tanto que “pensamiento”? ¿Y, cómo, sino debido a que el ser está marcado de antemano como fundamento y el pensar, empero, al formar parte integrante del ser, se reúne en el ser en tanto que fundamento a la manera de una profundización y fundamentación? El ser se manifiesta en tanto que pensamiento, lo que quiere decir que el ser de lo ente se desencubre como ese fundamento que yendo hasta el fondo de sí, se fundamenta a sí mismo. El fundamento, la ratio, son según su procedencia esencial, el “LOGOS”, en el sentido del dejar (sub)-yacer unificador: el hen panta. En verdad, según esto, para Hegel la “ciencia”, o lo que es lo mismo, la metafísica, no es precisamente “lógica” porque la ciencia tenga como tema el pensar, sino porque el asunto del pensar sigue siendo el ser, pero éste, desde el principio de su desencubrimiento en tanto que LOGOS, en tanto que fundamento que funda, reclama al pensar en su calidad de fundamentador. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

¿Con qué fin mencionamos esto? Con el fin de conocer el auténtico peso de las denominaciones usadas: ontología, teología y onto-teología. A decir verdad, las denominaciones ontología y teología suelen tomarse normalmente a primera vista exactamente igual que otras conocidas, tales como psicología, biología, cosmología, arqueología. El sufijo — logia, significa, de modo sólo aproximativo pero usual, que se trata de una ciencia del alma, de lo vivo, del cosmos, y de lo antiguo. Pero en el sufijo “logia” no se esconde sólo lo lógico en el sentido de lo consecuente y de la enunciación en general, es decir, de lo que articula, mueve, asegura y comunica todo el saber de las ciencias. El sufijo “logia”, es, en cada caso, un conjunto de relaciones de fundamentación en las que los objetos de las ciencias se representan, o lo que es lo mismo, se comprenden desde la perspectiva de su fundamento. Pero la ontología y la teología sólo son “logias” en la medida en que profundizan en lo ente como tal y lo fundamentan en el todo. Dan cuenta del ser en tanto que fundamento de lo ente, le dan razones al LOGOS, y son, en un sentido esencial, conformes al LOGOS, esto es, son la lógica del LOGOS. En consecuencia, habrá que llamarlas más exactamente, onto-lógica y teo-lógica. Pensada de modo más conforme a su asunto y de manera clara, la metafísica es onto-teológica. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

Estamos entendiendo la palabra “lógica” en el sentido esencial que también se encierra en la denominación empleada por Hegel, que es el único que la aclara al entenderla como el nombre para ese pensar que profundiza siempre en lo ente como tal y lo fundamenta dentro del todo a partir del ser en cuanto fundamento (LOGOS). La característica fundamental de la metafísica se llama onto-teo-lógica. Con esto estaríamos capacitados para explicar cómo entra el Dios en la filosofía. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

¿Hasta dónde puede tener éxito una explicación? Hasta donde consideremos que el asunto del pensar es lo ente en cuanto tal, es decir, el ser. Éste se manifiesta en el modo esencial del fundamento. Según esto, el asunto del pensar, el ser en cuanto fundamento, sólo es pensado a fondo cuando el fundamento es representado como el primer fundamento, “prote arche” . El asunto originario del pensar se presenta como la cosa originaria, [Ur-sache] como la causa prima, que corresponde al retorno fundamentador a la ultima ratio, a la última cuenta que hay que rendir. El ser de lo ente sólo se representa a fondo, en el sentido del fundamento, como causa sui. Con ello, ha quedado nombrado el concepto metafísico de Dios. La metafísica debe pensar más allá hasta llegar a Dios, porque el asunto del pensar es el ser, pero éste se manifiesta de múltiples maneras en tanto que fundamento: como LOGOS, como hypokeimenon, como substancia y como sujeto. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

Aún resulta infinitamente más imposible representar “el ser” como aquello general que corresponde a cada ente. Sólo hay ser cuando lleva en cada casó la marca que le ha sido destinada: physis, LOGOS, hen, idea, energeia, substancialidad, objetividad, subjetividad, voluntad, voluntad de poder, voluntad de voluntad. Pero lo destinado no existe de modo clasificable como las manzanas, peras y melocotones, como algo dispuesto en el mostrador de las representaciones históricas. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

Para facilitar dicha contemplación pensemos el ser, y dentro de él la diferencia, y a su vez dentro de ésta, la resolución, a partir de aquella marca recibida por el ser mediante la cual éste se manifestó en cuanto LOGOS, en cuanto fundamento. El ser se muestra dentro de la sobrevenida desencubridora como el dejar (sub)-yacer de lo que llega, como el fundar a la manera siempre diferente de la aportación y la presentación. Lo ente como tal, la llegada que se encubre dentro del desencubrimiento, es lo fundado, que en cuanto fundado, y por lo tanto producido, funda a su manera, o lo que es lo mismo, produce un efecto, esto es, causa. La resolución de lo que funda y de lo fundado como tal, no sólo los mantiene separados a ambos, sino que los mantiene en una correlación. Los que fueron separados, se encuentran tan retenidos dentro de la resolución, que ya no es sólo que el ser en tanto que fundamento funde lo ente, sino que lo ente, por su parte, funda a su manera al ser, esto es, lo causa. Ahora bien, lo ente sólo puede lograr tal cosa en la medida en que “es” la plenitud del ser, esto es, en tanto que el ente máximo. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

Y aquí, nuestra meditación alcanza un punto desde el que se pueden establecer inquietantes conexiones. El ser se manifiesta en tanto que LOGOS en el sentido del fundamento, del dejar (sub)-yacer. El mismo LOGOS es, como reunión, lo unificador, el hen. Este hen tiene sin embargo dos aspectos: por una parte, es el uno unificador, en el sentido de lo que es en todo lugar lo primero y de este modo, lo más general, y al mismo tiempo, es el uno unificador, en el sentido de lo supremo (Zeus). Fundando, el LOGOS reúne todo dentro de lo general, y fundamentando, reúne todo a partir de lo único. Dicho sea de pasada, el mismo LOGOS encubre además dentro de sí el origen de la esencia de la marca del ser lingüístico, y determina con ello el modo del decir en tanto que lógico, en sentido amplio. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

La metafísica le corresponde al ser como LOGOS, y por lo tanto, es siempre en líneas generales lógica, pero una lógica que piensa el ser de lo ente, y en consecuencia, la lógica determinada por lo diferente de la diferencia: la onto-teo-lógica. Heideggeriana: OntoTeoLogia1957

La mutua pertenencia de hombre y ser a modo de provocación alternante, nos muestra sorprendentemente cerca, que de la misma manera que el hombre es dado en propiedad a ser, el ser, por su parte, ha sido atribuido en propiedad al hombre. En la com-posición reina un extraño modo de dar o atribuir la propiedad. De lo que se trata es de experimentar sencillamente este juego de propiación en el que el hombre y el ser se transpropian recíprocamente, esto es, adentrarnos en aquello que nombramos Ereignis. La palabra Ereignis ha sido tomada de la lengua actual. Er-einen significa originariamente: asir con los ojos, esto es divisar, llamar con la mirada, a-propiar. La palabra Ereignis, pensada a partir del asunto indicado, debe hablar ahora como palabra conductora al servicio del pensar. Pensada como palabra conductora, se deja traducir tan poco como la palabra conductora griega LOGOS, o la china Tao. La palabra Ereignis ya no significa aquí lo que en otros lugares denominamos como algún tipo de acontecimiento, algo que sucede. La palabra se utiliza ahora como singulare tantum. Lo que nombra acontece sólo en la unidad, esto es, ni siquiera en un número, sino de modo único. Lo que experimentamos en la com-posición como constelación de ser y hombre, a través del moderno mundo técnico, es sólo el preludio de lo que se llama acontecimiento de transpropiación. Pero la com-posición no se queda necesariamente detenida en su preludio, pues en el acontecimiento de transpropiación habla la posibilidad de sobreponerse al mero dominio de la com-posición para llegar a un acontecer más originario. Tal modo de sobreponerse a la com-posición a partir del acontecimiento de transpropiación para llegar a esto último, traería consigo el retroceso eventual, esto es imposible de llevar a cabo sólo por el hombre, del mundo técnico desde su papel dominante a la servidumbre, dentro del ámbito gracias al cual el hombre llega más propiamente al acontecimiento de transpropiación. Heideggeriana: PrincipioIdentidade

Para que se nos desvele una posibilidad de hacer una experiencia pensante con el habla buscamos la vecindad donde habitan el pensamiento y la poesía. Curioso comienzo — de ambos tenemos tan poco conocimiento. Y pese a todo, los conocemos a ambos. Bajo la rúbrica de Poesía y Filosofía poseemos mucha información sobre la poesía y la filosofía. Pero en nuestro camino no buscamos ciegamente la vecindad de pensamiento y poesía; pues aún tenemos en el oído el poema La Palabra; tenemos así en vista una experiencia poética con el habla. Podemos resumirla con las debidas reservas en el decir de la renuncia: “Ninguna cosa sea donde falta la palabra”. Tan pronto hemos reparado que aquí se nombra la relación entre cosa y palabra y con ella la relación del habla con cualquier ente en tanto que tal, hemos invocado lo poético a pasar a la vecindad del pensamiento. Pero sin embargo, éste no encuentra nada extraño en ello. En realidad, la relación entre cosa y palabra es de las cuestiones primordiales que el pensamiento occidental ha suscitado, particularmente en la figura de la relación de ser y decir. Esta relación subyuga el pensamiento de manera tan pasmosa que se anuncia con una sola palabra. Esta dice: LOGOS. Pronuncia simultáneamente el nombre para ser y decir. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Wëgen y Be-wégen como la preparación del camino (Weg-bereiten) y el camino como un dejar-llegar, se originan en la misma fuente a cuyo flujo pertenecen los verbos wiegen (balancear para sopesar o mecer), wagen (atreverse) y wogen (ondear). La palabra “camino” es probablemente una palabra inaugural del habla: palabra que habla y se dirige al hombre meditativo. La palabra rectora en el pensamiento poético de Laotse se llama Tao y, “en propiedad”, significa camino. Pero al representarnos el camino fácilmente de modo superficial como el recorrido que une dos lugares, en la precipitación se ha considerado inadecuada nuestra palabra “camino” para nombrar lo que dice Tao. Por ello se traduce Tao por razón, espíritu, raison, sentido, LOGOS. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Con todo, el Tao podría ser el camino que lo en-camina todo: aquello a partir de lo que sólo estamos en condiciones de pensar lo que quisieran decir desde su propia esencia razón, espíritu, sentido, LOGOS. Tal vez se oculte en la palabra “camino”. Tao, el secreto de todos los secretos del Decir pensante, si dejamos que estos nombres regresen a lo que dejan en lo no dicho y si somos capaces de este “dejar”. El poder enigmático del actual dominio del método tal vez provenga — aún y sobre todo — del hecho de que los métodos no son, después de todo, y sin menosprecio de su eficacia, más que aguas residuales de y un gran río oculto: el camino que todo lo en-camina; el camino que a todo traza su vía. Todo es camino. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Las señas “señan” de múltiples modos. Haciendo seña, la seña puede hacer visible aquello hacia donde “seña” de modo tan simple y cumplido que vamos a ello sin equívoco alguno. Pero una seña puede asimismo hacer seña de modo que nos remite primero y por mucho tiempo a lo que tiene de no claro, (Bedenkliche) aquello desde donde hace seña, mientras que aquello hacia donde hace seña solo deja suponer que es digno de pensar y para lo que todavía se carece del adecuado modo de pensamiento. La seña que nos da la frase rectora es de esta clase. La esencia del habla nos es tan conocida por múltiples determinaciones, que difícilmente podemos desatarnos de ellas. Pero el desatarse no tolera ningún acto de violencia porque la tradición permanece rica en verdad. Por esto estamos primero requeridos a reflexionar sobre nuestras nociones habituales del habla, aunque sólo sea desde una amplia perspectiva, pero con la visión hacia delante, hacia donde hace seña la vecindad de ambos modos del decir, la poesía y el pensamiento: a la proximidad entendida como Decir. Se encuentra el habla, cuando se la representa como algo existente, como actividad del hablar, como manipulación de las herramientas del habla: la boca, los labios, la lengua. El habla se revela en el hablar como un fenómeno que ocurre con el hombre. Que se haya hecho la experiencia del habla y se la haya representado y determinado desde aquí hace ya mucho tiempo, lo atestiguan los nombres que las diversas lenguas occidentales se han dado a sí mismas: glossa, lingua, langue, language. El habla es la lengua. En el segundo capítulo de la historia de los apóstoles, que relata el milagro de pentecostés, el verso 3 y 4 dice: La Vulgata traduce: Et apparuerunt illis dispertitae linguae tamquam ignis… et coeperunt loqui variis linguis. Lutero traduce: “Y se les aparecieron lenguas, divididas, como de fuego… y comenzaron a predicar con otras lenguas”. De todos modos, no se concibe aquí el hablar como mera locuacidad, sino en la plenitud del pneuma agion, del sagrado aliento. Esta representación bíblica del habla viene precedida por la caracterización griega del habla en su ser esencial que Aristóteles eleva a figura canónica. El LOGOS, el enunciar, se representa inicialmente en los términos del fenómeno fónico del hablar. Aristóteles dice lo siguiente al comienzo de un tratado que más tarde obtuvo el título de Peri hermeneias, de interpretatione, sobre el enunciar: “Lo que tiene lugar en el fonar de la voz (los sonidos), son signos de aquello que le acaece al alma como padecimientos y lo escrito (es) signo de los sonidos vocales. Pues del mismo modo que la escritura no es la misma para todos, así tampoco son iguales los sonidos vocales. Pero de lo que éstos (sonidos y letras escritas) son primeramente signos, esto lo son los mismos padecimientos del alma para todos los hombres y las cosas de las cuales éstos (los padecimientos) configuran las representaciones semblantes, son asimismo los mismos.” Heideggeriana: EssenciaLinguagem

La palabra más antigua para el reino de la palabra pensado así, para decir, se llama LOGOS: die Sage, que, mostrando deja aparecer lo existente en su es. Heideggeriana: Palavra1958

La misma palabra LOGOS, el nombre para el decir, lo es a la vez para ser, o sea. para la presencia de lo que es presente. Decir y ser, palabra y cosa, se pertenecen mutuamente la una a la otra de una manera velada aún, escasamente meditada e imposible de abarcar por ningún pensamiento. Heideggeriana: Palavra1958

En una enumeración y teniendo en cuenta la traducción de Hegel, las cuatro palabras fundamentales son las siguientes: 1. Hen, das All — el Universo; 2. LOGOS, die Vernunft — la razón; 3. Idea, der Begriff — el concepto; 4. Energeia, die Wirklichkeit — la actualidad. Hen es la palabra de Parménides. LOGOS es la palabra de Heráclito. Idea es la palabra de Platón. Energeia es la palabra de Aristóteles. Heideggeriana: HegelGregos

La palabra fundamental de Heráclito es LOGOS, la reunión que hace yacer ante el hombre y aparecer como lo ente todo lo que es en su totalidad. LOGOS es el nombre que Heráclito da al Ser de lo ente. Pero la interpretación hegeliana de la filosofía de Heráclito no se orienta precisamente en el LOGOS. Esto de por sí es ya raro; pero es todavía más raro si se piensa que Hegel cierra la introducción a su interpretación de Heráclito con las siguientes palabras: “No hay una sola proposición de Heráclito que yo no haya incluído en mi Lógica” (ib. p. 328). Sin embargo, para esta “Lógica” de Hegel el LOGOS, es la razón en el sentido de la subjetividad absoluta, y la “Lógica” misma es la dialéctica especulativa, por medio de cuyo movimiento lo universal inmediato y abstracto, es decir, el Ser, como lo objetivo, es reflejado en la oposición al sujeto, y por medio del cual también esta reflexión se determina como la mediación en el sentido del devenir, en el cual lo opuesto crece juntándose, se hace concreto y alcanza su unidad. La captación de esta unidad es la esencia de la especulación, la cual se despliega como dialéctica. Heideggeriana: HegelGregos

La explicación de las cuatro palabras fundamentales nos deja ver lo siguiente: Hegel comprende Hen, LOGOS, idea, energeia en el horizonte del Ser que él concibe como lo universal abstracto. El Ser y lo representado en las palabras fundamentales no está todavía determinado, ni ha sido todavía mediatizado mediante y en el movimiento dialéctico de la subjetividad absoluta. La filosofía de los griegos es la etapa de este “todavía no”. Esta no es todavía la culminación de la filosofía, pero Hegel la apresa en conceptos desde la cima de esta culminación, la cual se ha determinado como el sistema del idealismo especulativo. Heideggeriana: HegelGregos

Cuando Hegel interpreta el Ser, de manera especulativo-dialéctica y desde la subjetividad absoluta, como lo inmediato Indeterminado, como lo universal abstracto; y cuando explica las palabras griegas fundamentales para el Ser Hen, LOGOS, energeia, desde el punto de vista de la filosofía moderna, caemos en la tentación de juzgar semejante interpretación como históricamente inadecuada. Heideggeriana: HegelGregos

En relación con Hegel y los griegos, lo anterior significa lo siguiente: a todas las afirmaciones históricas adecuadas o inadecuadas antecede el hecho de que Hegel ha tenido una experiencia de la esencia de la historia desde el fondo del Ser en el sentido de la subjetividad absoluta. Hasta ahora no ha habido ninguna experiencia de la historia que, mirada filosóficamente, pueda corresponder a la nombrada. Pero la determinación especulativo-dialéctica de la historia trae consigo el que Hegel no pueda avistar en sentido propio la aletheia y su imperio como el asunto del pensar. Y esto ocurre justamente en una filosofía que determina “el reino de la verdad pura” como la “meta” de la filosofía. Pues al concebir el Ser como lo inmediato indeterminado, la experiencia que Hegel tiene de él se lo revela como lo puesto por el sujeto determinante y cognoscente. Por ello no puede desasir el Ser en sentido griego, el einai, de la relación con el sujeto y dejarlo libre en su propia esencia. Esta es la pre-sencia, es decir, el esenciar frente al hombre surgiendo del estar-oculto e ingresando en el no-estar-oculto. En la pre-sencia está en acción la desocultación; también está en acción en el “En y en el LOGOS, esto es, en el hacer yacer frente al hombre, hacer que unifica y reúne; es decir, en el hacer esenciar frente al hombre. La aletheia está en acción en la idea y en la koinonia de las ideas, en cuanto éstas se sacan recíprocamente a la luz, constituyendo así el Ser-siendo (das Seiendsein). La aletheia está en acción en la energeia, la cual no tiene nada que ver con actus y actividad, sino sólo con el ergon en el sentido de la experiencia que de él tienen los griegos, y con su pro-ducción e incorporación a la pre-sencia. Heideggeriana: HegelGregos

Pero ¿hay que determinar el hombre de que se habla aquí como sujeto? ¿Significa “para el hombre” necesariamente: puesto por el hombre? Ambas preguntas se pueden responder negativamente. Debemos recordar que la aletheia, pensada en forma griega, impera ciertamente para el hombre, pero que el hombre permanece determinado por el LOGOS. El hombre es “el dicente” (der Sagende). Sagen (decir) viene del antiguo alto alemán Bagan, que significa zeigen, mostrar, dejar ver y aparecer. El hombre es el ser que hace yacer frente a sí lo presente en su presencia diciéndolo y que percibe lo yacente de esta manera. El hombre puede hablar sólo en cuanto es el dicente. Heideggeriana: HegelGregos

La copertenencia de ser y unidad, de eon y §u se mostró ya al pensar en el gran comienzo de la filosofía occidental. Cuando hoy se nos nombra, directamente ambos títulos “ser” y “unidad”, apenas estamos en condiciones de dar una respuesta suficiente sobre el copertenecerse de ambos o aun de vislumbrar el fundamento de este copertenecerse. Pues no pensamos la “unidad” y lo que une desde la esencia del LOGOS , que reúne y desvela, ni pensamos el “ser” como presencia que se desvela, ni pensamos siquiera la copertenencia de ambos 14a , que ya los griegos dejaron sin pensar. Heideggeriana: KantSer

¿Y qué significa ese “tras ella” en el texto? No significa que toda la lógica esté preordenada por sí a la filosofía trascendental, sino que quiere decir: primero y sólo cuando toda la lógica esté ordenada en el lugar de la apercepción trascendental, puede funcionar dentro de la ontología crítica, relacionada a lo dado en la intuición sensible, como hilo conductor de la determinación de los conceptos (categorías) y de los principios del ser del ente. Ocurre así porque el “primer conocimiento puro del entendimiento” [es decir, él carácter determinante del ser del ente] “es el principio de la unidad sintética originaria de la apercepción (§ 17. B 137). Conforme a ello, este principio es principio de unificación (Einigung), y la “unidad” (Einheit) no es un mero conglomerado, sino que es lo que unifica y reúne, LOGOS en el sentido inicial, aunque trasladado y aplicado al yo-sujeto. Este LOGOS tiene en su poder, “toda la lógica”. Heideggeriana: KantSer

Si es así, ¿no debe tener también la forma de interpretación del ser, los modos del pensar, un carácter correspondientemente distinto? Desde antiguo la teoría del pensar se llama “lógica”. Si el pensar es ambiguo en su referencia al ser: como horizonte dado previamente y como órganon, ¿lo que se llama “lógica” no permanece también ambiguo, en el mencionado respecto? ¿No se vuelve absolutamente cuestionable la “lógica” como órganon. Y como horizonte de la interpretación del ser? Una meditación que avanza en esta dirección, no se vuelve contra la lógica, sino que se aplica a una suficiente determinación del LOGOS, esto es, de aquel decir en el cual el ser se trae al lenguaje como lo que es digno de ser pensado en el pensar. Heideggeriana: KantSer

En todo caso podemos constatar también históricamente la plenitud de transformaciones del estar presente mediante la indicación de que el estar presente se muestra como el hen, el Uno único y unificador, como el LOGOS, la recolección que salvaguarda todo, como la idea, ousia, energeia, substantia, actualitas, perceptio, mónada, como objetividad, como legalidad o positividad legal del autoponerse en el sentido de la voluntad de razón, de amor, de espíritu, de poder, como voluntad de querer en el eterno retorno de lo semejante. Lo historiográficamente constatable se deja hallar dentro de la historia. El despliegue de la plenitud de transformaciones del ser tiene el parecido de una historia del ser. Pero el ser no tiene una historia, tal y como tiene su historia una ciudad o un pueblo. Lo histórico de la historia del ser se determina manifiestamente por y sólo por cómo acontece el ser, y esto quiere decir de acuerdo con lo que se acaba de exponer, por la manera como Se da el ser. Heideggeriana: TempoYSer

El viraje de Husserl a la problemática del neokantismo — primeramente atestiguado en la importante, aunque hoy demasiado poco valorada, monografía “Filosofía como ciencia estricta” (LOGOS, I, 1910-1919) — y el hecho de que le faltase a Husserl toda relación viva con la historia operaron la ruptura con Dilthey. En este contexto se mencionó también, entre otras cosas, que Husserl consideró a Ser y tiempo, en el marco de su concepción de las ontologías racionales, como la ontología regional de lo histórico. Heideggeriana: ProtocoloTempoYSer

Cien años más tarde, se escucha de nuevo la llamada “a la cosa misma” en el ensayo de Husserl La Filosofía como ciencia estricta. Aparece en el primer tomo de la revista LOGOS en el año 1910-1911 (pp. 289 ss.). La llamada tiene, nuevamente, sobre todo el sentido de un poner en guardia. Pero, en este caso, apunta en una dirección distinta a la de Hegel: se refiere a la psicología naturalista, que pretende ser el verdadero método científico para investigar la conciencia. La razón está en que ese método cierra, de entrada, el acceso a los fenómenos de la conciencia intencional. La llamada “a la cosa misma” se dirige también contra el historicismo, que se pierde en discusiones sobre los diferentes puntos de vista de la Filosofía, y en clasificar los tipos de “Weltanschau-ungen” filosóficas. A este propósito dice Husserl, subrayándolo (op. cit., p. 34): El impulso de la investigación tiene que partir, no de las Filosofías, sino de las cosas y de los problemas. Heideggeriana: TarefaPensar

Aunque recientemente la ciencia se ha apoderado también de este campo de la existencia humana. Ha emprendido la investigación y planificación estrictamente metódica del posible porvenir del hombre actuante. Ella computa las informaciones sobre aquello que va hacia el hombre como algo planificable. Este tipo de porvenir es el futurum para el LOGOS, que como futurología se somete al triunfo del método sobre la ciencia. El parentesco de esta joven disciplina de la ciencia con la cibernética es evidente. Heideggeriana: ArtePensar

Esta respuesta lleva a interrogarse por el sentido griego del saber. En griego, saber se dice noein e idein — ambos nombran el ser — abierto a lo que llega a darse. De aquí se puede comprender la relación del to auto parmenídeo y el LOGOS de Heráclito: ambos nombran esa donación en la que el ser se da. Heideggeriana: SeminarioThor1969

Por lo tanto, es necesario responder: para los griegos, la aletheia aparece en cuanto LOGOS — y LOGOS, más radicalmente que “hablar”, quiere decir dejar-entrar-en-presencia. Heideggeriana: SeminarioThor1969

Se ha pasado demasiado rápidamente sobre la distinción entre hypokeimenon y phainomenon. En esa oportunidad no se insistió lo suficiente sobre eso a lo que, divergiendo, se refieren ambos: a) el phainomenon, en efecto, se relaciona a la aletheia y la presupone como su horizonte — pero la aletheia comprendida ya de antemano siempre a partir del legein (incluso en Homero; para esta cuestión ver Hegel y los griegos). Este sentido decisivo y primario de la aletheia como aletheia del LOGOS; bloquea, para los griegos mismos, la posibilidad de pensar la aletheia como a-letheia (como des-ocultamiento); es decir como Claro. Lo importante aquí es que únicamente el pensamiento del Claro del ser puede aportar la claridad necesaria para volver inteligible al LOGOS; mismo. b) el hypokeimenon es el ente (por consiguiente el phainomenon), pero en cuanto expresamente considerado en el interior de un legein ti kata tinos (de un “decir algo a propósito de algo”). Se advierte pues que el análisis aristotélico del lenguaje en cierto modo culmina con el sentido más inicial del lenguaje, tal como domina ya en la poesía de Homero (en cuanto poesía épica). En griego, nombrar significa de antemano ya siempre enunciar, aussagen; y enunciar es manifestar algo como algo. Es en este sentido sub-yacente que se mueve la poesía homérica (meditar aquí el alcance de la palabra de Mallarmé, citada por Henri Mondor en Vie de Mallarmé, p. 683: “La poesía se separa completamente de su camino después de la gran desviación homérica”). Heideggeriana: SeminarioThor1969